LOS
PLANETAS.
Octava Parte.
¿El Final?
Plutón.
La Riqueza Imperial.
Tras esperar un tiempo prudencial a que alguien se apiadara de
este neófito
de la Práctica musical, me aventuro a lanzar a los cuatro
vientos Krónidas,
la Música de Plutón. Llamémosle Música porque Sonido es poco,
aunque es
sonorización lo que se puede escuchar en este midi que os
traigo. Pero lo
hecho con Amor y Cariño, quieras que no tiene ese valor
intrínseco que no se
puede expresar.
De todos modos Plutón es una absoluta abstracción para el
mismísimo espacio
exterior, por lo tanto una Música, Música, tal y como la
conocemos, no
debiera ni si quiera poder escucharse. Neptuno, que es el último
Planeta que
sonoriza Holst, ya empieza a evaporarse la Música, y en el
final, las voces
del coro están a las Puertas de la Música del Silencio; la
Música que se
conoce como "La Subida de Bai", o que al menos yo la
conozco así, la siento
de ese modo.
Bai, el que sube, La Fiesta Ascendente. ¿Qué Puente es el que
unirá a Bai
con Plutón? ¿Lo habrá de verdad? Qué más da. Entre las
distintas Búsquedas
que hay que llevar a cabo en la Vida, una es la de descubrir las
cosas más
allá de la Razón, más allá de lo establecido. Y yo Busco la
Música del
Silencio, y para ello me embarco en las Pisadas gloriosas de Bai,
y en el
Azul Intenso de las Nubes de Plutón, y en sus Joyas
Resplandecientes.
Cada una de las notas que suenan, no son notas, son Abismos
Espectrales de
Resonancias del Futuro, el que sostengo en mi Mano petrificada,
en mi mano
celestial, en mi mano que no es Mía, sino del Sonido, y de la
Música,
mientras Zedfank sonríe, como siempre, pues Zedfank siempre
sonríe, incluso
se ríe cuando hasta sus Divinos Oídos llega lo que el Hombre
Bestia "hace"
con el Sonido.
Cierro esa Página.
Abro otra y me encuentro con otra Puerta que me conduce al otro
lado del
Universo del otro extremo del Futuro en donde otra Puerta se abre
y me
conduce aún más lejos de cuanto yo pueda pensar, imaginar,
sentir; y aún
mucho más allá de toda Consciencia, los Dioses saludan con su
Benevolencia,
su Gracia, y yo les doy mi mano, y la de todos los seres de
Música; y ellos
a mí, y el envolvimiento me planta ojos en el corazón, y mentes
en el cielo;
y del centro de Arrakis, en profunda respiración de Geb, los
latidos ven y
el sonido se hace cada vez más intenso, más recogible, tocable,
ascendente.
En el otro Extremo, exhausto, extasiado, velado, me fundo en el
Manto de
Nut, buceo por las Esferas Infinitas, y toco la Nada de la
Creación Incesante.
El Gran Yo Universal me rozó con su Dádiva, y es un Gran
Regalo; y es un
Gran Ofrecimiento.
¡Salve Oh Dioses de Todos los Universos!
.
Quirón Alvar