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Artículo aparecido el domingo |
Internet acaba con la jerarquía en las empresas
LUCÍA ABELLÁN
, Madrid
La figura del jefe tradicional amenaza con extinguirse en las empresas de Internet. "La jerarquía existe, pero no la sientes". Esto es lo que cree Deborah Walton, de Myalert, una empresa española líder en distribución de contenidos de Internet a través del móvil. Los clásicos organigramas empresariales parecen diluirse en la Red. "En las start-ups (empresas jóvenes de Internet), casi todos los puestos son de responsabilidad", asegura Olga Brotos, directora de Baquía Inteligencia, que elabora estudios sobre empresas on line. Las estructuras planas están sustituyendo a las férreas jerarquías.
¿Qué ha ocurrido en el mundo de Internet para que los jefes renuncien a parte de sus dominios? En primer lugar, todas las empresas de la nueva economía son muy jóvenes y, en general, han nacido con pocos trabajadores. Esto propicia un trabajo más cooperativo. Pero quizá la necesidad de conservar al empleado explique más este fenómeno. Con la fuerte demanda de expertos en nuevas tecnologías que existe en España, cada trabajador es un lujo que las empresas no quieren perder. "El capital humano es lo que verdaderamente diferencia unas start-ups de otras. Por eso se intenta que el trabajador esté muy implicado en la empresa", asegura Walton. Tan feroz es la lucha por un buen profesional que en Baquía Inteligencia, los trabajadores que son capaces de proponer un buen fichaje reciben incentivos económicos.
Nuevos sueldos
El concepto de salario fijo a fin de mes ha desaparecido en los negocios on line. Casi todos los trabajadores participan de los beneficios de la empresa, reciben opciones sobre acciones y tienen unos complementos que dependen de los objetivos cumplidos. Estos objetivos inciden tanto en el sueldo que en compañías como Novell, que ayuda a las empresas a desarrollar su negocio electrónico, las metas que fija el trabajador junto con la dirección figuran incluso en los contratos. La nómina es cada vez más un salario a medida. En Terra, la filial de Internet de Telefónica, los sueldos se componen de una retribución fija, otra variable en función de metas personales y del negocio, un plan de opciones sobre acciones y "otros beneficios sociales". Las empresas cada vez son más imaginativas en este otro tipo de beneficios, desde los tickets de restaurantes que ofrece Myalert hasta las clases de inglés y de gimnasia que promueve la agencia interactiva Arroba Systems. Todo por mantener fiel al trabajador.
Existen pocos datos sobre la repercusión económica de Internet en España, ya que aún es un sector incipiente. Según el informe Commerce Net Nielsen de la consultora AC Nielsen, las actividades de Internet generaron en España unos 60.000 millones de pesetas en 1999. En cuanto al número de empleados, Baquía ha calculado que ronda los 86.000.
Pese a lo diverso de sus actividades, quienes se dedican al negocio en la Red comparten un perfil parecido: jóvenes (la media de edad no alcanza los 30 años), más hombres que mujeres y con formación técnica. Según Baquía, la rentabilidad de estos trabajadores es muy superior a la de quienes trabajan en la economía tradicional y sus ingresos, un 20% más altos. En Cisco Systems, líder mundial de fabricación de equipos de Internet, la rentabilidad anual por trabajador alcanza los 700.000 dólares (unos 130 millones de pesetas), según datos de la propia entidad. El negocio de la Red le ha permitido aumentar un 20% la productividad de sus empleados.
El alto rendimiento de estos trabajadores se consigue en gran parte con muchas horas extraordinarias. No reciben este nombre, porque la mayoría de los empleados trabaja con un "horario flexible" que esclaviza más que libera. "Las vacaciones se respetan. El problema es cuándo te las puedes coger", asegura Soledad Muñoz, responsable de recursos humanos de la consultora de Internet Netjuice Network. Otros no ven más que ventajas en este modo de trabajar. "La flexibilidad es mucho más agradable. Yo prefiero saber que me quedo porque quiero", asegura Deborah Walton, de Myalert.
Hasta el momento, esta aparente laxitud en el terreno laboral no se ha convertido en caldo de cultivo para los sindicatos. Casi ninguna de las empresas que operan por Internet cuenta con presencia sindical. Muchas de ellas no lo consideran necesario: "El trabajo de estas empresas es muy individual, con lo que los trabajadores tienen intereses personales, no de grupo. Ellos se gestionan su propia retribución y cada uno tiene su evaluación", explica Soledad Muñoz. La inmadurez del sector es otro motivo que se alega. Según Olga Brotos, de Baquía, "son empresas muy jóvenes, sus trabajadores se multiplican y casi no da tiempo a generar espíritu de empresa". En la división española de Cisco, las demandas laborales se canalizan a través del departamento de Recursos Humanos.
Una de las pocas compañías de este tipo que cuentan con comité de empresa en España es TSCR (Telefónica Servicios y Contenidos en la Red), una filial de Terra. Lo que el comité puede hacer por la empresa se verá a partir de septiembre, ya que se constituyó el pasado 6 de junio. Desde ese día, UGT, el único sindicato que concurrió a las elecciones, representa a los trabajadores. Pero, en general, la afiliación sindical es muy baja en estas empresas. Ángeles Moreno, gestora de proyectos de Relaciones Laborales en Terra, cree que la edad y las condiciones laborales motivan este desinterés: "La gente joven no ha vivido la cultura de los comités de empresa. En Terra, la gente está muy preocupada por cómo va la acción, porque se considera parte de la compañía".
Los sindicatos retroceden
Tampoco los sindicatos han sabido hasta ahora cómo atraerse a estos nuevos obreros. Alejandro de Llano, secretario federal del sector de Comunicación de UGT, cree que en estas empresas triunfa el modelo americano de "somos un equipo, estamos todos unidos, ¿para qué va a venir gente externa a solucionar nuestros problemas?". De Llano considera que los sindicatos tienen mucho que ofrecer, principalmente en formar a los trabajadores, ya que estas empresas requieren un reciclaje continuo. También en intentar que los beneficios se reinviertan en puestos de trabajo, algo que, según él, no está ocurriendo. El representante sindical vaticina una crisis cuando esas jornadas laborales tan flexibles comiencen a ser abusivas. "Ahora todo está muy bien. El problema vendrá cuando empiecen a aparecer nubarrones...".
De momento, quienes integran estas empresas valoran por encima de todo la comunicación. "Los trabajadores son partícipes de la marcha de los proyectos. Las decisiones las toma la gerencia, pero son muy frecuentes las reuniones internas y en ellas todo el mundo aporta su opinión", aseguran en Teknoland, una consultora de Internet para el mundo latino. La flexibilidad alcanza su máxima expresión en Arroba Systems: "No tenemos jerarquía estricta, la cambiamos en función de nuestras necesidades".
Los nubarrones de Internet ya han aparecido en el país donde más desarrollada
está la nueva economía: Estados Unidos. Allí han surgido varias páginas web
que sirven como panel donde los trabajadores de empresas on line exponen su
condición de explotados. Direcciones como disobey.com
o fuckedcompany.com
aglutinan el espíritu contestatario de los peones de la Red. Si las centrales
tradicionales no se movilizan pronto, estas plataformas, conocidas como whinge
sites (literalmente, sitios de queja) van camino de convertirse en los nuevos
sindicatos.
La experiencia estadounidense demuestra también que los trabajadores pueden cansarse de las veleidosas opciones sobre acciones y querer volver al salario de toda la vida. Según el diario The New York Times, esto ocurre en portales de Internet como Bluelight. Sus empleados prefieren saber cuánto cobrarán a fin de mes antes de especular sobre unas ganancias inciertas. "Mucha gente está diciendo: 'no me importan las opciones. Vamos a hablar del salario', así que hay más negociación sobre eso", señala el director de recursos humanos de Bluelight. Un sueldo fijo y una garantía de permanencia en la empresa es lo que más motiva a esos trabajadores. En España, el hechizo de las opciones sobre acciones aún no ha llegado a su fin.
El mercado estadounidense de Internet es especialmente maduro. Las empresas
relacionadas con la Red generaron 650.000 puestos de trabajo el año pasado,
lo que situó en 2,5 millones el número total de empleados.