Educar
es transmitir humanidad
Dr.
Fernando Savater. *
El
niño, la condición misma del menor, es prueba de la condición
social humana, es decir, si hiciera falta probar de algún modo que
la sociedad no es una imposición superflua sino que forma parte de
nosotros, los niños son una prueba, porque el niño exige, necesita
sociedad, necesita a los otros, necesita ser humanizado.
Los humanos no nacemos humanos sino con la capacidad de serlo, pero
lo que nos hace humanos es el contacto con los otros. Nos humanizan
los demás. La humanidad es una "enfermedad" que nos
contagiamos los unos a los otros y sin los demás, no llegamos a ser
humanos. Podemos llegar a sobrevivir, pero no humanamente.
Por supuesto, para empezar, por el lenguaje, que es lo que nos va a
permitir relacionarnos, no solamente con los demás sino también
con nosotros mismos. Lo recibimos de otros y es el instrumento que
nos vincula para siempre con el mecanismo social. El lenguaje es
sociedad interiorizada permanentemente.
Pero antes mismo del lenguaje, yo creo que ya está la presencia
humana determinando nuestra condición. El niño se gesta por
primera vez en el útero materno y por segunda vez en el útero
social, que son las personas que lo acogen, que lo cuidan, que lo
miran. Yo creo que la mirada del padre y de la madre es fundamental
en el desarrollo de los menores. El niño busca constantemente la
mirada de sus padres y buscar ser mirado para ser confirmado en su
existencia, confirmado en su semejanza.
Ser padres en el sentido biológico es transmitir la vida, pero si
la paternidad se entiende como algo más que un fenómeno fisiológico,
sobre todo ser padres es transmitir humanidad.
Evidentemente, la paternidad en el sentido biológico del término
es algo que puede ser involuntario e incluso inadvertido. En cambio,
transmitir humanidad siempre es una empresa deliberada y creadora,
que exige de una reflexión, paciencia y dedicación. Es decir, la
dimensión humanizadora, ese hacernos más humanos los unos a los
otros, es algo que exige entrega. No es casual.
Lo más importante educativamente hablando de nuestras vidas es que
somos educados por semejantes a nosotros. Es muchísimo más
importante el hecho de que nos eduquen nuestros semejantes que
cualquier cosa que nos digan nuestros semejantes al educarnos.
Fragmento
de la conferencia del Dr. Fernando Savater, pronunciada en el
Congreso sobre Adopción Internacional de Barcelona (26-2-99)
Extraído de las publicaciones de Fundación
Adoptare
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