Central Mexicana de
Servicios Generales de
Alcohólicos Anónimos A. C.
...Una breve introducción al programa de recuperación de Alcohólicos Anónimos (AA)
El alcoholismo como enfermedad
Hoy estamos dispuestos a aceptar la idea de que, en lo que a nosotros concierne, el alcoholismo es una enfermedad, una enfermedad progresiva que "nunca puede curarse" pero, al igual que algunas otras enfermedades, puede ser detenida.
Estamos de acuerdo en que padecer una enfermedad no tiene nada de vergonzoso, con tal que nos enfrentemos al problema honestamente y tratemos de hacer algo para solucionarlo. Estamos perfectamente dispuestos a admitir que somos alérgicos al alcohol y que es simplemente de sentido común el alejarnos de lo que produce nuestra alergia. Ahora comprendemos que una persona, una vez que haya cruzado la frontera invisible entre beber mucho y beber con una obsesión alcohólica, siempre seguirá siendo alcohólica. Que sepamos nosotros, no puede recobrar nunca la capacidad para ser "bebedor social o bebedor normal". Tenemos que vivir reconociendo el sencillo hecho de que "una vez alcohólico, alcohólico para siempre". Hemos aprendido también que hay pocas alternativas para los alcohólicos. Si siguen bebiendo, su problema continuara empeorando progresivamente; parece cierto que están destinados a los barrios bajos, los hospitales, las cárceles u otras instituciones, o a una muerte prematura. La única alternativa es dejar de beber completamente, abstenerse de tomar siquiera la mas mínima cantidad de alcohol en cualquier forma. Si están dispuestos a seguir este curso, y a aprovechar la ayuda que les esta disponible, una nueva vida puede abrirse para los alcohólicos. En nuestra carrera de bebedores, hubo ocasiones en que estabamos convencidos de que, para controlar la bebida, no teníamos que hacer mas que dejar de beber después del segundo trago, o del quinto, o cualquier otro numero. Poco a poco logramos darnos cuenta de que no era el quinto ni el décimo ni el vigésimo el que nos emborrachaba, sino el primero. El primer trago era el que nos hacia daño. Con el primer trago nos subíamos al carrusel. Era el primer trago el que desataba la reacción en cadena del pensamiento alcohólico que nos conducía a beber de manera descontrolada. En Alcohólicos Anónimos (AA) tenemos un refrán que lo expresa: "Para un alcohólico un trago no es demasiado y mil no son suficientes". Otra cosa que muchos de nosotros aprendimos durante nuestros días de bebedores fue que la sobriedad forzada no era en general una experiencia agradable. Algunos de nosotros de vez en cuando podíamos mantenernos sobrios durante un plazo de días, de semanas o incluso de años. Pero no disfrutábamos de nuestra sobriedad. Nos sentíamos como mártires. Nos empeñábamos en esperar la hora en que pudiéramos volver a beber. Ahora que estamos en Alcohólicos Anónimos (AA), tenemos un nuevo punto de vista sobre la sobriedad. Disfrutamos de una sensación de libertad, de ser liberados aun del deseo de beber. Ya que no podemos esperar beber normalmente en ningún tiempo futuro, nos concentramos en vivir una vida plena sin alcohol hoy. No hay nada en absoluto que podamos hacer respecto al día de ayer. Y mañana nunca viene. Hoy es el único día por el que tenemos que preocuparnos. Sabemos por experiencia que aun el "peor borracho" puede pasar veinticuatro horas sin un trago. Puede que tengan que aplazar el próximo trago por una hora, o un minuto, pero descubren que se puede aplazar por algún periodo de tiempo. Cuando oímos hablar de Alcohólicos Anónimos (AA) por primera vez, nos pareció un milagro que una persona que había sido un bebedor verdaderamente desconsolado, pudiera lograr la clase de sobriedad de la que hablaban los miembros veteranos de Alcohólicos Anónimos (AA). Algunos de nosotros tendíamos a cree que nuestro beber era de algún tipo especial, que nuestras experiencias habían sido distintas", que Alcohólicos Anónimos (AA) podía dar resultados para otra gente, pero para nosotros no podría hacer nada. Otros que no sufríamos tan graves heridas por nuestro beber, razonábamos que, aunque Alcohólicos Anónimos (AA) les fuese de mucha ayuda a los borrachos perdidos de los barrios bajos, nosotros probablemente podríamos tratar el problema por nosotros mismos. Nuestra experiencia en Alcohólicos Anónimos (AA) nos ha enseñado dos cosas importantes. En primer lugar, todos los alcohólicos se ven confrontados con los mismos problemas básicos, ya sea que vayan mendigando para poder comprar una cervecita o trabajen como ejecutivos de alguna empresa grande. Segundo, ahora sabemos que el programa de Alcohólicos Anónimos (AA) de recuperación da resultados para casi cualquier alcohólico que sinceramente desee que los dé, sin importar cuáles sean sus antecedentes, su procedencia o su costumbre particular de beber.