Mi archiprobada teoría del Fordista

En éstas líneas pretenderé explicar lo obvio, lo que día a día se ve en las calles y rutas de nuestro país (que viene a ser Argentina, por si no sos de aquí). El hecho en cuestión es la estupidez conductiva que demuestran los conductores del Ford Falcon, vetusto dinosaurio creado por Spielberg y fabricado en serie por la Ford durante tantos años, que se resiste a desaparecer de la vía pública a pesar de la obsolescencia y atemporalidad del maldito artefacto.

Ante todo se me plantea una duda existencial del tipo de la del huevo y la gallina: El Falcon hace estúpidos a sus conductores o los estúpidos se compran un Falcon? Mi hipótesis es la segunda, ya que he observado que algunos conductores que se ven obligados a cambiar su vehículo por causas ajenas a su voluntad (por ejemplo el presupuesto de consumo de combustible), continúan conduciendo como si anduvieran en el maldito Falcon, a pesar de andar en otro automóvil de mayores y mejores prestaciones a todo nivel (es decir, absolutamente cualquier otro coche). Por lo tanto sólo un hechizo mágico podría probar la primera hipótesis, pero eso lo dejo para alguna otra sección de ésta página.

Ayer fue Domingo, hoy es Domingo, mañana es Domingo.....

Los conductores de Falcon viven en una dimensión paralela en la cual el tiempo se estabiliza cuando están al volante del Panzer argentino, para ellos todos los días son Domingos, todos los días se conduce con la misma estupidez. Hasta han llegado a adoptar un rasgo que los caracteriza en su afán de frenar el paso de las horas: Todos ellos conducen con el brazo izquierdo colgando muerto afuera de la ventanilla (nada de apoyar el codo para tomar el volante con mayor comodidad, etc., simplemente así, colgando como un matambre). Así pretenden congelar el reloj para eternizar aún más su pelotudez sempiterna.

Normas de tránsito Ad Hoc

Algo o alguien les ha hecho creer a los Fordistas (así los llamo yo en mi despectiva intimidad) que para ellos rige una serie de normas de tránsito que excluye al resto de los mortales. Es más, se rumorea que existe una secreta hermandad que llegó a imprimir tales normas en formato de manifiesto. Cierta vez me ví obligado a sentarme al volante de un Falcon para llevar a un amigo de mi padre hasta su casa (una horrible experiencia de la que afortunadamente pude recuperarme); el Doctor Perusso (alias "Busarda") se encontraba indispuesto y se pasó el viaje dormitando en el asiento trasero. De repente, y en mi afán de maltratar el auto, encaré un bache con todas las ganas, ante el salto violento la guantera se abrió y tuve oportunidad de contemplar durante algunos segundos lo que creo que se trata del citado documento. Recuerdo algunas líneas que leí, las cuales reproduzco a continuación:

HEPEFOAS (Hermandad de Pelotudos Fordistas Asumidos)

Qué se espera de nosotros en la calle?

*Si hay un carril lo ocupamos y lo hacemos más lento, si hay dos carriles circulamos por el medio y los transformamos en uno solo, pero más cómodo.

*Si hay dos carriles, uno rápido por la izquierda y otro lento por la derecha, circulemos por el de la izquierda como si fuéramos por el de la derecha.

*La única señal vial que no respetamos es la de velocidad mínima.

*No te molestes en frenar en una esquina, déjalo para el resto de los automovilistas, tú eres un PELOTUDO, pero a nadie le gustaría chocar con un Falcon.

*Jamás te apures ni te pongas nervioso, los PELOTUDOS entre tantas otras cosas, no necesitamos ser responsables.

*Si te pierdes en la calle, sigue a un colectivo. Si no quieres ver el horizonte en una ruta, sigue a un camión.

*Serás fanático del Turismo Carretera y odiarás al Chevrolet........

Y allí el papel se doblaba sobre sí mismo, por lo que no pude seguir contemplando. De todos modos, lo que leí fue suficiente como para comenzar a observar y poder escribir éste artículo, y así denunciar ante el mundo otro de los tantos males que nos aquejan.

Fordistas para todos los gustos

Tal como dijera al principio, hay muchos fordistas que no conducen un Falcon, dicho fenómeno se origina en diversas razones que se comprenderán en gran parte al leer la siguiente clasificación:

Fordista Sublimado: Es tan fordista que con el Falcon no le alcanza y se compró un Fairlane.

Fordista Resentido: No le alcanzó para comprar el Falcon, pero hace lo mismo con un Siam Di Tella.

Fordista Recalcitrante: Llena al Falcon con calcos de la marca y de conductores de competición de la escudería (infaltablemente J. M. Traverso desde que se vendió).

Fordista Viajado: Llena al Falcon con calcos de los sitios hasta los que logró llegar con el Falcon (infaltablemente Santa Teresita, San Clemente, Las Toninas, etc.)

Fordista Compactado: Se siente un as del volante al comando de su Taunus.

Fordista Venido a Más: Nuevo rico que circula en un Peugeot 406, pero conduciendo igual que antes.

Fordista Orgulloso: Lo lava en la calle, lo exhibe, manda las partes a cromar, etc. Un raro caso de ostentación de la pelotudez.

Fordista Pistero (caso psicopatológico): Pinta al Falcon de naranja Holanda, le pone llantas de magnesio, focos de yodo por todos lados, vidrios polarizados, calco blanco de "Ford Fierro" en la luneta. Y para peor, lo conduce como si tuviera un Mac Laren. Realmente un peligro social.

Fordista Caracol: Le pone una casa rodante atrás de las del tipo "huevito", y permanece en ciertas ciudades de la costa durante todo el verano. Pasa largos períodos alimentándose de las almejas que depreda durante el día, lo extraño es que tal hazaña lo llena de orgullo.

 

Bueno, he llegado al final de ésta nota. Si la misma ha sido de su agrado, envíe la dirección a sus amigos, y si no es demasiado pedir, un mail a mí. Y si no ha sido de su agrado, súbase al Falcon y váyase a la mierda!!!!!

 

Nandito el Acido (el webmaster de ésta página)