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DECLARACIÓN DE LA COMISIÓN HUMANITARIA "PARA QUE EMBERA VIVA" DEL SEXTO CONGRESO INDÍGENA DE ANTIOQUIA.

La madre tierra no quiere más violencia, ella nos parió sanos y está cansada de recibir cadáveres sembrados a las malas.

(Pensamiento indígena)

El departamento de Antioquia está ubicado en el noroccidente de Colombia, su extensión es de 62.800 kilómetros cuadrados y su población de cinco millones de habitantes. Por su importancia económica y política, es uno de los principales departamentos del país.

En Antioquia habitan cerca de 16 mil indígenas pertenecientes a cuatro grupos étnicos: Los Embera, los Chamí, los Tules y los Senúes, que ocupan cerca de trescientas mil hectáreas de tierra, en su gran mayoría bosque natural y selva.

Estos territorios ricos en biodiversidad, agua y recursos minerales que forman una unidad de vida con los pueblos indígenas que los habitan, constituyen hoy zonas de disputa de los grupos armados, retaguardia de sus fuerzas y lugares de descanso y recuperación de heridos.

Los indígenas antioqueños están organizados alrededor de autoridades propias llamados Sailas entre los Tule, y Cabildos entre los demás grupos.

Desde hace quince años, estas autoridades están agrupadas en la Organización Indígena de Antioquia -OIA-, la cual a su ves hace parte de la Organización Nacional Indígena de Colombia-ONIC- y del movimiento popular y democrático colombiano.

La lucha de los indígenas de Antioquia ha estado enmarcada en el programa nacional de los indígenas colombianos resumido en la defensa de la Unidad, la Tierra, la Cultura y la Autonomía; en sus conquistas constitucionales y legales y en los derechos reconocidos por instrumentos internacionales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo-OIT-.

En desarrollo del principio de Autonomía, esto es, de darse sus propias formas de gobierno acordes con sus normas y costumbres, aplicar justicia, definir su desarrollo y participar libremente en la vida política del país, los indígenas de Antioquia determinaron desde 1994, que no harían parte del conflicto armado:

"Las comunidades indígenas de Antioquia nos declaramos Neutrales frente al conflicto armado. Esto quiere decir que no aceptamos el reclutamiento fuerza armada. Ni el ejército, ni la guerrilla, ni los paramilitares encontrarán información en nosotros".

A pesar de la firme voluntad de la organización indígena, los actores de la guerra insisten en sus agresiones contra las comunidades indígenas y en particular contra el pueblo Emberá.  Así lo corroboran los testimonios que hemos conocido y los datos recogidos por la OIA, los cuales dan cuenta del robo de bienes, enseres, cosechas y animales comunitarios y familiares; de la imposibilidad de realizar las actividades de sobrevivencia diaria como abastecerse de víveres, sembrar, cosechar, pescar y cazar; del desplazamiento de comunidades enteras que se han visto obligadas a dejar sus territorios tradicionales; de la imposición de decisiones que obligan a algunos indígenas a involucrarse en el conflicto o dan aliento a rivalidades comunitarias para imponer su hegemonía militar y romper la cohesión de las comunidades; y la amenaza y silenciamiento de las autoridades, maestros, promotores de salud y líderes indígenas.

Como consecuencia de lo anterior, los niveles de desnutrición han aumentado considerablemente, la atención médica se ha hecho imposible y las enfermedades están causando graves estragos, sobre todo en la población infantil; las amenazas y presiones mantienen a las comunidades en permanente zozobra; las actividades organizativas y la implementación de los planes de vida acordados por las comunidades se han obstaculizado; y lo más grave, a la fecha han sido asesinados 63 indígenas y desplazadas 18 comunidades.

A lo anterior se suma la desidia estatal que en la práctica ha suspendido la titulación de tierras y el saneamiento de los territorios indígenas, promueve grandes proyectos y obras de infraestructura sin consultarlas con los pueblos interesados, impulsa desarrollos legales en contravía de los derechos constitucionales indígenas y  no avanza en la lucha contra la impunidad de los violadores de los derechos humanos.

Las organizaciones indígenas, la iglesia católica, las agencias de cooperación, las organizaciones no gubernamentales, los organismos humanitarios y defensa de los Derechos Humanos y las instituciones oficiales presentes en el Sexto Congreso Indígena de Antioquia, reunidas en la Comisión "Para que Embera Viva", durante el día 21 de junio de 2000, declaramos y nos comprometemos a lo siguiente:

Para constancia se suscribe en Medellín, a los 21 días del mes de junio de 2000

Pueblos Hermanos Lazos Visibles; Agencia Española de Cooperación Internacional-AECI-; Educación Sin Fronteras; Alianza Social Indígena -ASI-; Fundación Suiza para la Cooperación Internacional-Swissaid-; Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz; Corporación Cultural y Ambiental Penca de Sábila; Organización Nacional Indígena de Colombia-ONIC-, Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia, Diócesis de Apartadó, Comunidad Religiosa de la Madre Laura, Cristiand Aid., Consejo Regional Indígena del Cauca-CRIC-, Consejo Regional Indígena de Risaralda-CRIR-, Consejo Regional Indígena de Caldas-CRIDEC-, Organización Regional Embera Waunan-OREWA-, Cabildo Mayor U´wa, Cabildo Chibcariwac de Medellín,  Eulalia Yagarí, Alonso Tobón y Hector Jaime Guerra León, Diputados Asamblea Departamental de Antioquia; Jesús Piñacué Achicué, Senador de la República; Francisco Rojas Birry, Senador de la República; Central Unitaria de Trabajadores -CUT- Antioquia.