Aunque murió joven, primavera de 1945, antes de siquiera haber cumplido los 40 años de edad, Gigo Funakoshi (o Yoshitaka, dependiendo de como se leen los dos ideogramas que forman su nombre), el tercer hijo del Maestro Gichin Funakoshi, dejó una trascendental marca en el Karate-do Moderno.
Donde su padre fue el responsable de transformar el Karate desde una meratécnica de combate a una vía filosófica marcial, Yoshitaka fue el encargado de desarrollar, avalado por su padre y apoyado por otros destacados artistas marciales de la época, una técnica de karate que separó definitivamente al Karate-do japonés del arte local de Okinawa, dándole además un sabor completamente distinto y característico.
Yoshitaka comenzó su práctica de karate formalmente a los doceaños de edad, pero ya desde muy pequeño acompañaba a su padre cuando iba a entrenar con sus maestros Y.Itosu y Y. Azato. En el libro "Karate-do, Mi Camino", el Maestro Funakoshi cuenta cómo les hacían observar los kata y luego los maestros le pedían a Gigo y su hermano que los realizaran.
Aunque no era un hombre grande, poseía una enorme fuerza física para su tamaño. Llegó a ser un verdadero fenómeno del arte, alcanzando un nivel técnico y una maestría extraordinaria. Fue considerado, y sigue siéndolo por muchos, como el mejor karateka de todos, por lo menos técnica y físicamente, se dice que Shigeru Egami lo consideraba un genio del arte. Egami nos cuenta además como entrenaba Yoshitaka con el makiwara, "tomaba una posición que aparentaba un kibadachi, preparaba su golpe con los brazos colgando a los costados, sin usar sus caderas en forma exagerada. Eso si, no había duda sobre el poder de los golpes cuando se abalanzaba con todo su cuerpo detrás del golpe. Frequentemente rompía el makiwara en dos. Con ésto como un ejemplo, nos esforzabamos mucho en imitarlo y practicar muy duro hacia la meta de también romper el makiwara". Existen innumerables historias sobre las proezas de Yoshitaka, aunque ya hoy en día puede ser difícil distinguir lo veráz de la leyenda.
Ya a la edad de 7 años se le diagnosticó una tuberculosis que, según le decían los doctores, no lo dejaría vivir más allá de los 20 años de edad. Yoshitaka decidió, aparentemente, ante esta condena, entrenar con toda su energía, resuelto a llegar al más alto nivel posible en Karate antes de definitivamente perder su lucha contra la muerte.
La firmeza de su carácter sólo tuvo parangón con una fortaleza física incrementada, además con la invención de nuevas técnicas. En mayor medida aún que su padre, Yoshitaka fue un precursor del Karate-do moderno por el lado técnico. Así donde el antiguo tode ponía énfasis en el desarrollo de los miembros superiores, Gigo descubrió nuevas técnicas de pierna, Mawashi geri, Yoko Geri Kekomi, Yoko Geri Keage, Fumikomi, Ura Mawashi Geri y Ushiro Geri. Todas éstas pasaron a formar el ya abultado arsenal del antiguo estilo. Las técnicas de pierna eran realizadas además con un levantamiento de la rodilla mucho mayor que en el estilo previo y además enfatizaba el uso de la cadera. Generó además varios cambios técnicos, como el giro del torso a una posición mitad de frente (hanmi) durante el bloqueo. Yoshitaka insistía en posiciones bajas y ataques largos, encadenando técnicas, algo que lo separó inmediatamente del karate okinawense. Fue, además, el primero en enfatizar el movimiento de empuje de la pierna retrasada y de las caderas al realizarse las técnicas, con la idea de generar ataques que involucraran todo el cuerpo. Colocaba gran énfasis en el oi-zuki y en el gyaku-zuki. Se realizaban entrenamientos agotadores en los que obligaba a sus alumnos a colocar el doble del ardor que colocarían en una confrontación real, para que así estuviesen seguros de estar preparados para aquella eventual situación.
El gran maestro Gichin Funakoshi aprobaba sin reservas las iniciativas de su hijo, ésto a pesar de que sus enseñanzas, en ocasiones, y por lo menos aparentemente, contradecían lo enseñado por su hijo. Fue siempre respetado en gran manera por sus discípulos, por lo que la evolución del estilo Shotokan no supuso jamás un menoscabo para la unidad de sus maestros y practicantes.
Bajo el liderazgo de Gigo se generaron grandes cambios entre los años 1930 y 1935. Estos fueron principalmente en kumite (combate). Donde supadre colocó énfasis en los kata, Gigo desarrolló el aspecto combativo. Primeramente creó el Gohon Kumite (Combate predeterminado a cinco pasos), sistema parecido al Kendo, arte que Yoshitaka también practicaba y estudiaba bajo el último Gran Maestro Hakudo Nakayama, del cual se inspiró bastante para desarrollar el karate. En 1933 creó el Kihon Ippon Kumite (Combate predeterminado a un paso) seguido por el Jiyu Ippon Kumite (al cual Yoshitaka teníaparticular cariño) , todos ellos inspiraron el Ten No Kata.Finalizó con el combate libre, Jiyu Kumite, en 1935. Entre los principales karatekas que participaron en el grupo de desarrollo de estas nuevas modalidades de combate estaban Shigeru Egami y Genshin Hironishi.
En 1936 se publicó Karate-do Kyohan, este entregaba los métodos básicos de combate, pero principalmente los cambios en los kata, siguiendo las nuevas líneas trazadas en la técnica. En este libro quedó claro y además oficializado, el surgimiento de Karate-do como un arte marcial japonés nuevo, superando finalmente su legado okinawense, algo que quedó fuertemente resaltado con el cambio del ideograma "Kara" y además con la adopción de nombres nuevos para los Kata, con sonidos japoneses.
Yoshitaka y Gichin Funakoshi publicaron en Dic. 1943 un nuevo libro, Karate-do Nyumon, donde Yoshitaka habría escrito toda la información técnica y Gichin Funakoshi los capítulos iniciales y las historias.
Como ya se ha dicho, desgraciadamente para el mundo del Karate-do, como resultado de las duras condiciones de vida durante la II Guerra Mundial y los durísimos entrenamientos a los que se sometía Gigo, aun con fuertes ataques de tos, la enfermedad que tantos años acosó a Yoshitaka Funakoshi terminó por abatirlo y la brillante estrella fugaz, que representó Gigo Funakoshi, terminó por apagarse.Se dice que se negó obstinadamente a comer de las raciones ofrecidas por los invasores norteamericanos.
Mucho se puede especular sobre cómo habría sido la historia de Karate-do si no hubiese muerto a tan temprana edad. Egami especula sobre ésto en su libro "The Spirit of Karate", donde habla del triste estado del karate actual, en la que hay mayor preocupación por ganar campeonatos y por aprender técnicas de pelea, que adentrarse en el karate como una filosofía de vida.
Lo más seguro, como afirman mis Sempai, es que el Karate nunca habría evolucionado de la triste forma que lo ha hecho en la actualidad, sin el desbande que sucedió posterior a la muerte del Maestro Funakoshi y sin la creación del Karate deportivo.
Pero especulando no es la forma de terminar un artículo dedicado al gran Gigo Funakoshi. Algo seguro es que sigue siendo, y seguirá siendo, una inspiración para los practicantes en Shotokai en Chile. Su legado nos acompaña en cada entrenamiento, en cada posición baja que realizamos, en las técnicas de pierna, en el Ten No Kata, en los distintos entrenamientos de Kumite, su herencia vive cada día junto a nosotros y nuestro Karate.
Hakkeyoi!! Waka Sensei.