Entre otras cosas, en las Logias masónicas se aprende a amar a la nación en la que se vive, a someterse a las Leyes, respetar a las autoridades legalmente constituidas y a considerar al trabajo como un Deber esencial del ser humano.
Sus sistema de formación, que no se basa en ningún tipo de lecciones o cursos sino en la profundización y el trabajo propio de cada masón sobre la simbología de su grado, está encaminado a tratar de hacer hombres buenos, hombres mejores.
La Masonería enseña y practica los principios y los ideales de gentileza, honestidad, decencia, amabilidad, honradez, comprensión y afecto.
Sus miembros defienden la creencia de que los hombres somos todos parte de la Fraternidad Universal.
Los tres grandes principios sobre los que trabaja el masón en su proceso de autorealización son: