LA  MÚSICA  EN  EL  IMPERIO  NUEVO

 

        Después de la expulsión de los hicsos, bajo la XVIII Dinastía –la primera del nuevo reinado (1.150-1.080 a.C.)-, el país inició su período más brillante de desarrollo artístico, un período que no sin justicia ha sido comparado con el del Renacimiento italiano. Fue la época de los templos de Karnak y Luxor, el período del mal llamado hereje Ajenatón (pues no llegó a crear ningún monoteísmo, sino que sólo se limitó a dar una supremacía personal a un dios sobre los demás, algo que ya ocurrió en otras épocas anteriores) y de su reina Nefertiti en Amarna, y el de Tut Anj Amón, restaurador de la religión antigua, en Tebas.

            Entre tanto, las relaciones internacionales se mantuvieron activas.

            El Arpa grande en forma de arco seguía siendo muy popular. La lira por lo común de siete cuerdas también adoptó una forma novedosa con brazos curvados con gracia y de longitud distinta, de modo que el yugo no era paralelo con respecto a la caja armónica; no se naturalizó por entero, aunque en los tiempos de Ajenatón las muchachas que la pulsaban con un pectro, sirias, y su nombre distintivo más antiguo (cf. 1.200 a.C), kenanawr era semítico. En este último período los brazos tienen la misma longitud y terminan con la forma grácil de cabezas animales.

            Los instrumentos de percusión en tiempos del Imperio Nuevo fueron a menudo piezas de artesanía muy refinada; los crótalos, por ejemplo, en algunos casos, eran de marfil.

Consistían en un resonador cúbico y dos largos brazos rematados por espirales laterales que recuerdan el caracol del oído interno, gracias al cual podemos oír y distinguir los diferentes tonos. Su forma cúbica evocaba los tres canales semicirculares del oído interno, el que nos permite tener sentido de las tres direcciones en el espacio, es  decir, del volumen.

 

            En tiempos de Tutmosis III comienza a ser representado un curioso tambor rectangular o tamboril que es fundamentalmente tocado por mujeres. Casi por esa misma época las representaciones del festival anual de Amón en el momento culminante de la temporada de las crecidas, cuando el dios, su consorte y su hijo eran llevados por agua desde Karnak hasta Opet (Luxor), muestran tambores en forma de tonel. 

            Las flautas siempre eran tocadas por mueres, la trompeta fue de modo natural un instrumento para hombres.

            Podemos afirmar que los egipcios, al igual que los sumerios, emplearon una nota pedal, pero es cierto que resulta imposible determinar científicamente y de modo innegable qué intervalos ejecutaban la flauta melódica, el arpa o la lira si bien se conoce que el laúd asiático era capaz de producir intervalos pequeños y variables. Aún menos es lo que sabemos acerca de la forma en que estaban organizados esos intervalos. Cuandola lira y las flautas tocaban juntas, cuando el laúd se unía a ambas, no tenemos ni idea sobre las diferencias con que tocaban la misma melodía.

 

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