Cumaná, Estado Sucre, Venezuela

Indice

 
  • I.- Patrimonio
  • II.- Conservación y Consolidación
  • III.- El registro documental
  • Informe  Histórico
  • 1.Consideraciones teórico-metodológicas
  • 1.1.Los monumentos históricos y la restauración preventiva
  • 1.2.- Propuesta metodológica 
  • 2.- Relación histórica 
  • 2.  1- La Provincia de Cumaná, antigua Nueva Andalucía
  • 2. 2- Ordenanzas de poblamiento y grupos indígenas 
  • 2.3.-  Primeras edificaciones    
  • 3.- La institución conventual y los franciscanos  
  • 3.1.- La Orden Franciscana OFM     
  • 3.2.-  Las Bulas alejandrinas

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    Introducción

     

     I.- Patrimonio indice 


    El patrimonio histórico arquitectónico de carácter religioso, de la región oriental del país, es una muestra de la actividad humana producto de los procesos socioculturales que entablan los individuos de una sociedad en un espacio y tiempo determinado.

    Las ruinas del Convento de San Francisco de Cumaná, construido por los religiosos franciscanos hace quinientos años representa, el sentido de realidades sociohistóricas forjadas desde los pasos iniciales de la conquista material y espiritual sobre las milenarias culturas aborígenes que poblaban el llamado Nuevo Mundo.

    El intercambio de formas culturales diversas estructuralmente y, desde donde se promueve el poblamiento y organización del territorio, apuntalado por la actividad evangelizadora, definirá el carácter de la nueva sociedad indohispánica. El periodo denominado por los historiadores colonial y republicano son las bases fundamentales de la Venezuela de hoy.

    La política del imperio metropolitano, militar, administrativa y financieramente se apoya, desde sus comienzos, en el esquema organizativo de la iglesia cristiana; de esta manera los religiosos se convirtieron  en el soporte fundamental del proceso de conquista y colonización de lo llamados territorios de Ultramar.  La evangelización comienza en Tierra Firme en 1498, con el asiento de los religiosos en las costas de Cumaná   en el tercer viaje…. 

    Las iglesias y los conventos se convirtieron, primeramente, en el centro de la actividad evangelizadora, que albergaron a los individuos que fomentaron una nueva organización social, económica y religiosa. Todas las ordenes religiosas que actuaron en América, tuvieron claro, dentro de sus objetivos, la función del arte; por eso, procuraron 

    imprimirle a sus templos y monasterios el carácter de la Casa de Dios. Siempre fueron las construcciones mas ricas, donde tuvieron expresión el intercambio cultural entre estilos, técnicas y materiales de construcción; por ello se pueden considerar como expresión de una creación estética que obliga su valorización como testimonio del acontecer histórico y cultural.

    Las ruinas del Convento de San Francisco localizado en la ciudad de Cumaná, principal de la antigua Provincia de la Nueva Andalucía, hoy capital del estado Sucre y cuyo asiento se inicia a mediados del siglo XVII, representa el producto social y cultural del proceso de poblamiento y organización de la actividad evangelizadora desarrollada por las distintas ordenes religiosas que transitan la región y, en particular, de la orden de los mendicantes franciscanos

    Las antiguas construcciones testimonian, primero, el resultado de la adaptación de esquemas del Medioevo europeo al nuevo ambiente, de técnicas y materiales de construcción y de una creación artística singular; segundo,  la evidencia histórica cultural del desarrollo de la empresa evangelizadora que repercute no solamente en el ámbito nacional sino también continental.
     
     

    II. Conservación y  Consolidación #indice 


    El patrimonio histórico edificado y su conservación y consolidación amerita soportes teóricos y técnicos que sustenten el desarrollo de estudios especializado como proceso metodológico. Este proceso tiene como objetivos, primeramente, la aproximación a la imagen original de su pre-existencia, apoyándose en el conocimiento de los materiales utilizados para su construcción inicial, de las distintas modificaciones y usos que pudiere haber sufrido a lo largo del tiempo, así como del entorno o contexto en el que se localiza y su relación con el espacio y ambiente urbano. Por otro lado, en el caso del patrimonio histórico religioso edificado en el oriente venezolano, resulta significativo indagar las distintas facetas del proceso evangelizador que imprimieron a esas edificaciones, dentro de un contexto determinado en tiempo y espacio, unas características particulares.
     
     
     
     
     

    III. El registro documental #indice 


    La investigación documental apoyándose en estos dos elementos intenta situar históricamente la expresión arquitectónica del Convento de San Francisco, considerado por especialistas e investigadores como la primera edificación religiosa construida en Tierra Firme, evaluando su carácter  patrimonial integral como uno de los fundamentos del Proyecto de Vitalización en ruinas que adelanta la Universidad de Oriente en su carácter de propietaria de la edificación.

    En su primera etapa el estudio comprende la revisión y evaluación de las fuentes documentales y bibliográficas localizados en los archivos eclesiásticos y académicos nacionales y regionales. Esta revisión incluye la literatura histórica clásica producida con base en la información aportada por los cronistas de los Siglos XVII, XVIII y XIX, así como la información cartográfica, la historiografía moderna así como propuestas metodológicas de proyectos anteriores sobre el área de estudio.
     

    Informe Histórico #indice 

     

    1.- Consideraciones teórico-metodológicas

    1.1.- Los monumentos históricos en ruinas y la restauración preventiva.


    La actividad dirigida a la conservación y recuperación del Patrimonio Cultural construido se apoya en el reconocimiento y valoración de un bien histórico, cultural, social y artístico interpretado con base en un supuesto teórico que lo respalda. Cesare Brandi   señala que toda obra de arte -entendiendo los bienes patrimoniales como tal- es, en primera instancia, un producto de la actividad humana, actividad que supone una doble condición: la instancia estética, es decir, la calidad de lo artístico y la instancia histórica que corresponde al tiempo y lugar en el que fue realizado y al tiempo y lugar en el cual se reconoce   como tal.  En el caso de la arquitectura, Brandi identifica también la instancia de la utilidad, que solo se pondrá en evidencia en función de las dos instancias fundamentales con que se estructura la obra de arte en la percepción que la consciencia hace de ella. 

    “La restauración constituye -según Brandi- el momento metodológico del reconocimiento de la obra de arte, en su consistencia física y en su doble  polaridad estética e histórica, en orden a su transmisión al futuro” . Por eso añade, en el desarrollo de su teoría, como primer principio que la materia de la obra de arte es el objeto de la restauración; por otro lado, define la obra de arte como aquella que goza de una doble historicidad, la que consiste en  “el acto que la formuló, el acto de creación  -un autor, un tiempo y un lugar- y, en segundo término, lo que viene dado cuando incide en el presente de una consciencia 

    La obra de arte, según Brandi, debe considerarse como una unidad. Esta unidad no es solo una suma de partes sino que, si se encuentra fragmentada, esta deberá continuar subsistiendo potencialmente como un todo en cada uno de sus fragmentos; de allí que se establezca que toda obra de arte se constituye como una unidad potencial originaria. 
     

    Comprender esas instancias en su contemporaneidad, es lo que se reconoce, según el autor como segundo principio de ese momento metodológico, entendiendo que “…la restauración debe dirigirse al restablecimiento de la unidad potencial de la obra de arte, siempre que esto sea posible sin cometer una falsación artística o una falsación histórica, y sin borrar huella alguna del transcurso de la obra de arte a través del tiempo.” 

    El proceso restaurativo sobre una obra de arte debe priorizar la dimensión histórica sobre la estética. En relación al monumento arquitectónico, que puede haber desaparecido prácticamente o encontrarse como un residuo de la materia que lo ha compuesto, es decir, como ruinas es, precisamente, el pasado de estas ruinas lo que resalta su único valor y en relación al futuro respecto al cual  se debe asegurar su pervivencia.    De allí que la conservación de una obra de arte reducida a ruinas  dependerá  fundamentalmente del juicio histórico que la envuelve  .  En consecuencia  “..la restauración, cuando se refiere a las ruinas, no puede ser mas que consolidación y conservación del status quo, pues en otro caso la ruina no sería tal, sino una obra que todavía contendría una implícita vitalidad, suficiente para emprender una reintegración de la unidad potencial originaria.” 

    Por ello, en el caso de la ruina lo aconsejado es establecer una restauración preventiva  que se entiende como la conservación y salvaguardar del status quo. En el caso de los monumentos históricos calificados como ruinas, es necesario considerar, en suma, el espacio-ambiente de la ruina que, para la arquitectura, alcanza el nivel de la problemática urbana.    La legitimidad -dice Brandi- de la conservación de las ruinas radica, pues, en el juicio histórico que les otorga como testimonio mutilado, pero aún reconocible, de una obra o hecho humano. 
     

    La instancia histórica, también, debe comprender el problema de la legitimidad de la conservación o eliminación  de los añadidos que ese monumento halla recibido en el transcurso de su existencia y  considerar que esos añadidos forman parte de la historia  y por tanto del quehacer humano que le da existencia; como tales -agrega Brandi-  tienen la misma condición para ser objeto de su conservación. 
     
     

    1.2.- Propuesta metodológica #indice 


    Los procesos dirigidos a la recuperación física de las edificaciones de valor histórico implican el conocimiento integral de las mismas en tanto que producto de la acción humana, de un acción colectiva de una sociedad en un lugar y tiempo determinados. Como  manifestación concreta de la cultura es posible su vitalización e incorporación a la sociedad que lo produjo y, por ello, de reconocerle como suyos, como testigo vivo del acontecer cultural, social e históricos.

    El Proyecto de Vitalización del Convento de San Francisco de Cumaná se sustenta en las proposiciones de la teoría de la restauración con base en su condición de ruinas que por su difícil lectura y comprensión  amerita de una investigación que abarque los aspectos no solamente físicos y estructurales sino de su representación histórica y social.  De esta manera podrá ser determinado el uso que se le asigna para el futuro.

    La propuesta metodológica que se formula se sustenta en la restauración preventiva  sobre la base de dos criterio: la intervención directa definida por el concepto de ruinas que implica un grado primario de restauración, es decir, la conservación y salvaguarda del monumento arquitectónico y, la intervención indirecta que se refiere a la consideración del espacio-ambiente,  que implica, en arquitectura, el problema del contexto urbano.

    Las ruinas del Convento de San Francisco  se presenta con un aspecto diverso y casi irreconocible, mutilado, respecto al que originalmente tenia.”     El juicio histórico que se haga de esta ruina permitirá proponer el ejercicio de una práctica restaurativa acorde con su condición. Por ello se propone como objetivo central la restauración preventiva para proceder a su vitalización en función del uso que se le asigne.

    La ruina de Convento de San Francisco está localizada en el núclieo fundacional del Centro Histórico de la Ciudad de Cumana  ,  decretado Zona de Valor Histórico  por lo que deberá ser reconocido en su contextualidad social, económica, política, religiosa y cultural  en el cual se inscribe, además de promover su incorporación a la estrategia rescate y consolidación que puedan proponer otras instancias de decisión.

    Esta integración contextual  alcanza el ámbito de su utilidad social como bien cultural y educativo que implicará dirigir el conocimiento a la comunidad a la cual pertenece con el objeto de su relectura histórica crítica, que apunte al relevemiento de los factores históricos que le han dado origen así como aquellos que lo caracterizaron y condicionaron su destrucción, es decir la musealización de todos los procesos investigativo  para su difusión y valoración colectiva.

    El Proyecto de Vitalización de las Ruinas del Convento de San Francisco de Cumaná propone un proceso metodológico integral de restauración preventiva en la que la investigación histórica y arqueológica revisten importancia para la sustentación de esa unidad potencial y para la preservación de su imagen preexistente. La posibilidad de conservarlas promueve la transmisión de todos sus valores históricos, estéticos, culturales y sociales a las generaciones futuras, así como la práctica científica en el campo de la conservación integral del patrimonio histórico edificado en Venezuela.

    La tipología arquitectónica del Convento de San Francisco de Cumaná permite, por un lado, el análisis de las modalidades edilicias de las ordenes religiosas mendicantes propias del medioevo europeo y su adaptación a las nuevas realidades y objetivos de nuevas provincias americanas, el estudio constructivo estratigráfico y diferentes usos espaciales así como su relación contextual física, social y urbana  en lo que resultara el primer asiento urbano en Tierra Firma, dentro de la antigua Provincia de la Nueva Andalucía y la ciudad de Cumaná.
     
     
     

    2.- Relación histórica #indice 

     

    2.1.- La Provincia de Cumana, antigua  Nueva Andalucía


    La Provincia de la Nueva Andalucía encierra en sus predios al primer núcleo urbano establecido por los españoles en Tierra Firme: la ciudad de Cumaná. La historia hispánica de este ciudad se inicia a finales del Siglo XV, con el tercer viaje colombino de 1498, cuando se descubren las costa de Paria. 

    Desde 1512 comienza el asiento de los primeros centros de actividad religiosa en el Nuevo Mundo con la fijación de la población indígena y española en pequeños poblados. Los religiosos y españoles intentaban establecerse definitivamente en sus misiones, pero una y otra vez los indígenas asaltaban los pequeños monasterios de franciscanos, capuchinos y dominicos improvisados en pequeñas chozas. El vocablo Cumaná es de origen indígena. Con esta misma denominación se designaba el río y la costa marítima  entendida desde la entrada del Golfo de Paria hasta la actual región de Pozuelos. (ver anexo Nº 1)

    Las noticias de las atrocidades cometidas por los residentes españoles en Nueva Cádiz (Cubagua) por la explotación de las perlas son conocidas por las autoridades militares de Santo Domingo de la Española y las congregaciones religiosas que ya tenían asiente en esa desde 1493. Cubagua representaba el objetivo fundamental para quienes buscaba la riqueza. Sin embargo, las limitaciones de agua y alimentos, además del requerimiento de mano de obra esclava obligaban a filibusteros y traficantes a acercarse a las costas de Tierra Firme y violentar a la población indígena. Esto impulsa el traslado de los religiosos a las costas cumanesas para garantizar la organización de la población indígena  en centros poblados y adoctrinarlos en la religión cristiana resguardándolos de las persecuciones de los esclavistas. 

    En 1523 Jácome de Castellón es enviado a las costas para someter a la población y garantizar el suministro de agua tomada del río Manzanares y luego trasladarla a la desértica Isla de Cubagua.  En su actuación como conquistador mató prendió y esclavizó a muchos. Con el afán de proteger esas costas y su población edifica una torre-fortaleza que llama Santa Cruz de la Vista, situada en la desembocadura del río para defender el sitio de los ingleses y holandeses. En 1530 un fuerte terremoto destruye la torre junto con el poblado.  En 1562 Fray Francisco de Montesinos, en su recorrido por las costas refunda el poblado llamándola  Nueva Córdoba.  Antes, en la segunda década del siglo, 1521, este primer asentamiento había recibido también el nombre de Nueva Toledo, en otro intento de Gonzalo de Ocampo por cumplir el mandato de la Audiencia.

    El 24 de noviembre de 1569  Diego Fernández de Serpa es designado por la Real Audiencia de Santo Domingo como Gobernador de la Nueva Andalucía, y cumpliendo con las especificaciones establecidas levantando el Acta por la cual se le dá el primitivo nombre de Cumaná. “…de aquí en adelante, para todo el tiempo de siempre jamás se nombre y llame la ciudad de Cumaná…” 

    Desde esta villa comienza la penetración militar y religiosa hacia el sur del territorio provincial  que ocupaba para esos momentos lo que hoy conocemos como los estados Sucre, Anzoategüi, Monagas y Bolívar, comprendiendo los siguientes límites: “partiendo del  Esequivo y Cayana que eran de la Guayana holandesa, seguía la línea del mar por las bocas del Orinoco, Golfo Triste y Paria, Península de Araya, continuando luego por la costa hacia el río Unare; de allí subiendo se llegaba al pueblo de Pariaguán; desde aquí echando la línea imaginaria que lo separa del Nuevo Reyno de Granada, se llegaba hasta el Orinoco y de aquí hasta el Amazonas” 

    Conformada ya política y militarmente La Provincia de Cumaná o Nueva Andalucía fue el territorio en el que tuvo lugar la acción evangelizadora de los religiosos franciscanos, capuchinos y dominicos desde inicios Siglo XV hasta la Guerra de emancipación  a mediados del XIX. Este territorio formó parte de los llamados Añejos Ultramarinos que dependían del Obispado de Puerto Rico. La inmensa distancia entre la isla y tierra firme dificulta las comunicaciones por lo que en un momento se piensa en su anexión a la Provincia de Caracas, pero objetado por las autoridades permanece en la misma hasta 1790 cuando es creada la Diócesis de Guayana quedando Cumaná agregada a esta. 
     
     
     

    2.2.- Ordenanzas de poblamiento y grupos indígenas #indice 


    Además del objetivo evangelizador de los religiosos franciscanos y capuchinos asentados en la región, estos fueron responsables del poblamiento, la economía y la vida cultural de los antiguos y nuevos pobladores con el apoyo político y administrativo de la Corona.

    En el caso de la Provincia de Cumaná el poblamiento y control final del área resultó mas lento y tardío que en resto de las provincias que formaron el actual territorio venezolano, “…los rasgos físicos de la zona, compuesta por tres unidades morfológicas diferentes: cordillera costera, llanos cumaneses y el delta…tomando en cuenta que el primero oponía un obstáculo a la penetración y, que en el estaban establecidas las poblaciones mas pacíficas: chaimas y pariagotos, que los llanos eran un área…de población caribe, belicosa…y de fácil inundación, el territorio deltáico ofrecía unas condiciones ..desfavorables, a pesar de lo pacifico de su población...podemos comprender la lentitud del avance y la concentración..”   en una área cercana a la costa. 

    Los grupos indígenas que poblaban la zona eran los chaimas, pariagotos, coacas, araucas y guaraunos,  además de los palenques, guaiqueíes y los cumanagotos. En cuanto al número, algunos cronistas apuntan para el momento que, “…las estadísticas que solo se juzgan aproximadas, no será aventurado decir que en 1657…la población indígena de la Provincia de la Nueva Andalucía …era aún menos numerosa..”   que 15.000 indios. Los indios de Cumaná “..no vivían reunidos todos en misiones, los hay dispersos en las cercanías de las ciudades a lo largo de la costa donde les atrae la pesca…” 

    Los cumanagotos, uno de los grupos mas importantes y numerosos habitaban en bohíos mas o menos agrupados que permitía una base poblacional para el desarrollo demográfico ulterior. Estos grupos se fundaron en la agricultura de subsistencia y en la pesca; se abastecían de maíz  y otros productos de la tierra mediante el trueque por pescado seco y sal extraída de las salinas cercanas 

    La Relación  escrita por Juan Pérez de Tolosa en 1569 describe la Provincia de Nueva Córdoba en relación a los indios palenques “..como de buena tierra, muy cultivada en grandes labranzas de maíz, yuca, batata, auyama…y en las faldas de la sierra muchas poblaciones…”   La Provincia y el pueblo de Cumaná lo integraba una ranchería de guaiqueríes, gentes de buen talante y muy pacíficos. 

    En este ambiente, los religiosos capuchinos y franciscanos debieron desplegar una estrategia de organización extremadamente eficaz a través de las Ordenanzas emitidas por el Obispado y el Consejo de Indias de Sevilla. Los pueblos de misión y los pueblos de doctrina  fueron instaurados a través de las Ordenanzas promulgadas  el 30 de mayo de 1675. La reglamentación ordenaba que “…en las poblaciones de los indios hubiese una iglesia acomodada, que las casas fueran limpias y decentes… que se establecieran escuelas y juntamente se pusiera para los indios la casa de labor donde aprendiese a tejer, trillar y labrar e` ir a misa todos los domingos …”  Los religiosos enseñaron a los antiguos cumaneses  el cultivo del algodón, el añíl traído de Guatemala, la ganadería, el cultivo del café y del cacao. Así comienza la estructura de la base de la economía colonial.
     
     

    2.3.- Primeras edificaciones #indice 


    La rigidez del ambiente y los escasos recursos económicos obligaba a la austeridad en las primeras construcciones. Los nuevos pobladores debían contentarse con habitaciones rústicas construidas con materiales que proporcionaba el medio. De allí que los templos y edificios públicos se construyeran inicialmente con sistemas rudimentarios, aplicando métodos indígenas como fueron los techos de paja sostenidos por armaduras de madera y horcones, con paredes de bahareque    En consecuencia, el patrimonio edificado colonial muestran formas menos elaboradas en comparación con las edificaciones religiosas de las ciudades imperiales americanas.  Venezuela alcanzó solo el rango de Capitanía General en 1777. 

    A pesar de lograr una economía agrícola importante esto no facilitó una creación arquitectónica que compitiese con las grandes ciudades de los Virreinatos y las Audiencias. Por ello la mayoría de las construcciones de la época colonial venezolana presenta un estilo sencillo y modesto. En relación a los técnicas de construcción, los misioneros insistían  en  “tener mucho cuidado en que los hermanos que se enviaran .. a estas tierras supiesen carpintería y albañilería a fin de que con su trabajo material ayudaran a dirigir las construcciones de las iglesias y casas ..”  En este aspecto,  se estableció un intercambio de técnicas y materiales de construcción que dieron origen a nuestra arquitectura colonial.
     
     

    3.- La institución conventual y los franciscanos #indice 


    La aparición de los conventos como institución religiosa se vincula a la inclinación de algunos creyentes, en la época temprana del cristianismo a retirarse del mundo y dedicarse al culto místico, alejándose individualmente en sitios apartados. Bajo la necesidad de un régimen colectivo fueron transformándose en una convivencia común.  En el Nuevo Mundo los conventos cristianos se ubicaban en zonas alejadas de las poblaciones, sin embargo las exigencias de la práctica evangelizadora los obligó a la cercanía de las áreas pobladas. 
     
     

    3.1.- La Orden Franciscana (OFM)


    Las ordenes mendicantes son grupos de clérigos y seglares surgidos en el Siglo XII que buscan unir la vida religiosa con la apostólica, “pobreza comunitaria y pobreza individual”. La Orden Franciscana  Mendicantes  fue fundada por San Francisco de Asís  en Italia hacia 1209. Es la orden mas expandida en el mundo. Llegaron a las costas venezolanas en la segunda mitad del Siglo XVII, fundando 23 conventos. Iniciando las misiones de Cumaná y Píritu. Las ordenes mendicantes fueron los primeros historiadores americanos: escribieron crónicas, relataron sus visitas y redactaron textos en lenguas indígenas, enseñaron el idioma español, carpintería, tejidos y modalidades de cultivos. La Orden franciscana se extingue prácticamente, en Venezuela, por un Decreto gubernamental de 1837.

    En 1493 pasan a la isla La Española los primeros franciscanos “para cumplir labores apostólicas”  En 1502 una expedición de franciscanos  en compañía del Gobernador de las Indias Nicolás de Ovando erigió la Provincia de Santa Cruz de las Indias o Santa Cruz de la Española, fundando el convento de Santo Domingo, cabeza de la Orden franciscana en el Nuevo Mundo.  Este convento funcionó como base de las expediciones cristianas hacia las vecinas islas del Caribe y en consecuencia las costas venezolanas

    Las ordenes religiosas sirvieron de apoyo doctrinario y organizativo.  Los conventos cobran particular importancia cuando el auge misional, a partir de mediados del siglo XVII, les otorga estas inmensos territorios en los que amplían continuamente sus labores de adoctrinamiento y se convierten en centros irradiadores a las áreas misionales cercanas   Los conventos se establecían a partir de una reglamentación especifica establecida en las Leyes de Indias y con licencia del Rey, además de contar con el permiso del Obispado correspondiente.
     
     

    3.2.- Las Bulas Alejandrinas #indice 


    Las Bulas del Papa Alejandro VI, de 1493 y los documentos de 1521 y 1522 , la “Omnínoda” de los Papas León X y Adriano VI, de acuerdo a lo establecido por los preceptos de la Iglesia cristiana, concedieron a los Reyes Católicos la autoridad total y suprema sobre los territorios ultramarinos americanos. Esta autorización comprometía la voluntad del monarca en todo lo concerniente a la empresa evangelizadora en el proceso de conquista y colonización del Nuevo Mundo. 

    Las bulas alejandrinas  otorgaban a los Reyes Católicos Fernando e Isabel  las islas y tierras descubiertas y que se descubrieren  “por autoridad del Omnipotente Dios, á Nos en S. Pedro concedida y del Vicariato de Jesu Christo, que exercemos en las tierras, en todos los señoríos dellas …por el tenor d los presentes las damos, concedemos y asignamos perpetuamente a vos y a los Reyes de Castilla y de León verdaderos herederos y sucesores señores dellas, con libre lleno y absoluto, poder autoridad y jurisdicción” 

    Las disposiciones papales obligaban a los monarcas a la extensión y exaltación de la fe católica en las nuevas tierras para fundar y construir iglesias y monasterios enviando para ello a los religiosos seculares y regulares.   A partir de estas autorizaciones  las ordenes mendicantes  fundan el primer convento de la Isla La Española y se extienden geográficamente por toda América.
     
     
     

    4.- Siglos XVI-XVII #indice 

     

    4.1.- Convento de San Francisco o de Nuestra Señora de las Aguas Santas. Asiento y fundación


    Luego de la solicitud real de la Orden para la selección del personal capacitado para trasladarse a la Tierra Firme, entre 1512-1515, se erige una primera edificación con materiales propios de la región. En correspondencia con la calidad de los mismos, solo podía ser una estructura endeble cubierta de paja. Para ese momento se tienen noticias de su localización  “en la desembocadura del río que llaman Cumaná”.  Por motivos de protección, luego es trasladado una legua mas al sur, hacia el sitio llamado Cerro Quetepe cercano a las fortificaciones que le servía de protección; “…el primer asiento franciscano se remonta a los primeros meses de 1514”   El núcleo urbano del actual barrio de San Francisco surge alrededor del monasterio franciscano.

    Las noticias respecto a la existencia del convento se conocen desde que en 1516  López de Gomarra informa que “Cumaná es un río que da nombre a la Provincia en que algunos frailes franciscanos hicieron un monasterio siendo Vicario Fray Juan Garcés, el año de 1516.”    Fernández de Oviedo reseña, también, que era una ranchería de indios donde los padres franciscanos actuaban para la conversión de  “aquella gente bárbara e idólatra”. La labor franciscana complementó su apostolado con la enseñanza de la escritura, la lectura, las primeras nociones de castellano y de agricultura. Los frailes implementaron así mismo en sus conventos internados para los hijos de los principales caciques, con el fin de instruirlos  “en las cosas de nuestra fe, como leer y escribir y contar” 

    Es menester asegurar el avance de la evangelización y la Cédula Real de 1519  ordena “… le manda proveer de las dos iglesias e casas de San Francisco que están fechas en la costa de Cumaná…se edifique otras cinco iglesias e casas en aquella costa en el que se celebra el culto divino y en que puedan estar e morar quatro religiosas de la dicha orden”      Se les aseguró a los frailes hasta el exceso,   todo tipo de objetos y artículos para el buen cumplimiento de su labor “… cálices, candelabros, misales, sacramentales, libros religiosos y bíblias y las obras completas de San Agustín, el Kempis, cartillas y los libros de Arte de la Gramática de Nébrija.  Un total de setenta y ocho volúmenes, que fueron los primeros libros impresos que llegaron a tierras venezolanas.  También se les proveyó de objetos d albañilería y carpintería para las construcciones: ladrillos, palas, clavos, cerraduras, barrenos, …”   Por ello se le ha calificado como el primer centro cultural  en Tierra Firme.
     
     

    4.2.- Primeras destrucciones #indice 


    Las dos primeras décadas del siglo XVI transcurren entre los intentos de consolidar la ocupación del nuevo territorio y los enfrentamientos entre grupos indígenas y nuevos pobladores, religiosos y militares, además de la destrucción de las endebles estructuras por efectos de la actividad sísmica de la zona. La primera destrucción que se conoce del  convento se produce  en 1520. Después de los abusos de Alonzo de Ojeda, los maltratados indígenas le prenden fuego a la precaria edificación y destruyen la huerta.

    Las reiteradas destrucciones y los ataques de los indígenas  son el motivo que obligan a  los frailes franciscanos  a abandonar el territorio de las costas de Cumaná, por un periodo de ciento veinte años, no obstante su labor continua en el resto de las otras provincias. No es sino a mediados del siglo XVII, cuando el Convento de San Francisco es, formalmente establecido por la Cédula Real de 1641 como asiento de la práctica religiosa de los padres franciscanos.  Fueron varias las peticiones que hicieron los vecinos de Cumaná antes las autoridades de la ciudad para la edificación del convento. El Capítulo Provincial de Santa Cruz  celebrado en la ciudad de Trujillo autoriza su creación el 31 de enero de 1638. Se presentan dificultades  en relación a los trámites ya que había que probar que ya había existido un primer núcleo del asiento.

    La orden para su fabrica no se produjo de inmediato. La falta de recursos tanto de los religiosos como de  los cumaneses que se había comprometido con los gastos limita su ejecución. La práctica de las  Memorias Perpetuas y capellanías que se había fundado para la época figuran el en libro de la Orden desde 1635, cuando aún no existía el monasterio, pero evidencia el interés y la necesidad  por una obra semejante que le imprime carácter de expansión a las actividades de la recién fundada ciudad. 

    En 1690 se ordena que se reedifica el convento, con apoyo en la real cédula de 1641 que da origen a su fundación “la reedificación para  este convento de Cumaná por haberse arruinado el que antes havía ..”  y, de la misma manera se le conoce como un convento menor corto y pobre con cuatro o cinco religiosos 

    El interés y los recursos para la fabrica del convento ya se había manifestado en 1644 cuando el  Maestre de Campo Juan Sedeño, un comerciante de la zona y ferviente creyente, se ofrece  para ejecutar a su cargo las obras de la iglesia  a cambio de ciertos privilegios como era el patronazgo de la capilla mayor y que se colocara en cada arco toral sus armas y una bóveda para su entierro. También, que se trasladara a esta la imagen de Nuestra Señora de las Aguas Santas que se encontraba expuesta en la Ermita de la ciudad, situada cerca del Castillo de Araya.  Para ello exigía que las obras de la iglesia contaran con  “..lo menos cien tercias de largo y a su respecto el ancho y el alto, acabada y perfeccionada de todo punto con su sacristía de veinte y sinco pies; todo de texas. En tabla para riva enladrillada, blanqueada a plana con puerta y ventanas, su coro alto con cuatro asientos de escaños; un campanario con tres huecos para otras tantas campanas y un púlpito de madera …” 

     De esa manera el convento se construye en el año de 1690, al sur de la ciudad en el sitio denominado La Laguna cerca de las margenes del río Manzanares, sitio asignado por el Cabildo cumanés en 1642  ,  cerca de las márgenes del río de Cumaná llamado posteriormente Manzanares. En 1657 fallece Sedeño sin haberse iniciado la construcción, dejando en su testamento la obligación a sus familiares y autoridades de la ciudad la fabricación de la iglesia del convento bajo las condiciones estipuladas.
     
     
     

    5.- Siglo XVIII #indice 

     

    5.1- Crecimiento y consolidación de la ciudad de Cumaná


    Se puede calificar este siglo como el de la subsistencia pues la dureza del medio y las riquezas de oro y plata eran inexistentes. A pesar de la frecuencia de los movimientos sísmicos que determinaron en buena parte el desarrollo de las edificaciones de la ciudad, el Siglo XVIII fue un periodo en el que se consolidaron las fortificaciones que protegían a la noble ciudad de los continuos ataques e incursiones de las armadas inglesas y holandesas queriendo intervenir en la explotación y comercialización de las riquezas de Nueva Cádiz y de las Salinas de Araya.

    El barrio de San Francisco se origina a partir del convento y su plaza frontal; esto lo define como la génesis y núcleo central del casco histórico de la ciudad de Cumaná. El antiguo barrio  se inserta en un semicírculo conformado por el castillo de Santa María de las Cabezas,(1671-1673),  San Antonio de la Eminencia (finales del XVII), y los reductos de San Carlos y La Candelaria (comienzos del XVIII)  fortificaciones que daban capacidad defensiva y permitían el desarrollo normal de la ciudad. (ver  plano Nº  )   . Por otro lado, la vida cultural era notable. Algunos cronistas dicen que el desarrollo de la vida económica y social de la ciudad, a principios de siglo,  también estaba  animada por “…representación de comedias, diversiones y otras manifestaciones artísticas …” 

    La formación de los clérigos franciscanos contaba para 1730 con las clases de Latinidad y Griego, una década después, se impartía la enseñanza de la Gramática, así como escuela de lengua materna y las clases para leer, escribir y contar  . Por breve tiempo existió un noviciado, a finales del siglo XVIII.  El Convento de San Francisco en 1745 era una iglesia con “…paredes de cantería, cubierta de paja y pilares de madera; un campanario de cantería con tres campanas; un órgano en mal estado, púlpito de cedro y capilla mayor de bajareque” 

    El progreso de la edificación se reseña en 1757 con mayor detalle en los Autos Testimoniales que presenta el gobernador Mateo Gual  describiéndola como “…como una obra de mampostería, con estructura de madera cubierta de teja, de treinta varas de largo y quince de ancho, fuera de la capilla mayor y las colaterales; con siete altares, los tres con retablo dorado y los demás con sus nichos, tres campanas en el campanario;  y el convento con como cuatro recintos alrededor del único claustro…” 

    Se autoriza al Gobernador Carbonell en 1773 para establecer una batería en el río, demoler el Castillo de Santa María de las Cabezas y otros edificios que estuvieran en peligro de derrumbe Con esta autorización se recomendó las especificaciones  inscritas en los capítulos de Bartolomé de Amphaux para la organización urbana, considerándose como las primeras propuestas de este tipo para la ciudad e Cumaná y se indicaba que: “…no se permita aumentar la manzana de las casas que hace frente a la calle se San Francisco. “  En 1797 se produce uno de los terremotos mas fuertes del siglo, causando daños en la ciudad. El Gobernador informa al Rey  que “Considera un milagro que no se halla caído la iglesia y el convento de San Francisco.” 

    Los últimas décadas del siglos XVIII marcan un verdadero florecimiento de las actividades religiosas y educativas que se realizaban en los recintos del Convento franciscano. El Obispo de Puerto Rico Pedro Martínez de Oneca, en su Visita a la Provincia de Cumaná en 1760,  lo estima como apropiado para el establecimiento de estudios de Filosofía y Teología;  la ciudad contaba para ese momento con cuatro mil ghabitantes y el convento albergaba nueve religiosos y tres hermanos legos, según apunta el Gobernador Diguja y Villagómez en su Visita efectuada al oriente y Guayana entre 1760-1765.
     
     

    5. 2.- El Convento #indice 


    La edificación aumenta  y es para 1780 cuando la Venerable Orden Tercera (VOT) de los franciscanos inicia las obras para la fábrica de una capilla. La nueva edificación se ubica en el lateral izquierdo de la iglesia pero separada de la pared. Esta modalidad deja un espacio entre ambas edificaciones que posteriormente causaran deterioro por la acumulación de aguas, pues la iglesia se encontraba mas baja que la capilla. La construcción finalizó en 1795.  Según los especialista de la historia de la Arquitectura, el Convento de San Francisco responde a la organización del  “…esquema benedictino inspirado en el primer modelo de los conjuntos monásticos, según el diseño para la remodelación de San Gall a orillas del río Constanza del año 820. Lo que se mantiene es lo referido al propio convento, el núcleo iglesia-claustro y las áreas para las actividades de abastecimiento de huertas y corrales” 

     Como las funciones de los mendicantes servían también al público sus edificaciones “... debían tener acceso desde el interior del claustro para los religiosos conventuales a través de la Puesta de San Agustín y desde la calle para los feligreses. De allí la presencia casi constantes en los conventos venezolanas y americanos en general, de un espacio público frente a la iglesia que cumpliera funciones de atrio. En el Convento Franciscano de Cumaná nos hallamos en este caso. La iglesia se ubica frente a una plaza que puede asumir en determinados momentos la función de espacio físico y religioso a la vez.” 

    Las características de la edificación responden a una arquitectura modesta, dotada del mínimo requerido para su funcionamiento: altares, retablos, imágenes religiosas, alhajas y ornamentos.  Las descripciones de Mateo Gual de 1757 señalan que además de la iglesia había un solo claustro al rededor del cual se distribuían la Sala Capitular, el Refractorio, De Profundis, “…era de una planta con pilares de madera y techo de teja y el cuarto de dos pisos, con paredes de tapias y cubierto de tejas y, eran “…trece celdas en total, de barro y paja, una enfermería con cuatro habitaciones de tapia y rafa, mas otros tres cuartos de torta y paredes de bajareque para despensa, troje y cocina.” 

    Estaban también las habitaciones de los frailes, la biblioteca, la cocina, un espacio para depósito, otro para la enfermería. Estos últimos probablemente estarían ubicados hacia las riberas del río junto a la huerta que surtía los alimentos propios de la tierra y permitía el sostenimiento de la población del Convento. Mediando la huerta, las orillas del río Manzanares por donde muy probablemente se establecía la comunicación fluvial y el intercambio de bienes y personas.

    La iglesia tenia una nave central con su coro y el altar mayor y dos naves laterales. Su cuerpo principal tenia una dimensión de treinta y seis y un tercio de largo (30 mts aprox.), quince varas de ancho (12.5 m ts. aproxm. ) y seis varas de alto (6,6 mts. aprxm.)   La prospección arqueológica que se adelanta en estos momentos ha corroborado estos datos, además de haber descubierto la parte posterior de la nave central, pisos y paredes, y el área oeste donde se ubicaban algunas de las habitaciones.  El coro de la iglesia media nueve varas de largo (7.4mts) y siete y media de ancho, estaban también los altares de  San José y Nuestra Señora de la Soledad.  La capilla de los terciarios media unos  ocho metros de ancho por treinta y cinco de largo.

    En los últimos dos años del siglo el Guardián del Convento Fr. Marcelino Reygada había fundado 94 memorias de obras pías   por una suma de 29.261 pesos con 4 reales, lo que representaba un capital importante para la economía de la región   . La capellanías y censos también aumentaban los recursos de la iglesia con lo que se sufragaban gastos de educación y sostenimiento de los religiosos, así como las obras de expansión y crecimiento de las edificaciones.  El Libro Becerro, contiene, desde 1635, referencias a censos y capellanías instauradas para tales fines.    En estos años se remodela la  iglesia correspondiente reparándose la capilla y la nave principal y colaterales   Se le describe como  “..larga de treinta y seis varas y un tercio, quince de ancho y ocho de alto, cubierta de cielo raso con su coro correspondiente de nueve varas de largo y siete y media de ancho”

    La práctica religiosa de efectuar enterramientos de personas ilustres y cristianas benefactoras en las bóvedas en las iglesias y monasterios ya se instauraba, y en San Francisco esto se realizaba desde las primeras décadas del Siglo XVIII.  Las personas que recibieron sepultura en este monasterio aparecen inscritas el las Memorias de la Iglesia Matriz   De los ilustres personajes la historia reseña que, el prócer oriental General en Jefe José Francisco Bermúdez fue enterrado en la bóveda del convento de San Francisco el 16 de diciembre de 1831 y trasladado luego al Panteón Nacional , “…no recibió ningún sacramento porque fue muerto anoche alevosamente de un balazo..” 

    La capilla de la Venerable Orden Terciaria se hallaba en 1804  enteramente maltratada y en estado de amenaza de ruina como consecuencia de los temblores del 14 de diciembre de 1797 y agosto de 1802, por lo que ya no se celebraban los oficios, y de esta manera aconseja su demolición. Sin embargo esto parece que no se llevó a cabo pues todavía en 1831 se encuentra las memorias de un último enterramiento 
     
     
     

    6.- Siglo XIX #indice 

     

    6.1.- La guerra de Independencia y orden franciscana


    Las guerras y los terremotos influyen notablemente en los cambio y  transformaciones  que sufre  la ciudad de Cumaná es consecuencia de los terremotos y las guerras, como  factores decisivos  en una sociedad que se gestaba bajo un nuevo signo, tras la ruptura del vínculo colonial con el Imperio metropolitano.  Humboldt describe la ciudad hacia 1799  de la siguiente manera: “La ciudad de Cumaná propiamente dicha ocupa el terreno comprendido entre el Castillo de San Antonio y los pequeños ríos de Manzanares y Santa Catalina…el delta es un terreno fértil … plantas cultivadas en los sembrados o chacras. No posee la ciudad ningún edificio notable, y la frecuencia de los temblores de tierra no permite esperar que pueda poseerlos algún día… los arrabales de la ciudad son tan populosos como la vieja ciudad. 

     “Las orillas del Manzanares -añade Humbolt  son muy placenteras… que los calores son  excesivos … Los niños pasaban …una parte de su vida en el agua…”  Humbolt admiraba el esparcimiento de las gentes a orillas del río, lo que indicaba lo que nos refiere la estrecha relación que existía entrega la ciudad y el Manzanares. El sabio germano estimaba para 1802 una población de dieciocho mil habitantes. Para 1810 cinco frailes habitaban el convento.  La causa libertadora se había iniciado en Caracas y Cumaná se une a ella, los  franciscanos la apoyan, no sin antes advertir su participación sin perder su autonomía.  La guerra diezma los campos, la economía es precaria y la inestabilidad política se instaura.
     
     
     

    7. La actividad educativa en el Convento de San  #indice Francisco


    Algunos especialistas de la historia de la educación en Venezuela señalan que las ordenes religiosas contribuyeron con la creación de las escuelas conventuales y municipales como expresión institucional de la formación de la cultural.  La función educativa abre el paso a la institución básica de la formación de la población de la Provincia de Cumaná y del resto de la sociedad venezolana. 

    No existía la instrucción oficial. La que había era impartida por religiosos  y maestros particulares en los conventos de San Francisco y Santo Domingo. En sus distintas etapas de existencia el convento de San Francisco fue asiento de las cátedras de filosofía, latinidad, teología  muy vinculadas a la labor religiosa; posteriormente, se establecen las clases de gramática, matemática y medicina como instrucción secundaria y universitaria conjugando el valor social y cultural de este histórico recinto.

    Las nuevas modalidades que se desprenden de los cambios políticos hacen posible que en 1812 se aprueba la creación de la Universidad por parte del Ayuntamiento de Cumaná y el Cuerpo Legislativo, sancionando este que debía funcionar en los espacios del Convento. Posteriormente, el Congreso de Cúcuta sanciona  en agosto de 1821 una ley que suprime los conventos menores que tuvieren menos de ocho religiosos para destinar sus edificaciones y rentas a la fundación de Colegios Nacionales en todas las capitales provinciales.

    El Vicepresidente de la Gran Colombia el General Francisco de Paula Santander dicta un decreto con el cual se crea el Colegio Nacional de Cumaná dedicado a la educación secundaria en la provincia. Como las rentas de los conventos pasaron a manos del gobierno esto permitía su manutención y funcionamiento. El Colegio ofrecía así las cátedras de gramática castellana, latinidad y principios de retórica, filosofía y matemáticas, además de derecho civil y público, teología dogmática y medicina. 

    El estado de la edificación no había recibido grandes mejoras para  contener una actividad mas compleja que las de los primeros tiempos. Para 1823 el inventario que se hace del convento  informa que “…su fábrica enclaustrada...en mal estado, sin puertas, faltos de pisos, y los claustros y corredores, desenladrilladas las habitaciones”   Por otro lado se afirmaba que la Capilla de los Terciarios  “…se encontró …sus tres puertas principales, en estado de algún deterioro, principalmente el techo de la Capilla mayor hundiéndose por la podredumbre de las varas…”  Aún cuando el convento es suprimido en 1821 seguía funcionando la  iglesia para el público, por lo que se le hacen algunas reparaciones hacia 1825 cuyas costas son cubiertas con los fondos de la parroquia.

    Las circunstancias de la guerra y las disputas provinciales disminuyen la actividad escolar. Ya pacificado en una gran parte el país, otro decreto del General José A. Páez,  a la sazón Presidente de la República,  proclama  el 2 de febrero de 1834 que se destinen sus rentas, bienes y capellanías a las funciones de los colegio; El Colegio se instala el 21 de noviembre de 1835 y un año después se encontraban funcionando las cátedras de latinidad, filosofía y matemáticas. Sin embargo, el deterioro de la edificación es evidente, ya que en febrero de 1837  se presenta una   solicitud de recursos para la reparación total de la casa “y asegurase contra el desplome que ya se observa por la parte que mira al sur del edificio..” 

    Uno de los episodios mas importantes en la historia del Colegio Nacional de Cumaná fueron los años entre 1850 y 1852 en los que dictaban los cursos primero y segundo de Medicina que estuvieron a cargo del Sabio cumanés Daniel Bauperthuy,? Calixto Gonzalez y Antonio J. Sotillo

    En 1835 un fuerte terremoto destruye las edificaciones de mampostería y bahareque de la ciudad, el Colegio Nacional queda inservible, deben suspenderse las clases, y una década mas tarde se ocupa otra edificación cercana, dando posibilidad de mantener la instrucción secundaria.
     
     
     
     

    8.- Siglo XX #indice 

     

    Un cambio radical


    El inicio del siglo se diseña bajo el paso que aleja el país de las vicisitudes del Siglo XIX y lo obliga a transitar hacia nuevos tiempos en el orden político.  En el ámbito económico, el Gobierno de Castro hubo de enfrentar serios problemas financieros por lo cual se modifica la estructura impositiva con el objetivo de mejorar las percepciones fiscales.  Entre las acciones que el estado implementa es el deshacerse de cargas económicas no rentables.  En este proceso el abandonado y derruido convento franciscano será sujeto ,por parte del gobierno como su legítimo propietario de una autorización para su venta a los particulares. 

    Una de las manifestaciones mas importantes dentro del nuevo esquema político y social es el auge del sector artesano-manufacturero, observándose, igualmente, cambios en los patrones de construcción de viviendas,  donde el bahareque y el adobe ceden el paso al ladrillo y al cemento, la locomoción con la llegada del camión como medio de transporte y, de manera general, un incipiente desarrollo urbano. 

    El proceso de urbanización implica una nueva forma de consumo de los bienes  para la comunidad urbana: las carpinterías, sastrerías, alfarerías, jabones, etc. ya existían desde tiempos anteriores pero  no rebasaban el nivel artesanal,  lo cual señala la importancia que va tomando el suministro de mercado interno que se abastece por lo producido en fabricas y plantas procesadoras.  En 1921 aparece en la región la Compañía Industrial de Manzanares que se ocupaba de explotar materias derivadas del coco ; esta nueva actividad generadora de empleos y de nuevos productos de consumo permite el desarrollo a su vez  de otras pequeñas industrias.

    Apoyado en el decreto de 1881 que autorizaba la venta de las propiedades como los Colegios Nacionales en 1885 el gobierno nacional vende un área de escombros localizada en San Francisco, de 3.424,59 metros  a Juan B.  Alonzo y  a José M. Otero Alcalá y que luego es adjudicada a este último en 1888 como consta el registro mercantil de la Ciudad de Cumaná.  Esta misma área de escombros es vendida nuevamente en 1891 a Juan Bautista Bruzual S.  por la cantidad de 2.600 bolívares, que es nuevamente vendida en 1910 a otro de los miembros de la familia Bruzual, Andrés, que luego pasará por herencia a Luis Salvador Bruzual en 1946. El área de escombros señalada en los documentos mercantiles correspondía las ruinas del antiguo Convento de San Francisco.  La familia Bruzual instala una pequeña industria de jabón  denominada Las Espadas, que había funcionado en la Calle Uríca situada, también, en el histórico Barrio San Francisco, con un nuevo nombre, Jabonería Nueva Andalucía, cuya existencia se prolonga hasta mediados de los años cincuenta 

    Esta última etapa resulta relevante en relación a la intervención de los espacios, remodelaciones y cambios internos que sufre la edificación de manera radical en función de su nuevo uso y el desarrollo urbano de la ciudad.  El ala oeste del convento que incluía parte de los recintos que circundan el claustro y la huerta desaparece como consecuencia de la construcción hacia el año 1946 de la nueva carretera Cumaná-Cumanacoa, hoy calle Sucre. Los espacios internos son reacondicionados para los procesos propios  de la jabonería,  en los que se incluyen faenas de secado del coco, el cocimiento y almacenamiento de la copra, la fabricación de sacos, la instalación de tanques de agua y la oficina de la nueva industria, localizada en el ala este,  donde se ubicaba la capilla de la Orden Terciaria.

    Entre 1910 y 1913,  los nuevos dueños del área que había servido al antiguo convento proceden a ejecutar trabajos de limpieza de la maleza y de los escombros acumulados durante mas de sesenta años.  De esta manera  “Se reedifica la planta baja y se hacen construcciones en el interior de la parcela, con  bahareque y madera; se instalan los techos de caña amarga y cubierta de tejas sobre dos muros de sillares paralelos existentes y, además, un corredor de tejas de 18m. x 9m con piso de cemento.  Al mismo tiempo se mantienen la fachada principal que daba a la Plaza de San Francisco (Plaza Ribero, luego Plaza Badaracco), también se le colocan las rejas de hierro en las ventanas, probablemente sin cambiar el diseño colonial.”  Terminadas las remodelaciones se traslada la fábrica desde la calle Uríca a este espacio, que aún  se comunicaba con el río y, los espacios abiertos de lo que inicialmente fue el claustro conventual, permitíendo la faena de la jabonería en espacios abiertos. 

    La prospección arqueológica realizada en la Zona de Ocupación V (ver plano anexo),  ha localizado las evidencia materiales de  “un hogar de ladrillos en muy  buen estado de conservación “, al borde oeste de la calle, evidencia de la ocupación del sitio por la fabrica de jabones. Esta ocupación duró desde 1910 hasta 1946. 
     
     

    Conclusiones #indice 


    La confrontación de la información que ha arrojado el sondeo y la prospección arqueológica, además de los datos aportados por la indagación documental, muestran las transformaciones que han sufrido los  espacios y usos de lo que fue el Convento franciscano de Cumaná,  respondiendo a las complejidades de la nueva sociedad que se gestó durante la colonia y a las exigencia de las distintas actividades de las cuales fue asiento. La supresión del quehacer religioso y educativo es el antecedente del proceso de modernización venezolano del siglo XX,  sobre la base de un nuevo esquema societario. Un estado nacional, que se desprende del fardo colonial y,  sin los sobresaltos de la guerra caudillesca de finales de siglo, intenta la reorganización social, económica y política con el norte del “orden” donde la cultura y el “progreso” se apoyan en los nuevos capitales nacionales y en las transformaciones que la nueva sociedad urbana imponen: una industrialización incipiente basada en la transformación artesanal de la materia prima local, antecedentes de la gran industria de transformación y producción a gran escala.

    Las edificaciones se transforman, crecen y sufren los mismos cambios que el orden social en las que se erigen les obliga. Cada cambio de la edificación implicó un cambio en la sociedad. La historia de estos monumentos son el producto de la acción humana en toda su amplitud, de allí que las confrontaciones documentales y arqueológicas nos permitan la reconstrucción histórica de un momento en la vida de los pueblos, que posibilite su comprensión y  su reinversión en la sociedad para las generaciones futuras.

    Desde 1853, a consecuencia del terremoto que destruyó la gran mayoría de las edificaciones de la ciudad el Convento Franciscano queda reducido a “un área de escombros”. Algunos historiadores señalan que al implantarse la jabonería  “se reedifica su planta baja.. La entrada de ese establecimiento es indudablemente la msima del antiguo convento…”     El relieve del escudo franciscano sigue presidiendo la entrada y a la izquierda se distingue perfectamente el primer cuerpo de la fachada de la iglesia con cuatro contrafuertes al exterior y la puerta mayor tapiada en el centro como igualmente sus solares enladrillados y los de la capilla de la Orden Tercera paralela a dicho templo a su costado izquierdo.   Los documentos del archivo conventual desaparecieron…  en las muchas vicisitudes por las que ha pasado durante el siglo XIX. 

    El  valor de la historia y la cultura cumanesa se inscribe, en una  placa adosada a su fachada principal, recuerdo del sentimiento expresado en el canto popular, como muestra del arraigo y pertenencia de este monumento a la memoria colectiva de un pueblo, sobre un mármol jaspeado de uno por cincuenta metros y letras en relieve color sepia; 

    “Ay Cumaná quien tuviera, y por tus calles pasara, 
    y a San Francisco yo fuera a misa de madrugada..”

    Copla cantada según la leyenda
    en el propio campo de la Batalla de Ayacucho por el soldado cumanés Juan Pinto
     
     

    Sugerencias y recomendaciones #indice 


    Al situar históricamente la expresión arquitectónica y la significación social y cultural  del Convento de San Francisco, las informaciones histórica documentales que se han presentado en esta relación, sobre la edificación, cambios y transformaciones de las cuales han sido objeto el monumento, y los motivos de su destrucción y abandono, han sido corroborados intensamente por la prospección y sondeos arqueológicos realizados hasta el momento, sobre el área de estudio.

    La información relativa a la última ocupación del área por la industria jabonera, aspira a completarse con la prospección arqueológica sugerida en el informe presentado por los especialistas de la arqueología. Los resultados de la prospección arqueológica han recomendado desarrollar una campaña intensa de rescate arqueológico sobre la zona de ocupación V  y en el área que se encuentra debajo de la calzada de la calle Sucre, correspondiente al periodo entre 1946-1955 fecha, esta última en la cual fue cerrada la fábrica.

    La información documental que se ha presentado, respecto al periodo de la jabonería alcanza los años entre 1910 y 1936, cuando se inicia la industria jabonera hasta y uno de sus momento mas activo, según las informaciones referidas en la entrevista con uno de los descendientes de la familia Bruzual. Evidentemente, la construcción de la calle Sucre obligó a sus propietarios a restringir los espacios de la industria, exigiendo una remodelación y una redistribución interior. También, se ha podido conocer que, en el tiempo de su abandono total, existió una solicitud de una petrolera para instalar una gasolinera.

    Estas informaciones merecen la pena ser corroborados por una siguiente etapa del estudio etnohistórico. En este sentido, se sugiere complementar la información que va desde finales de la década de los treinta hasta la fecha del cierre de la fábrica y su total abandono, teniendo la posibilidad de ser corroborada con la propuesta sugerida por el estudio arqueológico.

    Por otra parte, resultará interesante ampliar las hipótesis del desarrollo de la edificación (ver anexos) , y considerar el análisis de la arquitectura del convento propuestos por los investigadores Marcano y Meza Suinaga, respectivamente, en un estudio realizado para la Universidad de Oriente,  de fecha septiembre de 1992. 
     
     
     
     

    ANEXOS #indice 


    Anexo Nº 1. 
    Mapa de la Provincia de la Nueva Andalucía,  Siglo XVIII, s/d

    Anexo Nº 2
    Mapa general de la Provincia desde el río Orinoco hasta el cabo Codera. Comienzos del Siglo XVIII (“parece hecho por un misionero extranjero”)

    Anexo Nº 3
    Plata del Castillo de Santa María de Las Cabezas  15 de febrero,Año Vista del Castillo hacia el Convento de San Francisco. AGI, Santo. Domingo

    Anexo Nº 4
    Plano de las fortificaciones de Cumaná. Letra A: Castillo Santa María de las Cabezas. Año 1725 AGI Santo Domingo 598

    Anexo Nº 5
    Plan de la Provincia de Cumaná en el que se presenta el Castillo de Araya y Cumaná. Año 1752 . Letra C, Ciudad de Cumaná

    Anexo Nº 6
    Plano General de la Ciudad de Cumaná y sus contornos. Explicación  Se señala El Reducto de La Candelariao y el Convento de San Francisco. Año 1774 . AGI, Santo Domingo 

    Anexo Nº7
    Plano General de la ciudad de Cumaná y sus contornos Año 1774 la ciudad y el río Manzanares

    Anexo nº 8 
    Plano de la Ciudad de Cumaná. Año de 1848. Planos del Museo Militar de Madrid Ciudad del Siglo XX .  Exposición del Proyecto Rescate y Renovación de Centro Histórico de la Ciudad de Cumaná. 466 años de fundada. 27-10-81 al 10-01-82. Museo Gran Mariscal de Ayacucho, Cumaná . Sala CANTV: 28-01 al 28-02 1982

    Anexo  Nº 9
    Plano ciudad de Cumaná. 1982 Exposición del Proyecto Rescate y Renovación de Centro Histórico de la Ciudad de Cumaná. 466 años de fundada. 27-10-81 al 10-01-82. Museo Gran Mariscal de Ayacucho, Cumaná . Sala CANTV: 28-01 al 28-02 1982

    Anexo  Nº 10
    Levamtamiento aerofotogramétrico de la ciudad de Cumaná. 1936. Cartografía Nacional.  Sección de la parcela  que ocupaba la de la Jabonería Nueva Andalucía.  Antes de la construcción de la Carretera Cumaná-Cumanacoa.

    Anexo  Nº 11
    Publicidad dela jabonería Las Espadas  en la prensa local. Nótese que la publicación es de agosto de 1923. Antes de cambiar su nombre por el de Jabonería Nueva Andalucía.

    Anexo  Nº 12
    Decreto de Zona de Valor Histórico  y Centro Histórico de Cumaná. Poligonal.

    Anexo  Nº 12-2
    Ordenanza de Zonificación

    Anexo  Nº 13
    Posos de sondeo y excavación arqueológicas: Levantamiento de las Zonas de Ocupación. Estudio Arqueológico. Nótese parte posterior de la capilla principal, altar mayor y sacristía. Diciembre 1996

    Anexos  Nº 14-1, 14-2 y 14.3 
    Hipótesis del desarrollo de la edificación del Convento de San Francisco. Luis Guillermo Marcano.

    Anexo Nº 15
     Dibujo. Localización de las faenas y actividades de la jabonería Nueva Andalucía. Levantamiento según informaciones del Sr., Elias Bruzual, descendiente de  Andrés Bruzual. Sep. 1996
     
     

    Anexo Nº 16
    Levantamieno aerofotogramétrico de Cumaná. 1992. Localización del área de estudio.
     
     
     

     INDICE DOCUMENTAL Y BIBLIOGRAFICO

     

     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     

    Archivo Arzobispal de Caracas AAC. 
    Fondos franciscanos. Conventos e Iglesias.  Papeles varios.

    Archivo de la Academia Nacional de la Historia. AANH 
    Colección de documentos relativos a la época colonial. Fondo  Froilan de Rionegro

    Archivo de la Iglesia Parroquial de  Santa Inés:
    Libro Becerro del convento de Nuestra Señora de la Aguas Santas de Cumaná. Lavorado por el hermano Fr. Estevan San Joaquín Irigoyen. Evisor delos Archivos de esta Santa Provincia de Cumaná de Caracas. Año 1799

    Registro Principal de la Ciudad de Cumaná. 
    Libro de Protocolo.  Nómina de expedientes civiles y mercantiles. 

    Biblioteca Nacional. Dirección de Servicios Audiovisuales.  Cartografía
    Colección de Mapas y Planos del Archivo de Indias de Sevilla. Vol de 1 a 5  (microfilms)
     
     

    Bibliografía


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    -----------------------------------------------: “La evangelización fundante en el oriente de Venezuela.” en: Boletín del Centro histórico de investigaciones eclesiásticas. 1988

    HUMBOLDT, Alejandro: Viaje a las regiones Equinocciales del Nuevo Continente. Caracas. Monte Avila editores. Traducción de Lisandro Alvarado, Eduardo Röhl yJosé Nuceti-Sardi.  1985

    MARCANO, Pedro Elías: Consestario de la ciudad de Cumaná. Cumaná. Imprenta El Heraldo, 1924

    MARCANO, Luis Guillermo:  El Convento de San Francisco de Cumaná como objeto de estudio para una  propuesta metodológica en el campo de la conservación integral. Ponencia presentada a la III Conferencia Internacional sobre Conservación de Centros Históricos y Patrimonio Edificado Iberoamericano.  México julio 1991. Mimeografiado. 

    MARCO-DORTA, Mario: Materiales para la historia de la cultura en Venezuela. Documentos del Archivo General de Indias de Sevilla (1523-1828). Caracas, Fundación John Boulton. 1967

    MEZA SUNIAGA, Beatriz: El Convento de San Francisco de Cumaná. Testigo permanente de la ciudad. Septiembre. 1992 s/d. mimeografiado.

    MILLAN, José: Colegio Nacional de Cumaná: 1834-1857. Contribución al estudios de la educación en Venezuela. Cumaná. Biblioteca de Autores Sucrences. Gobernación de Estado Sucre. 1988

    Ministerio del Desarrollo Urbano: Registro Patrimonial histórico de Venezuela. Caracas 1988

    MUDARRA, Miguel Angel: Cultura sucrence. Caracas. Impresos Librado Vázquez. 1958.

    PEÑALVER GOMEZ, Manuel: Datos para la historia de la educación en el oriente de Venezuela. Caracas. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. 1979

    RODRIGUEZ CASTILLO, Leonardo: Las unidades y sistemas de medidas pre-métricas de Venezuela. Fundación para la capacitación e investigación aplicada a la reforma Agraria.  CIARA. 1983

    SANABRIA, Alberto: Visiones de la ciudad primigénia. Caracas. Editorial Arte. 1964

    TORUBIA, José: Crónica de la Provincia Franciscana de Santa Cruz a la Española y Caracas (Libro primero de la novena parte de la Crónica general de la Orden Franciscana) Estudio preliminar y notas de Odilio Gómez Parente. OFM, Caracas Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. 1977

    VILA, Marco-Aurelio: Antecedentes coloniales de los poblados de Venezuela. Caracas. Dirección de Cultura-Facultad de Humanidades y Educación. Universidad Central de Venezuela. 1978
     
     

    Publicaciones periódicas 


    Revista Técnica del Ministerio de Obras Públicas. Caracas-Venezuela. Publicación bimestral. Vol de los años 1932-1939

    El Cojo Ilustrado. 1892-1915 Caracas. Ediciones Emar.

    EL IRIS.  Organo de la Sociedad Santa Cruz de la Unión. Semanario Informativo. Cumaná julio y agosto 1923. 

    Otras publicaciones
    Exposición del Proyecto Rescate y Renovación de Centro Histórico de la Ciudad de Cumaná. 466 años de fundada. 27-10-81 al 10-01-82. Museo Gran Mariscal de Ayacucho, Cumaná . Sala CANTV: 28-01 al 28-02 1982

    Entrevistas
    GONZALEZ OROPEZA, Hermann. Director del Instituto de Investigaciones históricas. Universidad Católica Andrés Bello. Párroco de la Iglesia de San Francisco de Caracas. Septiembre 1996

    BRUZUAL, Elías. Septiembre 1996 
     
     
     
     

    Nota Biográfica

     

     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     

    Luis Daniel Bauperthuy 
    Nace en la Isla de Guadalupe 26-08-1807 -  Fallece en
    Bartica, Guayana Inglesa 03-09-1871

    “Médico e investigador, descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla. Doctor de la Facultad de Medicina de París (1837). Desarrollo su teoría sobre la transmisión de enfermedades a través de los incestos. Llega desde Maturín y se radica en Cumaná donde funda los estudios de medicina (1850-1853). Médico de sanidad de Cumaná. Atiende a la población en varias epidemias de viruela, fiebre amarilla y cólera.. Durante sus campañas experimenta con el mosquitero y demuestra que sin la picada del mosquito que el había identificado dando el nombre de aedes aegypti la enfermedad no se propaga. Refuta la teoría del miasma (vapores y emanaciones) y afirma que la malaria se transmite también por la picada de un mosquito… Sin embargo sus investigaciones no son tomadas en cuenta por las autoridades médicas. Sus comunicaciones a la Academia de Ciencias de París son archivadas…Solo en 1891 se logra comprobar el fundamento de su teoría. Es médico cirujano del Hospital de Cumaná (1859), Médico de al servicio del Estado Sucre(1869). Médico del Hospital de Lázaros d Cumaná (1867). Recibe Misiones de los Gobiernos de Inglaterra y Francia interesados de conocer sus métodos para tratar la lepra (1868-69). Director del primer hospital experimental del mundo para tratar la lepra que gracias a él se crea en la Isla de Kaon, Guayana inglesa (1871), prescribe medicinas higiénico-dietéticas acogidas por el real Colegio de Médicos de Londres (1873), todavía imperantes en la actualidad.”
     

    Tomado de Diccionario de Historia de Venezuela. 
    Caracas Fundación Polar. 1988.
     

    En su gestión por la educación y al frente de las Clases de Medicina en el Colegio Nacional de Cumaná intervienen, como Presidente de la Academia de Ciencias, hace gestiones para  que se visite “..la casa de la Señora Carmen Alcalá e informe si es a propósito para la apertura de las clases menores que existían en el colegio nacional de esta ciudad”

    Como Vicepresidente de la Academia preside una comisión en Enero de 1854 que busca un nuevo local para la continuación de las clases, pues el Convento se encuentra casi derruido a causa del terremoto de 1853. “…que siendo urgente …se espera la completa refacción de la casa que ha de servir de local...para abrir las clases mientras se arregla otra formalmente..”

    “La comisión, después de haber examinado detenidamente el antiguo convento de San Francisco que servia de colegio en esta ciudad, informa de la manera siguiente: Cualquier gasto que si hiciese en la reparación de este edificio, es en nuestro concepto inútil , en razón que el primer piso se halla desplomado y las bases y fundamentos construidas de mampostería desnivelado también e hundido generalmente y no podría resistir el peso de una fábrica superior. ..tratar de una reparación formal…consumiríamos una gran suma de dinero con perjuicio del verdadero objetivo….que es aprovechar las Rentas existentes del Colegio en beneficio dela educación de la juventud..”

    “…que alquile en el centro dela ciudad una casa capaz y segura, donde se establezca el Instituto Científico…. Que se proceda a la mayor brevedad posible a derribar la parte del Convento de San Francisco que amenaza ruinas y se vendan los materiales útiles que contenga, colocando su importe al interés  para el fomento de la educación.” 

    Tomado de Archivo General de la Nación 
    de un paquete de actas. Caracas

    Millán, José: El Colegio Nacional de Cumaná.  1834-1857. Contribución añ estudio de la educación en Venezuela. p. 109-111
     
     
     
     
     
     
     
     


     
     
     
  • 4.- Siglos XVI-XVII 
  • 4.1.- El Convento de San Francisco o de Ntra Sra. de las         Aguas Santas. Asiento y fundación 
  • 4.2.  - Primeras destrucciones    
  • 5.-  Siglo XVIII 
  • 5.1  Crecimiento y consolidación de la ciudad de Cumaná 
  • 5.2 El Convento 
  • 6.- Siglo XIX 
  • 6.1.  La Guerra de Independencia   
  • 7.- La actividad educativa en el convento 
  • 8.- Siglo XX  Un cambio radical. 
  • Conclusiones
  • Sugerencias y recomendaciones 
  • Anexos
  • Indice documental y bibliográfico
  • Nota biográfica

  • Fotos ruinas

     
     
     
     
     
     
     
     
     
     


     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     


     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     

    Cesare Brandi
     "define la obra de arte como aquella que goza de una doble historicidad, la que consiste en  “el acto que la formuló, el acto de creación  -un autor, un tiempo y un lugar- y, en segundo término, lo que viene dado cuando incide en el presente de una conciencia "
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     

    La Estructura Metodológica estaba formada a partir de seis (6) programas:

    Arqueologia 
    Etnohistoria
    Patologia Constructiva,
    Arquitectura,
    Musealizacon y Comunicación