Sistema de Inteligencia Weiß: Plantas Insumisas
Seele Verbindet (Almas Gemelas)...parte 6
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Seele Verbindet
(Almas Gemelas)
 
Parte 6: Schwärzung (obscuridad)
 
Habían pasado ya cinco dias y Crawford no había vuelto a aparecerse en la habitación donde Schwarz tenía encerrado a Khalil, pero Schuldig iba varias veces al día. Nagi había tenido razón cuando dijo que el alemán era medio ninfómano...
 
Y a pesar de que Khalil estaba en calidad de rehén, Nagi se había acercado demasiado al él. Por alguna extraña razón, el chico le había contado a Khalil todo su pasado. Desde cómo vivió en la calle, pasando por su trabajo con Reiji Takatori, hasta los más pequeños pormenores y las más tontas anécdotas de la vida en la "familia" Schwarz.  Nagi no tenía amigos. Eso era obvio. En su escuela, Nagi Naoe era el chico raro, el que nadie quería por ser distinto. En la casa, era el asesino telekinético, el que obedecía sin preguntar. Si no estaba matando o en la escuela, estaba conectado a la red. Pero desde que Khalil había sido secuestrado por Schwarz, Nagi había encontrado alguien con quien hablar. Aún cuando era del bando enemigo.
 
-No vas a contarme porqué te dejas de Schuldig? Debes tener algo terrible que ocultar, ne?
-...
-Ya sé. Si no se lo dijiste a Aya, menos a mi. No importa...digo...yo no soy nada tuyo. Él es tu novio.
-Nagi...
-Tengo tarea...mejor me voy.
-No. Quédate, porfavor.
-...ya me voy...
-Nagi, espera...
 
La mirada de Nagi se posó en el suelo.
-Nagi...por qué?? Se supone que somos enemigos, no? Por qué me tratas así?
-No sé. Supongo que eres la primera persona que me escucha sin burlarse o tratar de sacar algún provecho de mi.
 
Khalil cerró los ojos para no tener que ver más los ojos obscuros de Nagi y admitir que el niño le causaba mucha ternura.
****
 
-Así que está ahí.- Aya miraba al suelo mientras la dirección de los Schwarz le danzaba en la cabeza.
Manx se levantó del sillón. -Esta misma noche irán. Tengan cuidado.
-Lo tendremos...- Aya se levantó del sillón también.
-Listos, Weiß?-
-Listos!- Los otros tres Weiß también se levantaron de sus asientos.
***
 
-Como diablos entraron?- Crawford se dirigió a la sala.
-Esos gatos vinieron de visita...que divertido...- Farfarello caminaba tranquilamente detrás del estadounidense.
-Si, bastante entretenido...no Nagi?- Schuldig le dio un empujoncito jugetón al chico. -Sobre todo cuando le contemos a Fujimiya Jr. lo que hicimos
Crawford, tu y yo con su gato...-
-No es lo que estás pensando. Tienes la mente más sucia que conozco, Schu.-
  Nagi caminó más rápido.
-No te creo...el gato te gusta...
-No me gusta! Me cae bien...
-Es todo, Nagi?
-Si.
 
Una lluvia de dardos alcanzó a los Schwarz, pero fue repelida por los poderes de Nagi. La sala estaba obscura. -Así que los gatos se ocultan en las sombras...- Schuldig se sonrió.
 
En otra parte de la casa, Aya abrió la puerta de una habitación pequeña y fría.
 
-Korat...
Khalil miró hacia la puerta. -RAN!- Aya corrió hacia Khalil y lo abrazó fuerte.
-Vámonos rápido. Los otros están siendo la distracción. Toma...esta es tu arma.
-De acuerdo.
 
Aya y Khalil se dirigieron hacia la salida planeada, pero por supuesto Crawford se había enterado ántes (no por nada era precognitivo...) y los esperaba ahí junto con Schuldig.
-A donde, gatitos?- el alemán sonrió bastante divertido. -La fiesta apenas comienza...-
-Vete al diablo, infeliz.- Aya desenfundó su katana.
-Crees que tu armita japonesa va a servirte de algo?...Dicen que las palabras hieren más que la espada...- Crawford se acomodó los lentes.
-Quítense de en medio...- Aya se preparó para atacar.
-No quieres saber unas cosillas de tu novio?- Schuldig sacó su arma.
 
Aya miró a Khalil, quien estaba más blanco que el papel. -De que hablas, Schuldig?
Khalil trató de parecer tranquilo. -No le hagas caso, Ran.
-Jaja...tu noviecito es muy bueno en eso de abrir las piernas...facilito, facilito...no me costó trabajo convencerlo...- Schuldig dio un paso al
frente.
-Khalil no es un cualquiera como tu.- Aya fijó sus ojos violetas en el alemán.
-Yo diría que Aya tiene razón, Schuldig. Khalil no es como tú. Es peor. Dime, Abisinio...sabías que tu novio se prostituía en Grecia?- Crawford dio un
paso al frente también.
 
La mirada de Aya no mostró cambios. -Si claro...
-Y que nos enseñó todas las artes de su oficio?- Schuldig dio un paso más.
-Ran...yo...- Khalil sintió que el piso se abría bajo sus pies.
-No me digas...que otra mentira vas a contarme...?
 
Unos pasos llegaron por detrás. -Que haces! Vámonos, Aya!
-Ya sé, Yoji...pero alguien estorba frente a nosotros.
Omi les apuntó a Crawford y Schuldig con su ballesta.
-Quítense de en medio!
-No querrán que los cinco los ataquemos, o si?- Ken preparó sus garras.
-Me pregunto si les gustaría saber que su amigo Khalil es un ramero cualquiera...- Crawford esbozó una de sus sonrisas mas crueles.
Farfarello y Nagi llegaron.
 
Khalil se puso más blanco todavía. Schuldig le apuntó con su arma al chico de pelo negro.
-Cuéntales a tus amigos y a tu novio lo que hacíamos tu y yo, Korat...
-Cállate...
Yoji contuvo la respiración. Omi miró, incrédulo, a Khalil.
-Platícales como saltabas de cliente en cliente abriendo las piernas...
-Cállate!
Ken pasaba la mirada de un lado a otro, nervioso. Aya empuñó más fuerte la katana.
-Dile a Ran lo que pasó en el laboratorio de Masafumi Takatori!
-CÁLLATE!
Farfarello lamio divertido su cuchillo.
-Diles lo que le hicieron a tus padres con la terapia genética!
-Te vas a arrepentir de esto, desgraciado!
Crawford no podía creer que Schuldig hiciera esto de verdad. Nagi se recargó en la pared, confundido.
-Diles que fuiste tú quien lo hizo!
-YO NO HICE NADA!!!
-Diles que fuiste tú quien mató a tus padres!!!
Todos guardaron silencio y miraron a Khalil. Él comenzó a temblar de pies a cabeza. Los ojos se le llenaron de lágrimas.
-Khalil...- Aya trató de moverse, pero no pudo.
-Yo...yo no...- Khalil no podía respirar.
Schuldig jaló el gatillo. Todos oyeron el estruendo, pero no fue Khalil quien cayó herido. No. Fue Aya.
 
El pelirrojo cayó en los brazos de Khalil. Sangre. La sangre de Ran...
 
-Que diablos...!?- Schuldig bajó el arma. Farfarello y Crawford miraron atónitos.
 
Luego de eso...todo fue silencio...
******
Ende Teil 6