15-2-99 http://members.tripod.com/~quiron_alvar/ From: Quiron-Alvar Subject: La Practicidad de la Música. ¿Qué es divagar? Vagar el doble, o sea, hacer el vago. Pues eso es lo que me estaba pasando, así que nada, me he dejado de divagaciones y he pensado que ya es hora de decir para qué sirven las distintas músicas que se han ido haciendo a lo largo de los tiempos y destiempos, eternidades y demás Kronologías desconocidas. La verdadera Música de la Nueva Era, la que los anglos denominan "niu eich", (new age), su único cometido ha de ser el de el reencuentro con la Paz, con lo pacífico mejor diríamos. Claro que muchas veces eso se confunde con muermismo, con una paralización absoluta de todo los aspectos pensantes de la persona. Como un retroceso al romanticismo más superfluo de mitades del diecinueve. La paz o tranquilidad de una buena Música de la nueva era, con su compendio de electrónica y todo lo que eso conlleva, no ha de ser algo muermoso, sino algo vivo, que despierte la relajación de una vida loca, y despierte al mismo tiempo a la poderosa y energizante Imaginación, y ya puestos y utilizando las palabras de un buen tipo, valor y capacidad de cambio, que de eso ha constado siempre el realizar una creación artística verdadera, atraiga a la tranquilidad o atraiga a las fuerzas más poderosas e imperiales, el caso es que sea algo vivo y que permanezca así todo el tiempo posible, intentando así llegar a las puertas de la Etrenidad. Por lo tanto, todas las tendencias demoniacas en la música en este inverosímil siglo veinte, enmentido y nubloseado, no caben en ninguna parte, y no trascenderán a ninguna parte. Y no me refiero sólo a los ruidoseros de la mal llamada "escuela de Viena", sino a todos los grupos de moda que surgieron allá por los años cincuenta, y de manera descarada en la década de los setenta. Todo eso es paja mojada, podredumbresca y desquiciada, que tiene que ver con el alma superadora tánto como una escoba con una vía de tren. Estoy escuchando un "midi" impresionante que nuestra fabulosa Marcia me ha enviado hace poco de un amigo muy mencionado aquí en la Kronos, Beethoven, es su Octava Sinfonía, su primer movimiento, capaz de desbordar al alma más amuermada, capaz de hacer pensar las cosas más maravillosas y de revitalizar a la persona más desanimada. Ese es el sentido práctico de la Música, o al menos uno de ellos. Pero volviendo a la música de la Nueva Era, o era de Acuario, claro, hay artistas que casi nadie conoce, y que saldrán a la luz de los "avispados" quizá dentro de un siglo o de dos, pero que viven y se mueven artísticamente entre nosotros, y algunos, los escuchamos como si fuera lo más normal, como uno más de la gloriosa familia de creadores musicales. Uno de esos creadores lleva por nombre Rick Wakeman, uno de esos casos de músico que ha hecho primeramente música "marchosa" y "roquera", y luego se da cuenta de que lo que está haciendo es perder el tiempo, y no llegar a ningún destino Cierto, sino quedándose en una vulgar historia de: "Todo el mundo tiene derecho a ser famoso al menos cinco minutos en su vida." Y pasa entonces la frontera misma de los gustos, que es la mejor manera de pasar a la Historia por la puerta grande. Su trilogía del "Aspirante", -como llamo yo a sus tres más grandes composiciones-, tienen esa característica del encuentro con la Paz, la paz del alma, de la mente, de ese saber estar y poder pensar tranquilamente sin que nada sea alterado de manera improcedente. Total, que nos encontramos con el mismísimo Respeto, otra cualidad que debe tener toda Música agradable. Ese respeto obviamente debemos de buscarlo nosotros, pues muchas veces los "grandes medios de comunicación" no nos enseñan esa Nueva cara del arte musical ni en sueños. El alma sedienta de belleza busca hasta debajo de las piedras, así que tranquilidad que siempre hay algo. Y las almas que ya mueren de esa sed, Crean, que es lo más sublime. Mientras tanto, vayamos anotando para nuestros distintos estados las diferentes y diversas músicas que nos pueden ayudar a estar en paz con nosotros mismos. Recorramos un camino de iniciación pero con luces, no con esas sombras "misteriosas" que al final solo conducen al reino de la locura. Pero eso será en otros capítulos de esto que de repente se va a convertir en una serie muy seria. From: Quiron-Alvar Subject: La Practicidad de la Música /2/ Cc: Bcc: X-Attachments: In-Reply-To: References: Dicen que a cada uno una misma música quiere decirle cosas distintas. Y yo llego y digo casi con rotundidad que no, que quizá. Cuando algo es bello, lo ES, le parezca a uno azul y a otro amarillo, eso ya es problema de daltonismo variegado. Lo que es ES y lo que no es, no ES, y eso ocurre de toda la vida. Estamos acostumbrados a oir decir que la música de Mozart es alegre, y que incluso el propio autor lo era. ¡Cuán equivocados nos deja eso! Mozart es la mismísima tristeza y el mismísimo anhelo; ¿De qué? De la extinción, pero no por sí mismo ni por hartera de la vida, sino por una "no dejarle vivir" que sufrió durante toda su vida entre familiares y "amigos". La música de Mozart entonces se convierte en una defensa, en un escape para encontrar a la Alegría, a la Felicidad, a la Brillantez. Tan solo hay que fijarse en la mayoría de su obra para cámara, donde los movimientos lentos son la auténtica representación del sufrimiento de un alma que implora le dejen en paz. Pero ojo que esto no está relacionado con nada negativo; todo lo contrario, Mozart busca hasta en lo más anhelante la Belleza más suprema. Y más suprema todavía cuando los momentos musicales rápidos y llenos de brío invocan a la mismísima Alegría, caso este el de la mayoría de las sinfonías. Pero... ¿Qué ocurre en una semiconocida sinfonía de número 25? Escuchadla, por favor. Entre tántas sinfonías como tiene catalogadas Mozart, la distracción juega un papel muy importante. Desde el punto de oído más externo al gusto y a los pareceres personales, la sinfonía número 25 es de una fuerza increíble, dejando de lado esa ridiculización de los "especialistas" que hacen de la vulgar alegría y chisporroteo. La Sinfonía 25 es la música de un gran Gigante que quiere dejar bien claro la Majestad del sonido, llegando a causar estupor entre los más "clásicos". Mozart nos sirve, y para qué?, para superarnos a nosotros mismos. Los grandes genios hacen un trabajo que muchas veces no es utilizable para el propio creador, es algo que se deja para los Futuros, ya sean meras personas o gestales en busca del Gran Perfecto, ese Ideal Accesible que está delante de nuestras narices pero que por causas del encajonamiento racionalista no se ve; ni se puede ni se quiere, directamente NO se ve. Es muy gracioso ver y leer y escuchar a esos "grandes" gurús de la culturetería que ya se lo saben todo de los grandes genios, que los conocen como si ellos mismos los hubieran traído al mundo. Es tan falso eso que aún hoy se duda de la muerte de Mozart; asesinato, o muerte natural. Y por el lado artístico que si tristeza o que si alegría. Señores, majestad, eso es todo, y esa majestad salva vidas, pues en el Arte, la Música, ha salvado muchas, muchas vidas. Dentro de doscientos años se analizará la vida de Vangelis o de Glass, -por poner dos ejemplos ya mencionados en el mundo de la Nueva Era-, y veremos las tonterías que se dicen. Se trata siempre de NO prestar atención a lo que de verdad ocurre en el Arte mientras se está vivo, y luego, una vez muertos los que ya lo están de antemano, dejan el "legado" de "descubrir" lo que fue la vida de esos dos genios, -o los que sean- cuando ya no están físicamente; la mitología, el especular por aquí y por allá. Nada de eso, en este tiempo ya sabemos grandes cosas de los que HACEN AHORA y cómo lo hacen. Habrá siempre detalles que escapen a nuestra visión, pero nuestra visión no creo que esté muy interesada en mediocridades, como lo están todos los pseudobiógrafos y enteradillos varios. Cuando te sientas muy mal, muy mal, escucha atentamente la sinfonía número 41 de Mozart, la de Júpiter, y todos tus males, -si quieres y deseas de verdad que se larguen tan lejos como puede estarlo cualquier estrella de la superficie arrakiana-, se irán hasta que vuelvan, después de tiempo y tiempo. Entonces siempre surgirá otra Solución sonora que llevará cualquier otro nombre. Los iremos descubriendo, no te preocupes. To: Club Kronos From: Quiron-Alvar Subject: La Practicidad de la Música /3/ Cc: Bcc: X-Attachments: In-Reply-To: References: Todas las Músicas Armónicas sirven para algo, y lo más importante es que NOS sirven para algo, sobre todo a nuestras almas. En el momento Creacional de nuestras almas, fue la Música la que impulsó a todo el mecanismo universal espiritual, para que la Divinidad fuera una consecuencia, para que por los eones de los eones todo, absolutamente todo, funcionara a la perfección, aún habiendo tántos desperfectos como hay, pero...¿Qué sería de esa ya imperfección sin la Música? El caos absoluto; no habría manera de canalizar ningún Pensamiento, ningún Acto, ningún desarrollo Anímico. La Música -entre otras miles de cosas- nos sirve para viajar, ya no solo por el Espacio y por el Tiempo, sino por la Mente, que es de los viajes más fascinantes. Con la mente se llega al Futuro; a veces se pasa por el pasado, otras veces se queda en el presente, pero el hecho es que se viaja. ¿Habéis escuchado las "Genopedies" de Erik Satie? Satie era un tipo muy curioso, un francés de esos de la época decadente del siglo entradito ya en carnes del diecinueve. Ese tipo de gente con más de medio cuerpo metido en esa decadencia, y quizá algo más de un brazo aún entrometiéndose por las ranuras de la Belleza, crean músicas que se escapan de todo lo que se puede conocer como Música convencional. Es una especie de salto inconsciente que se da, en pos de no se sabe qué; pero algo, muy adentro, ocurre. Es el anhelo, es el recuerdo, es el deseo de llegar, de irse, de esperar, de ver algo bellísimo pero que se insinua allá a lo lejos. Más o menos eso, sintetizado, es lo que viene a decirnos esas músicas de Satie. Las puedes escuchar físicamente en cualquier lado, que enseguida eres transportado a los lugares mágicos de la mente. Y lo más excepcional de esa música, de ese conjunto de piezas uni-instrumentales, es que no se trata de gustar o no gustar; no creo que se pueda hacer esa apreciación, entre otras cosas es pobre y carece de complemento intelectivo. Es una Música al Servicio de nuestra Alma; es una Música para la tearapia del enfermo, sea cual sea la enfermedad, física o psíquica, no hay fronteras en ese aspecto. Las Genopedies son esa clase de obras que no importa quién las haya creado, entran dentro del englobamiento de la creación musical en sí mismo. Tengamos en cuenta el dato de la decadencia. Donde hay decadencia es muy imposible que haya rasgos de belleza; si un decadente hace algo bello y hermoso es que sencillamente ha sido arrebatado de su estado psicomental y ha sido trascendido en contra de su voluntad, pero no a la fuerza, sino como un acto Mágico que se escapa del entendimiento mismo del creador; él solo ha sido un puente, un canal por donde poder traducir ese sentimiento espiritual-universal que existe a la fuerza en algún campo Musical desconocido, vamos, una creación ya hecha y soñada por el inefable Zedfank. El creador inconsciente no se sabe de él nada, está como predestinado para hacer cosas que no comprende, para que en algún tiempo sirva esa Creación para otro, para un otro desconocido absolutamente pero que sabrá perfectamente para qué será esa Música, para qué escucharla, dónde escucharla, y qué hacer con ella. Viajarán lejos en el tiempo esas Genopedies, llegarán a lugares del espacio mental que no podemos imaginar, pero seguirán siendo utilizadas para lo mismo que ahora: hacernos sentir bien con lo que nos rodea. (Nota a parte: Por favor, aquél que no la haya escuchado, hágamelo saber para que eso deje de suceder, gracias ;-) ) Un abrazo. To: Club Kronos From: Quiron-Alvar Subject: La Practicidad de la Música /4/ Cc: Bcc: X-Attachments: In-Reply-To: References: La Música, Pureza Divina de Esperanzas abierta a un Mundo de Futuros Insondables. Como definición del segundo movimiento del Glorioso Segundo movimiento del Quinto Concierto para Piano de Beethoven, el Emperador, no está mal. Hay momentos en que la pena nos embarga, y si no es la pena, será el anhelo, y si no es eso, será el recuerdo, o el instante que debe venir, o algo semejante, pero siempre son instantes llenos de Emoción. Ese Hondo Sentimiento cuando camina solo, es un asco, es como comer algo en malas condiciones, es como despertarte de un sobresalto o con una mala noticia. Así no se puede ni se debe de Sentir nada, debe de estar acompañando de algo. Ese algo es ese sobrecogedor movimiento de ese impresionante concierto Imperial. U otro, pero ha de tener una carga de profundidad que nuestra alma no reconozca a simple vista, a simple sentimiento. Algo sagrado, como siempre. Cada Momento de nuestra vida debería de estar acompañado de una Música, pues entre otras cosas para eso se hizo, y para eso Reyes y Emperadores, Faraones y Príncipes, han querido y deseado a la Música como fuente primordial de Descanso y Tranquilidad. Por eso nacen los Momentos Gloriosos; desde el perdido primer momento de la historia de la Consciencia de la Vida en los dioses, la Música viajaba por sus Corazones, y así exponían los deseos de manera certera y Real. Cuantas veces habré escuchado ese momento musical de el Emperador, ¡cuántas! Y cada una de esas veces ha sido totalmente diferente, pues cada instante en la Vida es distinto del otro, y del otro, y... Los Instantes han de viajar, no pueden quedarse estancados, so pena de quedarnos estancados nosotros. También por eso hay tantísima Música buena, delicada, brillante, viva. Por eso no se entiende a veces, el por qué de escuchar música mala, que es una de las contradicciones más tontas que puede haber en el mundo Armónico de la Música. Así como huimos de los momentos desagradables de la vida, esos momentos que nosotros mismos nos buscamos, así se debería de huir de esa música o mejor dicho, "música" que está enviciada, mal tratada y endemoniada por gentes que solo han podido salir de lugares nauseabundos. Quedarán desterrados del Paraíso que llegará a ser Arrakis en su Momento Preciso, todos los momentos desagradables, y a la vez, de la mano, corazón con corazón, Alma con Alma, será desterrado el ruido y los malos sonidos que hacen que las personas sean locas y desagradables. Momento más Glorioso que ese seguro que no habrá jamás. Ese es un buen anhelo que mi Corazón espera como espera el Acanto sediento de las lluvias de Marzo. De momento podemos sosegar esa sed con músicas tan preciosas como ese Emperador, del Gran Emperador Inmortal. ¡Es Glorioso! 29-12-99 Quirón Alvar