Me parece que de cara al próximo milenio, todo mundo estamos esperando un cambio dramático, un cambio sustancial en todo, hasta en el mismo mundo, en nuestra forma de ser, nuestra forma de llevar las cosas.
Sin embargo poco hacemos muchas veces para estar provocando los cambios; la mayor parte de ellos no se dan por si mismos, son cambios que las sociedades con su dinámica van provocando o van haciendo.
No se escapa el trabajo de todos y cada uno de ustedes al provocar esos cambios hacia un milenio que al comenzar tengamos una sociedad más tranquila de que está gobernando ella a través de; una sociedad interesada en los grandes temas de construir, no de desaparecer y de cambiar.
Por lo tanto, quisiera comentarles que los habitantes del Estado de Aguascalientes y el Poder Ejecutivo de nuestra entidad, el cual me honro en encabezar, quisiéramos compartir con ustedes algunas reflexiones.
Ustedes como representantes del Poder Legislativo tienen unos enormes retos que son los que enfrenta la Patria, y muy especialmente en relación siempre a la Reforma del Estado.
Esa Reforma del Estado es una tarea que muchos no creen en ella, a otros les parece titánica, y otros han comenzado a verdaderamente enfrentarla como una responsabilidad, y para poder al final de cuentas decir que el deber ha sido cumplido.
El Gobierno del Estado de Aguascalientes está consciente de que para construir una sociedad que se caracterice por un desarrollo sostenido, y de largo alcance en lo económico, con suficiente capacidad para satisfacer las necesidades de la población y elevar sustancialmente el nivel de vida de la mayoría, es necesaria una cimentación jurídica y política que simultáneamente afiance la estabilidad social, el orden y la paz social, que garantice la seguridad, despierte la confianza y entusiasmo de los factores de producción y que no estrangule el proceso de modernización del aparato económico y de la estructura social.
Esta cimentación jurídica nos debe de llevar a realizar una Reforma del Estado; en el diseño e implementación de esta Reforma, los representantes populares, sobre todo los que nos encontramos en el Poder Ejecutivo y Legislativo, debemos tomar en cuenta que la sociedad mexicana está cada vez más consciente de que es necesario impulsar un acelerado desarrollo político del país, en el que se dé una mayor participación de la sociedad entendida como el grado de intervención de los hombres y de los grupos en los procesos culturales, políticos económicos y sociales.
En nuestro país nos encontramos en el contexto de un proceso de transición del régimen político que ha ido ampliando el margen de pluralidad y competencia, sin embargo, no alcanza todavía las exigencias de la sociedad y la dinámica internacional.
El fenómeno creciente de la participación autónoma de la ciudadanía en la expresión de sus demandas, reclama un cauce que asegure plenamente el ejercicio pleno de las libertades y el fortalecimiento de un auténtico Estado de Derecho y de las instituciones que de él emanan.
Para lograr satisfacer las aspiraciones de la ciudadanía se requiere la creación de estructuras de cooperación y de corresponsabilidad que privilegien una mayor participación ciudadana, considerando que la modernización integral de nuestro país debe incluir necesariamente a la sociedad en su conjunto, que con sus valores logre hacerse gobernar bien y consiga que el gobierno esté al servicio de la sociedad, lo cual implica un cambio profundo en el sistema político mexicano y muy especialmente en la forma y en el fondo de éste.
Las autoridades debemos entender que si queremos una modernización integral de nuestra nación, una reforma de todo el Estado, es fundamental una sociedad fuerte, con una estructuración de personas y grupos intermedios que sean capaces de participar en la conducción de los asuntos públicos.
Una de las concepciones centrales de todo gobierno que se sabe democrático, es la aceptación de que la participación es una responsabilidad tanto de gobernados como de gobernantes.
Por esto, en Aguascalientes, sociedad y gobierno impulsaremos los cambios necesarios para complementar la Reforma del Estado, entendiendo que la reforma constituye un conjunto de transformaciones en las relaciones que el Estado tiene en su forma de actuación, desempeño e intervención en la economía, en la sociedad y en sus formas de ejercicio de autoridad.
Para nosotros esta reforma debe comprender tres grandes cambios: las relaciones del Estado con la economía conceptualizando que el hombre no debe estar sujeto a la economía sino la economía al hombre; en las relaciones del Estado con la sociedad, en las relaciones del Estado con los ciudadanos y sus formas de ejercicio de autoridad.
Esta reforma nos debe de llevar al establecimiento de un nuevo esquema de equilibrio, frenos y contrapeso entre poderes; esquema en el que nuestro Estado ha avanzado con firmeza, pues a partir del presente sexenio, los Poderes Legislativo y Judicial tienen verdadera independencia frente al Poder Ejecutivo, y creo que los tres poderes no perdemos de vista que hay un poder superior a estos tres poderes, que es el del pueblo, que es el de la sociedad.
Asimismo, esta reforma nos debe de llevar entre otras cosas, a que la sociedad vigile el desempeño gubernamental, dimensionando en eficacia y en efectividad.
Que se mejore la relación entre los distintos órdenes de gobierno, sería la segunda; tres, tener una mayor participación ciudadana en los asuntos publicas y en la formación de la agenda de gobierno; cuatro, profundizar las relaciones democráticas entre los Poderes de la Unión y los órdenes de Gobiernos Estatales y Municipales, así como las relaciones entre las instituciones públicas, los partidos políticos y la sociedad civil.
Uno de los puntos más importantes es asumir el compromiso de perfeccionar el marco legal e1ectoral; aún cuando con el paso del tiempo hemos venido mejorando nuestras leyes electorales, es evidente que todavía nos falta mucho por hacer, ya que todavía se presentan casos en donde el aparato gubernamental vuelca todos sus recursos para favorecer a un partido.
El marco legal debe hacer más equitativa la competencia legal, castigando duramente a las autoridades que favorezcan a determinado partido político.
El Poder Ejecutivo de Aguascalientes ha adoptado una clara línea de no intervención del proceso electoral del año 2000; en este Estado los partidos políticos deben estar seguros de que el aparato estatal no apoyará a nadie en las justas electorales, que los habitantes nos conduzcamos con apego a la ley y que la ley se acate y se aplique para asegurar la vigencia del Estado de Derecho.
Fortalecer el Federalismo a través de:
A) Nuevas políticas de descentralización y desarrollo regional.
B) B) Un nuevo sistema nacional de planeación democrática en donde las voces de todo nuestro país sean escuchadas.
C) Un mejor Federalismo fiscal, en donde se delimite claramente la distribución de competencias federales y estatales en materia de ingresos y egresos, y en donde prevalezca la equidad y la eficiencia.
Tenemos muchos que aún siguen siendo de alguna manera, dependientes cien por ciento del dinero de la Federación que todos aportamos, sin aportar, sin hacer ni siquiera la lucha de modernizar sus aparatos tributarios, mientras hay Estados que sí cumplen verdaderamente.
Hoy creo que esta reforma deberá de ir encaminada a aquellos que están haciendo bien el trabajo, no a aquellos que permanentemente estarán esperando que otro produzca para que él gaste.
Reformar el marco que regula a los medios de comunicación, que ellos tengan una autorregulación, no caer en esas tentaciones de que hiciésemos nosotros de alguna manera reformas que pudieran coartar ninguno de los ámbitos de su libertad y su responsabilidad.
En Aguascalientes pensamos que la necesidad de una Reforma del Estado no es un tema más de la agenda política de nuestro gobierno, es el tema central en el proceso de transición en Aguascalientes, sin embargo no todos los actores políticos le han dado el mismo peso a este tema, de hecho el Poder Ejecutivo nacional abandonó hace mucho este tema, no obstante que los primeros años del presente sexenio del Presidente Ernesto Zedillo, había logrado que los partidos políticos más importantes de la nación, signaran los compromisos para un acuerdo político nacional, y tiempo después establecieron una agenda para la Reforma del Estado.
Es deber de la sociedad y de sus gobernantes propugnar por que estos compromisos no se queden a la deriva, y se reinstalen lo más pronto posible, que volvamos a tener ese camino, que esas presiones que lograron desviar el curso de la Reforma del Estado, no sean más fuertes que la voluntad de todo un pueblo que está buscando este marco de referencia.
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