Hace unos días por las lluviosas calles londinenses, platicando con el Notario Gustavo Granados Roldán, recordamos varias anécdotas del temperamento y la habilidad política del Ing. Miguel Angel Barberena Vega. Gustavo Granados resaltaba esa gran habilidad al contestar del Ingeniero y ese ingenio en el uso de las palabras. Parece surreal que a escasos días se escriba su epitafio y se recuenten sus memorias, en un ejercicio póstumo por conocer al hombre y a su obra política.
Mucho se ha hablado de la obra pública del Ing. Miguel Angel Barberena Vega, un legado que dejó profunda huella en Aguascalientes. El Teatro, los pasos a desnivel, la Plaza, las ciudades satélites y muchas otras obras más. Un período gubernamental que le dio una nueva imagen de prosperidad al Estado, que despertó la admiración tanto de propios y extraños. Sin embargo, tan vasta como su obra pública fue su obra política, no por todos conocida y apenas comentada. Ya tocará a los historiadores y a los polítólogos sumergirse en la herencia institucional y de políticas públicas del gobernador Barberena. Algunos más aventurados osarán empaparse del quehacer político del hombre y el funcionario.
En esta época de testimonios póstumos sobre la obra de un destacado gobernador hidrocálido, me gustaría resaltar un legado, del que poco se ha escrito y que tiene que ver con la conformación de su equipo de trabajo. A la vanguardia de su tiempo, el Ing. Barberena incorporó en su equipo de trabajo más cercano, a un número muy importante de jóvenes profesionistas con aspiraciones políticas. Notable fue la participación de una generación que apenas asomaba los treinta y que fue incorporada en los primeros niveles de la administración pública. Inclusive se reformó la Constitución Estatal para que la edad no fuera un impedimento legal, a fin de que un dinámico abogado y ya para entonces experimentado político, Enrique Pasillas Escobedo, llegara a la Secretaria General de Gobierno.
La tercera posición del Estado, la Presidencia Municipal de Aguascalien-tes, también recayó en una joven abogada María Alicia de la Rosa de Moreno. La segunda Presidenta Municipal en la historia del Municipio de la capital, integró un equipo con sus contemporáneos. La edad promedio de los Secretarios del Ayuntamiento era menor a los 35 años. La incansable entrega al trabajo, las largas jornadas, el idealismo, la originalidad de los proyectos y la ausencia de vicios y viejas prácticas, sellaron el desempeño de los jóvenes funcionarios.
La participación de los jóvenes se extendía a todos los niveles de la administración pública, con más de medio centenar de jóvenes en puestos de subsecretario y direcciones generales. Al final del sexenio, organizamos una comida como testimonio de agradecimiento al gobernador y se tomó una fotografía en el segundo Patio de Palacio de Gobierno. Para la fotografía posaron más de cincuenta jóvenes, quienes ostentaban con importantes responsabilidades en la administración del gobierno de Barberena. Recuerdo los chascarillos y comentarios sarcásticos del Ingeniero, insistiendo que su fortaleza física era mayor a los de ahí presentes. Creo que eso todos lo sabíamos, especialmente después de sus efusivos abrazos y palmadas en la espalda. En esta y otras ocasiones siempre sentí que se desenvolvía con facilidad ente los jóvenes.
La decisión del Ingeniero Barbera de incorporar a la función pública más de medio centenar de jóvenes en posiciones de alta responsabilidad, también le significó duras críticas de una generación de políticos de la vieja guardia que se sentía desplazados por los llamados bebés-políticos. Sin embargo, nunca mermaron su preferencial tendencia a mí generación.
Tal vez sería que el hyperactivo ingeniero, se identificaba con el dinamismo y la desbordada creatividad del joven. Tal vez fue su visión política, que lo llevó a invertir en las nuevas generaciones, o quizás que decidió alejarse de compromisos y viejos vicios. Lo más probable es que la razón esté en una amalgamaba de estos factores y otros que quizás no consideramos. Sin embargo, cualesquiera que sea la respuesta a muchos jóvenes de mí generación el Ing. Barberena nos brindó la oportunidad de servir en el sector público, permitiéndonos participar activamente en el quehacer político. La experiencia sin duda fue invaluable y desarrollo en nosotros el gusto por la política. Por ello, mientras los jóvenes de esta generación gusten por el quehacer político, su memoria y su legado generacional seguirá vivo. Pocos hombres tienen el privilegio de ser factor que marque el destino de tantos jóvenes inquietos.
Aguascalentense. Fue director de la Fundación Aguascalientes para la Excelencia Educativa. Actualmente reside en Inglaterra.
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