JOSE RAMÓN FIGUEROA, LA ALDEA DE VILLALBA Y LA FUNDACIÓN DEL PUEBLO
¿Quien era José Ramón Figueroa Rivera? ¿De donde procedía? ¿Cómo llegó al barrio de Villalba? ¿Cual fue su impacto de vida de su gente? No se ha hecho investigación genealógica alguna que ubique el origen de éste apellido en lugar determinado de la geografía de España. Tal búsqueda está por hacerse. Sabemos que don José Ramón era natural del pueblo de Comerío. Nació en 1835 y falleció a los 83 anos de edad en su residencia en la calle Bertoli en Ponce, el 22 de noviembre de 1918. Sus padres fueron Daniel Figueroa y Barbara Rivera, naturales de Cidra. La historia de Figueroa es la de un humilde hombre iletrado de la entraña montañosa de la isla que logra convertirse, por un esfuerzo tenaz, gran inteligencia y visión para los negocios, en un rico hacendado del café y del comercio y en fundador de uno de los poblados mas pintorescos de Puerto Rico. Uno de sus descendientes ha informado que contrajo matrimonio en Comerío con dono Carmen Reyes, con la cual procreó once hijos. Según este testimonio, el suegro de Figueroa le habría puesto a cargo de la finca “Vega Redonda” de Comerío, siendo esta la oportunidad que le abre caminos para su eventual inversión en tierras en el barrio Toro Negro de Ciales. Otra versión sostiene que fue la venta de dicha finca, que doña Carmen heredó de sus padres, lo que proporcionó un pequeño capital que le permitió iniciar sus negocios en Toro Negro. No hay contradicción necesariamente entre estas dos informaciones, las cuales parecen establecer por lo menos este aspecto de los comienzos de la carrera exitosa de Figueroa.
Latimer, con buen juicio, sugiere que el año de 1873 debió ser aquel en que la familia Figueroa se estableció definitivamente en Toro Negro. No obstante, hay que añadir que los Figueroa se fueron ubicando simultáneamente, desde 1872-1873, en los barrios de Villalba Arriba y Caunilla arriba de Juana Díaz, según hemos demostrado. Parece claro que esta movilización de los Figueroa Comerío-Toro Negro-Villalba Arriba-Caunilla Arriba respondía a la decisión del gran empresario de la familia, José Ramón, a la sazón de 37 anos de edad, de comenzar a establecer las bases y los puntos claves desde donde montará eventualmente su imperio cafetalero, territorial y comercial. Curiosamente, ha aparecido una pista adicional que sugiere que otra de las circunstancias que ayudaran a explicar dichos comienzos podrían tener que ver con la herencia, custodia o posición, tan temprano como 1850, de grandes extensiones de terrenos baldíos en las alturas de Toro Negro. Una investigación reciente sobre Ciales a fines del siglo XIX revela que el 12 de junio de 1850 Joaquín Figueroa y Juan de la Paz Marrero recibieron 100 cuerdas cada uno, cuyo “actual poseedor” era uno José Ramón Figueroa. El 29 de mayo de 1866 Hipolito Soto, también de Toro Negro, recibió 100 cuerdas de “su actual poseedor” (otra vez) José Ramón Figueroa. Si se tratara de nuestro José Ramón Figueroa, como parece ser el caso, quedaría establecido que esta familia, como muchas otras a mediados de siglo, se benefició grandemente con la inmensa cantidad de terrenos baldíos que había disponibles en la espesura cordillerana. Las personas a quienes se les concedieron las cuerdas en posesión de Figueroa eran algunos entre los múltiples reclamantes en toda la isla que tenían “ambición de tierras”, al decir de una investigadora sobre el tema, cuando, según avanzaba el siglo, se adquiría conciencia del aumentado valor de dicha riqueza. Los terrenos baldíos, lo que suscitó reclamaciones de estos y, posiblemente de otros, aspirantes a empresarios cafetaleros.
Don José Ramón Figueroa y su familia en Barcelona, España, 1898.
Casi seguramente entre 1888-1891, Figueroa construye su mansión en Villalba Arriba. Ya sabemos que su presencia en la zona se puede trazar desde 1872-1873, lo cual indica que la decisión de establecerse en el lugar se fue gestionando durante unos tres lustros. Ya para octubre de 1891 el maestro de obras Pío Valedon le había construido tres casas, por lo cual obtuvo un “haber” de 9,783.28 pesos. Se incorpora de este modo definitivamente a la comunidad Villalbeña en la cual seria el principal contribuyente, junto a Joy, Olivieri, Santi, Guzman, González y de la Cruz Sánchez.
¿A que motivos respondía esta mudanza? ¿Por que escogía a Villalba Arriba para establecer su morada mas asuntuosa en el momento del apogeo de su éxito? Se ha sugerido que, contrario al patrón tradicional para la fundación de pueblos, según el cual un grupo de ciudadanos se tomaba la iniciativa para dirigir un proceso de fuerzas sociales espontaneas que culminaba en el nacimiento oficial de una municipalidad determinada, en este caso especial se trataba del proyecto de una sola persona. José Ramón Figueroa efectúo “un proceso deliberado” para fundar un poblado. Utilizando su visión, ingenio y capital, “convirtió en realidad una aldea”. No hay duda de que este planteamiento es correcto en cuanto a la conversión de los históricos barrios de Villalba Arriba y Villalba Abajo en la aldea de Villalba, precursora inmediata de la municipalidad que nace oficialmente en 1917. Para 1891 ya se sabía que Figueroa planeaba establecer un poblado.
Después de la fundación de la aldea en 1895, José Ramón Figueroa no aparece activo en el poblado, según las pocas fuentes disponibles de la época relativas al fin del siglo XIX de la naciente comunidad. Hay pistas que sugieren que dedicó las dos ultimas décadas de su vida a las atenciones que le requería su amplia familia, a viajar, preferentemente a España, donde le ubica en 1898 por una fotografía conocida, y a reinvertir parte de su capital en otras propiedades: una residencia en Barcelona, otra lujosa mansión en Aibonito, la inmensa finca “El Reloj” en Santurce y una amplia casona en la parte baja del sector el Vigía, Calle Bertoli, en Ponce, en cuya residencia ocurría su deceso en 1918. La casa de Barcelona y la fotografía de 1898 en dicha ciudad condal con toda su familia claramente apuntan hacia una estadía significativa que seguramente estuvo relacionada con la educación de sus hijos y gestiones de negocios. Los intereses en Aibonito, Santurce y Ponce constituyen evidencia de que después de la invasión norteamericana de Puerto Rico en 1898 su ubicación en el país se orientó hacia las mencionadas grandes ciudades. De este modo el liderato de la aldea de Villalba quedaba en manos de algunos miembros prominentes de su familia entre los que se destacarían Casimiro, antiguo hacendado cafetalero y comerciante que había acumulado grandes extensiones de territorio en Ciales y en Villalba, Florencio y José Víctor. Este último, además de ser hacendado y futuro heredero, se involucró en una carrera política que haría posible la fundación formal del pueblo de Villalba en 1917.
José Víctor Figueroa Reyes resultó electo a la cámara de Delegados por el Partido Republicano Puertorriqueño en representación de los distritos de Ponce y Juana Díaz en las elecciones del 3 de noviembre de 1914. Volvería a la Cámara entre 1920-1924 y saldría electo al Senado entre 1924-1928. En la Cámara, fue miembro de la importante Comisión de Hacienda. De inmediato comenzó las gestiones para cumplir, según sus palabras, “mi obligación como hijo de la persona que había fundado una pequeña Villa y hacer todo lo que estuviera a mi alcance para hacerlo pueblo”. Como resultado, sometió el proyecto de la Cámara de Delegados Num. 71, de la Octava Asamblea, Tercera Sección, con fecha del 23 de marzo de 1971, para crear la municipalidad de Villalba. Aparte de las objeciones del Municipio de Juana Díaz, que deberán ser estudiadas en su momento, el legislador recordaba que la aldea misma “fueron muchos los que vinieron a oponerse al proyecto que había sometido”, y que “según ellos eso acarreaba mayores gastos y como consecuencia mayores contribuciones”. No obstante Figueroa Reyes y otros líderes que le apoyaban, seguramente de los barrios circundantes, lograron que los pobladores aledaños se unieran al movimiento pro fundación de Villalba. Así, el representante puede incluir como primera cláusula de su proyecto la disposición de que los barrios de Caonillas Abajo, Caonillas Arriba [ya se comenzaba a escribir Caonillas, con “o” en lugar de con “u”, como ocurriría en todo el siglo XIX], Hato Puerco Abajo, Hato Puerco Arriba, Vacas, Villalba Abajo y Villalba Arriba se segregarían de Juana Díaz y pasarían a construir la “Municipalidad de Villalba, Puerto Rico”, con capitalidad en el pueblo de Villalba.
El documento expresa que el municipio estaría gobernado por un consejo municipal compuesto por tres (3) personas y un alcalde que ejercerían sus funciones “adhonorem”. Los tres concejales serian electos en las elecciones generales por el pueblo Villalbeño. Dentro el plazo de treinta (30) días después de su elección, el consejo municipal elegiría un alcalde. Si ello no ocurriese ,así, nombrado al alcalde directamente. Dicho ejecutivo, además de desempeñar los deberes inherentes a su cargo, ejercería como Juez de Paz y nombraría y supervisaría a los demás funcionarios, como el secretario, alguacil, comisionado de instrucción, comisionado de salud, inspector de sanidad y otros. El proyecto disponía que todas las disputas y reclamaciones sobre derechos de propiedad y de marcaciones con Juana Díaz serian sometidas al gobernador, cuyas decisiones serian finales. Villalba quedaría adscrita al distrito judicial de Juana Díaz. Para resolver el problema inmediato de la designación de los primeros funcionarios públicos, puesto que no mediaban unas elecciones, las sección 11 del proyecto disponía que el gobernador nombraría los primeros tres miembros del consejo municipal, el cual tendría que elegir un presidente y al primer alcalde. Si no se nombraba al primer ejecutivo en diez días, el gobernador procedería a hacerlo con carácter provisional hasta que el consejo los hiciera de forma definitiva. Por ultimo, el proyecto que se convirtió rápidamente en la ley Num.42 del 12 de abril de 1917, disponía que sus terminos comenzaban a regir el 1 de julio de 1971. Culminaba así la trayectoria del fundador de Villalba, José Ramón Figueroa, quien, como bien señalaba otro de sus descendientes, se proyectaba en la figura de su hijo, logrando también, a través del vástago, que se le reconociera “la personalidad jurídica de Municipio al pueblo que el fundara, Villalba”. En el penúltimo año de su vida, el patriarca de la familia Figueroa veía completarse, desde su retiro en Ponce, el ciclo de una vida muy productiva que se había iniciado desde mediados del siglo XIX.
El pueblo de Villalba comenzó su existencia municipal oficialmente el 1 de julio de 1917. Se celebraron fiestas populares y se invitó a los pueblos del distrito y a muchas distinguidas personalidades. Se hicieron actos de reconocimiento a la familia Figueroa y también a numerosos Villalbeños que se habían destacados en la lucha por la consolidación y proclamación del pueblo, tales como Agustín y Eladio Burgos, Ramón Zayas, Dr. Antonio Arbona, Remigio Morales, Manuel García, Pío Ortiz Castillo, Teodoro Alonso, Felipe Colon Bracetti, Guillermo Quesada y muchos otros entre ellos se contaba un estado unidense residente en Villalba “hace varios anos”, según informa un periódico regional, y que había sido “bien acogido por todos los de este pueblo”. Se trataba de Walter Mcknown Jones y comúnmente conocido como Walter McK Jones, o simplemente McK Jones sería este norteamericano ubicado en la comunidad, y no un hijo natural del pueblo, el primer alcalde de Villalba y quien tendría su cargo la dirección de los pasos administrativos iniciales que daba el municipio recién fundado.
Walter McK Jones había nacido en Boston casado con la distinguida dama de Washington, Helen Buchanan en el 1916, se gradúa el Harvard College. Llegó a Puerto Rico poco después y se ubicó en Ponce por un tiempo. Posteriormente vivió en Adjuntas, hasta que estableció en Villalba en el año de 1904. Adquirió la hacienda cafetalera “El Limón”, Donde construyó una espléndida residencia convirtiéndose así en una importante fuente de trabajo en la aldea. Las actas municipales de Villalba revelan que hacia 1917 ya se había convertido en un ciudadano prominente, quien, además de hacendado, era un comerciante exitoso, dueño de una panadería y una pulpería en Hato Puerco Arriba, ganadero y traficante con los diversos productos de “El Limón”. Sus cualidades personales de liderato y de atención a los humildes y pobres de Villalba ya eran objetos de reconocimiento por la comunidad. Este seria uno de los principales rasgos de su continuada relación con su pueblo adoptivo. Ahora, al momento de designar el primer alcalde de Villalba, el liderato del pueblo propuso a “McK Jones”.
Las actas municipales de Villalba comienzan el 9 de julio de 1917. El primer secretario (interino) lo fue Pablo Morfi, a quien sucedió en el puesto en propiedad de Joaquín Tellchea a partir de octubre de 1919. El gobernador Arthur Yager nombró a los tres primeros miembros del consejo municipal: Teodoro Alonso Criado (Presidente), Eladio Burgos Santos y Felipe Colon Bracety. Por carecer de edificio propio, esta primera asamblea municipal se unía en una residencia que José Victor Figueroa facilitó para esos fines, libre de costos. el consejo decidió nombra McK Jones como alcalde, pero por el momento este se encontraba en los Estados Unidos en gestiones personales- sin duda relacionadas con la central azucarera que planeaba establecer. La correspondencia con la oficina del gobernador en la fortaleza rebela detalles. El 21 de junio José Víctor le escribe a Yager indicándole que el consejo ha decidido nombrar a McK Jones, pero como no se sabia cuando este regresaría, no se había podido tomar la resolución oficial. Solicita que se nombre interinamente a McK Jones de modo que aunque llegue tarde de los Estados Unidos, haya alcalde para el 1 de julio de 1917. De Fortaleza le contestan a Figueroa que según a la ley es el Consejo el que debe nombrar al alcalde dentro de diez días. Si no lo hacen, el gobernador lo nombraría. Alonso presidente del consejo contesta que aun no sabe si McK Jones aceptara el nombramiento. Habría que esperar su regreso para conocer si aceptaría. De Fortaleza siguen apremiando al Consejo Municipal para que nombre alcalde “porque la vida de ese municipio a de empezar según la ley el 1 de julio”. Por lo menos deberían nombrar un alcalde interino. Esto fue lo que hizo el consejo. El 30 de junio nombro alcalde interino a Guillermo Quesada Mandri, “quien era apoderado y administrador de Mr. W. McK Jones y hombre de excelente condiciones”. Finalmente, el gobernador, por recomendación del consejo, nombró alcalde a McK Jones con carácter interino (de julio) hasta tanto dicho cuerpo lo confirmara en el cargo, lo cual hizo de inmediato. Guillermo Quesada, el hombre de confianza de McK Jones, le sustituiría cuando este se ausentaba del país, como ocurrió desde fines de julio de 1918 hasta octubre de 1919, en que el alcalde estuvo en Estados Unidos con licencia oficial ultimando detalles de negocios para la fundación de su proyectada central azucarera, lo cual ya era de conocimiento publico.
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