General Marc A. Cisneros, commander of U.S.
Army South and of the U.S. Army Security Agency for Latin
America, was bid farewell yesterday with honors befitting
his position, concluding a historic stage in the day to day Panamanian
political experience.
A key figure in the December 20, 1989 invasion, his
action was decisive in the defeat of the dictatorship of
Manuel Antonio Noriega and in the liberation of the
Panamanian people from a corrupted system sustained by the
military tyranny.
General Ciscernos served in several assignments that
served him well in preparation for the position that he held
until yesterday. With long service in Europe and Vietnam, as
well in different assignments within the U.S. Army, General
Cisneros assumed command of U.S. Army South June 23, 1989,
when the country was in full crisis.
For Panamanians, who are always showing our patriotic and
nationalistic pride, it is difficult to exalt the individual
who commanded the invasion of our country, but, to be
honest, we must admit that the
action headed by Cisneros was the one that cleared the way
for the new Democratic Government of National
Reconstruction. And one cannot speak in Panama of the great
stride for democracy without referring to Marc Cisneros
because he not only participated in
combat, but he also started the restoration of a series of
infrastructures damaged during the military operation, as
well as supporting residents in communities with projects of
constructing roads, bridges and medical assistance.
The wounds of the events of December will
perhaps take time to heal, but Cisneros is leaving a country
free from Dictatorship, from fear and from terror. That may
well be his greatest contribution along with the thanks of a
large Civilista movement, subjugated
by the Dictatorship, is unanimous.
What has transpired since December 20 also has a positive
aspect and that is the United States of America will have to
look at Panama in a different light. As a loyal associate
that it always had and one who will have to comply with the
clauses stipulated in the last Canal Treaty.
Masters of our own destiny, we Panamanians also recognize
the new direction of the democracy of the United States and
President George Bush, uniting
with countries like ours in
strengthening the basic principles of liberty and an economy
based on those principles. Now, the dialog is wider. On the
foundation of our self-determination we will march toward goals of social
progress. But walking on that road of optimism toward new
goals and objectives, saluting and recognizing the
solidarity of this soldier Cisneros, who was placed in our
destiny to crystallize the hope of a people desirous to attain
total liberation. Like in
the war of independence in Cuba when the Maine incident
precipitated the succession from Spanish colonialism, we
Panamanians cannot forget the efforts that were made to free
us from tyranny.
(SPANISH)
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MARC CISNEROS Y EL VEREDICTO DE LA HISTORIA
Editorial de Critica Libre de Panamá el 13 de
julio de 1990
El General de Brigada Marc A.
Cisneros, Jefe del Ejército de los Estados Unitods y de la
Agencia de Asistencia de Seguridad para América Latina del
Ejército de los Estados Unidos, fue despedido ayer con
honores de esa posición, concluyendo una etapa histórica
en el acontecer politico panameño.
El General de Brigada Marc A.
Cisneros, Jefe del Ejército de los Estados Unitods y de la
Agencia de Asistencia de Seguridad para América Latina del
Ejército de los Estados Unidos, fue despedido ayer con
honores de esa posición, concluyendo una etapa histórica
en el acontecer politico panameño . |
Figura clave en la invasión del 20
de diciembre de 1989, su acción fue decisiva en el
derrocamiento de la Dictadura de Manuel Antonio Noriega y en
la liberación del pueblo panameño de un sistema corrupto
sostenido por la tiranía castrense. Por este aspecto,
Panamá recordará a Cisneros porque, quiéranlo admitir o
no, la cruencia acción del 20 de diciembre fue la única y
última alternative para que Panamá pudiera sacudirse la
Dictadura.
El General Cisneros prestó
servicios en un sinnúmero de puestos que sirvieron para
prepararlo para la posición que hasta ayer ocupó. Con una
larga trayectoria en Europa y Vietnam, así como en
diferentes cargos dentro del engranaje del Ejército de los
Estados Unidos, el General Cisneros asumió el mando del
Ejército Sur el 23 de junio de 1989, cuando el pais se
hallaba en plena crisis.
Para los panameños, que siempre
hemos exteriorizado nuestra vocacion patriótica y
nacionalista, resulta dificil exaltar la figura de quien
comandó la invasion a nuestro pais, pero a fuer de
honorados tenemos que admitir, que la acción encabezada por
Cisneros fue la que allanó el camino para el nuevo Gobierno
Democratico y de Reconstrucción Nacional. Y es que no se
podrá hablar en Panamá del gran paso hacia la democracia
sin referirse a Marc Cisneros, porque no se detuvó
solamente en la acción bélica, sino que inició la
restauración de una serie de infrastructuras que fueron
dañadas durante la operación militar, asi como el apoyo a
los moradores de comunidades con la construcción de
carreteras, puentes y giras asistenciale – médicas.
Las heridas de los acontecimientos
de diciembre quizás demoren en cicatrizar, pero Cisneros
deja un pais libre de una Dictadura, del miedo y del terror.
Esa quizás sea su mejor aporte y el reconocimiento de la
gran masa civilista, sojuzgada por la Dictadura, es unánime.
Lo ocurrido después del 20 de
diciembre también tiene su aspecto positivo y es que los
Estados Unidos de America tendrán que mirar a Panamá en
una forma diferente. Como el socio leal que han tenido
siempre y al cual habrá de cumplirle las cláusulas
estipuladas en el último Tratado del Canal.
Dueños de nuestro propio destino,
los panameños también reconocemos la nueva proyección de
la democracia norteamericana y del Presidente George Bush,
de hermanarse con los países como el nuestro, en el
fortalecimiento de los principios básicos de la libertad y
de una economia basada en esos principios. Ahora, el
diálogo es mas amplio. Sobre la base de nuestra
autodeterminación nos encaminamos hacia metas de progreso
social. Pero andando sobre esa ruta de optimismo hacia
nuevas metas y objetivos, saludamos y reconocemos la
solidaridad de este soldado Cisneros, que puesto en nuestro
destino cristalizó la esperanza de un pueblo deseoso de
alcanzar su liberación definitiva. Así como en la guerra
de independencia de Cuba el episodio de Maine preciptó la
secesión del colonialismo ibérico, los panameños no
podremos olvidar los esfuerzos que se hicieron para
librarnos de la tiranía. |