El Universal, Caracas, 21-6-98
Sobre fascismo, golpismo y otros ingenios 
José Vicente Rangel 

Quienes se empeñan en satanizar a Chávez usan argumentos que no soportan el menor análisis que -inclusive- favorecen al candidato. Conviene decir que hay enemigos del líder del 4F que le están haciendo, sin quererlo, la campaña. Chávez lidera las encuestas y la figuración en los medios -lo cual es vital para una candidatura- porque quienes le adversan disparan a diario en contra suya e, indirectamente, le hacen publicidad. La muerte para un candidato es ser ignorado. La mención, así sea desconsiderada, lo favorece. Pero los antichavistas no lo quieren entender. 

Fascismo 

En lo que se dice contra Chávez está la acusación de fascista, algo que -por cierto- luce exótico para el venezolano. Usar el término al voleo es ignorar, deliberadamente, las características del fenómeno y el contexto en el cual se produjo en otra latitudes. En Venezuela no hemos tenido fascismo ni lo tendremos. La idiosincrasia nacional lo repele. La izquierda incurrió muchas veces -por su tendencia a las comparaciones caprichosas- en el error de calificar de fascista actitudes simplemente autoritarias y expresiones políticas conservadoras. Algunos que acusan de fascista a Chávez dijeron lo mismo de Caldera y de Copei. De Betancourt en la década de los 60 para caracterizar la represión. Ni el discurso ni la conducta pública y personal de Chávez configuran fascismo. Se le puede tildar de fascista a priori? Es que del discurso de Chávez se deduce fascismo y no así del de Salas cuando éste dice que hará lo de Fujimori si llega al poder? Y a propósito, es fascismo lo de Fujimori o simple autoritarismo? 

Golpismo 

A lo sumo se podría hablar de una inclinación hacia la acción, a poner de lado el tejido legal y constitucional, lo cual es típico del comportamiento del venezolano, quien no se caracteriza por el culto a la ley. Nuestra historia está plagada de ejemplos -malos ejemplos. La paz se ha instalado entre nosotros no por obra de la legalidad sino de la autoridad. También en la etapa democrática. El comportamiento de sus líderes siempre estuvo marcado por el propósito de saltar la talanquera. Villalba, a raíz del 14 de febrero del 36, sostuvo que "la ley era el refugio de los políticos reumáticos" para impugnar la legalidad de la época. Betancourt -así duela a sus exégetas- no tuvo escrúpulos para aliarse a los integrantes de una logia militar y derrocar al gobierno del general Medina, que estaba encauzando al país por la senda democrática. Caldera y Villalba no vacilaron en apoyar el triunvirato militar que tumbó a Gallegos. Y muchos hombres de izquierda, que ahora reivindican con ardor la constitucionalidad, fueron protagonistas de las rebeliones militares de Carúpano y Puerto Cabello. También el 4F contó con amplio respaldo -tácito o expreso- en el mundo civil. Algunos de los que hoy cuestionan a Chávez por haber insurgido, avalaron el golpe. En primer término Caldera, quien planteó -al igual que muchos otros- en medio de la crisis, la renuncia de Pérez. 

Ahora resulta que el único golpista en el país es Chávez. Y me pregunto, será porque es militar? Mi impresión es que la reiterada acusación que se le hace responde más a un viejo resorte antimilitarista, propio de otras épocas, cuando el esquema "civilización y barbarie" era ilustrado con la idealización del civil y la demonización del militar, que a la realidad actual. Chávez intentó un golpe, asumió su responsabilidad y pagó por ella, mientras que a miles de golpistas mimetizados en demócratas nadie les reclama. ¿Cuanto golpista, de viejo y de nuevo cuño, no toma asiento en el gabinete de Caldera? Pero el civil puede ser golpista y no se le pide cuenta. En cambio, al militar -¿sólo por serlo?- se le pasa recibo durante toda la vida, así transite la vía democrática. ¿Por qué la adscripción a la democracia de un golpista civil es válida y no lo es la de un militar golpista? Es como el argumento que algunos emplean de que todo militar es autoritario, gorila o fascista, como si fuera esta una condición natural del hombre de uniforme. Como si no hubiese civiles fascists, gorilas y autoritarios -los líderes del nazifascismo no eran militares- y como si en Venezuela no hubiésemos tenido militares de conducta democrática al frente del Estado como López Contreras, Medina y Larrazábal. 

Oportunismo 

En una democracia donde el oportunismo de los dirigentes juega garrote, parece que los únicos que lo practican son Chávez y el MAS. ¿No fue oportunismo tener un discurso cívico y aliarse con militares para derrocar a Medina? Oportunismo no fue alentar la conjura contra Gallegos? ¿O purgar lo mejor de AD para garantizarse el control del partido y hacerle el juego a la política de EEUU en las décadas de los 60 y 70? ¿No fue oportunismo apoyar a Caldera con un discurso antifondomonetarista y antiprivatizador y luego acompañarlo en un viraje de 180 grados? ¿No es oportunismo el de Luis Herrera agarrándose a las faldas de Irene? Respaldar electoralmente a Chávez es oportunismo, pero apoyar a Irene, Salas Rmer o Alfaro no lo es. Tampoco lo es cuestionar el apoyo a Chávez para seguir en el Gobierno. íPendejadas! En ese campo no hay fronteras y aquellos que pretenden fijarlas lo hacen con una fuerte dosis de oportunismo. Quién lanza la primera piedra? 

El Estado de la impunidad 

EL pasado sábado 20 -ayer- se cumplieron 2 años del asesinato del abogado José Alberto Totesaut Salicetti. El crimen no es extraño en nuestra sociedad. Al contrario, forma parte de la cotidianidad. Con el colapso de la seguridad el venezolano convive a diario con la muerte. En este sentido el horrendo asesinato de mi yerno no tiene nada de insólito en un país donde la vida nada vale. Es el caso de miles de víctimas en el territorio nacional. Por eso sostengo que cuando los asesinos de Totesaut cumplieron su sangriendo cometido, lo ubicaron a él y a su familia en el contexto del terror del cual nadie escapa en Venezuela. Esta fatalidad hay que aceptarla como realidad mientras no se restablezca -algún día- la noción de seguridad. Mas, lo que no se puede aceptar como fatalidad es que, consumado el crimen, éste sea amparado por las propias autoridades. En otras palabras, que el Estado se involucre por acción u omisión en el delito. Que es lo que ocurre con el caso Totesaut y con miles de casos similares o parecidos. 

Siempre he dicho que peor que el delito es la impunidad. Amnistía Internacional acaba de afirmar que "la impunidad es la más grave violación a los derechos humanos". Y en Venezuela vivimos en total impunidad. No hay Estado de derecho, sino Estado de impunidad. Hace dos años mataron a Totesaut, ante su esposa y su hijo de tres años. Desde ese momento mi familia ha vivido una doble y terrible pesadilla: la de la pérdida de un esposo y un padre, y la aún más desoladora: la de la impotencia absoluta. Saber que, pese a estar claros los móviles del crimen e identificados los autores materiales e intelectuales por un órgano de seguridad del Estado, la complicidad de un cuerpo policial y la indiferencia de la administración de justicia permiten que a 2 años del crimen todo siga en ese miserable misterio que suele tejer la complicidad. 

Para mí el gran responsable de la impunidad que "cangrejizó" el caso Totesaut es el presidente de la República, a quien emplacé en más de una oportunidad a esclarecer el hecho. Hubo un momento en que Caldera me habló de su determinación de hacerlo y prometió, incluso, reorganizar a fondo la PTJ. Cosa que no hizo. Dejando intacto -por razones de amiguismo- un equipo que no sólo fracasó en la investigación del asesinato de mi yerno sino en muchos otros casos, lo cual es factor determinante del auge delictivo que tiene contra la pared a la ciudadanía. En la palabra y buenas intenciones del Presidente definitivamente no creo. Como no cree el país en nada de lo que él promete y hace. Siendo esto parte de la crisis nacional, que sólo tendrá respuesta apropiada el día que los venezolanos decidamos darle un vuelco a la manera de relacionarnos con el poder. Mientras tanto, estamos condenados a vivir en un clima de antivalores, donde el jefe del Estado -como ocurre con Caldera- es el gran responsable. 

Agenda 

CAVIM, empresa creada para producir piezas y equipos militares, se transformó en comercializadora de accesorios de voladuras y vendedora de explosivos de uso civil. Ahora hay un caos en el suministro de estos productos, esenciales en la actividad minera y petrolera. Algunas agencias de suministro son preferidas debido a sus influencias, llegándose al extremo de colocar numerosas órdenes de compra a nombre de un broker de Tórtola, Islas Vírgenes, al cual Cavim compra materias primas como TNT, pentrita, emulsiones activadas y otros productos, realizando doble facturación. Por qué MinDefensa no investiga..? *SE ha desatado una campaña de agravios y presiones contra las juezas penales bancarias Nilena Noguera, Inmaculada Pérez Dupuy e Irma Mansilla, quienes conocen de los expedientes de los banqueros. El propósito es quitárselos o lograr que prescriban. Los teléfonos de los respectivos tribunales, celulares y de sus hogares, están intervenidos por empresas privadas de seguridad contratadas por los acusados... ENCUESTA de una importante empresa -cuyo nombre me reservo- procesada la semana pasada: Chávez, 26%; Irene, 14%; Salas, 10%; Fermín, 8%; Alfaro, 2%... INSOLITO: la cuña de publicidad electoral de Salas Rmer donde aparece el inspector del Ejército y yerno del Presidente, general Rojas Pérez. La cuña la pagó a los canales de televisión la propia Gobernación de Carabobo. Y el CNE? íPintado en la pared! 
 
 

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