Hechos 10:43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren,
recibirán perdón de pecados por su nombre.
Esta es una porción de la Escrituras muy familiar de la cual muchos de nosotros nos
agarramos con fervor. Tú eres uno de esos "todos", y yo, y tu esposa, y tu esposo, y tu
padre, y tu hijo, y tu... Todos estamos bajo la gracia misericordiosa de Dios. Parece ser
que realmente creemos que todo aquel que cree en el Señor Jesús será salvo. ¿De verdad
creemos esto?
A los discípulos se les hizo muy difícil entender este concepto. Aunque Jesús enseñó varias
veces acerca de este tópico, los discípulos no entendieron. En el capítulo 3 del evangelio de
Juan, Jesús termina su conversación con Nicodemo con un alcance global revolucionario.
Juan 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado;
15 Para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
19 Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las
tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.
Jesús fue muy claro. La salvación es para todo aquel en el mundo que confesare el nombre
de Dios ante los hombres. La luz vino al mundo y el mundo, a través de Él, será salvo. Esto
es muy fácil de entender para ti y para mí. Pero los discípulos no entendieron. Poco
tiempo después, en el capítulo 4, Juan relata la historia de la mujer samaritana. No
solamente era ella una prostituta, para los judíos ella era una samaritana, una perra,
basura, buena para nada. Jesús sabía todo esto y más, Él sabía que ella estaba en profundo
pecado.
Juan 4:17 Respondió la mujer, y dijo: No tengo marido. Dícele Jesús: Bien has dicho, No tengo marido;
18 Porque cinco maridos has tenido: y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con
verdad.
De todas maneras Jesús le extendió una invitación de salvación. Ella era una de los
"todos" de los cuales Jesús había enseñado unos días antes.
Juan 4:13 Respondió Jesús y díjole: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
14 Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que
yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
En estos momentos Jesús estaba aplicando su lección de alcance global. El se detuvo en el
pozo para extender una invitación de salvación a una mujer samaritana. Sin embargo, los
discípulos pensaron que este encuentro no fue apropiado.
Juan 4:27 Y en esto vinieron sus discípulos, y maravilláronse de que hablaba con mujer; mas
ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?
Esto nos lleva al libro de los Hechos, capítulo 10. Por un periodo de ocho años el Evangelio
había sido predicado solamente a los judíos.
De esta manera termina lo que es llamado el primer periodo de la iglesia cristiana, el cual
comenzó el día de Pentecostés, Hechos 2:1, y continuó hasta la resurección de Dorcas; un
periodo de algunos ocho años. Durante todo este tiempo el Evangelio fue predicado a los
judíos solamente, ningún gentil fue llamado antes de Cornelio... La salvación era para los
judíos: suyos eran los Padres, el pacto, y las promesas, y de ellos salió Jesús el Cristo;(1)
Hechos capítulo 10 comienza con la historia de Cornelio, centurión romano, hombre
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa. No sólo sabemos que Cornelio era un hombre
justo, y que su casa estaba en orden. También sabemos que estaba lleno del Espíritu Santo.
El versículo 3 relata su visión:
Hechos 10:3 Este vio en visión manifiestamente, como a la hora novena del día, que un ángel
de Dios entraba a él, y le decía: Cornelio.
El hecho de que Cornelio vio una visión de Dios es suficiente prueba de que él estaba lleno
del Espíritu Santo según leemos en Hechos 2:17:
Hechos 2:17 Y será en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda
carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Y vuestros jóvenes verán visiones, Y
vuestros ancianos soñarán sueños:
Antes de la visión, Cornelio había estado orando y ayunando por algo que la Biblia no
revela. Sin embargo, trate de imaginarse la posición de Cornelio. El era un hombre
piadoso y temeroso de Dios. El sabía acerca de Jesús, sus enseñanzas y su muerte en la
cruz. Probablemente había escuchado acerca de sus milagros, y probablemente era amigo
del soldado romano quien a los pies de la cruz dijo: "verdaderamente éste era el Hijo de
Dios". Cornelio había escuchado la historia de la muerte de Jesús, "Eloi, Eloi, ¿lama
sabactani?", "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen", "De cierto de cierto te
digo, hoy mismo estarás conmigo en el paraíso", "Consumado es", "Padre en tus manos
encomiendo mi Espíritu". Cornelio había escuchado acerca del terremoto, las tinieblas, el
velo del templo. ¡Oh! sí, rumores de resurección, y de una iglesia "cristiana" entre los
creyentes judíos.
Cornelio quizás se preguntó, "¿Por qué estoy tan angustiado acerca de este Jesús? Aún
siendo el Hijo de Dios, Él es el Dios de los judíos. ¿Por cuál razón el Dios de los judíos quiere
tratar con un centurión del ejército opresor?" Sin embargo, Cornelio sentía un fuego
consumidor en sus huesos. El oraba por dirección divina, por una revelación de como
servir al Dios real. Su familia y amigos notaron todo esto, orando y ayunando por tanto
tiempo. Entonces vino la visión...
Hechos 10:4 Y él, puestos en él los ojos, espantado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y díjole: Tus oraciones y tus limosnas han subido en memoria a la presencia de Dios.
5 Envía pues ahora hombres a Joppe, y haz venir a un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.
6 Este posa en casa de un Simón, curtidor, que tiene su casa junto a la mar: él te dirá lo que
te conviene hacer.
El ángel de Dios le dijo a Cornelio: "Envía hombres a Joppe y encuentra a Pedro, él te dirá
que hacer. El te dirá del fuego que te está consumiendo." Al mismo tiempo Dios le estaba
hablando a Pedro.
Hechos 10:11 Y vio el cielo abierto, y que descendía un vaso, como un gran lienzo, que atado de los cuatro cabos era bajado a la tierra;
12 En el cual había de todos los animales cuadrúpedos de la tierra, y reptiles, y aves del cielo.
13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.
14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás.
15 Y volvió la voz hacia él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.
16 Y esto fue hecho por tres veces; y el vaso volvió a ser recogido en el cielo.
En esta visión el Señor mandó a Pedro a comer animales inmundos. En aquel entonces, y
aun en el presente, no le cabía en la mente a un judío comer algo como esto. El verso 16
nos dice que la visión fue repetida tres veces. Probablemente tomó tres veces para que
Pedro pudiera entender lo que se estaba diciendo. Pedro no tenía idea del significado de
esta visión. La idea de comer animales inmundos sonaba repugnante y pecaminosa.
Entonces alguien tocó a la puerta y Dios le reveló a Pedro que fuese con los sirvientes de
Cornelio el cual era un centurión romano, un gentil.
La Biblia dice que estos no salieron hacia la casa de Cornelio inmediatamente. Los
sirvientes de Cornelio pasaron la noche con Pedro y todos salieron la mañana siguiente
(verso 23). Probablemente Pedro no pudo dormir esa noche. Primeramente esa visión tan
extraña, y ahora el Señor le había ordenado a ir a la casa de un gentil. ¿Qué le iba él a decir
a esta gente inmunda, a los enemigos de su nación? En algún momento durante la noche,
Pedro pudo asociar la visión, Cornelio, y "todo aquel" (verse 28). Recuerdos de Jesús, su
querido maestro, hablando con la mujer samaritana. Y esta frase seguía retumbando en su
mente, todo aquel, todo aquel, todo aquel que en Él crea no se pierda mas tenga vida
eterna. Ocho años después de Pentecostés Pedro entendió el alcance global del evangelio.
Es evidente que aunque Cornelio estaba lleno del Espíritu Santo, el se sentía como un
ciudadano de segunda clase. Por esto, él se humilló frente a Pedro y trató de adorarlo.
Cornelio estaba convencido de que las bendiciones de Jesús eran solamente para los judíos
pero quizás él y su familia podrían tomar parte como sirvientes:
Hechos 10:25 Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle; y postrándose a sus pies, adoró.
26 Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate; yo mismo también soy hombre.
Después de las apropiadas presentaciones y explicaciones, Pedro comenzó a hablar:
Hechos 10:34 Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: Por verdad hallo que Dios no hace acepción de personas;
35 Sino que en toda nación se agrada del que le teme y obra justicia.
Esto era nuevo para Cornelio y su familia. "¿Qué quiere él decir por toda nación?"
Probablemente pensaron.
Hechos 10:37 Vosotros sabéis lo que fue divulgado por toda Judea; comenzando desde Galilea después del bautismo que Juan predicó,
38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazareth; el cual anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos del diablo; porque Dios estaba con él.
39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea, y en Jerusalem; a quien mataron colgándole en un madero.
40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que apareciese manifiesto,
41 No a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios antes había ordenado, es a saber, a nosotros que comimos y bebimos con él, después que resucitó de los muertos.
42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto
por Juez de vivos y muertos.
Pedro estaba diciendo, "ustedes saben acerca de Jesús, sus milagros, su muerte, y su
resurección. Ustedes saben que nosotros somos sus siervos y que se nos ordenó predicar el
evangelio. Todo esto ustedes saben, pero hay algo que no saben:"
Hechos 10:43 A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creyeren,
recibirán perdón de pecados por su nombre.
Yo creo que la palabra "todos" flotó en el aire por lo que pareció una eternidad. El poder
de esta revelación tuvo que haber hecho aquel lugar estremecerse. Inmediatamente
Cornelio y su familia entendieron por completo la gracia salvadora de Dios. Gracia que va
por encima de todo grupo étnico o cualquier situación. Ahora conocían la esperanza. No
más eran ellos ciudadanos de segunda clase sino hijos e hijas de Dios con todos los
beneficios y responsabilidades.
Esta porción tan conocida de las Escrituras nos enseña quien "todo aquel" es. Pedro
pensaba que él sabía, él oyó al mismo Jesús enseñar acerca de esto. Poco se imaginaba él
que los gentiles, la gente inmunda, ellos eran "todo aquel". ¿Eres tú "todo aquel"? ¿Estás
tan lejos de Dios que piensas que su misericordia no te puede alcanzar? ¿Te ves a ti mismo
como un pecador que no puede alcanzar a Dios? Entonces eres un pecador que no puede
alcanzar a Dios por si mismo. Sin embargo, no estás muy lejos de su presencia ni de su
misericordia. La Biblia enseña que "todos los que en él creyeren, recibirán perdón de
pecados." que "de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Tú no sabías que eres
"todo aquel", pero ahora, como Cornelio, sabes. Todavía hay esperanza para ti. Entrega
tu vida a Jesús.
Si eres salvo, ¿sabes quién "todo aquel" es? Todavía hay esperanza para tu esposo, esposa,
hijo, hija, madre, padre. Sin embargo, quizás ellos no saben, necesitan un Pedro que les
explique que ellos son "todo aquel". ¿Puedes ser tú ese Pedro? Hay aun más "todo aquel",
puede ser tu enemigo, ese irritante compañero de trabajo, el hermano/a al cual no has
hablado en años. Los padres alcohólicos a quienes culpas por todos tus problemas. La
persona de un grupo étnico la cual tu cultura enseñó a odiar. El político, el policía, el
maestro. Quizás ninguno de estos saben que son "todo aquel". ¿Podrías tú decirles?
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