Lo que sí es que nunca pensé
que ser poeta era tan fácil.
Mucho menos pensé que iba a sacarle tanto provecho,
según mi primo,
a mi problema de diarreas.
-¡WAO!
Cristina, Pepito y Michael
Cristina:
por: Juan Carlos Rodríguez
Michael, sabemos que para ti los niños son muy importantes. ¿Podrías decirnos cual es tu compromiso más significativo para con ellos?
Michael Jackson:
Antes que nada, deseo agradecerte la oportunidad que me dás de compartir contigo y con todos los niños de Latinoamérica que nos ven desde sus casas. Ellos saben lo mucho que los quiero y protejo. Puedo decir que mi compromiso para con todos los niños del mundo es tratar de hacerlos felices de la forma que pueda. Recuerdo una ocasión en que estaba en Puerto Rico y me topé con este niño llamado Pepito. El estaba llorando. Lo más que odio en el mundo es el llanto de un niño. Me acequé y lo abrazé. Su tristeza era tal, que comenzó a contagiarme las lágrimas. Si no llega a ser por mi representante termino llorando también. Luego de esperar varios segundos le pregunté porqué lloraba.
Pepito:
Le expliqué que lloraba porque cuando fui a verle los panties a María, que acustumbraba subirse a los arboles en falda, no los pude ver porque antes de subir se los había quitado. Por eso lloraba.
Michael Jackson:
Sinceramente Cristina, no podía dejar a ese niño tan desconsolado. Le pregunté: Pepito, ¿Quieres ver mis calzoncillos? ... ¡Jamás he vuelto a ver a Pepito tan sonriente...!
Trasnoches Fetales
a las/os jóvenes lanzados al mar
por: Juan Carlos Rodríguez
Oigan, si es que aún,
fetos crepusculinos,
no han muerto de hambre
en las profunididades acuáticas
de su jardín.
Escuchen la mudez del sol
que los bañó una vez
con su sónido salpicante.
Cuando aun sus bocas
se hacían agua
ante la crujiente luz reveladora
de una página amanecida.
Sobre la arena
se derrite el recuerdo.
Considérense agraciados
ya que con el movimiento
de sus tentáculos, por encima del mantel,
acordes subterráneos se planifican.
Todas sus armonías repercuten
en la totalidad de los cantos inertes
de todos los que despertamos
a oscuras y sin mucho sueño.
Ustedes, chicas y chicos
de algún cono sur del hemisferio,
que se lanzaron a un inconsciente
vuelo de despedida,
siguen siendo los hijos naturales
de las dictaduras.
Sus neohermanos, cosecha reciente
también ilegítima,
han abrazado el llanto
que por ustedes sus padres,
El Estado y La consitutción,
simulan.
Secan sus lágrimas.
con la misma bandera que los traicionó a ustedes.
Advertidos por su suerte
la usan de pañuelo.
Fue un Chiste así que
¡Ríanse!
¡Ríanse! Ahora
que no queda más todo.
¡Ríanse! pues, chicos y chicas,
¡Ríanse!
¡Ríanse! del Sabatino Informe
que los fulmina a ser carne
de cómputo estadístico.
¡Ríanse! de sus cuerpos post-adolescentes
que desaparecieron bajo el telón
del apasionado acto de la niñez política,
donde alguna vez todos fanfarronearon la supuesta vejéz.
¡Ríanse! ¡Ríanse! De su padre y de su madre
que aun los siguen odiando
y esconden su alivio
en alguno de los plieges más ocultos
de sus frustraciones.
¡Ríanse! ¡Ríanse! ¡Ríanse!
Mientras quede luz eléctrica.
¡Ríanse! ¡Ríanse! ¡Re-Ríanse y vuelvan a reírse!
¡Ríanse! más fuerte, aun más,
desbórdense en carcajadas
para que así no huelan el risotear chamizo de otros,
¡JAA! ¡JA! ¡JAAA!
Esas sombrías carcajadas en las que ustedes,
radiantes,
se tambalean, se regodean, se mecen,
¡JAA! ¡JA! ¡JAAA!
se congelan al olvido...