El 29 del pasado mes de agosto, la comunidad haitiana radicada en la ciudad de New York, convocó a múltiples organizaciones y a personas en su carácter individual a participar en una marcha multitudinaria en repudio a la brutalidad policiaca. El incidente que propició esta manifestación fue el abuso sexual y racial por parte de un grupo de policías de New York hacia Abner Louima, un haitiano radicado en la misma ciudad. Para los boricuas bestiales que nos encontramos en la ciudad de NewYork fue doblemente significativo decir presente y denunciar la persecución existente hacia diversas comunidades por parte de la policía. Digo doblemente porque, mientras denunciamos este atropello sucedido aquí, en Puerto Rico la comunidad dominicana preparaba una marcha para denunciar la muerte de un dominicano en manos de la policía
Ambos incidentes, aunque ocurridos en países
diferentes, fueron provocados por la xenofobia generalizada que existe
hacia las comunidades de inmigrantes. La policía, que se ha
destacado históricamente por utilizar su poder uniformado para oprimir
brutalmente a quienes a ellos les de la gana, utilizaron en esta ocasión
no sólo sus armas de regalmento, sino que decidieron meterle por
el culo y la boca a Louima un destapador de inodoro.
Fue inpresionante presenciar las reconstrucciones de la escena que algunos manifestantes hicieron. Se pintaron los pantalones de rojo simulando sangre, y mientras uno corría gritando al frente, otro atrás (uniformado de policía) simulaba que le metía el destapador. Ojalá que la indignación de los miles y miles de manifestantes se mantega presente. La voz de alerta debe ser constante. ¡No lo dejes caer!