Compañeros. Compañeras. Miembros de la comunidad universitaria y de la comunidad puertorriqueña aquí presentes.
Hace ya mucho tiempo me enseñaron lo que significaba la palabra "nunca". Recuerdo bien que "nunca" era una palabra fuerte, absoluta, contundente. Recuerdo bien que, dicha una vez, no había que repetirla para hacerla valer.
Al menos era así hace ya mucho tiempo. O así yo lo creía. En cambio, en estos días, en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, hay que repetir cada cinco años el rito de decir algo tan simple, tan humanamente simple como "nunca más queremos que la violencia se adueñe de nuestra universidad".
Pero el repetir absolutos nunca los hace más abarcadores. Por eso propongo que se diga esta vez algo distinto. Porque ya no se trata solamente de no querer violencia. De falta de querer se hace el letargo, pero de hacer, de hacer y de soñar... de eso hemos construído un nuevo movimiento estudiantil que reclama saber y reclama justicia y reclama el lugar de la Universidad de Puerto Rico en la Nación puertorriqueña.
Como universitarios y universitarias no podemos resignarnos a ser, como algunos quieren, meras máquinas de sumar y restar que, a fin de cuentas, quedarán ensartadas en símbolos de dólar. Por eso no podemos callar ante los intentos del sistema de eliminar de nuestra educación elementos tan vitales como las humanidades y las ciencias sociales y sustituírlas por técnicas de hacerse de dinero a costa del prójimo.
Como universitarios y universitarias no podemos rechazar, como algunos quieren, la humanidad y el sentimiento que nos constituye. No podemos renunciar a nuestro rol de ciudadanas y ciudadanos responsables, críticos y pensantes. Por eso no podemos permanecer impávidos ante la entrega irresponsable e inmoral del patrimonio nacional que también a nosotros, como puertorriqueños y puertorriqueñas, nos pertenece.
Como universitarios y universitarias no podemos dejar atrás, como algunos pretenden, a una sociedad y a un pueblo del que orgullosamente formamos parte. Por eso no podemos dejar de cuestionar, dejar de protestar contra las injusticias y atropellos a los que se somete diariamente a nuestro Puerto Rico.
Pero quizás no permitan que soñemos y hagamos. Y quizás continúen matando nuevos sueños, como mataron hace veinticinco años a la compañera Antonia Martínez. Y quizás continúen deshaciendo a golpes los hechos más nobles, mas justos, más fuertes, absolutos y contundentes que, a base de esos sueños, hemos construído.
Pero de muerte y golpe nacerán aún más sueños, más nobles ideales. Porque nuestro deber como juventud universitaria es el soñar. Y como canta Silvio Rodríguez, "el sueño, se hace a mano y sin permiso." Por eso no podemos resignarnos a aceptar ni la violencia, ni la confrontación, ni la provocación, ni la agresión a la que se somete diariamente a nuestra universidad y a nuestro pueblo.
Ya no decimos "nunca más" como una humilde petición a la pasividad y a la inacción. Ya no decimos "nunca más" como un llanto, un gemido de una juventud tímida e indefensa. Ahora reclamamos "NUNCA MAS" como una exigencia de justicia, como un grito de democracia, como nuestro derecho a constuir el sueño de una universidad nueva, libre, y joven.
Decimos NUNCA MAS a la intimidación. Decimos NUNCA MAS al imperio del miedo y de la cobardía. Decimos NUNCA MAS a una bala que nos transforme de momento en símbolos.
Por que no somos símbolos. Porque somos los hijos y las hijas de miles de padres y de madres puertorriqueñas. Ante ellos tenemos la responsabilidad de transformar este día, este movimiento, esta lucha en una de valor, de democracia y de justicia para nuestro pueblo. Ante ellos decimos que NUNCA MAS la Universidad de Puerto Rico se reducirá a ser una mera marioneta de aquellos que no respetan y que no valoran a nuestra Patria como nosotros la respetamos y la valoramos. A ellos, y a los que vienen tras nosotros, le debemos más que eso.
Ante nuestros padres y madres, ante nuestro pueblo decimos que NUNCA MAS hemos de dejar de soñar una universidad autónoma y democrática que le entregue a este pueblo esos sueños transformados en las realidades más nobles, más justas, más fuertes, absolutas y contundentes de las que somos capaces los hombres y mujeres de la Universidad de Puerto Rico.
Porque ese sueño se hace a mano y sin permiso, por eso, NUNCA MAS dejaremos de soñarlo. Por eso, NUNCA MAS dejaremos de lucharlo. ¡Por eso, NUNCA MAS dejaremos de ser todo lo que debe ser la Universidad de Puerto Rico!
(Discurso presentado por Víctor Manuel Muñiz Fraticelli Presidente del Consejo General de Estudiantes 97-98 del Recinto de Río Piedras el 29 de octubre de 1997 en la actividad de Nunca Más.)