La propuesta más reciente del Gobernador de revivir los vales educativos ha sido rechazada firmemente por todos los sectores de la comunidad universitaria de la Universidad de Puerto Rico. Esta ley es un ataque directo a la educación pública y pretende arrancarle más de 40 millones de dólares a la UPR para dividirlo en unas becas que se repartirían entre los estudiantes desde la edad de cero años hasta los estudiantes universitarios, independientemente si están en instituciones públicas o privadas.
En vez de crear nuevas oportunidades educativas a la juventud, la ley le quitará capacidad a la UPR de seguir siendo la universidad de mejor calidad académica y cada vez tendrá más dificultades en absorber más estudiantes, ya que estos recortes significan menos profesores y menos cursos. Otro resultado directo de la ley podría ser un aumento en el costo de las matriculas que ya se ha rumorado por el Presidente y la Junta de Síndicos de la UPR.
Esta ley es parte de la política del gobierno de entregarle todas sus responsabilidades al mercado. La salud, las comunicaciones, la energía eléctrica y la educación, son parte de la lista de responsabilidades que el gobierno debe garantizar para el pueblo y que por el contrario hoy se encuentran bajo el peligro de ser entregadas totalmente a las garras de las empresas privadas, que solo persiguen el lucro y no el bien común del pueblo.
Es por eso que el paro del sistema el pasado 30 de abril contó con el respaldo de la comunidad universitaria. Además, obtuvo el respaldo del movimiento obrero y del pueblo en general. La solidaridad del pueblo trabajador con la lucha universitaria resurge en estos momentos, pues es parte de la lucha contra la privatización.
Si el gobierno aprueba la ley en verano, nuestra respuesta en agosto tendrá que ser aún más enérgica. Sólo con la organización en comités por facultad, ya sea los del Frente estudiantil, o los del Consejo de Estudiantes, o de cualquier otra organización que esté dispuesta a luchar es que vamos a crear las condiciones para obligar al gobierno a retirarse del empeño de atacar la educación pública.
Celebremos los logros de un nuevo movimiento estudiantil que se levanta nuevamente por todos los recintos de la UPR y redoblemos los ánimos de lucha para garantizar que se mejore la calidad de la educación pública y para enterrar las ideas Neoliberales de privatización.
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