Sin posibilidades de sostener el combate por mucho tiempo, Garezón resolvió con los tres oficiales de guerra que aún quedaban en pie, hundir la nave, para lo cual ordenó al jefe de ingenieros que abriera las válvulas del blindado. La órden se ejecutó y cuando el Huáscar fue abordado, tenía cuatro piés de agua y estaba a punto de irse a pique por la popa.
En su parte oficial Garezón manifestó que cuando los marinos chilenos abordaron el Huáscar, este les hizo ver que el pabellón peruano no había sido arriado, sino que el pico sobre el que pendía había caído por haberse roto en combate la driza de cadena que lo sostenía.
Garezón, conjuntamente con los demás tripulantes, fue enviado a la prisión de San Bernardo.
Fue Comandante General de la Escuadra entre 1908 y 1909 y Prefecto de Lima en 1911. Falleció en Lima en 1927.
Abajo, histórica fotografía del Huáscar entrando a Valparaiso luego del combate de Angamos.
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