Entrevista Inédita
-Hubo una época en la cual escuchar tu música era como "ser diferente" del resto, de la gente que escuchaba música comercial... era como...
-Snobismo...
-Sí, snobismo.
-¿Hasta dónde te hiciste cómplice de ese snobismo?
-Te voy a decir hasta qué punto fui cómplice, hasta que ser "snob" fuera no oir a Silvio Rodríguez.
-¿No has perdido tu público que tenías hace diez años'?
-Creo que sí, pero también siento que ahora va más gente a los conciertos.
-¿Y por qué crees que esa gente se decepcionó de ti?
-Tal vez no se decepcionó, sino que se aburrió de escucharme ... Uno deja de ser noticia, y hay gente que toma las cosas por moda; hay público en el que el arte cala más profundo, no va a un concierto porque esa es la onda, sino porque realmente se identifica y le llega el mensaje que se transmite.
-¿Y no será que ahora estás de moda?
-Es probable, no lo dudo.
-¿No sientes que se te exige mucho? 0 sea, si no das una canción compleja, con metáforas, como que ya no gustas.
-Mira, yo no estoy casado con nada, y eso hasta en mi vida personal. Lo que tengo miedo es que se me agote la poesía, pues la metáfora no es el único recurso que existe.
-¿Qué tal el síndrome del éxito... cómo controlas sus síntomas?
-¿Cuál es el síndrome del éxito?
-Ser inaccesible....
-Si eso es uno de los síntomas, déjame decirte que estoy muy lejos de eso porque bastante accesible soy, mucho más de lo que quisiera, a veces. El acceso absoluto es una limitante muy grande para la creación. Fíjate que los años en que más compuse es cuando menos famoso era.
-¿Y ese fanatismo que despiertas?
-Eso se origina en el hábito que existe, sobre todo en occidente, de cómo se trata al artista; es como una mala costumbre, hija directa de los medios de comunicación, de hacer ver al artista como un ser maravilloso, irreal, mítico. En un principio, mitad por timidez y mitad por convicción, estaba tan convencido que eso era una deformación tal, que hasta brusco me comportaba y ni siquiera daba autógrafos. Con el tiempo me di cuenta que la gente tiene la costumbre de guardar recuerdos de lo que quiere y estima. A mí mismo me gustaría tener un autógrafo de García Márquez o de Picasso, Chaplin. ¿Cómo no me va a gustar tener una foto de Woody Allen?
-¿Te consideras inteligente o intuitivo?
-Tremendamente intuitivo... a veces casi espiritista
-Casi casi rayando en lo brujo....
-Preferiría decir que en lo mágico.
-Tus canciones tienen magia.
-No lo sé... pero algunas llegan a mi casi mágicamente.
-¿Alguna vez en el transcurso de tu carrera llegaste a pensar en rajarte?
-Jamás.
=¿Te gusta el halago de que eres el compositor más original de la música popular?
-No me gusta la etiqueta, pero no me disgustaría serlo tampoco. A cualquiera le gustaría hacer su trabajo con ese nivel siempre y cuando no se convierta en una perversión, que ese no sea el único objetivo.
-Por último ¿por qué no te has casado?
-Más bien, por qué no se han casado conmigo. Me casé a los 21 años y el matrimonio duró siete meses. He tenido amores y compañeras, pero no he necesitado de firmar el papelito. Pero de ser necesario no tendría ningún prejuicio sobre volverme a casar siempre y cuando mi corazón firme primero.
Hace 11 años se realizó esta entrevista a Silvio Rodríguez, la cual por diversas razones quedó inédita. Sin embargo, muchas de las ideas y conceptos que aquí expresa siguen vigentes. Este sólo es un fragmento de aquella charla.
Por María Antonieta Barragán
Tomado de: La Jornada, México, D.F., viernes 20 de marzo de 1998.