En los terrenos de lo musical y lo literario ¿Cuáles han sido tus influencias?
Comencé a darme cuenta de lo que era la poesía cuando Luis Pavón Tamayo, en el año 66, me puso en las manos La Semilla Esteril de José Z. Tallet, y En la Calzada de Jesús del Monte, de Eliseo Diego. Antes había leído bastante a Martí y a Vallejo -los poetas que más me han marcado, creo yo-, pero hasta entonces no me había enfrentado a la poesía con un enfoque conscientemente formativo y aplicado.
Mis influencias musicales son interminables. Mis vínculos con la música vienen desde muy niño. Ya he dicho que mi madre cantaba (y todavía lo hace, y muy bien), así como cantaban mis abuelos, mis tíos, mi padre. La gente del campo canta mucho.
Algo que nunca he dicho es que la plástica me ha influido bastante. He compuesto canciones sobre pintores; otras veces sobre la obra de algunos. Ahora mismo amaso un proyecto de disco sobre la pintura cubana. Y es que me gustaría ser pintor o cineasta. Me fascinan las imágenes. Quizá por esto a veces mis versos se pueblan de ellas. Supongo que también tengo influencia de la historieta. Cuendo era muy joven fui dibujante de comics. No me cabe ninguna duda de que también esta disciplina alimenta mi manera de construir canciones.
Creo que mi influencia fundamental es la Revolución, ya que a través del fluir de la vida me condujo a identificar la clase de mis padres, de mi familia, y a compartir la justa ira de mi pueblo y su lucha. Espero no ser demasiado obvio, pero si quieren una respuesta profunda diré que el responsable máximo de mi expresión es Fidel.
Que levante la Mano la Guitarra 1986