El defensor, dando un paso atrás, para con toda su energía, librando al instante un contraataque. Con su práctica se pretende, asimismo, encontrar la distancia adecuada para la utilizacion) de las técnicas, así como su ejecución correcta, siendo necesario realizar los ataques respetando al compañero, pero sin tibieza, procurando imprimir a los movimientos la fuerza necesaria para hacerlos eficaces.
En él los contendientes se enfrentan libremente y moviéndose a su libre voluntad, estando limitados por la actuación de cada uno de ellos, uno es atacante y el otro es defensor, aquel que ataca tiene un patrón fijo de ataque y en el momento que juzga más oportuno realiza el ataque. El defensor debe moverse dentro de la distancia en la que le sea factible detener o esquivar el ataque, pero que a la vez le posibilite un contraataque casi simultáneo, el cual debe librar con toda su energía al igual que el ataque que recibe.
La velocidad, la decisión y la exacta valoración de la distancia son armas fundamentales para lograr dominar esta fase de trabajo.
Se inicia después del saludo, tomando el atacante la postura kamae, desde donde acomete al nivel preestablecido (yodan, chudan o gedan).
En este entrenamiento se practica la precisión y la distancia de los ataques con desplazamiento, debiendo, igualmente, prestar gran atención a que éstos se hagan con gran corrección, técnica y plena potencia, aun con sacrificio de la velocidad del movimiento de avance.
Las paradas deben ser exactas, así como la posición y la distribución del peso al retroceder. El contraataque, después de realizado el quinto movimiento, debe demostrar un gran vigor y
efectuarse a la distancia precisa para ser efectivo, acompañándose siempre de kiai. Finalizado éste, ambos contendientes se sitúan en shizen tai, se saludan e inician los movimientos en sentido inverso, cambiando el atacante.
A pesar de que el comportamiento es mucho más libre y la realización de los movimientos no es tan estricta como en los katas, existe una serie de normas básicas a observar si se quiere seguir progresando dentro del camino del aprendizaje.
Tachi kata: Constituye la posición adoptada, que debe ser erguida y relajada, pero atenta en todo momento, con las rodillas ligeramente flexionadas y el peso repartido por igual entre ambos pies, los cuales se asíentan sobre toda la planta, pero con una ligera presión mayor sobre el área de los dedos, que constituyen los impulsores de los movimientos y desplazamientos, pues el talón apenas roza el suelo.
Kamae kata: Representa la postura del cuerpo superior, con la cadera ligeramente baja, el torso de perfil y equilibrado en su centro de gravedad. El brazo adelantado está ligeramente
doblado de forma que su codo proteja el costado y el otro se sitúa cercano al plexo solar, ambos están relajados al igual que los hombros, libres de tensión antes de actuar.
Me no tsuke kata: Es la situación de la mirada la cual podríamos definir como periférico sin centrarse en una parte determinada del adversario, pero abarcando todo él, desde la cabeza a los pies.
La distancia entre dos contrarios constituye uno de los temas más delicados a la hora de plantear un ataque, pues de ella dependen las técnicas a ejecutar, su efectividad y las posibilidades de defensa y respuesta.
Asimismo cada combatiente tiene su distancia propia, de conformidad con la constitución psico-física y del sistema de entrenamiento seguido que condiciona la utilización de determinadas técnicas.
El hacer entrar al adversario dentro de la distancia que nos es favorable constituye una de las fases primordiales de laestrategia del combate y a ella deberían ir destinadas nuestras fintas, esquivas y desplazamientos, provocando roturas de ritmo o errores de posición que nos procuren la ventaja necesaria.
Las técnicas ofensivas de brazos y de piernas utilizan distancias y tiempos diferentes para alcanzar idénticos objetivos, también existen sensibles diferencias, en la ejecución de una misma técnica según se realice por el lado derecho o izquierdo. Esto demuestra que el dominio de la distancia (maai) presenta serias dificultades, incluso para los practicantes más adelantados.
Por supuesto que constituye una fase agresiva y bella, pero a la vez peligrosa, tanto físicamente como en razón a la estrategia de combate y en general viene siendo sustituida por otras modalidades de ataques, desplazamientos y esquivas que tienden a un movimiento más fluido y meditado.
El encuentro (deai) se produce siempre en la distancia corta denominada también de máximo peligro. A saber entrar y salir de ella con éxito está encaminado todo el trabajo concerniente al combate (kumite) en sus múltiples variantes. El encuentro es la parte más dura y encarnizada del combate debido a la contundencia de los contactos que se producen en él. La velocidad, la potencia, la destreza o la decisión convertirán en exitosas o fallidas las técnicas utilizadas por ambos contendientes.
No es necesario parar ni tampoco contraatacar, una apertura en la guardia de[[exclamdown]] contrario, un cese en sus ataques sucesivos, un cambio de ritmo, de respiración, un soplo de distracción, cualquier circunstancia es captada y utilizada por nuestro ataque, que surge sin provocarlo.
Un aparente abandono mental favorece su ataque, al que replicamos nada más esquivarlo, otras veces una técnica que ejecutamos a medias es fácilmente parada, pero produciendo la apertura necesaria para que podamos alcanzar al adversario con nuestro verdadero ataque.
No se trata por tanto de parar y contraatacar, sino de provocar la circunstancia, de encauzar las técnicas y actitu es el contrario hacia el camino previsto por nuestras intenciones reales, justo entonces el ataque final se produce.