Entrenan como paramilitares a 200 tzeltales: pobladores

Juan Balboa, corresponsal, Cañada de Las Tacitas, Chis., 31 de julio ¤ Atrapados con promesas que van desde dinero en efectivo, insumos, materiales para construcción o el paraíso terrenal de vivir en las ``grandes ciudades'' de Chiapas, unos 200 jóvenes tzeltales integran una red de reclutados para entrenarse y formar parte de grupos paramilitares, espiar, informar, delatar, señalar a los simpatizantes y milicianos zapatistas y a observadores nacionales y extranjeros.

El nuevo reclutamiento se consolidó después del operativo policiaco-militar efectuado contra la población de Taniperlas, cabecera del municipio autónomo zapatista Ricardo Flores Magón, y tiende sus redes en las tres principales cañadas del municipio de Ocosingo -Patihuitz, Las Tasitas y Agua Azul-, y el valle del Tulijá, en el municipio norteño de Chilón.

Testimonios de dirigentes de organizaciones independientes, autoridades ejidales y pobladores de las cañadas mencionadas entrevistadas durante un recorrido que realizó La Jornada, señalan que autoridades comunales priístas, maestros rurales, policías estatales y miembros del Ejército Mexicano integran el grupo que se dedica, desde hace cuatro meses, a reclutar a los jóvenes indígenas, penetrar a las comunidades como comerciantes o recorrer las zonas selváticas en donde presuntamente se encuentra la dirigencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con ropas de Petróleos Mexicanos o de la Comisión Federal de Electricidad.

San Jerónimo Tulijá, La Soledad, San Quintín, La Candelaria, La Trinidad, El Censo, Taniperla, Agua Azul, Santo Tomas, Monte Líbano, entre otras, son comunidades en donde han reclutado jóvenes indígenas para la contrainsurgencia.

Para dirigentes de organizaciones no oficiales como la Aric-Independiente, la Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo y la Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas, el reclutamiento para formar grupos paramilitares -al viejo estilo de las Patrullas Civiles del gobierno guatemalteco del general Efraín Ríos Montt- es uno de los recursos que utiliza el gobierno federal para incrementar su presencia y permanencia en las tres zonas zapatistas.

La estrategia del Ejército Mexicano de formar -desde 1995- grupos paramilitares en las regiones indígenas de Chiapas tiene como objetivo ``desaparecer las zonas grises o neutrales'', convirtiéndolas en el nuevo escenario del conflicto armado y restablecer el poder del Partido Revolucionario Institucional, resquebrajado desde el levantamiento armado de los zapatistas.

Cambiar los libros por un arma

Un maestro de la cañada de Agua Azul acudió a una reunión el 18 de julio en la que le ofrecieron ``un buen trabajo''. El profesor de una de las escuelas de Cobach asistió ``pensando que era un trabajo normal''. La sorpresa de Antonio fue mayúscula, ya que le pidieron que desempeñara una ``labor militar'' en donde tendría armas para defenderse y mucha información, ``más que las que tienen las organizaciones''.

Durante la entrevista con este diario, Antonio recordó con exactitud que le advirtieron no difundir nada de lo que habían platicado en grupo, porque era clandestino. ``Fueron tres las promesas que me hicieron: un buen sueldo, armas de alto calibre y un cambio para trabajar en una de las ciudades importantes de Chiapas.

``Les dije iba a pensar si aceptaba o no, porque uno de ellos me dijo claramente que se trabajaría clandestinamente. Insistió en que nos darían entrenamiento, que estaríamos más informados que las organizaciones y que en el momento en que hubiera un enfrentamiento con el EZLN nos avisarían'', indicó Atonio.

Narcio Gutiérrez, miembro del Consejo de Vigilancia de San Jerónimo Tulijá, calcula en que por lo menos unos 15 jóvenes -hijos de priístas- han sido reclutados por elementos castrenses de la zona militar 38 con base en Tenosique, Tabasco, ubicada en terrenos de la escuela primaria del poblado.

Gutiérrez aseguró que varios jóvenes permanecen por varias horas dentro del campamento castrense, toman cervezas con los militares y entrenan tanto en el campamento como en sus casas en donde ``hasta pesas tienen''.

A estos muchachos ya se les nota su nueva vida: tienen el cabello corto, no respetan a las autoridades ejidales -``ya no hay más rey que los militares, ustedes no mandan''-, beben cervezas, amenazan a los simpatizantes zapatistas -``te vamos a romper la madre''- y provocan enfrentamientos entre los jóvenes, abundó Narcio Gutiérrez.

La misma situación se vive en el otro extremo de San Jerónimo Tulijá, ubicado en el Valle del mismo nombre. Pobladores y dirigentes de la Aric-Independiente afirman que unos cincuenta jóvenes han sido reclutados en el Valle de San Quintín, principalmente en La Trinidad, San Quintín y La Soledad.

Quieren jóvenes entre 15 y 20 años, asegura Manuel, pues ``las personas que les ofrecen el entrenamiento dicen que es una gran responsabilidad y tienen que estar preparados para que en cualquier momento puedan ser llamados para combatir''.

En la soledad, por ejemplo, el reclutamiento incluye también a indígenas que espían, informan y señalan a simpatizantes zapatistas o de organizaciones independientes, además de estar pendientes de la llegada de observadores nacionales o extranjeros.

``Lo que vemos es que están muy coordinados con los ejércitos. Llegan a las casas de los campesinos, entran con se el carro hasta la comunidad. Pueden pasar un día entero en la casa de los priístas, trabajan en sus milpas, en su tierra, limpian solares, conviven con ellos. Eso es muy malo para nosotros'', dijeron pobladores de La Soledad.

Denunciaron que dos de los priístas que sirven como informantes han sido gratificados con armas. Entre los habitantes de La Soledad más beneficiados por sus relaciones con el Ejército se encuentran Santiago Pérez Jiménez y Doroteo Ruiz Cruz.

Otros entrevistados en diferentes poblados de las tres cañadas y de los valles centrales de Tulijá, también aseguran que el Ejército Mexicano ha logrado penetrar a varias comunidades regalando insumos, viveros, semillas y alimentos.

Disfrazados, penetran en las comunidades zapatistas

Desde abril, varios grupos que se identifican como comerciantes, trabajadores de Petróleos Mexicanos, de la Comisión Federal de Electricidad y de dependencias ecológicas han llegado a comunidades pro zapatistas de la zona de conflicto.

El 18 de abril, un grupo armado fue visto en la región de Candelaria. Detuvieron a dos indígenas de la región y los obligaron a cargarles sus maletas. Dijeron ser enviados de una dependencia federal. Cuarenta días después llegó otro grupo, vestido con ropa parecida a la de los empleados de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.

A las comunidades de las Cañadas y de Las Tasitas, llegaron grupos de ``comerciantes'' que venden sus productos a la mitad del precio que tienen en la cabecera municipal de Ocosingo. Preguntan y apuntan sobre las autoridades ejidales, sobre los simpatizantes zapatistas, sobre dirigentes de organizaciones y se interesan por la radiocomunicación.

Todos los grupos, dicen los pobladores, traen el cabello corto, ``como los militares''.

La Jornada 31 de julio de 1998


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