Kissinger también debe ser extraditado

Por Mario Amorós

El 19 de septiembre de 1970, el prestigioso diario norteamericano The New York Times advirtió:
"Intervenir para sostener la Constitución y salvaguardar la libertad sería menos deplorable y menos arriesgado que permitir al Dr.

Allende imponer una dictadura marxista de un solo partido."

El 27 de noviembre, The New York Times aseguró: "Un tribunal de justicia británico alentó
notablemente el miércoles la posibilidad de que Augusto Pinochet se enfrente a la justicia, un cuarto de siglo después de la mayoría de los crímenes de su golpe militar. (...) La decisión quedará en manos del ministro de Interior, Jack Straw. (...) Straw debería dejar que la justicia británica, y después posiblemente la española, siguieran su curso."

Es decir, el mismo periódico que apoyó un golpe de estado en Chile antes incluso de que Salvador Allende fuera investido presidente respalda ahora la extradición de su brazo ejecutor a España.

Es evidente que otras personas también deberían comparecer ante la Audiencia Nacional para ser juzgados por los crímenes de la junta militar chilena. Por ejemplo, Henry Kissinger, premio Nobel de la Paz en 1973 (¡qué sarcasmo!), que planeó las agresiones del imperialismo yanqui contra la Unidad Popular, junto con el ex presidente Richard Nixon, ya fallecido. Sin embargo, hoy Kissinger escribe tratados de relaciones internacionales e imparte conferencias por medio mundo a precio de oro.

Garzón también debería solicitar la extradición de Patricio Aylwin, presidente de la Democracia Cristiana en 1973 y ex presidente chileno (1990-1994). El 13 de septiembre de 1973, mientras miles de revolucionarios chilenos eran asesinados, torturados o encarcelados, Aylwin expresó su apoyo a los militares golpistas.

Aún hoy asegura que "puede haber circunstancias en las que una dictadura es el único medio de superar un proceso de anarquía."

Y, por supuesto, los principales empresarios y propietarios, los dirigentes del derechista Partido Nacional y los cabecillas de los sectores eclesiásticos más conservadores de Chile en 1973, así como los responsables de entonces de la CIA, y sus decenas de agentes en este país latinoamericano, de The New York Times y de multinacionales como la ITT también deberían ser procesados por los crímenes contra la humanidad (genocidio, torturas y terrorismo) cometidos por la junta militar encabezada por Augusto Pinochet.

Mientras tanto, el fascista vitalicio debiera dejar de lloriquear e intentar reflexionar sobre la posición del prestigioso diario norteamericano. Las ratas abandonan el barco cuando éste empieza a hundirse.
 

 


DEDICADO A LA MEMORIA DE TODOS LOS MEXICAS QUE CAYERÓN VÍCTIMAS DEL HOMICIDIO INDISCRIMINADO ARIO. Y GRACIAS POR DEFENDER A NUESTRO PUEBLO Y HACERNOS SENTIR ORGULLOSOS DE SU LUCHA, SU CULTURA Y SOBRE TODO DE SU RAZA DE BRONCE.


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