No Herir a Quien Queremos
por Cirilo Toro Vargas
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lo que sentimos por esa persona especial causa dolor. Es un dolor
que el tiempo cura aunque la cicatriz espiritual permanezca. Si expresamos
el sentimiento y éste no es correspondido, el dolor es doble.
El proceso de recuperación se torna más lento. Aceptar
la negativa es más doloroso que guardar el secreto de ese sentimiento
en el cofre de nuestras emociones.
A pesar de todo, expresarlo en voz alta (aunque no lo digamos a nadie)
provoca en nosotros una catarsis que inicia el proceso de eventual recuperación
y de adaptación a la nueva realidad: un sentimiento profundo
guardado celosamente para no herir a quien queremos.
Dr. Cirilo Toro Vargas
17 de julio de 2000