Hola, Krónidas, llevo un par de semanas en las que como no tengo tiempo de nada, me he dedicado a ir haciendo pequeños apuntes sobre lo que ahora os presento; que me atrevo a presentar, diría, pues me doy cuenta que esto no se parece a algo que pueda llamar "ensayo" o "estudio" o como sea costumbre llamar a los escritos donde uno hace observaciones. Sencillamente he pensado sobre la Música y su Esoterismo, un concepto este que siempre choca en las mente racionalista del que se cree músico. Sentir la Musicalidad dentro del alma, dentro del espíritu, va más allá de creencias de uno mismo y del exterior académico, ortodoxo o "como debe de ser". Yo no soy Músico, yo en realidad no soy nada; simplemente Siento Todo aquello que tiene Sentimiento; siento todo aquello que traspasa las fronteras embarrerizadas de la vulgaridad, y aún sabiendo que me queda mucho tramo para expresar lo que siento, debe de salir fuera como... sí, como ensayos, como pruebas. Por todo eso, llego a serlo TODO. Y con todo eso, aquí me atrevo a afirmar cosas, a poner mi testarudez por encima de la humildad; me tiro, incluso, con todas las fuerzas del mundo, contra el muro de lo inteligente, haciéndome daño, pero aguantando el tirón; para algo hay que Vivir de manera Total. Así que si me equivoco, me alegraré más que si no lo hago, pues es esta mi Universidad particular donde los evaluadores no son humanos, sino Dioses tan grandes como el Tiempo, que es el único que evalúa. Sin más preámbulos y como fondo Excepcional de la Música más grande de todos los tiempos, doy paso a esto que se va a llamar... La Música Oculta ------------------ Cuando se comprenden los significados de las palabras, se abren grandes ventanales hacia lo desconocido, precisamente para CONOCER con mayor profundidad, para saber más de lo que sea, siempre, claro está, algo que trascienda a algo. Se tiene siempre una especie de recelo por el esoterismo en cualquiera de los temas en que éste, el esoterismo, aparezca en escena. El esoterismo se refiere a lo esotérico, y ¿qué es lo esotérico?, muy sencillo: a parte de oculto y reservado, "dícese de lo que es impenetrable o de difícil acceso para la mente." ¿Es esto acaso malo o negativo? NO, es una manera más, una gloriosa forma de crear los muros de separación sobre unos seres y otros seres; los primates, -monos locos o seres humanos- son incapaces de penetrar en lo oculto, reservado o misterioso, y los suprahumanos, los tiuz, son capaces de eso y de más. Así entonces podremos comprender perfectamente el por qué de lo extraordinario dentro de la vulgaridad de este mundo; entender a la perfección del por qué de lo Honesto y de lo Inteligente; el por qué de tantas creaciones admirables en el mundo del Arte; pensar, divagar y afirmar, que el Arte no es solo una expresión del ser, sino una forma de Vivir, un Valor más, parte de la desconocida e inquietante Quinta Dimensión; parte Esencial de la Expresión de un Espíritu; la existencia del Espíritu raramente dada entre el vulgar ser humano. ¿Dónde se concentra, o cómo se puede comprender el esoterismo en la Música? En su existencia verdadera. Existe la Música porque se ha introducido dentro de ella a través de las muchas formas: lo esotérico es lo que le da hasta forma Física, Metafísica, claro está, pero con posibilidad de pensar en lo existente-palpable. Un edificio tiene sus cimientos, sobre esos cimientos se construye la arquitectura que sea; a mejores cimientos, mejor construcción; a mejor construcción, más perdurabilidad en el tiempo; a mayor perdurabilidad en el tiempo, más concreción de existencia de Civilización en un mundo salvaje; por esto, mayor probabilidad de borrar lo salvaje y dejar para el Perfecto Futuro, una auténtica civilización. Si de este modo se opera con TODAS las cosas, TODO se nutre de lo civilizado, y además, de lo esotérico, de lo misterioso, de lo extraordinario y lo extraordinariamente Oculto. La Música es como un edificio. Hay edificios, -por ejemplo en construcciones sacras-, que se han hecho POR una precisa Música que va a ser sonada en esa construcción: una catedral. Hay Músicas, -sagradas, como siempre ha sido la Música- que se han creado para una catedral en especial; sus ángulos, sus curvas, sus partes más altas, la piedra, el volúmen... Las distintas dimensiones. Esto, a simple vista, no se puede VER con los ojos de la cara, es obvio, pero ES ASÍ. Y siendo así como es, es como se puede llegar al pensamiento de que la Música va más allá de lo etéreo, algo que va más allá del sonido, de lo perceptible por nuestro sentido auditivo u orejesco, de orejas; la Música no se Escucha con las orejas. La Música pues, TIENE cimientos, unos cimientos que se basan en lo sagrado (parte de lo esotérico), NO solo en lo monosagrado, sino en los polisagrado, en las muchas formas de expresar sacralidad, misterio, audacia, heroísmo, grandeza, etcétera. ¿Por qué PARECE que el esoterismo se pierde en la Música? Sobre todo hay que entender y atender a ese PARECE, gordo y hermoso, porque EN ABSOLUTO se ha perdido. PARECE que se pierde porque entre tanto simio parlante como hay, entre tanta mediocridad y tanta mentira, virtualidad y demás PARECERES de la vida, el materialismo asqueroso pretende terminar con lo extraordinario; y crea una seudo extraordinariedad DICIENDO, -y DICIENDO MUCHO, muy repetidamente, muy reiterativamente-, que cualquier cosa que suena, está bien, suena bien, que es excelente. Pero al final, y gracias a los Extraordinarios, no llega a ninguna victoria ese feísmo materialista y demoníaco. Prueba de que es AHORA cuando el feismo "emerge" (sin emerger para nada, pero para entendernos) es la siempre y necesaria mirada hacia el pasado en el Universo Musical; mirada que por otro lado NO es del todo hacia el pasado; el pasado en la Música es como OTRO tiempo, un tiempo atemporal por mucho que parezca contradictorio o un ñoño juego de palabras, porque en esa mirada, se puede uno percatar de lo magnífico en TODO lo creado. Porque como ya hemos dicho muchas veces, NO todo lo creado sería excelso e inefable, pero NO HABÍA NADA rebajante o mediocre; había creación y creación en multitud de anónimos compositores, muchas veces, anónimos de verdad, que han creado maravillas en este caso SÍ que excelsas e inefables. Pero hay nombres anonimados -que se han ocultado, que se han olvidado- que no han dejado nunca de crear belleza, armonía, honestidad artística. Lo hacían, bien por superarse, bien por comparación a otros, por lo que fuera. Al hacer la Música por la "mera" superación, daban ya a entender que se trataba de alguien con espíritu, pues solo el espíritu es el que da ese Don de Superación. Al hacer la Música por comparación, no debemos de caer en la creencia de que se trataba de falta de talento o de ingenio, se trata de otra cosa: de lo anterior, de la superación, ya no sólo de sí mismo, sino al otro, pues quien mejor lo haga, más tiempo perdurará en el infinito tiempo. NO como ahora, que el que "mejor" lo haga (o sea da igual) MÁS GANA, -que no GANARÁ, porque las "creaciones" de ahora sólo son para un instante que está ya muerto desde el principio-; y no se conjuga en absoluto el dinero con el arte, tema que ya veremos después. Pero se quiera que no, ambas maneras de hacer la Música, son banales. La Música, como cualquier otro Arte, hay que hacerlo por algo más grande, por algo que incluso se desconozca, pero que su Llamada sea fuerte y honda. Qué mejor entonces que la mezcla del esoterismo, -de la Música y de uno mismo con lo que le rodea- y el misticismo; parecen inseparables ambos conceptos, están casi a la fuerza unidos, pues no hay esoterismo sin misticismo, ni misticismo sin esoterismo. Y siempre refiriéndonos a la Divinidad, cualquiera que sea su forma, no siempre va a ser el dios cristiano, pues antes del dios cristiano, muchos, muchos, han sido los dioses que han estado por aquí y siguen estando, claro; ni un solo momento, aunque no lo sepamos, se ha dejado de hacer la Música por algo que no sea lo Divino. En cuanto que el hacedor de Música se separa de lo esotérico o de lo místico, aparece el ruido, el simple y vulgar ruido. Ya lo sabemos, pero siempre en este punto es bueno recalcar y recalcar; NO, no hay de qué preocuparse, no es tener al ruido en consideración alguna; el ruido de todas maneras está ahí, en el salvaje mundo humano, pero se trata de no recrearlo, porque sería como hacer ver un cuadro donde se caracteriza al agua, poniendo una gran y hermosa pecera hasta los topes de agua; ¡por los dioses!, se trataría en todo caso de hacer una pintura idealizada del agua. (Aunque estoy seguro que los miserables del "modernimmo" pondrían un vaso de agua y listo.) De eso se trata; los pájaros, las ramas de los bosques movidas por el aire, los riachuelos, las fuentes, todos estos elementos dejan en el ambiente, en el éter, Música en estado puro. Si se desea, se pueden escoger ideas de ese sonido y convertirlas en lo que conocemos, los civilizados, como Arte Musical. Podemos incluso adentrarnos en lo misterioso de ese universo sónico, y Ocultarlo de otro modo, dándole otros matices, otros códigos, por los cuales únicamente, otros civilizados, puedan escucharlo, sentirlo, amarlo, expresarlo, a su vez, en otras Manifestaciones del Arte, siempre, ascendente. Los dos mundos también en la Música. Sobre todo, y lo siento mucho, para esta pobre época de comienzos del 2000, donde NO se sabe todavía lo que es la Música de verdad, y la musiquilla que suena así como de fondo en cualquier sitio, ya sea un centro comercial, un taxi, o un teatro o sala de conciertos. En muchos otros escritos he incidido en esto, pero es de vital importancia. Porque cuando en cualquier ámbito cultural, ya sea en forma de lectura, o de forma hablada, nos hacen saber de una música que no es tal. Ni la música moderna es música; música moderna entendida por grupos de toda índole; ni es música la grandísima "oferta" de ciclos de concierto de autores romanticones, impresionistuchos, ruidoseros, electrónicos, ni de ninguna otra modalidad o etiqueta. Desde el comienzo de esta especie de ensayo, no hemos citado a NADIE, ningún nombre de ningún compositor; ningún conjunto musical, ningún nombre de intérpretes, ya sean de instrumentos o directores de orquesta; en definitiva, NO HEMOS NOMBRADO A NADIE. Y quizá no salga nadie a relucir, porque es por eso que la Música, -desde los comienzos hasta nuestros días, estos y los del futuro-, queda siempre en un tema de simple entretenimiento, de, "razona tú, razono yo, yo se más, tú sabes menos", y en consecuencia llega el nombrereo, el nombrismo o como queramos llamarlo; cualquier cosa, menos MÚSICA. Y no se trata de llevar la razón, ni de opinar, ni de discutir, sino de algo muy sencillo: ser sabios y comprender que ciertos espíritus han CREADO Arte Musical; se han dejado llevar por algo que está, en un principio, muy por encima de ellos, y después, a su mismo nivel, pues el Creador de Arte Musical debe de ser un dios que sepa, a través de la Inteligencia, algo más que Música como la que creemos saber ahora que es; lo de las notas y todo eso. Hay que ir más allá de las notas para poder Construir algo que aunque parezca Música, ES algo más que Música, es una materialización espiritual del lenguaje de lo Magnífico; algo que nos robe el alma y lo estruje; algo que nos altere tanto que descubramos al Espíritu, el de la Música y el Propio Nuestro. Si nada de eso se cumple, NO hay Música, no hay Arte Musical, no hay Construcción Sonora, NO HAY NADA, solo un balbuceo dorremifasoleado, culturetería simple y degradante. O sea, dos mundos muy claritos, la Metamúsica Magnífica y Colosal y muchas más cosas indecibles e inefables, y la musiquilla, sin más, la de quedar bien, la de oidín, la de risa tonta y la de los experimentos imbéciles. Y llega la modernidad, vez tras vez, y vez tras vez se va equivocando. Porque creemos que con la modernidad llega la electrónica, pero por mucha electrónica que llegue de ni se sabe los experimentadores, no llega acompañada de talento, de espíritu, de inmaterialidad, de éter sutil que todo lo magnifica. SOLO llega, la electrónica; hola, qué tal, soy la electrónica; soy un sintetizador la mar de chulo que puedo hacer trescientos mil trillones de sonidos impresionantes que van a dejar al editor, al público y a la madre que la parió, bueno, con la boca abierta. ¿Y qué? Ofreéceme algo más; resucita, a través de la alquimia de lo espiritual, esos espíritus que se han dejado llevar por lo más que excelso; (venga, lo estás deseando, nómbralos, son ellos, nada más que ellos, venga, aunque los nombres mil veces no por ello va a ser una reiteración más; reitérate en lo Magnífico y, a parte de permanecer en lo Magnífico, ascenderás en lo Magnífico). Está bien : Cuando un espíritu reencuentre el Silo Divino de donde Beethoven sacaba las Melodías Imperiales, ya sea con instrumentos de los de siempre, con sintetizadores de trescientos gigabaits (miles de millones de bites), con Cristales de Aerosonido, con la Mente que Duerme y Sueña, con lo más Inimaginable que ahora no podemos imaginar, habrá llegado OTRO momento de la Música, del Arte Musical, de la Metamúsica. Hasta ese Momento Glorioso, estamos, desgraciadamente, estancados en CUALQUIERA de las Obras que creó semejante Espíritu, CUALQUIERA. Pero eso es gusto ¿no?, simple gusto que tú, en particular, tienes por Beethoven, nada más, como otro lo tiene por Bach, o por Mozart, o por otro cualquier compositor de los llamados clásicos, ¿no?, es eso, ¿no? No no, es OTRA cosa, otra movida. En la Historia de los grandes hombres en cualquiera de las Ramas Evolutivas y Civilizacionales, ha habido UNOS SOLOS HOMBRES, desde filósofos, hasta conquistadores, héroes de guerra, emperadores, pensadores, qué se yo, GRANDES HOMBRES, y ya está; pues en la Música ocurre lo mismo, y NO ES CUESTIÓN DE ÉPOCAS, es... OTRA COSA. Ya ya, OTRA COSA, pero si pudieras definir esa OTRA COSA, quizá se entendiera mejor lo que quieres decir. No, si no importa que se me entienda, sino de captar el mensaje, lo Oculto. Beethoven es el caso del Emperador de la Música, el Rey del Sonido, NO es uno más de los Músicos de la Historia de la Música. ES, para entendernos, el Führer de la Música, es el Sire, es el Grande, es, ese calificativo que excede la palabra. Pero por ejemplo, en la época actual tenemos a Músicos, que aunque no de países europeos, de otros sitios, llegan un poco a ese arquetipo de Grande de la Música, como el ejemplo que muchas veces has puesto de Philip Glass. Sí, pero es un anglosajón, muy multicultural y todo lo que se quiera pero... Philip, ¿entiendes?, Glass, ¿comprendes? Pero va a resultar ahora que el nombre influye?? ¿El nombre? El mote, el MO-TE; Philip puede haber unos pocos de miles en el planeta y su historia, y Glass más o menos lo mismo. Beethoven, como muy bien reza una glosa: "Beethoven solo hay uno", referido a que aunque se conozcan tres generaciones o cuatro de la familia Beethoven, el Beethoven Músico absoluto, Ludvig van Beethoven, SOLO HAY UNO, no ocurre así con los Bach, los Mozart... Vivaldi solo hay uno. Vivaldi es Grande, pero NO es Emperador, no es Conquistador de Mundos Invisibles en la Música. Vivaldi es un Magnífico Señor de la Música de Italia, pero solo de Italia. Beethoven NO es solo alemán, o austriaco, por haber vivido allí la mayor parte de su vida; Beethoven es Universal, así como lo han sido los Señores de la Historia que he mencionado antes sin nombrarlos; Hitler es Universal, Napoleón es Universal, Carlo Magno, Gengis Kan, Francisco Franco, Kant, Tagore, Jung, Serrano, Manú y algún etcétera que otro, pero pocos, muy pocos. La Historia se ha creado por el talento de unos pocos; en la Historia Particular de la Música ocurre lo mismo. Y no importan los tiempos, las épocas, es lo curioso. En realidad NUNCA importan los tiempos; cada cual deja algo inaudito que otro recoge para perfeccionarlo; pero el que lo perfecciona lo puede hacer de tal modo que quede como algo ÚNICO. Es por esta razón de la UNICIDAD por superación que las Puertas de cualquier Arte, NO se cierran, se entrecierran, y es más, queda y cabe la posibilidad de dejar la responsabilidad al que venga, de poner una Puerta nueva, en cuya dificultad esté la Novedad, la Neorevolución, lo insólito. Lo insólito NO está en el ruido. Porque en estos tiempos sórdidos de la vulgarización de todos los terrenos del inventar y discurrir humano, se piensa que con la ruptura de lo bello hacia abajo* se encuentra uno con lo nuevo, y eso es falso y decadente. En estos tiempos cretinos en la sociedad humana, (año 2000 de la era normal) se llegan a crear "escuelas" deformes donde se "enseña" a hacer cosas feas. El libertinaje satánico al que ha llegado el mono loco es tan TONTO, que por ejemplo, en los conservatorios SE ENSEÑA RUIDO, ¿alguien lo imaginó alguna vez? Pues es tan una realidad que encima de tener que soportar que eso sea así, de esas "escuelas" salen "genios" del ruido, con un "futuro" pasmoso que van a dejar sin aliento a las generaciones siguientes... (* Podría haber una ruptura con lo bello hacia algo tan extremo, que nos encontráramos con la Mismísima Belleza, lo cual, sería la Ruptura Absoluta hacia Arriba.) Y no hay nada de extraño en todo eso; la tenebrosa sionización del mundo alcanza a la Música, la más elevada y sagrada de las Artes. Pero solo llega a esos niveles que conocemos de la vulgaridad y de lo anecdótico, nada grave para el Futuro Perfecto. Más allá de modas y de gustos están los Grandes Creadores que se han acogido al gran cimiento de lo místico, de lo esotérico y dejado de lado, obviamente, a lo ateo y lo exotérico. El sionismo nunca podrá detentar contra algo tan fuerte como lo son esos dos conceptos en cualquiera de las facetas de la vida; lo esotérico y lo místico están fuera del tiempo; por encima de la vida y de la muerte, y más allá de mentes e incluso de almas, penetrando en algo tan extraordinariamente lejos de lo macabro que es lo rebajante sionístico: el Espíritu. ¿Y si rompemos con la Historia de la Música? Nos podemos encontrar con algo fascinante; estaríamos completamente alejados de toda nominación, de todo nombrismo, de toda etiqueta. Eso sí, "soportando" empíricamente, a los Grandes; aunque la verdad, nombrándolos así, LOS GRANDES, ya estamos haciendo una definición muy correcta, muy afín a lo que queremos llegar, que nunca llegaremos, pues a la Música sólo se llega a través de la Música. Ser Compositor Teórico es como ser director del viento, o del aire, o... bueno, de los elementos, y eso es una tontería. Ser incluso compositor sin más, es ridículo; hay que asumir la responsabilidad de ser Creador, y será y es de ese modo cuando la Historia de la Música solo es una fase más, -importante, trascendente, a tener en cuenta- pero solo parte de libros y más libros donde se han escrito anécdotas, diarios de otros, ajenosidades que NADA tienen que ver con la Historia Real de la Música. La Historia de la Música es la Historia de la Existencia, y no precisamente por aquello de los "primeros primates que dieron golpes sobre un tronco"; eso es una calumnia. La Música ha sido, es y será desde todos los ángulos temporales, Música. No cabe ni por asomo una evolución, pues contar con tan solo quinientos años de historia del arte musical de manera más o menos clara, no significa en absoluto conocer a la Música. La Música está dentro, dentro de cada ser que siente cada átomo de lo que le rodea, y entre las multitudes de COSAS que le insumen, DEBE de estar la Música. Los GRANDES no aprendieron Música, NI UNO SOLO, la tenían dentro... o fuera, porque lo que está dentro está afuera, y lo que está afuera está adentro, en una maraña de confusiones, pero se trata de una confusión tan Gloriosa, que es lo mismo; dentro y fuera ES Armonía. ¿Por qué sino haber hecho siempre una referencia a Zedfank? Quizá haciendo esa referencia deberíamos de dejar las referencias, deberíamos de dejar de halar, de pensar, de sentir sobre la Música; pero también a través de algunas palabras se ha Creado Música; siempre a través de hermosas conjugaciones se han deleitado espíritus en la Construcción de Músicas Puras que exaltan a los mismísimos dioses. De este modo YA hemos roto con la Historia de la Música, ya no existe. Al mismo tiempo sobrecreamos, sin querer, una élite de GRANDES; sobrecreamos porque ya está creada desde hace tiempo; pero el mismísimo Tiempo, el Grande, Kronos, debe de acoger a los también GRANDES que vengan, aunque sean del presente más absoluto y hasta ridículo, pero debe de hacerlo antes de que cualquier avasallamiento lo ensucie. Por otro lado, quedan cercados los apestosos dinosaurios del yamismo o tiempo pobre, que son aquellos soniqueros que solo están pasando por aquí; aquellos que ofrecen el realismo de la vida salvaje del mono loco en la vida "real". Ya está formado el Templo Común de los Grandes, inviolable, indestructible, imperecedero, y que se encuentra, como es lógico, DENTRO de Nosotros. Entonces cada cual tiene SU templo. No, hombre, no hay que ser tan pobremente pobre y desalmado. NO, cuando hablamos de Música, de la Música que siempre nos ha acompañado mientras íbamos Creando, hablamos de un Majestuoso NOSOTROS. En la Tonada Sagrada de Zedfank no puede haber cachitos para cada uno; son en todo caso Fragmentos que cada uno puede sentir como lo más Grande de los Universos, pero NO como algo suyo de su propiedad y nada más; ni aún estando en la soledad más terrible Nosotros y la Música estaremos y sentiremos la soledad. Es en la soledad irresponsable donde se ha creado la decadencia. Si los Grandes hubieran sentido por tan solo un instante la locura de la soledad, NUNCA habrían creado maravillas sonoras, todo tendría el tono de los apestosos ruidoseros, bah, eso es mugre. Hay que sentir con lo que hay que sentir, que es con el Amor; si NO hubiera habido Amor en los Grandes, ¿habría habido un resquicio de inefabilidad en sus Músicas? ¡NUNCA! En cada sonido esparcido por la Voz Gloriosa hecha desde Timbales de Aire, hasta Cornos de Agua cristalina, iban (van) las Toneladas Gloriosas de Amor. Sin Amor no habría nada. Y la Música es Amor; y el Amor es Música. Y es Amor Heroico, y es Amor que suena en nuestros oídos, en nuestros ojos, y en todo nuestro ser. La Música no solo se escucha o se oye, SE VE, y sino se VE, tan solo está la mitad de la Creación, y si está tan solo la mitad de la creación, NO hay creación alguna, solo fue un intento, solo fue una mera humanidad. Y la Música, como bien Sabemos, NO es humana. Sí es humana tanto en cuanto hay una gran cantidad innnnnmensa de intentos. Los intentos en la Creación da monstruos, y ya deberíamos de estar muy conscienciados de que la monstruosidad no es buena para nada, y que por el sonido también se dejan libres a los monstruos que cada ser, por básico que sea, tiene en su haber, y en su averno. Los avernos, dentro del paquete de Creaciones, han sido suspendidos, revocados, inexistencializados, ¡¡nada!! Un día, en cada uno de los sistemas de audición que hay esparcidos por millones en el mundo terráqueo, sonará al unísono la Gran Sinfonía de Horus. Ese día será el más grande de toda la epopeya esta que nadie nos está haciendo caso mientras la vamos fabricando a golpes de Martillo Thórico. No te puedes imaginar lo que hace la Gran Belleza en las orejas de los monos locos, destruye del todo lo poco de lo que están hechos. Quizá no sea justo del todo pensar-escribir bajo los magníficos efluvios de una Gran Sinfonía como en estos momentos está ocurriendo, porque entonces yo mismo me estoy entorpeciendo... ¡Qué entorpecimiento, entonces, más glorioso!! Es por esta razón que existe la belleza. Cada ser, dejado influirse por las cosas más agradables y más placenteras, da como resultado la Belleza, y en consecuencia la Armonía, y en consecuencia, como ya sabremos algunos, el Amor. Es por lo contrario, por la influencia y el dejarse influir por lo feo y desagradable, que no logramos acabar con lo desarmónico. Es la eterna lucha con Seth, que el Tío es que no descansa ni en el sonido. ¡Cuantas pobres almas arrastradas por el polvillo séthico! Pero hay que seguir en la lucha. La mejor de las simulaciones para el final de lo feo en lo que respecta a la Música fue por unos años muy interesantes en la década de los 30 y los 40, en el centro de Europa. Creo que son suficientes pistas para saber que hablo del Tercer Reich, cuyos seguidores creían en la Buena Música, y por esto, solo por esa Sencilla Razón, echaron a patadas a los que hacían la mugre del sonido. Y es que por mucha guerra, desbarajuste y caos que haya en una época en concreto, no es excusa para hacer ruido. Más ruido que pudo haber escuchado Beethoven en las conquistas francesas, y ahí está lo que hizo: NI UNA PUÑETERA SORDIDEZ SONORA. Y es que cuando los Héroes están hasta en la Música, no importa qué es lo que esté sucediendo en lo de afuera; y si importa, hay que estar por encima de las circunstancias. Pero los débiles se dejan llevar por lo falso, y todo lo que tocan lo dejan hecho una bazofia. ¡Héroes es lo que necesita el Arte!, cualquiera de ellos. ¿Por qué ha habido bazofia en la Pintura? Porque ha habido un débil tras el pincel. ¿Por qué ha habido bazofia en la Arquitectura? Porque ha habido un almilla débil en la imaginación-pensamiento. ¿Por qué ha habido bazofia en la Escritura? Porque ha habido un alguien que no ha querido ser; débil y sin responsabilidad. Y sobre todo porque ha habido tolerancia, la irresponsable tolerancia que ha dejado que cualquier cosa con cualquier forma, con cualquier aspecto, se le deje pasar al Mundo del Arte. Pero por gracia, YA NO EXISTE, entre otras cosas porque desde el primer momento estuvo en el insulso plano de la virtualidad sin espíritu. La Música de los Espíritus. Los Espíritus, desdoblados en los seres que sean necesarios, esto es, NO innumerables, hacen posible que la Música sea una Realidad por encima de la cotidiana desde siempre, ya lo hemos dicho. Enfaticemos: DESDE ANTES DEL SIEMPRE. Puesto que sería ridículo hablar de un comienzo; sería sobre todo pobremente científico; ridículamente culturetoide. La Cultura en la Música es OTRA cultura. Si nos aferramos a la primera definición de cultura: homenaje reverente que se tributa a la Divinidad, nos acomodaremos mucho mejor al Arte, pues el Arte es Divino. Si nos vamos hacia la segunda acepción: Resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio las facultades intelectuales del hombre; nos encontramos con algo muy pobre, porque cada vez estamos más lejos de lo humano, pues lo humano es locura y degradación; y hombre... hombre es solo parte de lo animal. Pero si además dejamos pasar a la tercera explicación de cultura: Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época o grupo social; quizá nos acerquemos algo, pero solo algo; lo científico, SOBRA. En definitiva, y siendo MUY audaces y rozando el Abismo de lo Brutal, de lo Inculto por antonomasia, diremos que lo cultural ESTORBA; a no ser, que claro, nos ciñamos a NUESTRA propia cultura, pero ceñirnos a eso da como resultado, caos, dispersión, individualismo infructífero, y modismos disgregadores que vuelven, como en el eterno círculo vicioso, a la tolerancia. Un error. Por tanto es mucho mejor aceptar la Regla Dorada de la Armonía, pues es la que debe de regir la Vida misma, ¿por qué habría que hacer una excepción en la Música? Hasta el momento los edificios tienen techo; las farolas dan luz; por las aceras camina el peatón; los aviones van por el cielo; y las personas civilizadas van vestidas. Todo lo que sea contrario a eso sencillamente está en el interior degradante de la entropiía que NO solo se da en la suposición espacial-exterior. La entropía, por suerte, es algo que ha aceptado el ser humano y eso hará que el glorioso desequilibrio se lleve a cabo con más rapidez; y por tanto, el ruido que hace el mono loco, desaparezca inusitadamente. Por tanto, después de esa tamización, queda el Lenguaje Musical de los Espíritus, pues no es otra cosa una Gran Creación Musical, donde las notas sólo son símbolos para los que tortuosamente estudian semejante algarabía; y no es llamar algarabía porque uno o cualquiera NO entienda, sino que es una manera sincera de referirse a los caracteres tonales. En definitiva; el Creador de Grandes Músicas tiene lo que va a decir Musicalmente escrito ya en la Mente, recogido de aquí o de allá, es lo mismo. Esa enfatización culturetoide que se hace al intentar explicar la creación de cualquiera de las Sinfonías de Beethoven, por ejemplo, es ridícula; "tardó tantos años en componer tal sinfonía, y la estrenó en tal fecha...". Los detalles mirados con ese microscopio de la rebajez son espeluznantes, es querer mirar a lo que NO toca mirar; en vez de evolucionar como es debido en las distintas fases de la vida cívica, se ponen a mirar cosas QUE SENCILLAMENTE NO SE MIRAN. Una Gran Sinfonía es ALGO que se está contando para comprenderlo en su momento o en el momento que sea preciso, dentro de cien años o de mil. Pero al menos hay que comprender eso; no saberlo entender no es señal de nada, pero queda la Gloriosa duda de lo que se cuenta en una Gran Música determinada. Es el Dictado de los dioses, de los de dentro, de los de fuera, es lo mismo, el caso es ser Instrumento de fuera a dentro, y de a dentro a fuera; la Espiral Eterna; la Infinitud del Secreto Interno, el Encuentro con el Centro del Infinito, más allá de estructuras, de geometrías, de esferas y de otras formas; todas y ninguna; las imaginadas, las por imaginar y las que rondan en nuestro etéreo entorno... Nuestros Hermanos los Espíritus. Y esos Espíritus siguen ahí, lo que pasa es que con tanta sombra por el medio es muy difícil escuchar con precisión, definir los distintos mensajes que luego se expresan a través del Arte Divinizado, Arte Divino. Es muy difícil, por otra parte, para los que no se esfuerzan en la Heroicidad, para los que se esfuerzan no hay NADA difícil ni imposible, forma parte del espectáculo del actual mundo donde hay que convivir graciosamente con el mono loco. Mejor es tomárselo con gracia que llevárselo al dolor de su existencia. Es más fructífero desarrollarse y cultivarse entre bestias, porque así la ascensión se hace con más premura. El Esoterismo Magnífico. La costumbre de mezclar conceptos es algo muy común; más común todavía la confusión de esos conceptos. Si se habla de esoterismo, parece que indefectiblemente estemos hablando de religión, o de algo que esté muy interno en determinados grupos de esoterismo, de esos con capas, con pintas raras, con frases hechas, ritos secretos y todo ese pegote. Pero la Música simplemente aporta algo más al esoterismo; la Música es parte del esoterismo, y el esoterismo toma riqueza y se alimenta de la Música. Es como una cadena invisible que se entiende, o no se entiende; no es necesario entender nada, pues así se está mejor. A esto dicho baste decir que, concretamente, es mucho mejor NO saber qué sinfonía de Beethoven se está escuchando, a saber qué número es, en qué tonalidad está escrita, cuando se compuso, por qué, patatín y patatán; el secreto, lo Oculto, lo Esotérico, está más dentro, NO se ve, claro, por algo es Oculto, por algo es Misterioso, por algo es Esotérico; sino, pues bueno, sería una música más, con una pobre historia que se cuenta de manera más o menos bien, con más o menos detalles documentales, pero todo eso y más, POBRE al fin y al cabo. O, por otro lado, bien, se puede saber la Historia completa de tal Música, pero deja un hueco para la NO sapiencia de eso, deja ese hueco para lo Expansivo del alma, para que el Espíritu de esa Música se funda con el tuyo, que ambos, formando el polifísico que sea, se expanda hasta la infinita eternidad de lo gozoso de escuchar algo que mueve algo más que sentimientos, mucho más. Y es la Inocencia al final lo que hay en ese hueco, Hueco por otro lado Sagrado, indeterminado en situación espacial, pues el Espíritu llega a ser tan grande que para qué lugares determinados. ¿Cómo saber que una Música está conviviendo o Viviendo EN y DE el esoterismo, de la Magia, de lo Oculto?? Es muy sencillo: O te atrapa, o no te atrapa. No, no valen atrapismos de porque atrapan a la masa humana; no vale que algo esté de moda, puesto que hemos descartado como Música, aquello que es efímero, aquello que es de chimponpon y de oidito facilón; aquello que es ruidosero; el ruido NO puede gustar; ¿a alguien le gusta el desorden, la suciedad, el caos, lo entrópico? Pues ya está, así de sencillo es. Tampoco debe uno dejarse atrapar por las dulces melodías de lo vaporoso, eso tampoco es Música. Hay melodías que no son de nadie, y que atrapan. Y hay melodías que son de algún Grande, que atrapan; de un Grande SIEMPRE atrapan, sólo los muertos, en vida, no lo escuchan, puesto que para los muertos ya hay tooooodo un universillo de sonidines la mar de monos. Uno sabe que determinada Música tiene ese Secreto, eso Oculto y trascendente, cuando percibe la belleza tocando el Corazón; cuando uno siente las alas agitándose en un amplísimo universo que no tiene formas; cuando el ser biológico ha parado y deja de existir por el momento que sea; cuando uno ES la Música, cuando uno es el Sonido de lo que sea, de un violonchelo o de un sonido electrónico que está surcando las estratosferas de lo racional, siempre, lo irracional, pues, a parte de todo, si la Música tiene racionalidad común, deja de ser Música; la Música tiene otra racionalidad e incluso otra Irracionalidad, es una Magnánima Razón, modulada por lo Creador. Así pues, vayamos a algo práctico; no hay nada más tonto, -yo no lo creo, pero bueno- que hablar de Música sin escucharla. Como digo, vayamos a algo práctico; pero lo haremos bien, más que bien, perfecto. La Obra que escucharemos es de un Grande, pero no vamos a decir de quién; y se trata de una gran obra, pero no vamos a decir cuál, de este modo descubriremos algo Grande, algo Magnífico, Colosal, que no sabremos muy bien cómo encajar. Sólo los que conozcan al Autor y hayan escuchado la Obra, sabrán algo, pero sólo sabrán el nombre, nada más. Para no abusar de los buzones de nadie, ni si quiera voy a mandarlo a la querida Bitácora de Kronos, he dispuesto esta dirección para quien quiera escucharlo; es un gran Midi, muy grande (54 Kb. desplegándose a 248 Kb.), por lo que también está comprimido en un archivo ZIP: http://www.fortunecity.com/tinpan/carpenters/1033/k1.zip Ni si quiera el nombre del archivo podrá dar un pista, debe de ser algo... Oculto ;) Quien no quiera viajar hasta donde está el midi, me lo pide sin problema alguno. El Vuelo; el Secreto de la Verdadera Música. Qué mejor que complementar la Música con el Cine, ambas Artes, cuando son Reales y Magníficas, colaboran ambas en desvelar Misterios que a simple vista no se ven, ni se ven, ni se oyen, ni ná de ná. Y por si fuera poco puede hacerse una Gran Mezcla hasta con el Humor más sarcástico y el Vampirismo más sutil y desdiabólico, dejando sólo el Principio Activo más importante, o quizá uno de lo más importantes de la Tiuzdad: la Inmortalidad. Y el secreto, que aunque este humilde servidor ya lo sabía, me lo desveló una película francesa deliciosa, "Karmina", la historia de unos Vampiros transilvanienses en donde un familiar, en este caso una, una Vampira completamente negada a contraer matrimonio con un rico vampiro, Blad. Decide irse a América, a Canadá. Allí, en el frío Québec se encuentra con una tía suya, Esmeralda, cuya edad rebasa la lógica y la ilógica, MIL DOSCIENTOS 40 AÑOS, y encima sin aparentar esa imagen pálida y de ojos con cansancio hasta los pies. Un líquido maravilloso a base de una planta que se alimenta de seres vivos, hace que el aspecto de un Vampiro sea el completamente humano, sólo que sin perder esos estupendos poderes de los vampiros; lectura del pensamiento, control mental, y demás cosas increíbles pero posibles. Y una virtud inmejorable: la de saber captar la Música Magnífica hasta el límite: Dejarse llevar por ella hasta el punto de... ¡¡Volar!! En una de las escenas más fantásticas que yo nunca haya podido ver en película alguna, la Vampira que llega a Canadá se deja embobar y medio trastornar por la civilización occidenataloide, llena de ruidos, gente fea y estrambótica y demás vulgaridades de una ciudad caótica. Un grupo de pelones de esos que están de moda ahora y que pretenden echar a los inmigrantes y refugiados de las ciudades, la asustan, y en la huida se introduce en una iglesia; daba lo mismo dónde se metiera, el caso era huir de los radicales. En la iglesia, un muchacho hace sonar un Magnífico Órgano. La melodía era completamente Bachiana, de Bach, una especie de mezcla de la Tocata y Fuga y una especie de invención del intérprete en ese momento, algo maestro de verdad. Así pues, en ese enredo de sentimientos de la Vampira al estar dentro de un templo, -algo por otro lado de lo más lógico, pues no hay nada más sagrado que la Inmortalidad- comienza a sucederle algo que es completamente cierto, no en lo físico de la cuestión, sino en lo Metafísico, algo que sólo a alguien que conoce de verdad la Música hasta sus más intrincados misterios sabe que le puede suceder, y ello es, volar. La Vampira empieza a volar. La escena no deja de tener algo de risueño, pero enseguida se convierte en algo emocionante, pues la Música es maravillosa de verdad, y el que hace sonar esos tubos de viento está sintiendo lo que hace. La Vampira forma dibujos indescriptibles por las bóbedas del templo, y en un momento dado, en fin, la realidad del mortal, el músico que se deja llevar por la razón, ve por un espejo la imagen colosal de ese ser volando por el aire. Se asusta, deja de tocar y la Magia se rompe irremediablemente, y el vuelo de la Inmortal, cesa. Saliéndonos de la película, de la estupenda película desveladora de secretos, nos adentramos de nuevo en la Música, en la de verdad, en esa que en la Metarealidad nos hace Volar eternamente, pues eternamente, en los oídos de un inmortal, NUNCA deja de sonar; es un inefable incesar de sonido áureo que recrea las tonadas más maravillosas, siempre con ese alma de Órgano Imperial, con ese Diosaico Instrumento del Magnífico Zedfank desde sus lumínicos espacios internos, dentro del que le Ama, del que le siente, del que le Celebra a cada instante. Es curioso, a parte de todo, cómo Bach se entregó a la Inmortalidad muy seriamente cuando se dejó insuflar con la Misteriosa e insondable melodía, Magna Melodía de esta Tocata y Fuga. Miles de obras maravillosas le respaldan, y nadie se las arrebatará, pero cuando llega hasta nuestros oídos, desde los más externos hasta los más internos, la Tocata, la Irrepetible, nos dice que ha pasado algo; que algo incluso ha pasado y pasa, y seguirá pasando en el Universo del Sonido cada vez que la hacemos sonar, cada vez que se le hace sonar en cualquier rincón del astro, y fuera del astro. Y es que de vez en cuando, seamos o creamos ser de la filosofía o de la creencia que sea, hay que dejarse llevar y sentir ese Vuelo Fénico del Espíritu Plural del Sonido Sagrado. La Resonancia Interior. La importancia que tiene que una Música NO importe cual sea su autor y su nombre, se basa en que es DENTRO donde debe de enraizarse para adquirir la Importancia Trascendente que nos diga las cosas que nos debe de decir; o si no nos tiene que decir nada sino que simplemente es un alivio para el alma, un salto a otro espacio o cualquier otra razón Inexplicable. De ese modo la Música (pero Música) que sea, recorre los caminos internos de nuestra alma para que ejerza la función que debe de ejercer. Pensar que escuchar Música es sólo para escuchar Música es una falacia, siempre nos ocurre algo; por eso es tan importante, reitero, que sea Música de verdad, no algo de fondo. De fondo está muy bien una Música, pero eso es otra cosa; es el acompañamiento inconsciente que poco a poco, sin quererlo, nos pide más nuestra atención. Por las razones o las observaciones ahí arriba vertidas, se puede pensar que la Musicoterapia, como algo científico o paracientífico, es algo que sólo debe de servir a aquellas personas que NUNCA o muy pocas veces se han encontrado con la Música (pero Música) de manera directa. Pensamos que todo el mundo conoce la Música; pensamos que todo el mundo sabe algo de Música, que en algún momento de su vida la han escuchado, y no hay nada más falso que eso. Quizá un ¿qué número pongo?, en fin, un tanto por ciento más ridículo que cualquiera de los tantos por cientos ridículos que os podáis imaginar, ha escuchado verdaderamente la Música y ha hecho mella en su alma. Siempre Alma, puesto que el Espíritu es algo de más altas esferas. Si nos refiriésemos al Espíritu entonces no habría nada de lo que preocuparse o de lo que analizar u objetar. Así pues, sí es necesario que algo bien etiquetado como puede ser la Musicoterapia, nos puede ser de gran utilidad, como puede ser la hidroterapia, o la ionoterapia o cualquiera de las medicinas alternativas. Pero en la Música hacer experimentos quizá sea algo más complicado de lo que nos parece. La gente común llega a escuchar la Música conocida como Clásica hasta en espectáculos de malabaristas, y en parte está más o menos bien, pero no deja de ser una burla. La gente escucha música en los trenes masificados, en los centros comerciales abarrotados, casi siempre con musicuchas de moda y estridentes o de una simple estructura rítmica. En realidad es un sonido que forma parte de la contaminación sonora. Si ha habido muy pocos creadores de Música de verdad, no tiene por qué haber un número más elevado de receptores de esos creadores musicales. El hecho de que a los espectáculos de Música "culta" vaya mucha gente llenando teatros y otros centros de masificación "cultural" NO quiere decir en ABSOLUTO, que esas personas vayan a disfrutar de la Música, NI MUCHO MENOS, única y exclusivamente VAN, pero nada más. Ni son más cultos ni son más nada; sólo son MÁS representación de que las sombras existen en el mundo, con mejores trajes, -aunque ya no es necesario- pero sombras al fin y al cabo que van de un lado para otro; es lo que se podría llamar el mundo cultureteroide social; moverse, y ya está, sólo que con la excusa de la... je je je "cultura". NO. La Música PRIMERO dentro, LUEGO, fuera, pero no muy lejos; y más luego, la Interioridad absoluta, donde suenan todas las creaciones del mundo de todos los tiempos, y a ser posible, Tiempos Perfectos, ya sean del pasado, del presente o del Futuro, pues en Música, mientras sea Música, da lo mismo. Es muy importante por otra parte, después de la Interiorización o Internalización Musical propia, saber que lo que escuchamos, es VERDADERO, es así. Si se trata de una pieza clásica, reconocerla, reconocerla hasta propia, nuestra, creada por nosotros. Así, sin embargo, cuando nos encontramos con la misma pieza clásica y nos suena a otra cosa, como una reinvención chulesca del intérprete, no aceptarlo, porque entonces aceptaremos cualquier cosa como... la Tocata y Fuga que hemos podido escuchar; ni más rápido ni más lento, ni con otras variaciones ni con ninguna fruslería del listillo; esto, si nos referimos a la Tocata y Fuga del Señor Bach; ahora bien, si queremos hacer una Fantasía, entonces no llevará ningún nombre más que el nuestro, que ya es grande y ya es lo que es. Pero utilizar a los Grandes en beneficio propio, abusar de sus Espíritus que NUNCA se han ido de manera fehaciente, es un crimen. Lo perfecto es NO utilizar ningún Nombre, tomar del éter lo que es del éter, de nosotros mismos, y que sea Música, que residía ya en el Aire, y que Nosotros tomamos algo prestado para componer el Aire Perfecto, la Estructura Civilizada del Sonido. Como el otro día, podéis disfrutar de una Gran Maravilla Musical en esta dirección. NO, no os voy a decir de quién es ni lo que es; es Grande, nada más, y un buen ejemplo de lo que debe de ser. Si la escucháis en la radio o en un soporte normal como el disco compacto ¡la reconoceréis! http://www.fortunecity.com/tinpan/carpenters/1033/grande.zip ¡No, no! Las palabras, las bellas y sonantes palabras, en voces magníficas, son Música. Y en voces interiores, son Música. La Sabiduría es Música, dicha o leída, sentida o pensada, es Música. Aunque con gran cantidad de calidad absurda, los Upanishads son Música, y una Música que traspasa todo tiempo y todo espacio. Cuando se leen con mucha atención, sabiendo que están fuera de contexto pues no es el español para las sabidurías hindúes, uno puede percibir esa Magia que rodea a ese mundo de las mil y una maravillas. Aunque sinuosos y rodeantes, casi sin dejar claros los conceptos, pero dejándolos prístinos como la luz del sol, los Upanishads hablan de Música. Es una Música que reitera una y otra vez en lo más Esencial: la Armonía, y sobre todo, en esa Gran Música Oculta que está, sobre todo, dentro de nosotros; y no de todos nosotros, pues como bien sabe la Sabiduría, NO todos los seres son iguales, y son MUY pocos, MUY pocos, los que perciben esa Música interna, que se escucha en los Grandes, o en simplemente Nosotros, Nosotros elevados a las más altas esferas sin preocupación de egos ni de modestias; en la Grandiosidad, el nosotros pequeño desaparece, y surge el dios, y el dios, el Tiuz, no se anda con nimiedades de duda o de vergüenza, pues aun equivocado, hay que lanzarse, y sentir cómo del sonido de una flauta imaginaria, real como cualquier otra cosa en nuestra mente, suena a mil mares de otros espacios, de otras tierras, de otros universos. Y NO es necesaria la excesiva seriedad, debe de ser necesaria, la Excesiva Gracia, pues es de lo que están hechos los dioses, de Gracia. No tendría otro sentido entonces en pensar, -aunque sea a nuestra forma-, en las mil vacas como ofrenda, ni en la concha que se convierte en un cuadrúpedo, o en el ojo que tiene pies, o en la miel de lo que todo está hecho. La Música es otra cosa, pero es esa misma cosa, con rodeos, con imaginación, y con Gracia, con Risa, directamente RISA, pues la Risa de los dioses es también una bendición. Las religiones son muy feas por eso, porque no se ríen. Otras religiones, que son más que eso y por eso NO sólo son religiones, tienen la Risa; y se ve la sonrisa en todas sus divinidades. No hay nada más triste que un dios triste, pues deja de serlo para dar paso a la víctima que todos llevan dentro, quien sea. Así pues, la Música está hecha para la Gracia, la Risa de los dioses, la Carcajada que llega hasta el Otro Lado del Universo, a todos los Universos, contenidos todos en una palma de una mano, o de dos, o de cinco, o de cuatro; ocho manos, contienen los universos. Mil notas han sido las creadoras de los dioses de la Música; incontables notas han sido las que Zedfank creó para las mil notas de los dioses de la Música. Es tan sencillo rodear, y dar vueltas en resplandeciente danza, que qué más da la doctrina científica, la ortodoxia de los que enseñan el ruido. Lo que importa es la Risa, la Risa que explosiona, y sobre todo implosiona, cuando llega el final de una Música, que es cuando Uno quiere. No hay nada más triste que escuchar la música de un dios de la Música triste, pues deja de serlo para dar paso a la víctima que esos llevan dentro, quien sea. NO es música la que pertenece a una época, está muerta. NO es música la que pertenece a un tiempo en concreto, está muerta. NO es música la que pertenece a cualquiera, que la ha hecho porque debía de quedar bien; está muerta. NO es música la que no tiene el hálito de los dioses, está muerta. NO es música la que no tiene el espíritu de los dioses, está muerta. No es música la que no tiene la fuerza, la soberbia excelsa, la grandeza de los dioses , está muerta. Y así, de este modo, nos reímos de la muerte, de los muertos y de los que se han mofado y se mofan de la Música, Sentido Primordial de los Dioses.