15 Septiembre 2000 Realización: La Princesa de las Alimanias Métodos de relajación ( Cuarto Bloque ) Medicina natural **RELAJACIÒN MUSCULAR** TERCERA ETAPA: RELAJAR BRAZOS Y MANOS 1. Póngase en la posición de siempre y cierre los ojos. 2. Haga tres respiraciones lentas y profundas (siempre por la nariz). 3. Concentre la atención en relajar su cuerpo. Intente que su mente, mientras dura el ejercicio, sólo se ocupe de esto. 4. Afloje sus músculos de golpe, déjese llevar por la intención de relajarse. Afloje todo su cuerpo. Sus piernas y pies deben haber sido capaces de cumplir casi inmediatamente esa orden de flojedad. Pero recuerde que ahora le pedimos que se aflojen todos los músculos de su cuerpo. 5. Realice cinco respiraciones naturales y en cada respiración intente intensificar este estado de flojedad y laxitud en todo su cuerpo. Déjese ir un poquito más a medida que alarga el tiempo de espiración. 6. Ahora, sin abandonar esa sensación de flojeddad y abandono general, dedique especial atención a los músculos de la mano, del antebrazo, del bíceps. Cierre su puño derecho y apriételo fuertemente. Observe la tensión que se produce en él. Fíjese como al cerrar su puño se desarrolla también una tensión en todo el antebrazo además de la mano. Ahora que ya ha sentido la tensión, afloje los músculos de su mano, del antebrazo y del bíceps, al mismo tiempo que espira lentamente durante cinco veces seguidas. En cada nueva respiración intente aumentar el nivel de relajación que consigue. 7. Párese unos segundos e intente vivenciar el estado general de su cuerpo (recuerde que debía permanecer en actitud de flojedad total) y de su mano y su brazo en particular.¿Nota alguna diferencia con la otra mano? Retenga esas sensaciones de mayor o menor relajación en su mente. 8. Ahora pase a hacer el mismo ejercicio con la otra mano. Después de tensar los músculos, aflójelos a la vez que hace las cinco respiraciones. 9. Descanse otra vez para tomar conciencia de nuevo de todo su estado en general y de sus manos y brazos en particular. 10. Haga el mismo proceso de apretar el puño, pero con las dos manos al mismo tiempo. Note la tensión en ambos miembros. Afloje ahora ambos brazos, a la vez que hace cinco inspiraciones. Esta vez usted tiene que ser más exigente, a la hora de evaluar el grado de relajación al que pueden llegar sus manos y brazos. Intente relajarlos todavía más en esta última y quinta espiración. 11. Descanse unos segundos y pase revista al estado general de su cuerpo. Vivencie la relajación que existe. Compruebe, sobre todo, el estado de sus brazos y manos. ¿Cómo estan relajadas sus piernas? ¿Nota ya la diferencia entre lo que consigue avanzar cada día, trabajando parcialmente con alguno de sus músculos? Intente guardar en su memoria esa sensación que vive con cada grado de relajación alcanzado. 12. Desplace su atención hacia el hecho de que debe terminar con su período de relajación para entrar en otro de actividad normal. 13. Haga tres respiraciones largas y profundas que debe realizar siempre antes de terminar el ejercicio. 14. Mueva los dedos de los pies y de las manos y contraiga un poco los brazos y las piernas. Levántese lentamente y dé por terminado su ejercicio. En esta etapa usted deberá dominar perfectamente la relajción de brazos y piernas, (ya que como la ha practicado en la etapa anterior de forma especial, ahora le tiene que salir casi espontánea), y de manos y brazos. Sin olvidar que debe seguir en su aprendizaje de soltar y aflojar todo su cuerpo cuando usted lo disponga mentalmente. No pase a la siguiente etapa mientras no domine perfectamente esta, ya que sin necesidad de avanzar más, usted ya debe haber logrado un buen estado de relajación y debe sentir, después de cada sesión, los primeros efectos de calma y de quietud que se consiguen con esta disciplina. -------------------- **Princesa de las Alimanias**