Un fama es
muy rico y tiene sirvienta. Este fama usa un pañuelo
y lo tira al cesto de los papeles. Usa otro, y lo
tira al cesto. Va tirando al cesto todos los pañuelos
usados. Cuando se le acaban, compra otra caja.
La sirvienta recoge los pañuelos
y los guarda para ella. Como está muy sorprendida
por la conducta del fama, un día no puede contenerse
y le pregunta si verdaderamente los pañuelos son
para tirar.
-Gran idiota- dice el fama, no
había que preguntar. Desde ahora lavarás mis pañuelos
y yo ahorraré dinero.
Historias
de Cronopios y de Famas
Julio
Cortazar