Criterios
de Crianza
Nuestro
criterio de selección
de cruzas, está
motivado por elementos estéticos
y de funcionalidad, sintetizados en el estándar aprobado para la raza. Buscamos
desarrollar perros de tamaño mediano, robustos, poderosos, ágiles y
resistentes de figura fuerte, concisa, y postura adecuada. Sus cabezas
son anchas entre las orejas con frente abultada, depresión fronto-nasal
muy evidente, labios negros y mandíbulas bien fuertes y anchas, ojos
café oscuro de tamaño mediano, y forma almendrada, orejas colgantes,
triangulares, muy separadas y de implantación alta. El stop, o salto de
nariz al frente, debe ser muy pronunciado. El hocico, ancho en la base,
debe afilarse hacia la nariz sin llegar a ser puntiagudo. Vista desde
arriba, la cabeza debe parecer un tronco en forma de cono. La
dentadura debe ser completa y con cierre de tijera: la cara interior de
los incisivos superiores debe apenas rozar la cara exterior de los
incisivos inferiores.
De cuello fuerte,
moderadamente largo, con ligero arqueo en la línea
superior, muy prominente de los hombros, seco, sin papada ni piel blanda
bajo la garganta, debe guardar armonía
con la cabeza maciza y el tronco vigoroso y musculoso, sin ser demasiado
largo como para conferir una elegancia inadecuada, ni demasiado corto
que lo haga parecer demasiado pesado y compacto en los movimientos.
En el
Rottweiler la cruz (región
del tronco situada prácticamente en la base del cráneo, formada anatómicamente
con apófisis
espinosas de las primeras cinco vértebras
torácicas), su importancia depende no solo de la medida de la altura
del ejemplar, sino también
de su funcionalidad motora. En la cruz convergen los musculos del cuello
y los del dorso, dando continuidad a la transmisión
del movimiento a lo largo de la columna vertebral. Una cruz alta (con apófisis
espinosas largas) garantiza una amplia y sólida
unión
muscular, favoreciendo la fluidez y la agilidad de los movimientos, en
tanto que con una cruz baja el cuello no se une al tronco con armonía,
sino que casi forma líneas
rotas, lo que repercute en la transmisión
del movimiento, fraccionando su fuerza a lo largo de la columna
vertebral.
El
tronco debe expresar la fuerza y la potencia típicas
de la raza, con un pecho ancho y profundo, el costado bien desarrollado
con buen arqueo de las costillas; dorso rectilíneo,
robusto y sólido,
con franja renal corta, fuerte y profunda; costillas no retraídas;
grupa ancha y de longitud media, ligeramente convexa y nunca horizontal
ni hendida. La longitud del tronco no sobrepasa mas de 15% la
altura de la cruz, de 61 a 63 cm con 48 a 50 kg de peso en los machos y
56 a 61 cm con 42 a 45 kg de peso en las hembras.
La
espalda recta, fuerte y tiesa con una región lumbar corta, fuerte y
pesada y grupa amplia, de longitud mediana, ligeramente redondeada y el
pecho espacioso, amplio y profundo, de la mitad de la altura de la
cruz, con antepecho bien desarrollado y redondeado es determinante para
el desarrollo de la capacidad pulmonar del perro de trabajo; por su
parte, el dorso de perfil recto es fundamental para un movimiento
correcto con el mínimo
desgaste de energía,
debido a que permite la inserción
correcta de los musculos dorsales a lo largo de la columna vertebral.
El
Rottweiler como perro de trabajo, requiere una conformación
de extremidades propias de un trotador,
que desarrolla un movimiento armonioso, seguro, con fuerza y libre, con pasos amplios, permaneciendo su espalda firme y con poco movimiento.
El trote es un paso de dos tiempos iguales a dos pies en diagonal.
Durante el trote la línea
dorsal se debe mantener sólida
y relativamente inmóvil,
con paso amplio y potente. Los movimientos rígidos,
recortados, saltarines u oscilantes son considerados como defectos.
Se
buscan hombros largos y del espesor justos y bien colocados; miembros rectos, paralelos,
con brazos y piernas bien posicionadas, y
poderosamente desarrollados y musculosos, los brazos muy adheridos al
tronco pero no unidos, antebrazos robustos, muy desarrollados y
musculosos; con metacarpos ligeramente oblicuos, robustos, no derechos.
El antebrazo (segmento formado por el radio y el cubito) debe ser rectilíneo
y perpendicular al suelo, mientras que un ligero ángulo
del metacarpo es necesario para amortiguar los impactos con el suelo
durante el movimiento.
Los
pies deben ser redondos, bien cerrados y
abultados, compactos y arqueados; con plantas duras, uñas cortas, negras y
fuertes. Las patas delanteras, vistas de frente, son rectas y no
demasiado cerradas. Vistos de perfil, los antebrazos son rectos. El ángulo
de inclinación
del omoplato es aproximadamente de 45 grados respecto a la horizontal y
el ángulo
escapulo-humeral es de unos 115 grados. Estas dimensiones del
omoplato son fundamentales para un correcto movimiento, ya que el
Rottweiler debe tener un andar suelto y elástico
y un hombro demasiado recto conferiría
una escasa amplitud del movimiento delantero, con cierta rigidez.
La
constitución
de la extremidad posterior es fundamental para el movimiento del animal
ya que es la propulsora, dando el impulso a todo el tronco durante el
movimiento y cuando mas se aproxima al ideal de construcción
ósea
y muscular del estándar, el animal tendrá mayor ligereza y potencia de
movimientos con el menor gasto de energía,
lo que se traducirá en una mayor resistencia al cansancio y un mejor
rendimiento. Por tanto, las extremidades posteriores deben tener muslos
de longitud media, anchos y muy musculosos; piernas largas, robustas,
con musculatura ancha. Tobillos visibles repletos de fuerza,
articulados, bien angulados, no rectos. Pies un poco mas largos que los
delanteros pero siempre compactos, arqueados, con dedos fuertes. Vistas
desde atrás, las extremidades posteriores deben ser rectas, no
cerradas. En situación
de reposo los ángulos de la articulación
fémuro-tibial
y tibio metatarsianas son obtusos. La inclinación
del coxis debe variar entre los 20 y los 30 grados.
El
pelaje, es corto, duro, denso y bien apretado, negro con marcas bien
delimitadas de color café rojizo en las mejillas, hocico, garganta,
pecho y patas, arriba de los ojos y bajo la cola. La cola la cortamos al
ras del perine (el trasero del perro) para que se vea el trasero
cuadrado sin la prolongación
de la cola, si bien actualmente en Europa ya no se aplica esta operación.
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