En la historia de la Arqueología, Egipto parece haber sido siempre un país que ha ido tenazmente desafiando -incluso hoy día- la lógica histórica, y el misterio de la construcción de las pirámides es tan sólo uno de los muchísimos interrogantes que no hacen más que acumularse en nuestra ignorancia. Es evidente que todos los pueblos nacen, evolucionan y mueren, pero en el caso de Egipto, éste parece haber nacido ya adulto, pues no se conoce Prehistoria alguna en su ciclo civilizatorio, o mejor dicho, no se conoce ningún antecedente que explique el asombroso origen de la cultura egipcia a partir de una evolución "lógica" comprensible.
Es curioso observar cómo, por ejemplo, los grandes trabajos en diorita o las grandes pirámides se confesionaron todas en las primeras dinastías.
Las últimas, ya no podrán hacer construcciones del tamaño de las anteriores (especialmente a partir de la quinta dinastía). Las obras van perdiendo calidad así, de tal modo, podemos comprobar que cuanto más antigua es una pieza, más perfecta o más difícil ha sido su realización.
Esto, desde luego, es un enigma que solo podríamos entender aceptando como hipótesis la misma idea que tenían los egipcios de su propia civilización, es decir, que la época de Menes no fue el principio de su cultura, sino el principio de la dinastía de los reyes humanos y a su vez la continuación de una serie de ciclos civilizatorios iniciados por los propios dioses.
Según afirman sus propias tradiciones, recogidas más tarde por los historiadores griegos y egipcios, al parecer era un pueblo mucho más antiguo de lo que hoy estimamos (tal y como observamos en la "Historia de Egipto" de Manetón). Estas tradiciones históricas refieren, que antes de Menes existió una larga serie de "Dinastías Míticas" como la de los reyes Osiris y Anubis, así como de otros más asociados simbólicamente a ciertos animales, refiriéndose a otro Egipto del que, de cualquier modo, no tenemos pruebas arqueológicas.
Así las cosas, cualquier historiador o arqueólogo ecléctico no podrá sino aceptar que sobre Egipto nada hay que se considere un dogma inamovible, sobre todo cuando la cronología oficialmente aceptada es tan sólo un fruto de un "consenso general entre los egiptólogos" pero de la que tampoco existen bases arqueológicas suficientes. Otro de estos "Consensos" es el modo en el que supuestamente se realizaron las pirámides, un tema que, a pesar del mismo, y se mire, nos resulta absolutamente inabordable.
Ahora bien, es muy fácil decir que las grandes pirámides fueron elaboradas para futuras tumbas con cien mil o más hombres que trabajaron ininterrumpidamente durante unos veinte años empujando piedras o traccionándolas, pero eso conllevaría unos problemas muy grandes de organización que ningún arqueólogo se ha molestado en explicarnos. De este modo, vamos a poner en evidencia que la visión popular de esos miles de hombres trabajando forzadamente para hacer las pirámides, al cuidado de unos cuantos capataces con látigo es, cuanto menos, descabellado para la simple lógica y la razón. Sin embargo, y por lo que respecta a la funcionalidad de aquéllas, tenemos que decir, en honor a la verdad, que algunos egiptólogos empiezan ya a dudar en estos tiempo de que las pirámides (al menos las mas importantes y antoguas) sean efectivamente "Tumbas", y como prueba de ello transcribimos a continuación la opinión que al respecto sustentan los prestigiosos egiptólogos John Baines y Jaromir Málek:
" El
volúmen total de la empresa, el cuidado con que se proyectó y llevó a
término la estructura, el hecho de que no exista recuerdo alguno de que
jamás haya
sido
depositado algún cadáver en La Gran Pirámide, y la idea aparentemente absurda
de que el propósito de todo ese despliegue no hubiera sido otro que el de
proporcionar una tumba a un individuo, han atormentado durante largo tiempo a
los especialistas casi tanto como a los aficionados (1992) "
A esto debemos añadir que debían ser tumbas en verdad extrañas, sin inscripciones de ningún tipo (ya que resulta ilógico aceptar que todas hayan sido borradas), ni siquiera funerarias, algo que, a pesar de dicha singularidad (exceptuamos la propia Esfinge) ha sido silenciado y "olvidado" con verdadera insistencia, despreciándose la importancia del asunto de una forma sistemática y obcecada.
Pero entrando ya en nuestro tema, debemos dudar de la disponibilidad del Imperio Egipcio para disponer de enormes cantidades de trabajadores, pues si de la cantidad aproximada de doce millones de habitantes que parece haber tenido, casi invariablemente en su historia, descontamos los niños, los ancianos, los enfermos, los incapacitados, las mujeres, y todos aquellos que harían falta para mantener la administración, el ejército, los servicios religiosos, las propias cosechas o la misma vida cotidiana y social de las ciudades, con sus innumerables transacciones comerciales, nos daríamos cuenta de que de ellos, apenas podríamos extraer la cantidad que en la actualidad hoy se maneja.
Tampoco debemos olvidar que no existe grabado ni pintura que muestra una pirámide en construcción, dando la sensación de que ni los propios egipcios fueron sus constructores.
Otra dificultad radicaría en que estas personas necesitarían comer grandes cantidades de alimentos, lo cual implicaría que otra ingente cantidad de personas debían centrarse exclusivamente en ese trabajo, personas que, por este motivo, se apartarían de sus obligaciones cotidianas, sumándose así la lista mencionada antes arriba.
Por otro lado, los animales empleados también necesitarían grandes cantidades de forraje, debiendo ser posiblemente toros o elefantes, pues los camellos y los caballos aún no se conocían en aquella época (concretamente los caballos serían traídos por los invasores hicsos a finales del Imperio Medio).
El problema del alimento era crucial , pues a diferencia del esclavismo de nuestros siglos pasados, los trabajadores debían estar muy bien alimentados si querían poder arrastrar piedras de la menos 2'5 toneladas, algo que, de cualquier modo, no creemos pueda hacerse de una forma continuada durante 20 años y sólo con la simple fuerza física combinada con alguna que otra "máquina".
Para acabar las pirámides en ese tiempo, el ritmo impuesto debía ser frenético, al igual que el trabajo de las canteras, cuyos trabajadores también se añaderían a la lista elaborada de quienes debían ser alimentados. Además, a todo esto no debemos olvidar que, según los investigadores, para poder construir, por ejemplo, La Gran Pirámide, hubiera sido necesario hacer una gran rampa que supuestamente se elevaría perpendicular a una de las caras de la misma, rampa que para ser funcional debía de haber sido de una importancia igual o mayor que la propia pirámide. Sin embargo, lo cierto es que no se ha hallado ni el más mínimo vestigio de tal rampa.
Pero
entonces... ¿Cómo construyeron las pirámides?.
A pesar de lo afirmado y reafirmado, de lo escrito y lo discutido, no existe prueba arqueológica alguna para asegurar cómo se construyeron, ni que tiempo hace; pues la realidad es que continúan siendo infechables y no hay sistema de datación que, hoy por hoy, sea absolutamente preciso e infalible.
Por otra parte, lo más lógico sería haber empleado para tal fin, no a unos cuantos flacos egipcios, o incluso a todos ellos, sino a miles de vacas y fuertes toros que habían diseminado por todo el Imperio, o incluso a los mismos elefantes, solución ésta última nada descabellada, -y sepamos que no tomada en cuenta hasta la fecha-, pues existen jeroglíficos donde se ven egipcios montados a lomos de estos elefantes 3bw (Abu), lo que demuestra que eran domesticados y por lo tanto que pudieron utilizarse en la construcción de grandes obras, resolviéndose así el problema de la fuerza motriz (de todos modos, si existen algunos grabados donde se ven toros arrastrando bloques de piedra en trineos).
Existe, a este respecto, una teoría expuesta hace algunos años por cierta prestigiosa revista científica, de que las pirámides se construyeron para mantener ocupado al pueblo en tiempo de paz, y de este modo evitar revueltas sociales internas, precisamente por no haber enemigos de quien ocuparse. (Digo yo que puestos a opinar, también podríamos decir que se trataba simplemente de una competición entre faraones para ver quién la hacía más grande)
Con todo lo dicho, lo único que humildemente podemos afirmar es, que no sabemos aun como construyeron las pirámides. Sin embargo... de lago sí estamos seguros: de como ¡NO! se construyeron!
