En el Museo de El Cairo están expuestos mas de 15.000 objetos de inestimable valor artístico e histórico, siento el museo más grande del mundo. Sin embargo, aún así los almacenes están llenos de innumerables hallazgos descubiertos periódicamente por las numerosas misiones arqueológicas egipcias y extranjeras que se afanan por encontrar más vestigios por casi todo el país. Tal es así, que raramente transcurre un solo mes sin que se encuentre algo importante y valioso en un territorio que conserva casi el 50% de todos los monumentos del mundo antiguo, haciendo cierto aquel dicho de todos los arqueólogos cuando afirman que Egipto es un interminable mar de monumentos.

         De cualquier manera, se está construyendo ahora otro museo fuera de El Cairo, cerca de la pirámide de Guiza, para albergar toda esta ingente cantidad de objetos artísticos acumulados en los almacenes y traídos de muchas zonas arqueológicas. En su día, dicho museo alcanzará a convertirse, por dimensiones y objetos guardados, en el más grande de todos los grandes museos del mundo.

           Ningún pueblo de la Antigüedad nos ha dejado una representación más amplia y objetiva de sí mismo, ya sea en imágenes y documentos escritos, en estatuas y monumentos colosales, como el egipcio. Su existencia terrenal se basaba en un estricto orden religioso, y de sus fuentes iconográficas y literarias nos provienen las primeras informaciones sobre los pueblos occidentales con los que Egipto tenía relaciones.

            Todo esto nos ofrece un ejemplo magnífico de un desarrollo precoz del espíritu humano y de la actividad creadora del hombre, y como dice el egiptólogo alemán Muller, “aquí se puede tocar con la mano los comienzos de un orden y administración estatales, de la ciencia y la técnica, el nacimiento de una alta cultura procedente de una existencia no configurada todavía históricamente.