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Después de 3 días en la jungla de Chitwan, Xavi "Sra.Floyd" y yo nos desplazamos, en otro largo y cansado trayecto de autobús, a Pokhara a 200 Km al oeste de Katmandú.

Pasamos unos días allí disfrutando del paisaje y de la tranquilidad del lugar, navegamos por el lago Phewa, hicimos un pequeño trekking hasta Sarangkot y nos quedamos con las ganas de poder ver los Anapurna por culpa de las nubes monzónicas de las narices.

Harold "...sailing in an open boat..." en el lago Phewa disfrutando del tranquilo ritmo de vida nepalí al igual que Xavi "Sra.Floyd". Momentos de especial tranquilidad y desconexión del mundo occidental.

 

   

 

Harold acompañado por un grupo de niños y un hombre newar en el simpático y acogedor pueblo de Kirtipur, a 7 Km de Katmandú.

Tras las jornadas en Pokhara regresamos a Katmandú en uno de los más extenuantes viajes en autobús, 8h para recorrer 200 km a base de baches, ruidos y apretujones.

Una vez en Katmandú seguimos durante unos días recorriendo los pueblos y rincones del valle: Kirtipur, Dakshinkali, Panauti, Banepa, Balaju...

En los alrededores de la stupa de Kirtipur, vemos a Xavi "Sra Floyd" en pleno encuentro internacional de badminton con unas risueñas niñas newar.
 

Hartos de los agotadores trayectos de autobús, nuestra última excursión la hicimos en una pequeña avioneta. Esta vez nos desplazamos de nuevo al sur, a la ciudad de Janakpur, cerca de la frontera con la India.

Janakpur no es para nada uno de los típicos puntos turísticos de Nepal, pero queríamos visitarla por varios motivos: La existencia del único e inmenso templo de estilo mogol de Nepal y de la única via férrea del país con un encantador tren de vapor todavía en funcionamiento.

Si en otros puntos del Nepal ya nos habíamos encontrado con que los turistas somos algo extraño y fascinante para los nativos, en Janakpur fue ya increíble. La gente nos observaba, sin reparo alguno, como si fueramos extraterrrestres, creo que nunca más me volveré a sentir tan extranjero como en Janakpur.

  

Xavi "Sra Floyd" posando con el templo de Janakpur detrás, segundos después nos encontramos rodeados por un corro de gente observándonos fijamente. Una situación bastante indescriptible.
 
 

Tras un par de vueltas por Katmandú y un regreso nocturno a Kirtipur para contemplar un animado festival callejero (allí se apuntaron tambien un grupo de amigos catalanes que llegaron el último día), se acabó uno de mis viajes más apasionantes que haré en mi vida. Nada que ver con mi experiencia mexicana del año pasado, sin duda, pero igualmente enriquecedora y fascinante.




 
Habréis notado que a penas he nombrado los Himalaya, y muchos pensaréis: ¿que narices hace Harold que va al Nepal y no habla ni del Everest ni de otras de las montañas más altas del mundo? pués me explico: Resulta que cuando estuve allí pillé la estación monzónica de lleno y las nubes no me permitireon ver ni una de las míticas montañas de 8000 m, ya os podéis imaginar la rabia que me da no haberlas visto, o sea que no me pidáis que hable de ellas. ¿vale!?

Habiendo contado esto solo me queda emplazaros el año que viene en lo que será la web de "Harold the Barrel in quiensabedonde 99".
 
 
Con la intención de que veáis mejor como es Nepal, pero también para que conozcáis cuales son las problemáticas que padece ese país os propongo que visitéis algunos links que he ido encontrando en mis horas de navegación por el WWW.