LOS PLANETAS.

Cuarta Parte.

Júpiter, el Portador de la Alegría.


Zeus, Horus, la Eterna Juventud, el Eterno Renacer, la Alegría de saberse
Vivo, Todo eso y más es lo que representa Júpiter, y la Música en sí, eso y
muchas más altividades.

Os digo desde ya que prestéis atención a la Música, es una mezcla de una
marcha, de una sinfonía, la sonorización de la escena de una película de
ciencia ficción; es el Gran Conjunto Armónico del Universo, sintetizado en
esta explosión de Viveza multicolor, ¡¡qué bonito!!

Haciendo una simple observación, nos podemos dar cuenta que es el precursor
de todos los musicuchos yanquis (alguien puede pensar mal, pero es que
"músicos", no ha habido nunca allí) del diecinueve; y es que allí al no
haber músicos de verdad, los que escaparon o fueron expulsados de Europa, se
llevaron todo lo que pudieron, ¿y cómo no iban a llevarse algo de la
inventiva de Holst?. (Así como la de Grieg, Smetana y similares).

Pero es evidente que la Elegancia y el Talento no se pueden copiar, no se
puede casi ni aprender, a no ser que quieras hacer algo Bello y Armonioso de
verdad, algo que sea para la Eternidad, no para el momento, entonces el
talento te espera e incluso es paciente.

Holst es Eterno, y cada vez me enorgullezco más de que sea así; me
maravillo, me pongo a flotar con la Claridad de su Eternidad.

Esta mañana pensaba una cosa sobre este Espíritu Maravilloso de Holst: Estoy
seguro que llegó de las estrellas, que las conoció a todas y entendió sus
Músicas, sus Sonidos, sus Palabras, y con ello pudo conformar algo tan
esplendoroso como esta Octógona obra de arte. Quizá, este espíritu, al venir
de tan lejos, y al no elegir bien el cuerpo orgánico con el que poderse
mover, vivió de manera tan penosa; no era de este mundo y estuvo solo, como
todos los genios, y como todos los que vivieron en las épocas de la
ignorancia espiritual de otros espíritus. Siempre me digo lo mismo "¿Dónde
estaría yo?" Y es que en todas partes no se puede estar. O sí, pero no
controlándolo todo.

De todos modos no importa el pobre y tedioso pasado, lo que interesa es la
Obra, y aunque Holst solo hubiera existido para crear este Poema Sinfónico
sin igual, ha valido la pena. La Armonía de las Esferas, sí, está muy bien,
pero ponte a prueba, a ver qué pasa. Esta es la Armonía de todas las esferas
habidas y por haber.

Y cuando llegamos a esta parte de Júpiter, su grandiosidad y magnificencia
van acordes a la idea que tenemos de todos los Arquetipos que se fundamentan
en ese planeta; quizá hasta esta Música nos cuente algo de la Historia que
se vivió allí, en ese extraño y curioso sistema de asteroides y atmósferas
supuestamente densas.

Un dato interesante: Fijaros en el último momento, si esa parte no es el
inicio de los sintetizadores, que venga Júpiter y me lo cuente; incluso en
una versión normal, -de disco compacto u otro soporte auditivo- la orquesta
hace peripecias increíbles que casi son imposibles de realizar con lo
antiguallas que son. Es la Perfección sonora en Persona.

Y no os cortéis en darle volumen, para estas exquisiteces se permiten los
estragos.

Júpiter es Grandioso y Colosal, no hay límites, y si los hubiera no se
resistirían a su Fuerza.

¡Salve, Júpiter! El Poder nos asista.


Quirón Alvar



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