La solución de éstos problema no está en la
Civilización vigente, pues el eje estructurador de ésta consiste en la voluntad
de poder y dominación.
Someter la Tierra, explotar al máximo sus
recursos, conquistar pueblos y apropiarse de sus riquezas, buscar la prosperidad
, incluso a costa de la explotación de la fuerza de trabajo y de la naturaleza.
Esta voluntad está llevando a la humanidad y
a la Tierra a un callejón sin salida.
O cambiamos o perecemos.
Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar,
sentir, valorar y actuar. Nos urge un cambio radical, revolucionario en nuestra
civilización, bajo otra inspiración y a partir de otros principios más
benevolentes para con la Tierra, sus hijos y sus hijas.
De éste modo, los seres humanos podrán
salvarse y salvar también el bello y radiante planeta Tierra.
Los Sinarquistas creemos que la Historia
está de Parto. Los sufrimientos actuales poseen un significado que trasciende
la crisis de la civilización. Estamos en el nacimiento de una nueva etapa en el
proceso de humanizar el Universo. Están surgiendo los brotes de un nuevo Pacto
Social entre los pueblos y una nueva alianza de paz y cooperación con la Tierra,
nuestra Casa Común.
Rechazamos la idea de que 4.5 billones de
años de formación de la Tierra solo hayan servido para su destrucción. Las
Crisis y los sufrimientos son anuncio de una gran aurora, que nadie podrá
detener.
Estamos dejando atrás un Paradigma que
plasmó la historia los últimos quince mil años.
**********
Tradición oculta y sentencias proféticas hablan de que cada 2.000
años se produce una alternancia en el polo de espiritualidad de la
Tierra. Las dos mayores cordilleras de nuestro planeta, el Himalaya y
los Andes, simbolizarían esa bipolaridad energética. Esta última
cadena es la columna vertebral de América. En nuestros días, este
continente y más concretamente México, estarían llamados a ser el
centro de una nueva conciencia y el foco de gestación de una
humanidad más adulta.
KOLDO ALDAI (publicado en el núm. 124 de AÑO CERO)
Según señalan diferentes líneas del pensamiento alternativo, el
planeta es un ser vivo que «respira el prana cósmico» (energía sutil)
a través de las cordilleras asiáticas y americanas. En 1950 habría
sido la última vez que la Tierra tomó el prana desde el Tíbet, para
cambiar después a los Andes. La ceremonia espiritual del Kumba—Mela, =
un ritual multitudinario dc carácter ecuménico que tiene lugar cada
doce años en un escenario montañoso de gran altura, ha dejado
constancia de este relevo. Su última edición en el Tíbet tuvo lugar
el 21 de marzo de 1950.
La «Reina mártir»
La historia dc Regina, recogida por Antonio Velasco Piña en un famoso
libro, es básico para entender lo que está sucediendo actualmente en
México. Según apunta Marc Augé en el prólogo de Regina (Editorial
EDAF), «el mito de esta heroína se suma al elenco de figuras
femeninas ambivalentes que, desde Nuestra Señora de Guadalupe a la
venezolana María Lionza, pueblan los sueños de los oprimidos de
Latinoamérica»; ella representaría ese anhelo y la esperanza de un
nuevo paradigma con predominio de los valores femeninos.
Esta mítica mujer habría nacido el 21 de marzo de 1948 en Los Reyes
(México), en vísperas de la era de Acuario. Una chamana del lugar
dijo que debería llamarse Regina (Reina). Al año siguiente, sus
padres la llevaron al Tíbet, donde la recibieron como a una Dukjni,
emanación de una diosa tibetana. Se asegura que allí fue capaz de
reconocer objetos de sus vidas anteriores. Según Velasco, el gran
lama Tagdra Rimpoche llegó de su retiro para cumplir con lo que
consideraba el último cometido espiritual del pueblo tibetano:
entrenar a Regina para que cumpliera su misión redentora. Prepararon
a la niña, conscientes de que ella sería más tarde la elegida para
llevar a México hacia un despertar espiritual que incidiría
decisivamente en el nacimiento de una nueva etapa cósmica: la era de
Acuario. El lama Rimpoche explicó a la niña que «la luna» mantenía
dormidos a los hombres y que había una «gran máquina» que anulaba ese
efecto. Una de sus tareas sería activar dicho mecanismo cuando
cumpliera 20 años.
Una vez que Regina desembarcó en tierras aztecas, se empleó a fondo
en un trabajo del que era plenamente consciente desde su infancia. No
tardó en descubrir que la «máquina» activadora era la pirámide de la
Luna, en Teotihuacán. Cuando remontó la gran escalinata en el día
señalado, se sintió desfallecer por la intensa energía que emanaba el
lugar. Entonces tomó conciencia de que muchos guerreros del pasado la
acompañaban en espíritu y la ayudaban a continuar hasta la cima.
Arriba estaban los emisarios de las cuatro tradiciones mexicanas
esenciales, que tocaban instrumentos sagrados en espera de su maestro
de ceremonias. Se sorprendieron al ver que era una mujer. Viajes,
conferencias y ceremonias en los templos y pirámides se sucedieron
hasta el 2 de octubre de 1968. En la víspera de la inauguración de
los Juegos Olímpicos, la Plaza de Tlatelolco fue escenario de la
brutal represión del movimiento estudiantil, que concluyó en una
masacre con cuatrocientos muertos. En aquel lugar de hondas
reminiscencias mágicas y simbólicas, sobre un antiguo altar
prehispano, Regina fue abatida a tiros junto a los representantes de
las tradiciones Olmeca, Zapoteca. Maya y Nahuatl y de otras personas
que la acompañaban.
Irradiando desde la libertad
«La Reina de México» culminaba su tarea liberadora con un sacrificio
ritual conscientemente asumido. «Antes de que hubiese transcurrido un
siglo (señala Velasco) en su obra épica el país estaría poblado de
seres que sabrían retomar el camino seguido por quienes habían
edificado las prodigiosas civilizaciones de las antiguas y olvidadas
Edades de Oro. La luz surgida de la noche de Tlatelolco alumbraría el
camino de México a lo largo de milenios».
Todavía no han pasado los cien años anunciados y esos seres con
vocación de fomentar la profetizada época sagrada ya pueblan este
gran país. El fulgor redentor que asomó en esa plaza donde se reunen
las tres culturas —indígena, española y moderna— alumbra ya la =
senda
de un nuevo y fecundo mestizaje cultural.
Un foco de irradiación energética y espiritual no se podía encender
sin un ambiente de libertad ampliamente compartida. Las condiciones
están dadas tras las últimas elecciones del pasado 2 de julio. Muy
diferentes grupos espirituales, que podríamos situar bajo el amplio
abanico de la «nueva conciencia», se unieron internamente para
posibilitar los recientes cambios. Operación Planeta Amor, Luz Nueva
2000, Red Anahuak, Oromu, Grupos de Regina... son algunos de los
colectivos que realizaron un intenso trabajo de meditación para
promover el cambio político.
Según sus protagonistas, la labor dio claramente sus resultados. El
sueño de Regina se estaría convirtiendo en realidad. El temor al
cambio y a la plena libertad fue derrotado. Un alto porcentaje de
personas, en torno al 15%, permanecieron indecisas hasta el último
instante, temerosos de apoyar a las fuerzas emergentes. Sólo al final
se decantaron por la inauguración de una nueva etapa política y
social.
Miles de meditadores, conscientes de la trascendencia de los
comicios, centraron su esfuerzo interno en generar un «campo
unificado de conciencia» capaz dc elevar las aspiraciones dc los
votantes en el momento de acercarse a las urnas. Ese "egregor", tal
como ellos lo denominan, formado a partir de los pensamientos
positivo)s de millares dc personas conectadas, habría influido en
cada uno de los electores.
Así pues, el gran cambio político que en estos momentos está
experimentando México no sería sino la manifestación externa de un
gran despertar interno. Son muchos los grupos que, mediante la
oración, la concentración y la meditación, se han unido para crear el
clima que posibilite la plena consolidación dc ese centro de
irradiación espiritual para el planeta.
La voluntad de sellar un largo ciclo políticamente oscuro, el reclamo
unánime y masivo de cambio, dan buena cuenta del despertar que vive
actualmente México y que se empezó a fraguar en la década de los
sesenta. Las conciencias se han unido y la palabra libertad empieza a
ser oída sin temor en el gobierno, en las escuelas y en las
empresas... México, con sus nuevas generaciones más instruidas y
estimuladas por un mundo en plena trasformación. encara confiadamente
su futuro.
Flor, danza y canto
En los años que siguieron al sacrificio de Regina se constató un gran
florecimiento de los grupos de mexicanidad, a la vez que aumentaba
ese anhelo de compartir la esencia cultural y religiosa de la nación.
El «trasvase de poderes» Tíbet—México tiene también lugar a unos
niveles puramente físicos. Cuando, a finales de los ochenta, un
grupo) dc estudiantes de antropología de la Universidad de México,
con el profesor Nicolás Núñez a la cabeza, llamó a las puertas del
monasterio tibetano de Tashi Lhumpo en Dharamsala, al norte de la
India, nadie hubiera pensado) que se quedarían en el recinto monacal
durante meses aprendiendo unas danzas mantenidas en el más absoluto
de los secretos.
Empapados de la espiritualidad tibetana e instruidos en sus danzas
más ancestrales, este grupo creó la «Citlamina», en la que se
fusionaban movimientos y estructuras de las danzas tradicionales
concheras mexicanas con las tibetanas. La «Citlamina», cuya
traducción al castellano es «Flechadora de estrellas», se formuló
como una «batalla para la conquista de un nivel más alto de
conciencia». En julio de 1989, en un viaje que realizó el Dalai Lama
a la Ciudad de México, fue reconocida por ambas tradiciones.
En el verano de 1991, la «Citlamina» desembarcó en España, dando
comienzo su periplo de expansión por el mundo. El navarro Alex Pérez
es, en la península, el «guardián del fuego» de esta práctica
sagrada. Para él, es «una meditación en movimiento, una herramienta
de entrenamiento mental que simboliza la fusión de tradiciones, el
advenimiento de la nueva religión universal basada en el mestizaje
espiritual». México es también cruce de muchos otros caminos, crisol
de las más ricas tradiciones sagradas mesoamericanas, que por fin han
tomado la determinación de adherirse y dar a conocer sus contenidos a
las "personas dc espíritu y corazón respetuoso». «El fuego sagrado»
de las tradiciones maya, huitzol, mexica, conchera ha sido
transferido a gentes de otros países. 1992 fue el punto de partida.
Diferentes líderes de la tradición, con motivo del famoso Quinto
Centenario, decidieron dar por concluida una fase de resentimiento y
compartir, tal como estaba profetizado, las joyas de sus rituales y
conocimientos. Curiosamente, la danza sagrada iba a ser el
instrumento de hermanamiento.
En julio del mismo año, una vigorosa anciana y jefa de danza
conchera, Guadalupe Jiménez de Sanabria, peregrinó con su Mesa o
grupo de danza, junto a la «tropa» del pionero español Emilio Fiel,
Miyo, hasta la tumba del apóstol Santiago, en Compostela. Allí,
fueron a orar y velar a la ermita de Nuestra Señora del Gozo. Al
arrullo de ancestrales oraciones, la «Nanita», como cariñosamente era
llamada esa generala conchera, nombró a Miyo «primer capitán de la
Mesa de Danza del Señor Santiago». La ancestral tradición conchera
desembarcaba en España.
Dos años después, la «Nanita» dejaba su ajado cuerpo, una vez
cumplida la misión, sembrando un trozo de México en la tierra de los
otrora conquistadores. Hoy día hay grupos de danza conchera en doce
ciudades españolas y sus componentes han peregrinado por Francia,
Alemania, Países Bajos e Inglaterra, dando cuenta de esta tradición
de flor, danza y canto.
Miyo, jefe de la «Mesa» conchera española, afirma: «Tenemos como
misión la transformación de las energías y sentimientos religiosos en
los lugares poderosos de culto, como Montserrat, Guadalupe,
Covadonga, El Rocío, El Pilar y Compostela, y por su intermedio en
España entera, aportando una energía de purificación emocional de
grupo, de entrega ceremonial, de conciencia acrecentada y de
vitalidad corporal, que están ausentes en el Cristianismo oficial».
Cruce de caminos
En ningún lugar se citan pasado y futuro, tradición y progreso
espiritual, con tanta intensidad y escasa confrontación. México
cabalga hacia el mañana con sus alforjas cargadas de historia y con
el privilegio de haber albergado en su suelo excelsas civilizaciones.
Por su situación geográfica es especialmente permeable al influjo que
llega del pujante mundo alternativo y de nueva conciencia del Norte.
En EE UU están a la vanguardia en lo que se refiere al empeño de
vincular la ciencia y la espiritualidad. Los más importantes guías
que están abriendo brecha en este sentido —Drunvalo Melchisedek,
Deepak Chopra, Ken Kalb—, tienen en México importantes delegaciones. =
El despertar de este pueblo ha traído consigo su apertura al mundo.
En este momento, las diferentes escuelas y tradiciones tienen
abiertos múltiples puentes con grupos españoles. Por un lado, el
legado sagrado maya, reactualizado por Argüelles, goza de una
asombrosa expansión en nuestro país. El Movimiento 13 lunas
(AÑO/CERO, 121) cuenta con grupos de estudio en diferentes ciudades
españolas. Los talleres de La Flor de la Vida que ha creado Drunvalo,
y en los que se imparten conocimientos acerca de geometría sagrada y
meditación merkhaha, han desembarcado en España gracias a
los «facilitadores» formados en México. Trabajos de orden más
chamánico como los temazcales (cabañas de sanación), hamblechayapi
(búsqueda de la visión) o ceremonias de pipa, están siendo
desarrollados en España por chamanes que proceden de la nación azteca.
Tlakaélel, representante de la tradición «nahua» abunda sobre la
intensa tarea que los diferentes grupos indígenas de México y
Latinoamérica están haciendo a favor del planeta. Él y Alfonso Pérez
han sido dos de los promotores de la Carrera de Paz y Dignidad que
hace ocho años atravesó América con su clamor de hermanamiento y amor
a la Tierra. Este año, una iniciativa similar está recorriendo de
nuevo el continente, para culminar su itinerario el próximo 25 de
octubre en un gran ceremonial a desarrollar en la pirámide de
Teotihuacán.
El despertar de México está teniendo también su manifestación externa
en forma de importantes eventos. Los grandes centros espirituales
tradicionales, administrados como lugares de interés arqueológico y
vedados a todo lo que no fuera turismo, se abren ahora a la
celebración de rituales. La ceremonia que todos los años se
desarrolla el 1 de mayo dentro del conjunto de Uxmal es buena prueba
de ese anhelo de comunión en el legado litúrgico dc la tradición.
Esta nación acoge también iniciativas unitarias entre los grupos del
amplio espectro de la Nueva Era. Los Consejos de Visiones y
Guardianes de la Tierra celebrados a lo largo de los últimos años son
ejemplo de ello. Uno de los primeros y más significativos tuvo lugar
en 1990 en el centro ceremonial de la nación otomí, en Temoaya. Estos
originales y multicolores encuentros crean, a lo largo de varios
días, un espacio abierto en el que se dan cita el movimiento
ecologista y comunitario (ecoaldeas), el indígena y el de Nueva Era.
Arte, talleres, danza, música y ceremonias compartidas constituyen el
plan de estos consejos al aire libre que recientemente están
adoptando un carácter más local (biorregional). Domingo Díaz Porta ha
sido uno de los más importantes dinamizadores de estas iniciativas.
El que durante tiempo fuera un maestro espiritual en los años ochenta
comenzó a trabajar por la unión de los linajes indígenas y su
cooperación con los movimientos acuarianos.
Según Inma Barrena, de Guadalajara, facilitadora de los talleres de
la Flor de la Vida y danzante de la tradición: «el despertar de
México, en toda su dimensión cultural y espiritual, sólo se entiende
en el contexto de implementación de una nueva conciencia de paz y
armonía». En este sentido, las familias más «puramente acuarianas»
están protagonizando un movimiento de reunificación en lo que han
llamado la Red Iberoamericana de la Luz. Estas gentes están abriendo
una etapa que ellos denominan de «gran comunión». Los primeros
grandes encuentros tuvieron lugar recientemente en un asrham de la
Gran Fraternidad Universal, y fueron organizados por OROMU. Durante
dos días meditaron y oraron por el planeta. Gema Goizueta, miembro de
la Red Ibérica de Luz y una de las españolas presentes, señalaba al
respecto: «Nosotros habíamos tratado con muy pocos de los presentes,
sin embargo, parecíamos hermanos que nos conociéramos de toda la
vida. Este proceso es imparable. Estamos llamados a unirnos en el
servicio al planeta, más allá de unas diferencias que a la postre
siempre resultan enriquecedoras».
Por lo demás, no sólo la realidad social, sino también las
paraciencias, además de la antropología y la astronomía, nos dan
cuenta de este despertar mexicano. Baste mencionar que para el mundo
de la ufología, México siempre ha sido la tierra de avistamientos por
excelencia. El contactado peruano Sixto Paz insiste, en las
conferencias que viene impartiendo en la capital azteca, que, según
la información que le facilitan sus «contactos», México está llamado
a desempeñar su papel como «cuna de la nueva humanidad». En este
sentido se pronuncia también Harold Moskovits, que, con su grupo The
Golden Light (Luz Dorada), imparte cursos en toda América. En sus
conferencias, afirma que México y Perú favorecen el desarrollo de las
facultades psíquicas y el crecimiento interior. Junto con cientos de
seguidores, ha hecho trabajos espirituales en Teotihuacán y
Xochicalco, con la finalidad de que estos centros «irradien una
energía todavía más elevada». ?
CRISOL DE VOLUNTADES
En realidad sería imposible mencionar a tantos líderes en el más
genuino sentido de la palabra, con vocación de servicio y visión de
futuro, resueltos a proporcionar siempre un nuevo horizonte a quienes
a ellos se acercan. Son guías que desde sus diferentes geografías y
líneas de trabajo dan testimonio de la riqueza y del calado interno
de un pueblo que, venciendo todas las dificultades, se recrea a sí
mismo y se ofrenda constantemente al mundo. Como Alberto Ruz, el
veterano «guerrero del Arco Iris» curtido en mil y una batallas y
fundador de la Comunidad de Huehuelcoyotl, que ahora se encuentra en
Colombia con su infatigable Caravana por la Paz. En el sur
encontramos el carismático liderazgo de Eugenia Casarín, otra mujer—
faro que guarda en su cálida voz tropical las claves del conocimiento
sagrado maya y que año tras año reúne cientos de corazones y
voluntades al pie de la pirámide de El Adivino. En el norte brilla la
gente de OROMU, una escuela espiritual que está vertebrando el
complicado manto de las citadas redes. En la capital encontramos a la
novelista Laura Esquivel, el rostro más universal del nuevo México,
siempre volcando la sal de su sonrisa en los encuentros culturales y
sociales de ámbito internacional; a Jocelyne Arellano, colocando
gigantescos carteles de «Ora por el Mundo» donde hasta ayer se
anunciaba la chispa algo más frívola de Coca—Cola; a Guillermo
Sánchez, que colgó su corbata de ejecutivo para ponerse a encender
por doquier la Luz Nueva del milenio; a Ricardo Ocampo, al mando de
los hilos cibernéticos que al instante permiten que todos sintonicen
en la misma meditación; a la periodista Ivette Báez, que dejó de
cubrir las guerras de Centroámerica para hacer florecer la Flor de la
Vida; a Virginia Sánchez, que lleva su visión de mujer poderosa
dentro de una cartera llena de responsabilidades sociales y
políticas; a Ricardo Picard, ensanchando el manto de la Guadalupana
para cobijo de todas las huestes acuarianas; a Antonio Velasco Piña,
testigo por excelencia de tantos avatares que precedieron y
anunciaron este despertar; a Leonel Lechuga, arquitecto de profesión
e ingeniero cósmico de afición, que ha puesto su genio creador al
servicio de la formación de nuevos y sanadores instrumentos. La lista
es necesariamente breve e «injusta», porque únicamente puede recoger
a algunos de los muchos protagonistas de esta eclosión espiritual. En
cualquier caso, su función es ilustrar el carácter descentralizado de
una auténtica primavera de iniciativas que se han unido en un mismo
propósito: el resurgir de una nación en el contexto de una nueva
Humanidad más consciente y fraterna. En este sentido, el
autosacrificio asumido por Regina en la plaza de Tlatelolco, empieza
a dar sus frutos con el nuevo milenio.
VI ENCUENTRO DE TEOLOGÍA INDIA
EN BUSCA DE LA TIERRA SIN MAL
Margot Bremer rsc
Parece que cada día nuestra tierra se está llenando más de males. Por eso nos
hizo bien el cuarto encuentro latinoamericano de teología india (del seis al
once de Mayo de este año) con el lema "La búsqueda de la tierra sin mal". El
lugar donde se tuvo el encuentro fue precisamente la tierra guaranítica del
Paraguay, donde germinó esta tan famosa utopía. En la quinta Ykua Saty, fueron
hospedados más de ciento cincuenta participantes convocados de todos los países
de nuestro continente. En su gran mayoría, se trataba de indígenas, en una
diversidad de cuarenta y cuatro etnias, además, sus acompañantes asesores de
teología india y obispos. El protagonismo fue llevado por los mismos indígenas,
acompañados y guiados por el equipo coordinador de AELAPI (Asociación Ecuménica
Latinoamericana de Pastoral Indígena). Ellos, los habitantes originarios de
todas estas tierras de Abya yala, desde hace miles de años, nos han confirmado
que esta tierra que habitamos, en el fondo es tierra buena, está llena de vida.
En las celebraciones, bajo los árboles, los chamanes Kaiowá cada mañana de nuevo
nos hicieron sentir, palpar y escuchar el misterio de la vida de esta tierra. La
despertaron sus mujeres, conocedoras del misterio de la vida, con los golpes de
su tacuara, según un ritmo cósmico/sagrado. Todos aquellos seis días se pasaron
en un ambiente de densa espiritualidad y oración. Había un solo lenguaje a pesar
de la variedad de lenguas. Se palpaba la verdad de que la unidad se construye
solamente en la diversidad. Pues, fieles al principio de la reciprocidad de este
continente, se estableció un fuerte intercambio de experiencias, de modos
distintos de pensar y de un aprendizaje mutuo que nos liberó a todos de la
unidimensionalidad a favor de una multidimensionalidad. Al constatar las
diferentes lógicas, la occidental, más bien racional, mientras que la de los
indígenas es más bien simbólica, nos pusimos de acuerdo en un diálogo sincero,
que ambas lógicas son necesarias. Cada una es unilateral y las dos juntas son
como nuestras dos piernas con las que se puede caminar. Cada uno se consideró
como parte, abriéndose al aporte del otro, interactuando, complementando, pero
no confusos ni confundiendo.
Experiencias nuevas en el encuentro
El tema central del encuentro, el mito guaranítico de la búsqueda de la tierra
sin mal, fue reconocido como proyecto de vida, común a los mitos de todos los
pueblos indígenas de nuestro continente Abya Yala. Ellos aún están caminando
hacia esta utopía. Según B. Melià, la búsqueda de la tierra sin mal, es un modo
de ser del pueblo guaraní que abarca su vida entera y por tanto un camino
espiritual celebrado ritualmente y practicado ascéticamente.
Todos los mitos escogidos y relatados en este encuentro, nos advierten que hay
que buscar las huellas de su proyecto de vida, en los signos cotidianos. Por
eso, el segundo día lo dedicamos al trabajo sobre las señales de presencia de la
tierra sin mal en todos estos mitos relatado y también en las luchas actuales de
nuestros pueblos. Pero los mitos nos transmiten también que nuestro caminar
hacia la tierra sin mal está impedido constantemente por amenazas mortales.
Analizamos estas amenazas tanto en los mitos como en nuestra realidad. Durante
ese análisis constatamos un creciente pesimismo que se apoderó de nosotros al
enfocar las amenazas exclusivamente desde nuestra lógica racional. Mientras que
con la mirada bifocal racional/simbólica se nos reabrió nuevamente el horizonte
para poder visualizar el futuro. Fue una de las experiencias más profundas de
este encuentro: aceptamos la visión del otro y la integramos en la propia
experiencia. Percibimos que la verdad se construye compartiendo e incorporando
la "pequeña porción" del otro.
Esta nueva visión holística nos ayudó en aquel momento a creer nuevamente en
nuestro futuro, al levantar cabeza y descubrir las alternativas que puedan
surgir de las mismas amenazas y las nuevas señales de vida que puedan
presentarse frente a ellas. Los mitos nos invitaron también a buscar estrategias
que pueden combatir las amenazas y, pese a todo el peligro que incluyen
(considerándolos como pruebas que nos aportan también algo positivo, como por
ejemplo, purificación del egoísmo, solidaridad en la lucha común, y unión en el
dificultoso caminar hacia la meta).
Intento de sistematización de las utopías indígenas
Se intentó elaborar una guía metodológica para una aproximación sistemática a
las utopías, contenidas en los mitos. Para eso se presentaron cinco pasos:
1) El texto.
2) El contexto.
3) Mensaje, proyecto de vida contenido en la utopía indígena (análisis).
4) Intentos de una vivencia histórica de esta utopía.
5) Diálogo con la fe cristiana.
En el primer paso se recogen los relatos mitológicos en las comunidades
indígenas. Por exigencia del diálogo intercultural, se hace necesario poner por
escrito una traducción al español o al portugués lo más fiel posible.
En segundo término, para que las utopías contenidas en los mitos indígenas sean
adecuadamente comprendidas, hace falta mostrar quién y cómo es el pueblo que
produjo esta utopía. También es importante saber en qué circunstancias
históricas el pueblo elaboró este planteamiento.
En tercer lugar, el análisis de los relatos es hecho por unos intérpretes que
intentarán decodificar el relato para señalar los principales componentes de la
utopía contenida en el mito. Para eso distinguirán los niveles de economía y
trabajo, sociedad y familia, ejercicio del poder y autoridad, y los servicios,
valores de la vida, espiritualidad y religión. Se busca el proyecto de vida que
está en la base de la utopía del mito.
En un cuarto momento, la utopía se mantiene en la cultura de un pueblo porque es
posible poder vivirla, aunque solamente a ratos. Hay que buscar en la historia
los momentos en que se ha vivido esta utopía. Hay que buscar también qué es lo
que de ella se está viviendo ahora mismo. Es importante buscar en los mitos y en
las fiestas expresiones y símbolos de la utopía del mito. Hay que preguntarse
qué es lo que impide la vivencia de la utopía hoy y qué hace falta para poder
vivirla.
Por último, mantuvimos la pregunta de si el proyecto de vida de los pueblos
indígenas puede entrar en diálogo con el proyecto de vida cristiano. ¿En qué
aspectos concretos? ¿Qué aporta la utopía indígena a la utopía cristiana? ¿Qué
aporta la utopía cristiana a la utopía indígena? ¿Qué posibilidades y qué
dificultades hay en este diálogo interreligioso?
Palabras de despedida
En la ceremonia de clausura, el P. Eleazar López, teólogo zapoteca, recogió con
las siguientes palabras del lenguaje indígena, lo esencial de este cuarto
encuentro de teología india, tenido en tierras guaraní:
"Dios nos ha sembrado en estas tierras, lo hemos dicho con orgullo, en este
encuentro de teología india y hemos añadido de inmediato: aquí tenemos que
florecer. Dios nos ha hecho con sus manos amorosas de madre y de padre, nos ha
amasado con los materiales de la naturaleza, mandioca, banana, maíz, y nos ha
dado su espíritu, somos parte de Él mismo. Somos su familia. Y él nos reconoce
como tales, pues nos ha pintado con el olor de esta tierra, y con el color de
sus rayos del sol. Somos sus hijas y somos sus hijos.
Aquí hemos enlazado nuestras palabras. Hemos amalgamado nuestras voces. Pero,
sobretodo, hemos amarrado en uno nuestros diversos y plurales corazones. Nos
hemos sentido y somos, en verdad, hermanas y hermanos del mismo padre y de la
misma madre. Esa es la maravilla del encuentro que estamos clausurando. En la
oración prolongada de estos días, tocamos al mismo y único Dios de la creación,
de la historia y dela salvación, que es el mismo que Jesucristo nos vino a
mostrar a través de su Iglesia.
Los indígenas somos los nobles descendientes y herederos de los pueblos
originarios de estas tierras. Nuestro Dios nos ha dado un destino de vida en
plenitud que pasa necesariamente por la búsqueda de la Tierra Sin Mal. Ese es el
gran sueño de los hermanos guaraníes, que inspiró y sigue inspirando el caminar
histórico de este pueblo.
Así lo hemos saboreado y probado al mirar su lucha y su fuerza espiritual; al
mismo tiempo que nos hemos sentido interpelados a sacar nuestros sueños de
pueblos esparcidos como semillas en todos los rincones del planeta.
Vimos la grandiosidad de nuestras utopías y anhelos de futuro. Pero comprobamos
también la magnitud de las amenazas que se ciernen sobre nosotros y que a muchos
les ha tumbado al suelo. Al hablar, al orar y al tocar nuestros corazones
doloridos, pero fuertes, nos hemos renovado desde dentro. Estamos de nuevo en
pié y decididos a seguir caminando. Los tropiezos del camino no nos harán
renunciar a nuestra lucha. Estamos seguros que los indígenas de este continente
no somos el problema de la sociedad ni de las iglesias, somos más bien la
solución de los problemas.
Concluimos nuestro encuentro reafirmando lo que muchos hermanos han expresado.
Por algo Dios nos creó, por algo Él nos sembró en estas tierras, por algo él nos
dio el sueño de la tierra sin mal, por algo nos dio el reunirnos aquí. Él espera
tanto de nosotros, sus hijos e hijas.
Con Dios Madre Padre, con Jesucristo nuestro hermano, y con la fuerza del
Espíritu, asumimos aquí la tarea de mantener el camino hacia la tierra sin mal,
tierra de la flor (del coco), tierra que mana leche y miel, que da posibilidad a
un nuevo mundo plural y digno para todos.
Volver al principio
[De la Noche
Oscura del Alma y la Llama de Amor
SAN JUAN DE LA CRUZ: CUMBRE DE LA POESÍA Y DE LA MÍSTICA
Es un tópico consagrado, que san Juan de la Cruz ,en su persona y en su obra ,es
la máxima representación no sólo de la mística y de la poesía carmelitana, sino
es la cumbre de la mística experimental y la lírica amorosa, vertida a lo
divino. Esto que parece evidente, no es óbice ,para que sea un perfecto
desconocido en ambientes tanto universitarios, como culturales. Son pocos los
que leen sus obras y menos aún, los que las entienden en un justo sentido. Las
interpretaciones, que se han dado sobre la mística sanjuanista ,son tan
contradictorias como abundantes: visión marxista, freudiana, erótica y un largo
etc. de dislates pugnan por imponerse y descalificarse; con todo, San Juan de la
Cruz sigue ahí como faro luminoso para el ser humano sediento de Dios y
defraudado de tantos placeres que no sólo no satisfacen la capacidad infinita de
la voluntad, facultad de amor y, del entendimiento, facultad de entender, sino
que la matan de sed, porque ,como dicen el propio San Juan de la Cruz ,los
apetitos desordenados de la cosas materiales provocan en la persona ,que los
satisfacen, dos males gravísimos:" Y para que más clara y abundantemente se
entienda lo dicho, será bueno poner aquí y decir, cómo estos apetitos causan en
el alma dos daños principales: el uno es, que le privan del espíritu de Dios, y
el otro es, que al alma donde viven la cansan, atormentan, oscurecen, ensucian y
enflaquecen(...) Estos dos males, conviene a saber: privación y positivo, se
causan por cualquier acto desordenado de apetito".
VIDA, PERSONALIDAD Y FORMACIÓN.
Juan de Yepes nació en Fontiveros (Ávila, 1542). Hijo de unos humildes
tejedores. Su madre, Catalina, viuda tuvo que trasladarse a Medina del Campo
para remediar la situación de pobreza extrema en que había quedado la familia.
El niño Juan inició sus preparación en el célebre colegio de los PP.Jesuitas
(Medina del Campo) . Ingresa en la Orden del Carmen y estudia Artes y Teología
en la Universidad de Salamanca. Decisivo en su vida fue el encuentro con Santa
Teresa, quien prendada de sus cualidades intelectuales y de su profunda vida
espiritual , lo gana para iniciar la Reforma del Carmelo entre los varones. Su
vida se convirtió en auténtico martirio, sufrió toda clase de persecuciones y en
la cárcel del convento del Carmelo Calzado ,en Toledo, escribió las magníficas
estrofas de su obra cumbre CÁNTICO ESPIRITUAL. Se fuga de la cárcel conventual
de manera sorprendente , astuta. y milagrosa. El resto de su vida transcurre en
Andalucía desempeñando cargos importantes en el Carmelo Descalzo, una vez
separado del Calzado. Objeto de persecución por los propios miembros de su
Orden, Descalza muere en Úbeda (1591) a punto de ser enviado a América.
San Juan de la Cruz tenía una personalidad genuinamente poética, cualidad ,que
unida a sus prodigiosas facultades intelectuales, hacía decir a la Madre Teresa
:"Fray Juan es muy espiritual y de grandes experiencias y letras". Dotado de un
temperamento vitalista y esforzado pudo soportar con admirable paciencia las
pruebas más duras.
Su preparación intelectual era excelente. Conocía a la perfección la Biblia, la
Teología de Sto. Tomás y la de los grandes Padres de la Iglesia. La filosofía
aristotélica y platónica, junto con el estoicismo no tenían para él secretos.
Maestro consumado en la poesía, conocía tanto la poesía popular como la culta de
influencia italianizante.Volver al principio
DOCTRINA MÍSTICA. Tradicionalmente se ha pretendido presentar a San Juan de la
Cruz como el místico de la NOCHE y de la NADA; ambas serían los dos grandes
símbolos que identificarían la mística sanjuanista. Tal opinión, sin embargo, es
unilateral y, claramente ,incompleta, pues la mística del Solitario de la
Peñuela está fundamentada en la LLAMA DE AMOR VIVA y en el CÁNTICO ESPIRITUAL.
Su mística lo es de plenitud. NOCHE Y NADA no son el fin de la experiencia
mística sanjuanista ,como claramente nos dice en la declaración de la primera
canción del poema LLAMA:" Y como ve que aquella llama delicada que en ella arde,
cada vez que la está embistiendo, la está como glorificando con suave y fuerte
gloria, tanto que cada vez que la absorbe y embiste, le parece que le va a dar
la vida eterna, y que va a romper la tela de la vida mortal y que falta muy poco
para glorificarla esencial, dice con gran deseo a la llama, que es el Espíritu
Santo, que rompa ya la vida mortal por aquel dulce encuentro, en que de veras la
acabe de comunicar lo que cada vez parece que la va a dar cuando la encuentra,
que es glorificarla entera y perfectamente" Este es el único y auténtico sentido
de la mística sanjuanista, mística vitalista, triunfal, plena y liberadora: Sólo
desde aquí se pueden comprender la NOCHE y la NADA, simples medios para llegar a
la LUZ y al todo : UNIÓN CON DIOS TRINIDAD SANTÍSIMA, simbolizada en esta
estrofa única:
¡Oh cauterio suave! /¡Oh regalada llaga/ ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado que
a vida eterna sabe/ y toda deuda paga! Matando, muerte en vida las has trocado/
Estos son los símbolos con las que San Juan de la Cruz nombre a las
tres Divinas Personas del Misterio de la Santísima Trinidad, Misterio Absoluto:
CAUTERIO=ESPÍRITU SANTO
MANO BLANDA= PADRE ETERNO
TOQUE DELICADO=JESUCRISTO, HIJO , PALABRA DEL PADRE
San Juan de la Cruz no es, pues, ningún asceta nihilista-nocturno y penumbroso,
sino el cantor de la HERMOSURA, BELLEZA Y VERDAD SUPREMAS, el cantar del Dios
Trino y Uno que desciende en su Infinito Amor para establecer su Alianza con el
hombre, mediante la Palabra esencial, consubstancial que es Jesucristo: MI
AMADO, LAS MONTAÑAS/LOS VALLES SOLITARIOS NEMOROSOS/ LAS ÍNSULAS EXTRAÑAS/LOS
RÍOS SONOROSOS/ EL SILBO DE LOS AIRES AMOROSOS/
porque el alma ya no tiene otro oficio, pues sólo el amar es su ejercicio:
Quedéme y olvidéme/ el rostro recline sobre el AMADO/cesó todo y dejéme/dejando
mi cuidado/ entre las azucenas olvidado
ESTILO.- En san Juan de la Cruz la inspiración poética y el esfuerzo formal se
unifican en unos poemas únicos. La primera inspiración, aliento celestial y
divino, sufre un largo proceso de pulimento formal, a través de diferentes
redacciones de los textos en verso. Toda la poesía mística sanjuanista tiene
como objetivo último comunicar una experiencia mística imposible de codificar en
el lenguaje denotativo, referencial y objetivista, de ahí que los dichos de luz
y de amor, como nos dice el propio San Juan, son para el hombre materialista,
hedonista, positivista y racionalista puros dislates. En todos sus grandes
poemas es el símbolo su elemento nuclear, estructural, formal y semántico. Sólo
por el símbolo puede la poesía mística distanciarse de la interpretación grosera
y adusta del erotismo, que han querido ver muchos autores, quienes desde
posturas claramente ridículas por su materialismo y su pansexualismo, demuestran
unos prejuicios ante lo sobrenatural irrisorios.y dignos de lástima y
compasión.El estilo paradójico tan propio de San Juan contribuye poderosamente a
la ruptura del sentido lógico de los poemas que se evidencia en todos los
niveles de una lengua vehemente que ha de decir lo inefable:
¡Oh cauterio suave! ¡Oh regalada llaga/ ¡Oh mano blanda!¡Oh toque delicado/ que
a vida eterna sabe/y toda deuda paga!Matando, muerte en vida la has trocado.
Nadie compuso jamás algo semejante a estos versos, utilizando los aspectos
silibantes del sonido-fonema " S"
Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las insulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos,
la noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.
¿Quién que conozca ,minimamente, la Lengua Española, no se admira ante tanta
musicalidad, belleza y espiritulaidad transcendida por el simbolismo? Volver al principio
OBRAS.-
a)Poemas.- NOCHE OSCURA ,canto liberador de las terribles purgaciones que ha
superado el alma para llegar a la unión con Dio. El símbolo NOCHE adquiere una
importancia capital: NOCHE DEL SENTIDO=PURGACIÓN SENSIBLE: NOCHE DEL ESPÍRITU
PURGACIÓN INTELECTUAL. Sólo desde la superación positiva de estas terribles
purgaciones-noches puede cantar el alma la felicidad total de la unión con el
AMADO.
b) CÁNTICO ESPIRITUAL único, que inspirándose en Cantar de los Cantares BÍBLICO
nos describe todo el proceso místico y el venturoso encuentro hecho unión
mística.
c) LLAMA DE AMOR VIVA.- Poema síntesis de todo el sistema místico sanjuanista.
En él todo es fervor pleno, plenitud vital y existencial, luz gozosa hecho
volcán que consume y no da pena. El alma se encuentra en sus más profundo centro
llena de libertad, gracia y hermosura divinas, sólo un tela tenue, la vida
mortal le impide gozar de esa unión con el AMADO de forma plena y absoluta.
d) Poemas menores. No menos importantes son los llamados poemas menores, entre
los que cabe destacar los estupendos, profundos y maravillosos romances
Trinitarios y Cristológicos. Una mención especial hay que hacer del poema del
PASTORCICO, alegoría de la Redención en la que se transforman a lo divino, los
motivos pastoriles de la lírico profana culta y popular.
LA PROSA SANJUANISTA.- La crítica literaria sanjuanista ha infravalorado siempre
la prosa sanjuanista. No faltan autores que han visto en ella una especie de mal
menor, necesario y tolerable. Yo en mi tesis doctoral titulada: LA PROSA
RETÓRICA DE SAN JUAN DE LA CRUZ EN "LLAMA DE AMOR VIVA" he intentado, siguiendo
los consejos del gran hispanista H. Hatzfeld, demostrar la falta de objetividad
de tal prejuicio. En efecto San Juan de la Cruz es un magnífico prosista,
conocedor profundo de los principios de la Retórica Clásica y entusiasta
defensor de la misma, siempre al servicio de la comunicación espiritual.
Cabe destacar los DICHOS DE LUZ Y AMOR, MÁXIMAS MÍSTICO-ESPIRITUALES, DE
BREVEDAD Y PROFUNDIDAD, PRÓXIMAS A UNA VARIANTE DE CONCEPTISMO TÍPICAMENTE
ESPIRITUAL:"También, ¡ oh Dios y deleite mío, en estos dichos de luz y amor de
ti se quiso mi lama emplear por amor a ti, porque ya que yo, teniendo la lengua
de ellos, no tengo la obra y virtud de ellos, que es con lo que Señor mío, te
agradas, más que con el lenguaje y sabiduría de ellos..."
"Oh, Señor Dios mío! ¿quién te buscará con amor puro y sencillo que te deje de
hallar muy a su gusto y voluntad, pues que Tú te meustras primero y sales al
encuentro de los que te desean?
"Mira que, pues Dios es inaccesible, no repares en cuanto tus potencias pueden
comprender y tu sentido sentir, porque no te satisfagas con menos y pierda tu
alma la ligereza conveniente para ir a Él"
Con esta breve síntesis sobre San Juan de la Cruz, sólo he pretendido provocar
la curiosidad de algún lector, para que pueda acercarse al doctor místico y
saciar su sed de Dios, SUMA POESÍA Y SU BELLEZA, no cabe duda que San Juan de la
Cruz, es el mejor guía en el camino hacia la Felicidad plena, porque como dijo
otro de los grandes místicos San Agustín:"NOS HICISTE, SEÑOR, PARA TÍ E INQUIETO
ESTÁ NUESTRO CORAZÓN HASTA QUE DESCANSE EN TÍ, VERDAD SIEMPRE ANTIGUA Y SIEMPRE
NUEVA"
Texto facilitado por:
Fidel García Martínez
Graduado en Teología.
Doctor en Filología Románica.
Catedrático Lengua Literatura.
Licenciado en Ciencias Religiosas.
REPASANDO A FULCANELLI
(Apiano León de Valiente)
1.-Los Laberintos en la Obra de Fulcanelli
Los laberintos burilados en el pavimento de algunas Iglesias góticas
conducen, al Adepto, a un escondido conocimiento.
Ese particular diseño circular y entrecortado, procura ocultar las
dificultades que el laberinto encierra en su interior. Con todo, esa simbología
anuncia que se exigirá del alquimista en ciernes, una total entrega, para ser
medido en su capacidad de resistir.
El laberinto resume un aprendizaje consistente en duras pruebas, necesarias
para hacer práctica la aplicación de la Enseñanza en tu quehacer diario.
Conocimiento que se encuentra en las profundas capas de tu propio laberinto y
que tu mismo (a) debes catar, esfuerzo que está fuera del alcance del hombre
común, o de la actitud de sopor más o menos permanente en las multitudes.
El laberinto que existía en la Iglesia de Chartres, compuesto de vías
concéntricas, tenía cinceladas las figuras de Teseo y del Minotauro, que
sostenían cruenta lucha, para simbolizar el mortal enfrentamiento de dos fuerzas
antagónicas: La Luz y la Oscuridad.
La contienda referida, se libra después de un duro trabajo de transformación,
a raíz del que surge y se hace evidente la oscuridad, cuya subsistencia
corrosiva mina y destruye a la armazón o cuerpo físico, y dirige
artificiosamente a nuestra vida, para rendir culto a la sombra.
El emblema cabalístico, denominado Laberinto de las Catedrales, o Laberinto
de Salomón, aparecía en aquellos escritos alquímicos que, con sus símbolos,
silencian la palabra. En este lenguaje mudo se expresa el conocimiento
escondido, propio de los Misterios del Universo, descrito por círculos
concéntricos interrumpidos en ciertos puntos. Tales trazos enuncian que el
hombre y la Naturaleza, no son plenamente coincidentes en la actualidad.
En efecto, aunque todo está sujeto a un mismo y único ritmo y rodaje, los
hombres ignoran lo que pueden realizar si están DESPIERTOS, y olvidan lo que han
hecho en sueños, motivo por el cual la vida del ser humano se evidencia como un
trayecto inexplicable y errático que, particularmente, se revela en los trazos
interrumpidos de este símbolo y que se reproduce en las tradiciones mágicas
atribuidas a Salomón.
El laberinto es el epítome de todo trabajo realizado en la Gran Obra y, en
especial, alude a sus dos grandes dificultades que consisten en:
- El delinear y precisar el camino para llegar a su centro, punto donde se
libra la lucha de las dos naturalezas: Teseo y Minotauro y, seguidamente:
- El descubrir la senda que permite salir del laberinto, empresa que sólo es
posible si se cuenta con el Hilo de Ariadna.
El laberinto describe el desarrollo de la Gran Obra. Se observa que no es un
camino rectilíneo, donde la visión del caminante abarca el inicio y término de
la totalidad de su jornada. Lo anterior, en la medida que si da un primer paso,
necesariamente desconoce el siguiente, no obstante que cada estado de conciencia
logrado, impone su sello en el siguiente trecho.
Cuando uno se adentra en el laberinto, tiene el convencimiento cierto de que
esa es la ocasión de vencer o abandonar la empresa. Es una tarea que implica
enfrentar las mayores dificultades.
En este caminar, llegará el instante en que el buscador se deshará de toda
carga inútil, para llegar al "centro del laberinto", que corresponde a nuestro
propio núcleo. Entonces, afrontará a su propia fuerza material, caótica,
desconectada y descontrolada, e impondrá sobre ese miasma convulso la Fuerza
Superior, ocasión en que verá disolverse todo lo anudado e indebidamente
compacto, y verá aflorar el nacimiento del Verdadero Ser, o manifestación de su
Mercurio Coagulado.
El Hilo de Ariadna, que Teseo utilizó para salir del Laberinto del Minotauro,
representa a las múltiples etapas que debe vivenciar el discípulo para pasar de
la oscuridad a la Luz.
El Hilo de Ariadna simboliza el conocimiento adquirido con la propia
experiencia, y la realización de la Enseñanza en uno mismo. Esa es la sabiduría
que permite al alquimista salir de su propio laberinto.
Fulcanelli, al conjugar los conceptos afines al término Ariadna, hace
evidente el desconocimiento que tenemos de nosotros mismos, y describe al hombre
como a un conjunto de tejidos e ilusiones, como la envoltura propia de un falso
ser que, de su vida, ha hecho la amalgama de un existir real con un continuo
inexistir.
Somos una falsa Obra, debido a nuestra afición de cultivar emociones y deseos
intensamente egocéntricos, desequilibrados, que consumen y tejen la falsa
sabiduría, la que una vez destruida, evidencia la propia desnudez, vacío y
vanidad.
Aquél que ha sentido el impulso de interesarse en él mismo, para enfrentar su
propia oscuridad, necesita de la ayuda de una fuerza superior (Mercurio
Divinizador o Alkahest) que le entregue el extremo del Hilo de Ariadna, a fin de
internarse en lo profundo de su complejo laberinto, y deshacer su falso tejido.
Guiado por el hilo de Ariadna y mediante un duro quebrantamiento interior,
aquietará sus aguas y, desde allí, surgirá un nuevo sol naciente, o renacimiento
del alquimista.
Fulcanelli sugiere que el Hilo de Ariadna alude al nacimiento, al orto de un
astro que surge del mar, o un sol que se eleva al cenit.
Fulcanelli compara al laberinto con la Piedra Filosofal. En este sentido, en
ese dédalo se muestra un camino en el que se suceden los múltiples procesos que
se desarrollan para alcanzar la acabada construcción de la Obra o Piedra
Filosofal.
Señala que la oscuridad puede ser transformada en Luz, si la materia se
aparta voluntariamente de su propio y terrenal encantamiento, y acepta ser
ayudada, conectándose a una Fuerza muy elevada o Mercurio Divinizador, y
sometiéndose a intensas jornadas de pulimento, que le hará digna de enlazarse a
la Divinidad, por medio del Solve et Coagula.
Fulcanelli compara al Hilo de Ariadna con un conductor de Luz, que desvanece
la oscuridad y rompe la naturaleza densa y artificial de la materia, y hace
posible una muerte simbólica, para comprender la propia inmortalidad interior y
transformarse en luminosa vida, una vez que despierte su Mercurio Coagulado.
Figura VIII: La Salamandra o Calcinación.
Aparece una mujer de largos cabellos ondulantes, como flamas. Esta dama
personifica a la Calcinación, quien aprieta contra su pecho el disco de la
Salamandra.
Simboliza la combustión que se efectúa dentro del vaso o matraz filosófico o
cuerpo del hombre o mujer, en el cual se queman las materias del Caos, mediante
la fuerte presión del Alkahest, que reduce a ese Caos, mediante nuevos baños
ígneos, hasta dejarlo confinado y reducido a una partícula caótica, de modo que
la materia ha de convertirse en una sustancia transparente o purificada, sin
destruir las sustancias nobles sitas en el interior del atanor.
Es este el fuego incombustible que se representa en la Salamandra. Es un
fuego mercurial preparado intracorporalmente o Mercurio Divinizado que, con su
imán es capaz de atraer al Fuego Exterior, Mercurio Divinizador o Alkahest.
La Salamandra que vive en el Fuego y se nutre de Fuego, es de color de ese
Fuego que quema sin consumir.
La presencia de la Salamandra indica que la Obra debe ser llevada a la
combustión más elevada, para que de la misma materia se pueda desprender un
calor o Mercurio Divinizado, formado intracorporalmente, mediante el Solve et
Coagula, el cual, inicialmente, es despertado o encendido por el Mercurio
Exterior, para que disuelva a los cuerpos metálicos, haciéndolos iguales a la
esencia del Fuego que los consume.
Este Mercurio Interno, debidamente tratado, mejorado y enaltecido por el
Solve et Coagula, da lugar al efecto multiplicador que, para ese efecto, alza
sus vapores ocultos, para que sean sublimados, en lo alto del vaso, por el Fuego
Externo o Alkahest.
La Salamandra o Lagarto, tiene un remoto ancestro, cual es el Mercurio
Coagulado que, como ya lo hemos dicho, por el calor del Alkahest, se licua,
exhumando un agua apestosa, llamada Agua Mineral, luego un azufre corrosivo,
posteriormente un azufre licuado y, en último término el Mercurio Divinizado
formado intracorporalmente.
Este Mercurio Divinizado es denominado, en ocasiones, Sal Central, o forma
(sal) creada en lo interior, que es un fluido translúcido que emana visos
brillantes, que, a partir del Mercurio Coagulado, se transforme en lo que es:
Mercurio Divinizado, mediante todo aquel proceso circular, en que una partícula
de azufre (licuado y volatilizado) ascienda a lo alto, para mercurizarse en la
cúspide del vaso, al fundirse con el Alkahest, y para volver a descender y
solidificarse e irradiar a la tierra no trabajada. Esto se repite infinitamente
con sucesivas partículas de azufre, que se licuan, volatilizan, se mercurizan y
vuelven a concretar o coagularse. Este es el insoslayable juego de lo fijo y lo
volátil. La materia o azufre para unirse al Mercurio Superior, primero, debe
licuarse y volatilizarse, y para irradiar su tierra no laborada, debe descender
y volver a coagularse (Solve et Coagula.
Si aprendes a confeccionar ese Fuego Divinizado, pronto aparecerá el fruto
que, como activa llama, disolverá al duro acero de tu metal.
La simiente metálica, o Mercurio Coagulado, debe ser fundida para dar
comienzo a un nuevo nacimiento, una vez que ya disuelta continúa siendo activada
por la refulgencia del Mercurio Divinizador, para trasformar a un metal vil en
un metal noble.
Todas estas etapas: metal, semilla metálica o Mercurio Coagulado, azufre
licuado-volatilizado y Mercurio Divinizado, al mirarlas en conjunto se confunden
en un solo resplandor de fuego, como luz producida por permanente combustión,
que consume lo obscurecido. Es inextinguible, se enciende de continuo en el día
y se enciente activamente bajo las cenizas, de noche. Lo anterior, significa
que, una vez que el metal comienza a disolverse, el fuego permanece activo tanto
en la Luz, como en la oscuridad.
La mujer de la figura VIII, representa a la materia durante el desarrollo de
la Obra, este personaje está en permanente estado de cambio, pues su naturaleza
está sometida a constantes y diversas transformaciones. De lo precedente resulta
obvia su necesidad de separar de sí a las excrecencias o lo no soluble, para
calcinarlo por el fuego mercurial y reducirlas a cenizas.
Con los lavados ígneos, que se suceden, esta materia altamente refractaria a
la Luz, termina por tornarse transparente y fluida.
La calcinación que practica el iniciado, en el "Gabinete de los Filósofos",
corresponde a un desarrollo organizado y secuencial de limpieza, en el cual, los
discípulos alquimistas, someten a su tierra a un largo proceso de purgación, no
sin antes que la propia materia de la Piedra, sostenga una cruenta lucha, para
reconocer y confesar ante sí misma la efectividad de su propia y torcida bajeza
y oscuridad, y conocer ese sistema de trabajo que se afinca en los dos pilares
alquímicos Mercurio Exterior e Interior.
Eugenio Canseliet, dijo respecto a Fulcanelli muchos dislates conscientemente
entretejidos pues, no olvidemos, cumplió a cabalidad su misión de ocultar la
personalidad de su maestro, expandiendo y difundiendo muchas insensateces,
inaceptables en otro contexto.
Con todo, la verdadera personalidad y ocupación aledaña a la actividad de
sabio alquimista de Fulcanelli, surge a flor de piel en sus escritos. Es
cuestión de leerlos sin apasionamiento, extrayendo, previamente, del desván de
la mente, ese utópico sabio que dice haber encontrado Jacques Bergier, en junio
de 1937, en la Sociedad de Gas, de París y la gentil y joven dama, vestida con
los atuendos de una mujer del siglo XVI, constituida con la misma efigie
rejuvenecida de Fulcanelli, que dice haber encontrado posteriormente Canseliet,
y otras sandeces no menos ridículas, de terceros bien intencionados.
El lector debería centrarse, en cambio, en tomar nota de los sentimientos que
ese autor expone en sus páginas, así como de sus juicios, y sobre todo, sobre
qué aspectos alquímicos explícitamente se excusaba de desarrollar, cuando el
análisis propio de la Hermenéutica del Arte Real, podría poner en jaque, las
ideas básicas de su "profesión" o podían ameritar que a él se le atribuyera el
incurrir en una falta de lesa majestad, o herejía, con respecto a esas
convicciones, aceptadas por él y su "gremio," y con certeza sabremos lo que era
y lo que no era.
Otra cosa sería aguardar a que el desarrollo del propio Mercurio Interno, nos
proporcione, en ese sentido, una absoluta certitud, aunque a esas alturas,
comprenderemos que preocuparse de la personalidad de un alquimista, no deja de
ser, para verdaderos estudiantes de la Gran Obra, una niñería. Como dice un
discípulo tibetano de cierto grado "Lo más importante para cada estudiante no es
la personalidad de un instructor determinado, sino el grado de verdad que éste
representa, y la facultad que posee el estudiante para discernir entre la
verdad, la verdad parcial y lo falso".
Cuando se ha desenterrado y activado ese tesoro, o Mercurio coagulado, que
yace oculto en el hondor de tu materia, se encenderá cada hilo del compuesto de
tu tejido corporal y podrá circular por tus entrañas, el Mercurio divinizado,
cual un torrente de Luz.
En cada Solve et Coagula se produce la fusión del Azufre volatilizado con el
Alkahest, y con el producto de esa amalgama se ha de fecundar la Magnificencia
Divina, en toda simiente de Vida.
Con respecto del Fuego, Fulcanelli no operaba "en medio del polvo impalpable
y graso del hornillo en continua actividad", como acota Canseliet en el prólogo
de la segunda edición del Misterio de las Catedrales." pues, Fulcanelli a menudo
sostiene que existe una palmaria diferencia entre la calcinación vulgar,
realizada en los laboratorios químicos y la que ejecuta el iniciado en el
Gabinete de los Filósofos o propia tierra.
En efecto, el alquimista no utiliza el fuego vulgar, pues sabe que su materia
contiene un verdadero Fuego Escondido, similar al fuego Externo o Alkahest que,
con su energía, enciende a los centros receptores o chakras que mueven a su
tierra.
Téngase presente que lo que aquí puntualizo no constituye un embozado ataque
a otros Hermanos que practican otro tipo de Alquimia. Ni mil Fulcanelli podrían
desestabilizar el derecho a existir que asiste a otras modalidades de Arte Real,
a quienes miro con respeto y recogimiento, aunque no sean esas las vías que
transito, lo cual tampoco importa, ni resulta relevante para valorarlas en su
real trascendencia, pues no tiene objeto confrontar a dos aspectos diversos de
un mismo Plan Divino.
Así, en la medida que el Mercurio de abajo atrae la sublimidad del Mercurio
de arriba, se hace viva, en nosotros, la Fuente Natural y Escondida, oportunidad
en que cada Solve et Coagula, enciende y hace arder, finalmente, un solo Fuego,
o Mercurio Divinizado, formado intracorporalmente, similar al Alkahest Cósmico,
en su potencialidad.
Para lograr la completa calcinación de todo aquello que descompone a la
materia, se requiere, más que del esfuerzo del alquimista, de un gran equilibrio
y fortaleza, que le den impulso, desde su interior, para conectarse al proceso
vivo que se está desarrollando dentro de él.
Si el discípulo se adherido a lo que estima que es una senda cierta hacia lo
superior, podrá atraer ese Alkahest o Fuerza externa, que refuerza esa magia
interior que labora en su interior, y en la medida que se haga más activa esa
unión entre lo superior y lo inferior, se irá descubriendo y vivenciando ese
Fuego Secreto que trocará a la tierra en Agua Viva para que se una, en cada
Solve et Coagula, al Mercurio Divinizador.
La diaria práctica del Solve et Coagula, es decir, el permitir en cada
jornada que se unan, en nuestro cuerpo o vaso, el azufre volatilizado con el
Mercurio Superior y se construya una nueva partícula de puro Mercurio Interior,
abre perspectivas, horizontes y puertas hacia otras planos insospechadamente más
activos, que potencian aún más a la acción o agente inserto en el Fuego Secreto.
Se dice que este Fuego Secreto, o Mercurio interno confeccionado por el
alquimista, en su propio cuerpo o vaso, es el sol que enciende y calcina
aquellas capas de la negra armadura, previamente sensibilizadas por el Alkahest.
El contacto con el propio Mercurio, o Mercurio Divinizado producido
intracorporalmente, enciende en la tierra una combustión que se lleva a cabo en
el cofre cerrado, dentro del cuerpo o vaso, con lo cual se funde lo corrosivo y
se fija el Agua Mercurial en la aridez de la Materia.
Fulcanelli sostiene que el Fuego Secreto es el más alto misterio o clave de
la Obra.
Si se pudiera comprender y sentir cómo, desde el principio, todo se mueve por
una profunda, viva y única sensibilidad, de inmediato se podría romper la
grotesca y reiterada acción estereotipada, artificiosa, impuesta al cuerpo.
Lo anterior, permitiría aumentar ese minúsculo fuego que nos mueve.
Al traspasar lo lóbrego, y vivenciar todo desde otra capa de mayor
sensibilidad que la que cotidianamente nos envuelve, me refiero al olvidar la
cáscara externa y todos sus componentes, eliminando y concentrándose sólo en las
capas más sensibilizadas por el Alkahest. Se podría percibir con mayor
intensidad la acción del fuego, quizá como un ardor, un entusiasmo o felicidad
que experimenta el cuerpo, y que es nada comparado con la revelación y acción
del Fuego Secreto que, desde lo interno, mueve cada capa o envoltura del cuerpo
en una permanente combustión.
Por todo lo precedente, Fulcanelli señala al Fuego Secreto como al Arte más
escondido de la Obra, porque aquél que lo descubra en sí mismo, lo concebirá
como algo tan personal, que no lo podrá expresar sin plasmar su propia
experiencia en el papel.
Todo el Universo pende de esa Fuente Primigenia de Agua Celeste. En ella se
funden todos los cuerpos imantándose de ella.
Esto se representa, en antiguos manuscritos alquimistas delineando un modelo
básico o plantilla, aplicable a los Logos Solares (Soles), y a los Logos
Planetarios (Planetas). En estos diseños se observa un foco central, rodeado por
siete esferas más pequeñas, modelo que, se repite en cada sistema solar, por
todo el universo, por toda la Creación, proclamando que hay un principio rector
por doquier
En esos diagramas, se destaca un segmento de la Raíz que extiende su
filamentos al insondable infinito del Cosmos, para que cada forma de vida muera
y renazca, siempre prendida a esa Raíz, donde se afinca y permanece la Gloria
del Grande Arquitecto del Universo, transformando con su poder al Universo en un
sólo círculo.
La Luz es la fuente de Vida Externa que ilumina a cada planeta.
La expresión utilizada por los alquimistas, que señala: "El Sol y la Luna se
resuelven o retrogradan a su origen primero" se refiere a la descomposición que,
por la influencia de lo mercurial, sufren los elementos o componentes de la
Piedra, que son reducidos a su primera materia o Mercurio, separando de ellos,
previamente, lo sutil de lo pesado y cenagosos de sus aguas.
Es separada una pequeñísima parte de la tierra o materia, la más susceptible
de ser perfeccionada y trabajada, en la cual se contengan los cuatro elementos:
Tierra, Agua, aire y Fuego, los que son depurados, desenredados, y
complementados entre sí. Advirtiendo que el desarrollo desordenado y caótico que
inicialmente impera en ellos, es la causa de alteraciones y, en cambio, el
debido equilibrio de esos componentes, es fuente de reposo, estabilidad,
perfección y subsiguiente progreso.
En la frase en comento se alude a un Sol y a una Luna. El Sol simboliza, en
este evento, a la tierra en forma de azufre, que se une a la Luna, o Agua
Mercurial Superior o Alkahest.
En el desarrollo práctico de cada ejercicio interno del Solve et Coagula,
llega un momento en que el Sol o azufre licuado, y posteriormente volatilizado,
se une al Mercurio Divinizador volatilizado, o Luna. Es una unión de lo femenino
y lo masculino.
El azufre volatilizado, o Mercurio Interno en potencia, o plata viva, posee
una naturaleza que es, a la vez activa y es pasiva. En efecto, al ser atraído y
magnetizado por el Alkahest, se disuelve transformándose en pasivo. Pero, cuando
retorna a la tierra, se adhiere a ella, se vuelve fijo y activo al irradiar a su
entorno.
Para que esta acción propia del Solve et Coagula se realice, los cuatro
elementos sitos en la Piedra, deben estar purificados por el agua de Fuego que
funde a las partes duras de esos elementos, situación que, a la postre, produce
la unión del Alkahest con la Chispa Divina y la Materia.
Así, con este juego o rodaje eternamente reproducido, de lo fijo que se licua
y volatiliza, y lo volatilizado, que se licua y condensa, la tierra es
transformada en agua y el agua en tierra, complementándose ambas esencias o
espíritus, de modo que la materia traspasa, trasciende sus cáscaras que la
mantienen oprimida.
El Fuego o Mercurio Divinizado, es un espíritu ígneo o sustancia sublimizada
y penetrante, que es extraída desde el Mercurio Coagulado, empotrado y dormido
en la materia.
Para conocer y llevar a cabo, con propiedad, este trabajo alquímico se
requiere, por sobre todo, de la aquiescencia y ayuda del Creador, sin este
consentimiento del Supremo, no es dable incursionar en el largo y costoso
proceso de la Obra, y desprenderse del dominio de la falsa jerarquía de las
cortezas, y poseer el secreto para desprenderse de la fuerte presión en que uno
ha sido encerrado.
En las distintas operaciones de la Gran Obra, se activa un fuego interno y
externo, ambos se influyen y transforman, o amalgaman, debido a su intrínseca
similitud, y se unifican por la acción de sus respectivos imanes o energías
atractivas. Se funden en uno solo en cada Solve et Coagula, para reducir a los
compuestos del vaso a su primera materia o Mercurio Divinizado, licuando con
ello a la tierra.
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En el camino de la tierra sin mal
El diálogo como posibilidad de encuentro
En el origen de este "IV Encuentro de Teología India", que ha tenido lugar en
Asunción, del 16 al 20 de mayo, está el conflicto entre sociedades indígenas y
sociedad dominante. El conflicto despierta el sueño de la "tierra sin mal". El
"principio del mal" - los Mapuche lo denominan "kaikai" y los mitos de otros
pueblos da América Central hablan de la "serpiente devoradora" - nos presionó
para realizar este encuentro.
Paulo Suess
En medio de la "vida falsa" - de la vida alienada - no muere el sueño de la vida
en la "divina abundancia". Si la tierra - por motivos sociales (luchas
internas), ecológicos (agotamiento del suelo) o teológicos (cataclismos,
diluvio) - no garantiza ya el bien-estar de la vida, el pueblo Guaraní procura
otro espacio para vivir con dignidad y camina en busca de la "tierra sin mal".
Mito y teología tienen funciones sociales y lenguajes semejantes. Ambos explican
el origen del mundo y de la humanidad, legitiman las condiciones de vida
(muerte, sufrimiento, clases sociales, pecado) y alimentan sueños, deseos y
utopías de un mundo mejor. La diferentes condiciones de vida exigen diferentes
explicaciones mitológicas y/o teológicas. Sociedades indígenas que no acumulan y
que no excluyen a nadie, exigen otra legitimaciones -otras teologías- diferentes
de las de sociedades competitivas y acumuladoras como son las del capitalismo
neoliberal.
Sociedades indígenas que no acumulan y que no excluyen , se diferencian también,
en su relación con el espacio y el tiempo, de la sociedad dominante. En la aldea
indígena la función prioritaria del tiempo no es el trabajo, sino el tiempo
libre que se desdobla en la fiesta y en el trabajo. Para los pueblos indígenas,
la fiesta garantiza la redistribución de bienes, mientras que el espacio -la
tierra- no es "propiedad" para generar lucro, sino "don" que garantiza el estar
bien con la vida. Si la tierra -por motivos sociales, ecológicos o teológicos-
ya no garantiza ese bienestar, el pueblo guaraní, por ejemplo, recomienza su
búsqueda de la tierra sin mal, procurándose otro espacio donde vivir con
dignidad.
Si la teología -como dijimos- es una instancia ideológica, y por tanto, una
instancia legitimadora y explicativa de la vida concreta de cada sociedad,
obviamente, las teologías de las sociedades más o menos igualitarias, integradas
y holísticas, y las teologías de las sociedades marcadas por desigualdades
estructurales y fragmentaciones profundas, son muy diferentes en sus contenidos
y metodologías. Solamente un teología contestataria y profética en el interior
de las sociedad dominante permite una cierta cercanía con la Teología India. Esa
teología profética, como instancia crítica en una sociedad estructuralmente
desigual, propone rupturas sistémicas que apuntan hacia la utopía de las
sociedades igualitarias.
Sin embargo, no existen relaciones deterministas, sino dialécticas, en el
impacto del modelo de sociedad sobre la teología de la respectiva sociedad. En
todo caso, para iniciar un diálogo entre diferentes Teologías es importante no
perder de vista los diferentes modelos de sociedad de esas Teologías. Las
diferencias propiamente teológicas, muchas veces encuentran en ese soporte
social su explicación profunda.
El primer encuentro entre Teologías, en rigor, no se da en el nivel intelectual
(concepto, identidad, verdad), sino vivencial, y por lo tanto, en el camino
común de búsqueda de la "tierra sin mal", en el camino hacia la utopía del
Reino. Las utopías de los diferentes proyectos de vida que encuentran su reflejo
en los respectivos mitos y teologías, son semejantes y diferentes. No es siempre
la utopía la que une, sino la búsqueda en común del camino y en el camino. Creo
que en esto está el sentido profundo cuando Jesús se autodenomina "camino" y no
"llegada". La posibilidad de encontrar está en la búsqueda común de ambas
partes. La afirmación unilateral del monopolio del camino o de la verdad hace
imposible el encuentro entre iguales. La "llegada" de uno solo apunta hacia el
desencuentro y el monólogo. Es en la llegada de todos, donde el diálogo será
substituido por la contemplación. El diálogo en el camino vive de la propia fe y
de la suma de las múltiples esperanzas.
El argumento de los cristianos de que el "Verbo encarnado" es la última palabra
es correcto. Pero la última palabra de los cristianos no es hegemónica, no
cierra el diálogo, ni . Sin embargo, en la interpretación del Verbo, nadie tiene
la última palabra. El acceso a la última palabra siempre es el acceso a través
de las penúltimas palabras que lamamos símbolos, metáforas, conceptos, modelos y
paradigmas. También la teología es apenas un foco, cuya luz ilumina su objeto a
larga distancia. Aunque la verdad sea una sola, nuestro modo de hablar de la
verdad es siempre fragmentario y complementario.
Hay que decir nuevamente que el conflicto forja el encuentro. El conflicto de
interpretaciones es el presupuesto para que se den condiciones simétricas e
históricas en el camino del diálogo. El "amor mayor" desmonta la asimetría
social y la hegemonía de la palabra. En el diálogo del camino está la
posibilidad del "buen encuentro" entre Teología India e Teología Cristiana.
La tierra sin mal de los Guaraníes
En el mito de la tierra sin mal de los Guaraníes no se trata de un paraíso
terrestre o de una ilusión, ni de una vida feliz sin dolor o de un cielo en la
tierra, sino de la posibilidad de una sociedad estructuralmente diferente, por
ser libre, por ser una sociedad indígena, que en sí no es pluralista, pero
tampoco tiene pretensiones de imponer su modelo a los demás pueblos. Ahí está la
posibilidad de encuentro y de fraternidad.
El rechazo de la dominación y del deseo de poseer, está muy cercano al proyecto
de Jesús. La projimidad es vivida
-en la simplicidad (pobreza), que no busca el lucro, sino la calidad de vida;
-en el comunitarismo (vida y trabajo en común, compartir bienes materiales y
espirituales) sin perjudicar el justo equilibrio entre individuo y comunidad;
- en la proposición de un modelo alternativo de sociedad que exige rupturas con
el modelo existente;
- en la mística de la inmanencia trascendente.
Los pueblos guaraníes viven su condición humana entre fiesta y trabajo en la
chacra, entre abundancia y migración. Por detrás de una migración guaraní está
siempre la búsqueda de plenitud, causada por una carencia. La carencia impide la
reciprocidad, y por tanto, afecta el modo de ser, la "cultura" (teko); afecta el
"ser auténtico" (teko katu) o el "buen ser" (teko porã). La búsqueda de la
"tierra sin mal" puede ser interpretada como la procura de tierra buena y tierra
virgen, donde se alcanza la "divina abundancia" en fiestas que son bastante
frecuentes.
La chacra está en función de la fiesta. Los Guaraníes no trabajaban para la
acumulación de objetos sino para festejar la vida. En la sociedad guaraní
también se vivía la divina abundancia del tiempo libre, que a los misioneros les
parecía pereza.
La "tierra sin mal" puede ser un sueño histórico-económico y un sueño
escatológico-espiritual. La "tierra sin mal" puede ser tierra fértil y
abundante, "donde todo es bueno", donde "todos se levantan y se saludan con
alegría". La carencia de un tekoha -un lugar donde ser lo que somos, donde se
dan las condiciones del modo de ser guaraní- actualiza históricamente el mito de
la "tierra sin mal". De cuando en cuando, con mayor o menor frecuencia, los
Guaraníes han revivido históricamente el mito de la "tierra sin mal".
Una tentativa actual de retornar a los orígenes de la "tierra sin mal", para
superar la carencia de tierra, se puede observar entre los Guaraníes Kayová de
Mato Grosso do Sul, en el Brasil.
Entre 1986 y 2000, en las áreas indígenas de Dourados, Amambái, Caarapó, Porto
Lindo y Taquapirí, se registraron 337 suicidios, sobre todo de jóvenes de ambos
sexos. Pero la carencia de tierra, de tekoha, no produce fatalmente suicidios.
Lleva también a la recuperación de territorios sagrados y tradicionales, por que
sin tekoha (tierra habitable) no hay teko, no hay cultura, y menos aún teko katu
(ser auténtico). Fueron por lo menos 20 los territorios recuperados en los
últimos años. Estas recuperaciones son importantes porque colocan el mito en un
nuevo contexto histórico, en un contexto de promesas de un mundo nuevo y de
lucha.
Mito, historia, escatología
La experiencia escatológica judeo-cristiana, codificada en el mito del Génesis,
en los libros proféticos (Isaías) y apocalípticos ( Daniel, Apocalipsis) también
está articulada en torno de una "tierra ideal", de un primer paraíso, de una
Reino de los Cielos y de "vida eterna", de una "tierra sin mal".
La utopía de la "tierra sin mal" y la utopía del Reino de Dios pueden ser
interpretadas como luchas contra la banalidad de la vida. En ambas "mitologías",
el inmediatismo histórico quedó frustrado. Los Guaraníes no consiguieron , a
través del mito, llegar a la "tierra sin mal", como imaginaban. Los cristianos
esperan en vano el inmediato retorno de su Mesías y la restauración del Reino de
Israel. De hecho, "Tierra sin mal" y "Reino de Dios" son construcciones
teológicas, imágenes y horizontes de lo indecible, que pueden -con todas las
diferencias- sustentar el encuentro entre iguales.
La propuesta de un proyecto de fraternidad no propone la "sustitución del mito"
que cambiaría la "Tierra sin mal" de los Guaraníes por la promesa de un paraíso
cristiano. Propone, sí, sobre la base del propio mito, nuevas actitudes
históricas de convivencia entre las sociedades indígenas y la sociedad nacional
que hacen posible el encuentro. Este encuentro es posible en el territorio que
ambas sociedades defienden: en el territorio del compartir, del jopói (tener las
manos abiertas uno para otro), como fuente de la "divina abundancia", pero
también en el territorio de las rupturas.
La posibilidad de encuentro
Un proyecto de fraternidad significa necesariamente ruptura con sistemas que
esclavizan o infatilizan al otro, que explotan al pobre y le niegan
protagonismo; ruptura con privilegios, prestigio y poder al servicio de la
élites; ruptura -conversión- con aquella tradición misionera que pretendía
"moralizar" al indio, en vez de combatir los sistemas de acumulación que lo
explotaban y empobrecían. Esto exige también romper con lenguajes herméticos y
difíciles; exige información, análisis de la realidad, fundamentación ética y
propuestas de acción que los cristianos fundamentan a partir de su fe, pero que
la sociedad civil sólo comprende a través del lenguaje televisivo, secularizado
y filantrópico.
La alternativa radical contra la exclusión -la negación de la fraternidad- no es
la simple inclusión, sino la participación y el protagonismo de los excluidos en
la reorganización de la sociedad. Los pueblos indígenas, con la gratuidad de sus
proyectos -sobre todo con la reciprocidad en el compartir- mantienen las ansias
de un mundo nuevo. Libran a la tierra de la dictadura del latifundio y al
planeta lo libran de esas sociedades insustentables, que están centradas en la
acumulación, en el show alienante y en el consumo. Al construir sociedades sin
exclusión, prestan un gran servicio a las comunidades cristianas y apuntan hacia
la posibilidad del encuentro.
Sus luchas revelan una nueva racionalidad de la esperanza embutida en el
misterio de la vida, una racionalidad articulada con simplicidad, movilidad y
solidaridad. En sus utopías culturales que se suman a los proyectos de vida de
otros pueblos, convidan a la humanidad a que suspenda la marcha hacia el abismo
ecológico, abandone el delirio de los deseos, salga de la prisión de las
necesidades y de la competición del mercado total: en fin, nos hacen de nuevo
soñar el placer de la libertad y asumir la responsabilidad hasta los confines
del mundo. Sus proyectos son "lecturas del mundo" y "proyectos de vida". Los
pueblos indígenas nos hacen pensar la esencia de la vida como don en la
contemplación del crepúsculo a la orilla de un río, en la lucha por la tierra y
en la mirada del hermano cuya promesa de "llegar a ser" se torna palpable cuando
le servimos.
Al empeñarse diariamente en la defensa del reconocimiento y del protagonismo de
los pueblos indígenas, en las luchas por el territorio y en la formación de
alianzas de solidaridad, la comunidad cristiana rescata, no a los pueblos
indígenas propiamente, sino la credibilidad de sus propias iglesias y recupera
su "estar bien" con la vida.
La lucha de los pueblos indígenas rompe el círculo de yeso de la normalidad de
lo absurdo. Dentro de un mundo alienado y de "vida falsa" generar "vida nueva" y
"verdadera" no es imposible.
Las teologías de las sociedades más o menos igualitarias e integradas y las
teologías de las sociedades marcadas por desigualdades estructurales y
fragmentaciones profundas, son muy diferentes en sus contenidos y metodologías.
En el mito de la tierra sin mal de los Guaraníes no se trata de un paraíso
terrestre o de una ilusión, ni de una vida feliz sin dolor o de un cielo en la
tierra, sino de la posibilidad de una sociedad estructuralmente diferente, por
ser libre, por ser una sociedad indígena, que en sí no es pluralista, pero
tampoco tiene pretensiones de imponer su modelo a los demás pueblos.
Entre 1986 y 2000, en las áreas indígenas de Dourados, Amambái, Caarapó, Porto
Lindo y Taquapirí (Brasil), se registraron 337 suicidios, sobre todo de jóvenes
de ambos sexos. Pero la carencia de tierra, de tekoha, no produce fatalmente
suicidios. Lleva también a la recuperación de territorios sagrados y
tradicionales.
Los pueblos indígenas, con la gratuidad de sus proyectos -sobre todo con la
reciprocidad en el compartir- mantienen las ansias de un mundo nuevo. Libran a
la tierra de la dictadura del latifundio y al planeta lo libran de esas
sociedades insustentables, que están centradas en la acumulación
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Cántico de las Criaturas
San Francisco
de Asís
Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de aquellos que mueran
en pecado mortal.
Bienaventurados a los que encontrará
en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.
Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad