BRUCKNER ( 3 )

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Sinfonía Número Cuatro, la Romántica

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Todavía no sé muy bien cual es la razón por la que esta sinfonía cuarta la pusieron ese pseudónimo; Bruckner de seguro que no la llamó así, pero debe ser por algo de índole etiquetil, si, de etiqueta. Y es que como ya hemos dicho en alguna ocasión, si un músico fuere éste del tiempo que fuera sino tenía una etiqueta que le pusiera en el casillero que le correspondiera, no era músico, así que Bruckner necesita de ese subtítulo de "Romántica" para así hacer ver a la gente que algo de "romanticonería" sí que tenía Her Anton.

Pero siento mucho desilusionar a los "especialistas", pero eso es una solemne tontería; un músico es un músico en la medida que hace música, y ya está, si la hace bien o la hace mal eso únicamente lo podrá decir la Historia, pero no depende de en qué grupo esté.

La Sinfonía Número Cuatro de Bruckner es ante todo una Pedazo de Sinfonía al más puro estilo de nuestro querido Bruckner, y creo que dicho eso habría más que suficiente, pero por rellenar un poco, podríamos decir que es de las sinfonías más amables que tiene para escuchar. Y no es que tenga Bruckner sinfonías que no participen de ese sentido o sentimiento, pero sí son a lo mejor algo más agresivas.

Lo que quizá la haga más diferente técnicamente hablando, es que tiene cinco movimientos en vez de cuatro como tienen todas las demás sinfonías, -exceptuando la Novena que tan solo tiene tres-. Los tiempos están de manera más extraña repartidos, y eso hace que tu atención se ponga de otra manera, como intentando descifrar cual es el sentido de ese cambio respecto a las demás composiciones sinfónicas.

Pero, qué narices, Bruckner si tiene algo de extraordinario que no tienen los demás músicos de su misma época, es la Solemne Libertad, tan solo quebrantada por los que decían ser sus amigos. ¿Amigos? Un genio, un revolucionario es muy difícil que tenga amigos. Los Creadores de verdad suelen ser personas de una soledad que sería insufrible para un mortal común. Quizá en el futuro los solitarios tengan por fin Amigos, pero desde luego en el pasado de la historia en este pobre presente la Amistad como tal se ha visto en muy pocas ocasiones; es de lo que más pena me da.

Dato técnico: Una buena versión para escuchar esta Cuarta Sinfonía de Bruckner puede ser muy bien la Sinfónica de Berlín con Daniel Baremboin al frente, o sea, dirigiendo, o para los más especialistas o más conocedores del tema Jascha Horenstein, que son de este tipo de directores de las décadas de los cuarenta hasta los setenta que dirigían que daba gloria. El Sábado este que viene voy a escuchar en Radio Clásica la Quinta de Bruckner dirigida por ese señor en un concierto que se celebró en los setenta en el Reino Unido.

Y esto ha sido todo, amigos, el próximo Jueves iremos con la anteriormente citada Quinta Sinfonía. Que lo paséis bien y recibir besos y abrazos de lo más sinfónicos.



La Quinta Sinfonía

( Cerca de la Dimensión Infinita )


La Quinta Sinfonía de Bruckner es sencillamente indescriptible, así que lo que yo estoy haciendo debería estar entre prohibido y castigado, pero como lo voy a intentar hacer con todo el Amor del que sea capaz, creo que los Dioses todos y yo mismo me perdonarán.

¿Sabéis lo que es la calma? ¿Y lo contrario? No, no es la furia ni la violencia, es otro modo de ver y sentir las cosas. En la Quinta Sinfonía de Bruckner es eso lo que se llega a percibir, bueno, perdón, se siente desde el primer sonido de los violines, ¿o serán de nuevo Aves del Paraíso? : Suena lento, frágil como cuando caminas por un bosque que está a recién despertar; caminas, caminas, y de pronto, un vasto paisaje se te presenta sin el más mínimo previo aviso; espectacular, grande, colosos reunidos en una fiesta de Dioses grandiosos que celebran el encuentro de incontables millones de años.

¿Podría entrar en algo técnico? Es como preguntarse si quiero echar desperdicios sobre una alfombra de Angora; NO. No hay técnica alguna sobre cómo compuso esta genial obra Bruckner o no la compuso. Quizá lo que se debiera de preguntar uno es ¿qué estaría viendo y sintiendo el bueno de Anton Bruckner cuando compuso esta pedazo de obra?

Tenía pensado hablar a partir de la Sexta sinfonía de los primeros creadores de música para cine, también lo tenía pensado hacer el Martes, pero creo que hoy es el día adecuado, porque la Quinta Sinfonía de Bruckner es completamente eléctrica, no electrónica, evidentemente, pero tiene una carga que se le podría comparar con la eléctrica que un Organismo Vivo tiene.

Así que entonces, forzando las cosas como yo las fuerzo (aunque no creáis, tampoco mucho :-) ) puedo decir y digo, que la música de "La Guerra de las Galaxias" salió de las manos y mente de Bruckner. Es muy sencillo; Bruckner compone sus sinfonías, todas cargadas de esa fuerza y de ese alto nivel que las hacen únicas, y entonces, Gustav Holst, el inglés que compusiera por los años diez del siglo Veinte "Los Planetas", se fijó inevitablemente en la música gloriosa de Bruckner, y seguro que tomó muy buena cuenta de ello. Así que hacer "Los Planetas" estaba tirado, más o menos, vaya, porque la mayoría ya estaba hecho. Faltaba darle el toque de la motividad, no se, de la aventura casi fílmica. Y luego llega John Williams y hace la música para la mencionada pélicula "La Guerra de las Galaxias". Todo concuerda, amigos míos, y no es ganas de comparar por comparar, es una evidencia como la copa de un pino.

Más tarde Bruckner ha sido más veces copiado, pero a través siempre de Holst y de Williams.

En otros días de Viernes con los Compositores desconocidos, hablaremos de otro "eléctrico" compositor como es Carl Nielsen, un Finlandés alucinógeno capaz de hacer cosas increíbles con la música y sus instrumentos.

No, no me he ido por los cerros de Úbeda y he dejado a la Quinta Sinfonía de lado, he estado hablando todo el rato de ella, pues gracias a esa música se han hecho muchas otras. ¿Véis, "especialistas de la música" cómo los Genios NO cierran puertas?; las abren, y bien hermosos que son sus umbrales.

¿Será la letra que utilices al escribir la que también influya para decir cosas que antes no habías pensado? ¿O será que Anton Bruckner me ha dicho algo? No lo sé, pero me siento muy feliz de poder escribir sobre este gran hombre; un saludo estés donde estés, Encontrador de Dioses.



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