Con los dedos en la masa

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CON LOS DEDOS...

EN LA MASA

¡¡COJ COJ!!

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Muy bueno!! Has decidido seguir zambulléndote en estos manjares de la vida eh??? Pues aquí te encontrarás con 25 recetas más, y van 54, pá que veas. Lo del copi rí y todo eso sigue igual eh, si quieres algo me lo pides que te lo daré con gusto; una receta, me refiero.

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Índice.

¿¿¿Pero otra vez el susto???

1./ 30) Pomelo con Mariscos. (Esta es de broma)

2./ 31) Patatas como que revueltas.

3./ 32) Cocido Gurguglaxta.

4./ 33) Cocido Puerespi.

5./ 34) Macarrones de Colores.

6./ 35) Locro. (Esta también es de broma)

7./ 36) Flan de Malta.

8./ 37) Arroz al jamón raro de salmón.

9./ 38) Puré Bicolor.

10./ 39) Entremezcalmiento de Pastas a la Espinaca.

11./ 40) Plato Platoso Completoso.

12./ 41) Tortilla Esparraguera.

13./ 42) Arroz Esparragoso.

14./ 43) Brócoli mutante a tortilla.

15./ 44) Calabacines a la Mezcla Alborotada.

16./ 45) Una Cena pero buena, buena.

17./ 46) Flan de almendras afresadas.

18./ 47 Delicia de Aguacate Ajoso.

19./ 48) Delicia de Naranjano, mmmmm!!!

20./ 49) Coliflor al Pimiento y más Cosas.

21./ 50) Gloria de Mandarina Tapioquesca.

22./ 51) Flan Rígido de Uvastel.

23./ 52) Arroz Empanillado.

24./ 53) Conejo, ¡al horno!!

25./ 54) Bizcocho Remomendra.

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. POMELO CON MARISCOS.
(Lo dicho, que esta es de broma)


(No confundir con "pónmelo con mariscos", es diferente)

Ingredientes para 6 personas:

- 6 pomelos medianos.
- 1 lata de cangrejo ruso, o en su lugar, palitos de cangrejo.
- 1 latita de puntas de espárragos.
- 1/2 lechuga o una pequeña.
- 500 gr. de rape.
- 100 gr. de gambas peladas.
- 6 tomatitos.
- 1 1/2 taza de mayonesa.
- 4 cucharadas de nata líquida.
- Curry, azúcar, sal y pimienta molida.

40 minutos de preparación
10 minutos de cocción

Ná, la recetita es sencilla, y desde luego que necesitas 40 minutos, y como no encuentres la latita de cangrejos rusos lo mismo te lleva una semana hacerla; el pasaporte, el viaje, los niños, la abuela que no quiere porque allí no habrá televisor. En fin, pero vamos a ello.

Preparación:

Lo primero que vamos hacer es conseguir los pomelos, esa fruta extraña que parece una naranja pero que al final es una especie de limón desertor que ha decidido unirse con la agriedaz del componente y se ha transformado en no se sabe qué cosa; en pomelo, digo yo.

Una vez que tenemos a los seis pomelos sentados encima de la mesa de la cocina, les podemos servir un café o un te, depende de los gustos que tengan y de la hora que sea. La lata de cangrejos ruso nos puede servir para aprender idiomas; pero lo que hacemos es abrir los pomelos e introducir dentro los cangrejos; cuidado con que no estén vivos, porque el susto puede ser horrendo, luego resulta que son de la KGB y la hemos liado.

Que no encontramos la lata por ninguna parte, pues optamos por los palitos de ese mismo animal marítimo o marinero. Para ello debemos de conseguir un grupo de roc que esté formado por cangrejos, cosa también harta complicada, ¿para qué? pues para quitarle al que toca la batería los palitos; los palitos de cangrejo sino, a ver qué os creéis que son; los cangrejos no tienen ebanisterías ni carpinterías, grupos de roc sí porque como van pá trás, es la mejor ocupación que pueden tener.

Una vez que tenemos como sea, metidos los cangrejos dentro de los pomelos, cogemos a las gambas y las ordenamos que jueguen al corro de la patata en derredor de los pomelos; ¿Cómo hacer para que las gambas se pongan a jugar a eso? Ni idea, jamás he visto jugar al corro de la patata a las gambas, y menos peladas, porque al menos cuando están sin pelar puede que les apetezca más salir a la calle; sería una impudicia hacerles jugar a esa tontería sin ropaje ninguno.

La nata líquida la echamos por encima del pomelo con los cangrejos dentro. Sigamos estando atentos que los cangrejos no revivan, porque con la nata que les hemos echado se puede montar una que luego de nata líquida nada. (A ver qué era lo otro que se me olvida)

Ah, sí, el rape. Para conseguir rape lo mejor es alquilar unas pocas de películas en el vídeo clús donde intervengan personajes del siglo dieciocho o antes, sí, ese tipo de personajes que salen con una cajita de rape y se ponen unos pocos de polvos en la nariz para estornudar, ¡esa! Una vez que tienes las películas has de conseguir materializar el rape del flin en algo real, cosa que tampoco sé cómo se hace, pero oye, si alguien quiere ponerse a investigar, lo mismo saca unos cuartos y luego los amuebla.

¡¡¡Rape!!! Ya, ya caigo... aaaaaaaaaahhhhhhhh. Pues vaya porrazo que me he dáo más tonto. Rape, se refiere al pescado ese que canta en yanqui con la gorra pá trás, ya ya ya. Bueno, pues entonces es más fácil. Vamos a una pescadería y le decimos al pescadero que nos ponga medio kilo de rape, pero sin la gorra y que sea más bien mudo. El pescadero lo mismo se nos queda mirando, pero ¿y qué? que mire, somos guapos y guapas ¿no? Pues ya está.

El rape entonces lo ponemos junto a las gambas y al pomelo encangrejado para que le haga compañía; el pomelo ya está hasta las narices de las gambas. Los tomatitos si saben bailar, pues mejor, así el espectáculo se va complicando y los pomelos lo mismo se tranquilizan. El carácter del pomelo es muy irascible, y los tomatitos le vienen al pelo. Las puntas de espárrago son muy graciosas; y lo que más gracia me hace es que jamás en mi vida he visto una lata con semejante producto, es como si hubiera latas con berberechos sin lentes. La mayonesa se puede quedar en el bote, porque es que me estoy imaginando la mezcla y se me pone el estómago del revés ;-))

Y ya, para que la cosa sea totalmente incomestible, cogemos al curry, lo echamos encima de todo el potingue de los pomelos y los cangrejos y esperemos lo peor, porque los pomelos ya están hasta las mismísimas pepitas de tánta cosa rara. Pues espera porque ahora va la sal y el azúcar; qué ¿vuelves a ser lo que eras o sigues queriendo ser pomelo? "Por favor, por favor, basta, yo solo quise hacer una evolución en la especie incipiente, no seáis cruel, volveré a ser naranja." Bueno, vaaaaale, te lo quito todo, te parto por la mitad, te hago zumo y con medio kilo de fructosa lo mismo hasta eres bebible. "Gracias, gracias".


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2. PATATAS COMO REVUELTAS.

Con huevo, claro, porque las patatas revueltas entre sí es como normalmente salen, no les da por ordenarse en orden alfabético, ni por apellidos, porque las patatas no tienen ni alfabeto ni apellidos, todas se llaman igual: Patata, y además nos sirven para sonreír cuando nos hacen una foto; pa ta ta, clik!

Elementos que de no ser por su existencia sería imposible hacer Patatas Como Que Revueltas:

Un nhelicóptero con cinco marchas y la de atrás que suela ser verde, además de goma, claro. Un cuchillo bien afilado, para en un momento de aburrimiento de pelar patatas podamos hacer la escena de la bañera de "Psicosis" ¡¡Ñin ñin ñin ñin!!! (Es que chin chin chin es más para brindar, como el otro día, y no se trata de repetirse demasiado) Un plato blanco de Santiago; da lo mismo de Compostela que de Chile, el segundo que no pique mucho.

Ingredientes:

Patatas: 2 ó 3, depende del tamaño y de la fuerza.
Huevos: Uno, o sea que... Huevo: Uno.
Sal: Unos pocos de gránulos.
Aceite: Lo que se suele echar a una sartén o freidora, nunca lo he medido.
Ajo: En polvo, un poco.

Preparación:

Si a estas alturas no sabemos pelar patatas mal veo cómo vamos a hacerlas, porque sin pelar no las vamos hacer, por ahí no paso, yo hice un contrato donde ponía; "Patatas de pelar", así que... yo lo siento mucho.

Así entonces pues las patatas se pelan, se pueden cortar de dos modos, o quizá más, pero lo más común es que las cortemos en tiras o palitos, como los de los cangrejos, o bien en lonchas; es preferible la primera versión, más versátil y con más aerodinamismo; se escurren mejor por la sartén una vez fritas, en fin, que es otro mundo.

Una vez cortadas y sabiendo que el aceite de la freidora o sartén ya está en su punto, a lo más, en su punto y coma, vertemos las patatas; aquí, como en todos los casos en que hacemos esta acción, podemos asistir a un espectáculo muy lamentable, y es que las patatas griten y chillen, pero son cosas que debemos de aceptar; es la cadena incesante de la vida, donde unas veces puedes perder el equipaje y otras conseguir que te lo envíen a casa.

Cuando las papas están doraditas y crujientitas, las retiramos del aceite, si no lo hacemos se pueden quemar, y vaya gracia. Si han salido muy doradas mejor, porque tenemos la posibilidad de llevarlas a una casa de empeño y a ver si nos dan algo por ellas. Y si no nos apetece pues no, las ponemos en una sartén limpia de polvo y paja y es entonces cuando el huevo entra en el aire de la cocina.

¡¡Huevo!! ¡¡Te toca!!
¡¡Voy!!

Lo cogemos y lo batimos. Ya, es un poco violento pero debemos de seguir con la cadena, lo mismo encontramos el equipaje.

Una vez bien batido, lo echamos en la sartén con las patatas. Revolvemos bien antes de que el huevo se cuaje y se quede hecho todo un chapatoste que luego no hay quien lo deshaga. Lo ponemos en un platito y hale, a jalárselo todo entero.

Demasiado lío para un simple plato de patatas con huevo, pero, es la vida así, y por fin, tras una larga espera, las maletas han aparecido y todo, ¿qué? ¿contento? Pues me alegro.

Con mesura, hasta luego. Que es que ayer me dejé los cuartos en el cristalito, y encima me quedé sin poner los muebles.

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3. COCIDO GURGUGLAXTA.

Haciendo un poco de referencia al primer cocido que estrenó esta larguísima y sabrosona serie, "EL Cocido Morogoto".

Elementos pero que o sea, super importantes para preparar Cocido Gurglugaxta:

Una buena boca para poder pronunciarlo. Música agradable; ni se le ocurra poner la radio, ni en la cabeza ni como jersey, no vale. Y menos todavía encienda la radio cuando empieza un programa de "entretenimiento" donde habla una señora más falsa que un duro goma y te dice que el "glan", la gran moda de los años no se qué, ¡¡vuelve!!! Te puede dar un flus y eso no es bueno. Una mesa como siempre y la super olla atómica.

Ingredientes:

Repollo: Medio kilo.
Ajo: Seis dientes.
Cebolla: Una, pero por la mitad, o sea, media cebolla.
Aceite: Un chorro y que sea de oliva, claro.
Zanahoria: Una. Se sentirá sola, pero luego ya le hace compañía el repollo.
Hueso jamón serrano: Un fragmento, trozo o pedazo.
Sal: La suficiente.
Agua: Un litro.

Preparación:

Muy sencillo. Primero que nada se pone en la super olla el litro del agua. Es importante encender el fuego de la cocina, de otro modo no se pondrá a hervir nunca, cae por su propio peso, pero cuidado no nos hagamos daño en los pies. Se echa el ajo todo bien rebanadito, y la cebolla toda hecha daditos; si alguien quiere le puede dibujar los numeritos, pero entonces el tiempo de preparación puede ser incalculable.

Al repollo, familia de los pollos pollouelaes, se le corta en tiras más o menos finas. Se lava bien laváo. Y se echa a la cazuela, claro, no lo vas a dejar por ahí todo abandonado, lo mismo te ve alguien y llaman a la protectora de repollos y estás listo. Con la pobre zanahoria hacemos lo mismo, me refiero que se lava y luego se corta. El hueso jamón se puede poner en el agua de la olla cuando a uno le da la gana, no tiene un orden preestablecido, aunque es mejor que se ponga al principio para que suelte bien su jugo; oye, y si no quieres no se lo eches, a mí como comprenderás no es algo que me vaya a quitar el sueño, es una sugerencia como otra cualquiera.

Pero no te pongas así, no es para tanto.
No, no, es que luego a uno le llaman desalentador de las masas, y no quiero.

Bueno, dejemos las disputas para otro momento. Ya tenemos todo introducido en la super olla atómica, ponemos el fuego a toda pastilla hasta que empiece eso a bufar, esto es, sssssssssssssssss!!!! Es en ese momento cuando le bajamos el fuego, y dejamos que cueza a ese fuego lento y parsimonioso durante cinco minutos cronometrados. Esos cinco minutos es curioso, pero pasan en cinco minutos, y entonces apagamos el fuego; no hacen falta extintores ni nada parecido, ni si quiera llamar a los bomberos, conviene recordarlo, con darle a la manivela del controlador del gas ya está.

Colamos y escurrimos el producto sólido y obtenemos de esa manera un delicioso y apetitoso caldo Gurglugastexco que es una maravilla. Y lo otro podemos comérnoslo o tirarlo... No, que es broma, eso también se come. Puede ir acompañado de unas patatitas fritas y un filete de pollo cordón blé, que es un filete muy simpático que cuando te sientes desdichado se pone a jugar a la comba.

Y nada más, no olvidéis lavaros los dientes después de jugar al tenis y nos volvemos a encontrar aquí, cuando sea, a una hora completamente desprovista.

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4. COCIDO PUERESPI.

Que obviamente son las iniciales de PUERro y ESPInaca; si se lllamara "Cocido de Puerro y Espinaca", no sé dónde iba a residir la gracia, y menos como están los alquileres hoy en día.

Elementos, como siempre, ímpórtántísímós (cuando algo es muy importante, todas las vocales se acentúan; parece que te pas algo al leerlo, pero es má originá) y de relieve internacional para preparar un Cocido Puerespi:

Un calendario de hace dos años, más que nada porque si lo tenemos lo podemos tirar junto con los desperdicios de lo que vamos a usar. Una mesa como la de todas las ocasiones, pero esta vez que tenga tablero encima. Un apocápape de color azul, y una servilleta con las anillas envueltas en calamar.

Ingredientes:

Ajo: Los dientes de siempre, pero si es bisiesto, tres más.
Cebolla: Lo miiiiiismo, no sé cuantas veces te lo voy a repetir.
Aceite: ¿Cualo? Ese, justamente ese.
Agua: Un litro, sin más.
Puerros: Por piezas, cuatro, por peso, ni idea, calculo yo que unos trescientos gramos.
Espinacas: 400 gramos.
Sal (Las): ¡ATENCIÓN! A partir de ahora, a la sal la llamaremos Las, no quiero cometer pecado ni nada por el estilo, yo respeto al Respetable Jñápika Gurú, y desde ahora echaremos la sal como a escondidas; no, no seremos deshonestos, simplemente consecuentes. Comprenderán ustedes que sin sal las cosas saben ná más que a corcho o a esparto. Como la "las" (Sal) no está prohibida, la llamaremos así. Queda dicho. Esto... a sí, unos granulillos.


Preparación:

Muy sencillo. Primero lavamos todo bien; la mesa ante todo, que es el lugar más peligroso que hay en una cocina, nunca se sabe qué tipo de animales la pueden habitar. Luego las acelgas y los puerros, los puerros sobre todo, porque ese producto hortílico, no es que tenga animales, tiene todo un planeta en sus intersticios verdulianos; tierra, insectitos, abono, y hasta si se descuidan dejan una azada.

Los ajos y las cebollas, -muy a pesar también del Respetable-, las haremos cachitos, esta vez mucho más para que en todo caso no se note mucho, que parezcan otra cosa, o en consecuencia les podemos llamar de otra manera; oja y allobec, no suenan mal y quedan resguardadas de la quema.

Los puerros deben de lavarse una vez están cortados, porque por mucho se vista de gendarme de la policía francesa, dentro está todo el campo que os he comentado antes. Las espinacas depende, si las conseguís ya troceadas y envolsadas, esto es, dentro de una bolsa... Si es dentro de una Bolsa, deberá se emBolsadas, pues eso. Si son de esa forma, no hay demasiado curre (trabajo), pero como sean traídas de la huerta... ¡Un mundo entero! Se podría hacer una película de esas con rinocerontes y todo.

Bueno, pues se pone todo en la olla supersónica y a cocer; ¿cuánto? Diez minutos más menos. Es un cocidito bien sencillo eh???. Pues nada, a disfrutarlo.

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5. MACARRONES DE COLORES.


Los macarrones de colores son una pasta muy bonita y muy divertida que nos puede hacer pasar una velada muy agradable; son de tomate y de espinacas, además de los normales de color crema que son de sémola de trigo de los de toda la vida. Los de tomate y espinacas "dicen" que son de eso, pero cualquiera sabe... <Oye, que sí que somos de tomate y de espinacas eh, lo dice en el envoltorio y basta.> Está bien, está bien, vale, me lo creo.

Elementos de primordialidad primaria y absoluta para preparar Macarrones de Colores:

Una cacerola guapa, con su ralla en el medio y unos buenos zapatos de charol. Una tabla de madera, que puede servir de otras anteriores recetas, no es necesario que compremos una tabla de madera para cada receta, no tendríamos sitio para guardar todas las tablas de madera; o en todo caso podríamos hacernos un mueble especial para guardar las tablas de madera "Mueble tableador" podría llamarse; lo llevamos al río y lo bautizamos, o si somos agnósticos y ateos, con llevarlo al registro civil ya es suficiente. Un cuchillo y un tenedor, ah si, y una mota de polvo para charlar con ella mientras tanto.

Ingredientes:

Macarrones de colores: 100 gr.
Mantequilla: 20 gr.
Jamón York: No lo olvidéis, mejor de Manhatan que del Bronx. 70 gr.
Queso rallado: 30 gr.
Leche: Un chorrín. O en su defecto, nata, el mismo chorrín, pero ya un poco más grueso, un chorrén.
Oja en polvo: (No olvidéis tampoco que "oja" es ajo, es por aquello de.., eh, eso.
Un poco, lo que se suele espolvorear normalmente.

Preparación:

Lo de siempre. <¿el qué, un vaso de agua o un zumo?> No, hombre no, si estoy explicando una receta, déjate ahora de tomar algo.

En un litro de agua -más o menos- echamos las (sal) cuando ese agua misma y no otra, rompa a hervir, pero buena cantidad de las eh, nada de escatimar. A renglón seguido, teniendo en cuenta al margen rojo que está en todo cuaderno civilizado, echamos los macarrones de colores. Podemos decir eso de "¡Al agua pato!" o no, depende del humor del día y del momento; lo mismo ocurre un hecho extraño y los macarrones se transforman en patos, no os quiero decir nada cómo se os van a poner los vecinos.

Mientras los macarrones de colores sin transformar hierven y hierven, vamos preparando los veinte gramos de mantequilla, los 70 de jamón y los treinta de queso rallado. El queso podéis rallarlo o no, es mejor que lo compréis ya rallado, rallarlo en casa es un toñazo, además las agujas del toca discos se estropean mucho.

Imaginemos que los diez minutos de hervir los macarrones ya han pasado. No me voy a poner aquí a dejar un espacio en blanco de diez minutos, comprenderéis mi postura. Por cierto, ¿te puedes dejar de mover ya, silla? no haces más que incordiar. Vale, pues ya han pasado, entonces escurrimos como siempre los macarrones en una de esas chismas donde se escurren este tipo de cosas, suelen ser de plástico y de color verde, al menos mi escurridor es verde, puede ser de otro color, pero a los macarrones de colores no les gusta más que el verde, vosotros veréis. Al estar calentitos los macarrones, se fundirán de manera plausible en contacto con la mantequilla. Aunque bien pensado la que se fundirá será la mantequilla, si se funden los macarrones lo que les hemos echado no es mantequilla, será otra cosa. Mira bien, ¿es mantequilla? Bueno.

Echamos los macarrones en una sartén maja... Por cierto, ¿habéis visto qué pedazo de petardo es hervir los macarrones? Yo es que me pongo de los nervios, no hacen más que soltar espuma; siempre estoy en la duda de llamar a un veterinario o no, me da no se qué comérmelos y que tengan la rabia. A ver si alguien me dice por qué narices sale espuma cuando se hierven los macarrones o cualquier otra pasta. Y lo pregunto en serio, es un problema que amortigua mi cabeza desde hace miles de años.

Pues eso, que en la sartén echamos los macarrones, la mantequilla, el jamón y todo lo demás, que estoy harto ya de repetirlo todo. Se mezcla bien, se huele a ver qué tal están, y cuando pasan unos minutos, tres y veintidos segundos con alguna centésima, se apaga el fuego. Los dejamos ahí que descansen un poco y luego ya a servirlos en un plato de color azul, pero esta vez transparente, a los macarrones de colores les encanta mirar por la ventanilla.

Si a alguien le da pena comérselos, los puede disecar y luego colgarlos de la pared, aunque si vienen visitas es mejor esconderlos, pueden pensar cosas raras.

Hale, majetes, que disfrutéis de este plato y hasta la próxima.

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6. LOCRO.

(Esta es la que también es de broma)

Se ruega lo primero que todo no jugar con la "r", es peligrosa y en cuanto se sulfura le salen granitos en la cúspide. L o c r o , ¿está bien? Pues entonces vamos bien.

Elementos elementosos indispensables, de despensa, para preparar el Locro:

Por lo que he visto, un poco de sangre fría en las venas, mucho atrevimiento, llantas de aleación en la curva de la subida hacia la cocina, y un buen estómago.

Tenemos además nuevos datos para esta receta:

+Origen: ARGENTINA
Dificultad: Media (Esto es, que además debes de tener paciencia)
Tipo de plato: Salado (O sea, no es aconsejable para ser casto, pero bueno, haremos lo posible)

Ingredientes:

+1 kilo de maíz blanco pisado, remojado desde la noche anterior.

Iremos aclarando, como siempre, antes de los perfumados: Cuando dice "pisado", obviamente se refiere a dar pisotones, para lo cual los pinreles deben de estar más que limpios, ¿os lo imaginabais ya no? Qué susto. Y un bue sitio para efectuar esa operación es la ducha.

+1/2 kilo de porotos Pallares, remojados desde la noche anterior.(Frijoles blancos)

Para los que no sepan ni que es "poroto" ni que es "frijoles", imaginaros que son como habas o habichuelas, o como se conoce a esa legumbre o verdura o producto de la huerta por España, judías, nada que ver ni con lo semita, ni con nada de nada, es algo que le surgió a quien fuera hace ni se sabe la de años o tiempos.

+1 Gallina, cortada en presas.

La gallina que esté reencarnada ya, de lo contrario ella no se va a dejar cortar, y menos en presas. Cortar en presas significa que mientras la cortamos podemos ir diseñando obras de siderurgia, por si quedaba alguna duda.

+1 kilo de huesitos salados de cerdo.

También, o sea, que el pobre cerdo esté más bien criando malvas.

+3 ajíes morrones, cortados en cuartos.

Otra duda existencial, ¿qué serán los ajíes? Pues muy sencillo, hombre y mujer, son especie de especias que se dan por el sur de América, y además de la familia de los capsicum, muy parecido a los pimientos, lo que pasa es que son pimientiritititos muy pequeños; tratarles con cariño, que se asustan muy fácilmente. Que hay que curturizarse, joén.

+4 chorizos blancos, cortados en mitades.
4 chorizos colorados, cortados en mitades.
1/2 kilo de panceta magra, salada (sin cuerito, lavada y cortada en trozos)

Tampoco hace falta hacer aquí un estritis de esos, ya es suficiente que haya sal por todas partes, eh, a ver qué va a pasá.

+Sal, a gusto
Salsa
1 taza de aceite.
1/2 kilo de cebolla de verdeo, picadita.

La cebolla de verdeo, si no se encuentra fácilmente, con acuarelas es solucionable.

+2 cucharadas pimentón.
2 cucharadas Ají molido.

Ya os acordáis ¿no?, lo del ají, bueeeeno.

+Sal, a gusto

Preparación:

+Vuelque el agua de remojo de los porotos; cúbralos con agua nueva y hágalos hervir con sal hasta que estén cocidos. Escúrralos y reserve.

¿Véis lo que os dije? Las cosas no pueden ser así como así; el agua no cuece y ya está, el agua hace flop flop, o blup blup, hace cositas, expresa sus emociones, por lo tanto debemos de esperar ese inconfundible momento antes de escurrirlos. Sino, caemos en el error de creer, en nuestra pesada ignorancia, que ná más que pones los porotos o frijoles o habichuelas o judías a hervir, ¡hala! ya están hervías, y de eso nada. Paciencia, que es la abuela de las ciencias.
+Escurra el maíz que está en remojo y póngalo en una olla grande. Cúbralo con abundante agua y hágalo hervir hasta que esté a medio cocer. Si el agua se
consumiera, agregue en la cacerola chorros de agua caliente.

Al menos, tenemos una manera de saber que todo eso está ocurriendo; "si el agua se consumiera", ¿os dais cuenta? ¡¡Menganito!! Le he pillado, no estaba prestando atención, salga al estrado y escriba en la pared del edificio del empair esteit building, "soy más bruto que un aráo" unas doscientas mil millones de veces, hombre.

+Sale las presas de gallina y agréguelas a la olla.

Aquí nos encontramos con una dificultad añadida, y es la de no saber si es que de la gallina y las presas "salen" cosas, o es que hay que echar sal, lo cual nos lleva a una deliberación a todo el congreso de sabios a discutir. Se suspende la sesión hasta nuevo aviso.

(Sala de deliberaciones. Murmullo de deliberación: mbriurubrubruigertijijikolobrubrubru.)

Bien, ya ha salido la deliberación, es "sale" de salar. ¡Aprobado! Se la lleva la señorita del espantapájaros colorado.

+Siga cocinando despacito hasta que la gallina esté a medio cocer.

Eso si que no, canibalismo no vamos hacer. La cocemos bien cocida, si has hecho algo mal, hazlo ya del todo, luego vienen las asociaciones pro amnistía gallinácea y nos cierran el garito.

+Lave muy bien los huesitos salados e incorpórelos en la olla junto con los chorizos blancos, los chorizos colorados, los ajíes, la panceta y los porotos Pallares cocidos.

Lo que quiere decir que estamos trabajando con una olla convencional ehhhh???? Muy bien, pues eso se avisa, este plato no podemos hacerlo en una olla supersónica. Vale, está bien.

+Deje hervir despacio controlando el volumen del líquido. La preparaci6n tiene que tener el aspecto de un sopón espeso, pero no seco.

Obviamente, un sopón seco tiene más bien que ver con cemento armado que con algo comestible. Tengámoslo en cuenta.

+Revuelva de vez en cuando con cuchara de madera hasta que el maíz se note bien cocido, lo mismo que el resto de los ingredientes.

Grave precisión, sí señor o señora, no sé si está casada o soltero. Y muy acertada la disertación entre un tipo de cuchara y otra, no es lo mismo una cuchara de madera que una de hierro o de aluminio. Unas son de una cosa, y otras son de otra. Pero...¿Qué tipo de madera? ?eh?, que diga ¿eh? La madera de pino es más defectuosa, nos podemos encontrar después con una astilla en el cocido Locro y luego nos deben de llevar a un hospital y no saber si el quirófano tiene asperjilus o perejil en la solapa. Si es que de verdad de la buena, ¡qué mundo! Madera de cedro, no hay más que hablar.

+Pruebe y, si hiciera falta, rectifique la sazón de sal.
Sirva en platos soperos o cazuelitas, agregando en cada una, al servir, una buena cucharada de salsa para locro.

Platos soperos azules, eso hay que puntualizarlo, y si no los tienes azules los compras o los pintas. Los platos blancos son demasiado puros para un plato tan lleno de sal. El azul es más luminiscente, digo yo.

+SALSA PARA LOCRO:

Y esto ya es toda una novedad para nuestro recetario, pero está bien y es sencilla de preparar.

+Caliente el aceite.

El aceite de oliva, claro, no vale otro cualquiera.

+Rehogue la cebollita de verdeo, pero cuidando que no se dore.

O sea, aquí no podemos aprovechar la alquimia que nos sale con las patatas, que luego las podemos vender. Bueeeeeno, pues nos aguantamos y estamos ojo avizaor para que no ocurra la transformación.

+Retire del fuego y agréguele el pimentón remojado en agua y el ají molido. Cocine a fuego suave hasta "matar" el gusto del pimentón.

Tenemos hasta acción; disparos, tiros, golpes, violencia. Sí sí, está puesto matar entre comillas, pero eso a un observador como yo no se le pasa por alto. Utilicemos pues el silenciador de la cuarentidós, será menos llamativo.

+Condimente a gusto con sal. Sirva en salsera aparte.

Es mejor así, mezclarlo todo es un gran problema. La salsera también azul, por si las moscas y los cocodrilos, que también salen a veces a husmear.

Creo que ya está todo. La primera receta que necesita de dos partes, pero merece la pena para que no nos conduzcamos a nosotros mismos por un error que sería difícil de no cometer. Hale, que lo saboreéis bien. Un abrazo partío.

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7. FLAN DE MALTA.

Pero lo que es el cereal, no vamos a hacer ninguna escabechina con la
pobre islita, suficiente tiene con que el campo de júrgol ocupe la mitad de
la extensión de la isla.

Elementos mega importantes para preparar Flan de Malta:

Un cacerolillo poco inteligente, que no hable en exceso. Unos pies mirando
hacia Arrakis que da gusto. Tranquilidad en las masas y fijación absoluta
en la precisión momentánea.

Ingredientes:

Agua: 250 cc.
Malta: Que sea soluble, por favor, sino es un rollo: 2 cucharaditas de
café, de las de tipo café, pero sin que sea necesario que la propia
cucharilla sea de café, puede ser muy bien de acero inoxidable.
Fructosa: Dos cucharaditas del mismo tipo de las que hemos mencionado hace
un momento, pero en vez de café, de malta, pero de acero también; de plomo
no, todavía no las han inventado y además son venenosas.
Galletas: dos, del tipo galleta galletaceus rex.
Harina de maíz: 20 gr.

Preparación:

Si ya estáis acostumbrados a hacer flanes de diversas cosas, no hay mucha
pérdida, pero tranquilos que os lo cuento: Se pone a hervir el agua, pero
no todos los 250 cc., no, de eso nada, se separan como unos 30 cc.,
vosotros veréis cómo los separáis, el agua está muy arraigada a la familia
acuífera. En esos 30 cc. echamos los 20 gramos de harina de maíz y lo
revolvemos de bien, pero de bien, de bien.

En el agua que está ahí flopflopeando, esto es, hirviendo, echamos las dos
cucharaditas de malta y las otras dos de fructosa, (pero el contenido, la
cucharilla no) se remueve bien, y cuando hierva de verdad, sin ningún tipo
de concesiones a la duda, vertemos los 30 cc. con la mezcla de la harina.
Revolvemos de nuevo bien hasta que se forme una buena plasta o masa masosa.
Diferenciemos bien entre "remover" y "revolver"; Gustavo, son todo tuyos:

-Hola, amigos, aquí Gustavo. Pues sí, la diferencia que hay entre re
volver, y re mover, es muy sencilla, la primera, re volver, es peligrosa,
porque si no tenemos puesto el seguro, se nos puede disparar y hacernos
daño en los pies o en la mandíbula derecha. Sin embargo el re mover es más
sencillo, pues es un simple movimiento de muñecas, aunque también podemos
utilizar los muñecos de la estantería, depende de cómo seamos de exigentes.

Muchas gracias, Gustavo.

Bien, pues una vez que ya tenemos la pasta formada del flan, lo verteremos
en un pequeño tarro de cristal; pero.... ¿dónde entran las galletas en este
lío? Ahora, ahora, calma, relájate, tómate una tila, relaja el músculo
maxilofacial y mira el mar, y si no tienes el mar cerca haz un viaje y
luego acabas el flan. Las galletas las echamos de la siguiente manera:

Vertemos un poco de la pasta del flan en el pequeño tarro de cristal, que
le podemos, si queremos, poner nombre, Paquito, por ejemplo. Bueno, pues
una vez hemos hecho esa operación, cogemos las dos galletas y las
pulverizamos asín con las manitas, entonces queda toda una capita por
encima de esa parte vertida de pasta flanosa; a continuación echamos el
resto de la pasta, formando así un flan alucinógeno en el que se ve una
franja de galleta por el medio. Lo dejamos enfriar, lo metemos en la nevera
y hala, a disfrutar del día de los san enamorados, y sino otro día, porque
todos los días debe de estar la gente enamorada, aunque sea de su propia
efigie, ¿o no?

Una vez que el flan esté ya convertido completamente en flan y lo movamos
y haga como todos los flanes, "gulí, gulí, gulí" es que ya está listo para
sacarlo y ponerlo en un precioso plato, como siempre, azul, como el orgón.
Es de película, de verdad, parece salido de un planeta extraterrestre. Es
precioso comérselo.

Que os guste, majetes míos.

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8. ARROZ AL JAMÓN RARO DE SALMÓN.

Un delicioso plato al que si le haces cosquillas te regala una flor en primavera y te la riega en verano, te lo huro.

Elementos donde más allá de la razón no hay más que cien pardos gatos que se miran unos a otros como diciendo "¿Y esto qué es??????" hasta que se desmayan para hacer Arroz al Jamón Raro de Salmón.

Una olla de lo más normal con su tapadera de cierre manual de esos que se te parte el brazo de tanto darle caña. Un abrigo de limones hecho a mano. Tijeras gordas, gordas que deban de adelgazar para el verano, y una castaña parlante que te cuente las noticias mientras haces la comida.

Ingredientes:

Arroz: Un vaso de 250 cc. Nunca lo he pesado, pero deben de ser unos doscientos o doscientos y pico gr.
Agua: 600 cc., pero tranquilidad que en las curvas se porta bien.
Oja (Ajo): Un par de dientes; pueden ser de leche, sí, aunque yo nunca los he visto.
Allobec (Cebolla): Media, partida por la mitad.
Patatas: 2 del tipo medio mediano tirando a par.
Jamón con salmón: 100 gr. Esto no sé si existe en todas las partes del mundo; en todo caso se puede mandar una muestra por archivo adjunto, lo mismo se queda muy grasiento el módem, pero bueno, champú anti aspa y andando.
Aceite de oliva: El chorrín acostumbrado y aburrido.

Preparación:

Lo primero poner la olla normal y corriente con el chorrín aburrido de aceite de oliva; el aceite se echa dentro, no sé en dónde sino. Se calienta a fuego lento. Mientras troceamos el oja y la allobec, (si si, algunos no sabrán qué es esto, pero ya os lo podéis imaginar; ajo y cebolla, sí) en trozos pequeñajos, de esto que le tienes que dar todavía el biberón. Lo echamos en la olla para que haga el pfsssss ese tan característico de las cosas que entran en contacto con un poco de aceite en el fondo de un cacharro de cocina. Lo dejamos que se medio dore. Una vez medio dorado, vertemos el vaso repletito de arroz. Lo removemos bien todo junto, que el arroz quede bien pringáo del aceite y de la allobec y el oja.

A continuación y sin pensarlo apenas dos veces y media, vertemos el agua. ¡Esto sí que es una fiesta! Es indescriptible el sonido de la alegría expresada por la olla con el contacto del agua, el aceite, el arroz y todo lo demás, ¡¡viva!!

Pelamos las patatas, a no ser que nos gusten con piel, pero yo no lo aconsejo, suelen venir llenas de tierra y hasta de hombres del campo de lo poco cuidadas que están las pobres. Si hay hombres del campo, apartarlos, por favor, no seamos demasiado salvajes. Una vez peladas las troceamos y las depositamos con mucho amor en la olla normal y corriente.

Más tarde, no mucho más, troceamos las lonchas finitas finitas de jamón con salmón. Lo echamos en la olla esa, y lo removemos todo muy bien, como si de repente todo se convirtiera en una noria sin fin; tiiii tirorariiii, tiro tiro tarira tariiiiii; y si eso nos compramos una manzana dulce y un algodón también dulce y luego nos quejamos de que nos duelen las muelas.

Tapamos la olla normal y corriente, le ponemos la pesita en la válvula de seguridad, y le damos toda la fuerza que podamos al fuego de la cocina, vamos, si es necesario prendemos hasta la misma cocina para que haya un buen fuego, y si eso, esperamos a San Juan y prendemos una gran hoguera en medio la casa, ¡¡hala!!

Cuando la pesita anda como loca girando y girando cual loca de atar, bajamos el fuego y dejamos que cueza durante cinco o seis minutos, sin más, no hace falta hacer ningún sortilegio.

Pasado ese tiempo y para comprobar lo que ha pasado ahí adentro, le vamos dando golpecitos a la pesita para que el vapor vaya saliendo poco a poco. No podemos quitar la pesita así de repente porque la descompresión puede ser muy violenta, y luego nos quejamos a nuestra tía paquita de que nos han pegado, y es que claro, no se puede ir atusando por ahí a las ollas con pesita, las pesitas, como todo bicho viviente, tienen sus derechos; v. pte. Enci. (Ver parte de la Encina.)

Miramos atentamente, y si todo ha ido bien, el arroz estará todo aplacadito junto con sus trocitos de jamón al salmón, las patatitas y todo lo demás, ¡qué pedacho de herbosura, de perdad!, ¡qué lindo! Da hasta pena despertarlos de su dulce sueño.

Que os guste, y el que no se crea que esto es una receta de verdad, que me lo diga, si si, que me lo diga a la cara, ¡vamos!, venga, ¿a como que no me lo dices?? Pos claro, como que son de verdad. Venga, inténtalo, haz la prueba, y si no quedamos en el Jardín.

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9. PURÉ BICOLOR.

Un puré bi color quiere decir que los colores que utiliza son bi, esto es, más brutos que un aráo, pues bi no se escribe con b sino con h, pero eso son otras cuestiones.

Cosas indispensables para preparar un Puré Bicolor:

La olla supersónica como siempre. Una nevera donde estén resguardados algunos de los principales ingredientes de las distintas comidas. Un día soleado almibarado con remolachas azules, y un buen despertador para no quedar en el limbo. Y una batidora de tipo batidora-batidora con aspas en la parte de abajo.

Ingredientes:

Patatas: Tres, o lo que es lo mismo, trescientos gramos sin la cáscara o piel.
Zanahorias: Una, que pese lo que le de la gana, no la vanos a tallar para que haga la mili.
Sal: (Mirar, lo siento, es que poner "las" me deja intranquilo) Lo de siempre.
Ajo: Un diente gordo y hermoso.
Aceite de oliva: ¿Pues qué va a ser? Un chorrín.
Agua: Medio litro excato y preciso. Lo de excato es un error, quiero decir exacto.

Preparación:

Si todavía no sabes preparar un puré, vamos habiáos. Pero como esto es una receta en donde todo se ha de aclarar, vamos ya con la aclaración; teniendo en cuenta siempre, que luego, además de los perfumados y los centrifugados, hay que tender la ropa o meterla en la secadora.

Lo primero pelar las patatas; ya hemos explicado hace poco en un cocido cómo se pelan las patatas, así que no me hagas que lo repita. Una vez peladas se cortan en trocitos pequeños, tampoco muy pequeños, luego se pierden y hay que llamar a los civiles.

Lo segundo lavar la zanahoria. Se deja lavar bien, no es nada gruñona y como además no hay que utilizar un exceso de jabón, pues chachi piduli. Luego también se rebana bien, es mejor en este caso rebanar que cortar, no es que la zanahoria de repente se vaya a convertir en pan, pero todo puede pasar.

Una vez todo cortado se echa a la olla que tiene ya su agua, su sal y su aceite, y evidentemente su diente hermoso de ajo bien troceadito también. Sí, es un poco latoso, porque luego se va a convertir en puré, pero es mejor pecar de excesivo que pecar con una caña sin hilo, es de siempre sabido por todos los peces.

Se deja cocer una vez haya bufado de lo lindo la olla, diez minutos a fuego lento. Si el fuego no se deja poner en lentitud absoluta, se utiliza el método tortuga-caracol, que consiste en comprar una tortuga galápago en una tienda de animales, y salir al jardín o a un parque a buscar un caracol, se ponen ambos animalillos al lado de la olla con mucho cuidado de que no se quemen, y se les deja ahí hasta que el fuego de la cocina copia por mimetismo el comportamiento de ambos seres extraños. Para el fuego son seres extraños, no está acostumbrado a cohabitar con semejantes animales. ¿Lo comprendéis, verdad?

Con todo ese rollo el tiempo ya ha pasado y ya podemos destapar con sumo cuidado la olla. Veremos y nos daremos cuenta al mismo tiempo que las papas y la zanahoria han quedado bien tiernitas, si no es así, se les da una voz y ya saben qué es lo que pasa.

Es entonces que sacamos el grueso del producto, o sea, las papas y la zanahoria y las vertemos en un recipiente apto para introducir a continuación la batidora tipo batiodra-batidora con aspas en la parte de abajo. Pero, para que sea bi color, o sencillamente bicolor, es necesario que en el primer grueso se recoja más de la zanahoria que de la patata; tampoco hay mucha opción donde elegir, una zanahoria es siempre UNA zanahoria, todas son naranjas, así debe ser, así es, así sea.

Le damos caña a la batidora, o le damos fuerza, o sencillamente le damos al botón, que es más sencillo. Si es una batidora de verdad batirá todo con sinceridad, si no lo es batirá las cosas de mentira y encima hasta es capaz de hacerte burla; capón que le crió claro.

Cuando esa parte ya está batida, a continuación cogemos lo que ha sobrado, que es mayoritariamente papa, y la batimos también. Se echa por encima del puré conseguido anteriormente con la mayoría en el senado de zanahoria, y ¡hale!, ya tenéis un puré bicolor más majo que un cuadro concretista.

( Todos estos platos son para una persona, por eso los ingredientes son tan pocos. Esto de vez en cuando merece la pena reiterarlo porque lo mismo lo vais a hacer para una montonera de gente y luego me decís que a ver qué pasa que aquí no hay ni para un canario; los canarios, amigos míos, no comen purés, comen alpistes, eh, bueno.)

Eso ha sido un consejo consejoso de Jasper y los Tetrabolks.

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10. ENTREMEZCLAMIENTO DE PASTAS A LA ESPINACA.

Este plato es un plato de muy dioses y maestro señor mío elevado a la quinta potencia o más.

Elementos, que vamos, es que...!!

Una sartén, como siempre, con forma de sartén. Un pesito mono pero que no se balancée por todas las partes de la cocina. Unos platos redondos, y alguna cosilla más que se nos ocurra.

Ingredientes:

Pastas variadas: Esto es, macarones de colores, macarrones normales y tallarines.
Algún fiambre: Me refiero de esos del supermercado, no en plan Frankestein. 100 gr.
Mantequilla y esas cosas, como siempre.
Espinacas: 250 gr. Mucho cuidado con que el amigo Popeye no esté cerca.

Preparación:

Es un plato muy divertido de preparar, pues puedes hacerlo bailando una polka, por ejemplo, pero no es del todo aconsejable, no acabarías nunca.

Se cuecen todas las pastas a la vez; pueden ser unos doscientos gramos. Se cuecen durante diez minutos, con su sal y toda la pesca; los anzuelos se apartan que luego no se digieren bien.

Una vez cocidas las pastas, se cuela el agua y se echa a la sartén esa con forma redonda. Tampoco conozco muchas sartenes en forma romboidal, pero en estos tiempos nunca se sabe qué pavadas hay por ahí.

En la sartén echamos la mantequilla, un poco ajo en polvo, y los cien gramos de... por ejemplo, mortadela, y si se siente sola, se le puede ehcar filemona, y un poco de doctor bacterio, vale. Se remueve bien, y ahora, una vez preparado, nos lo intentamos comer todo. Veremos que es imposible, que es algo bestial, ¡qué exageración de plato! Nada, hay que guardarlo en la never. Se guarda, si es por la noche se le dan dos besos y si es por la tarde se le dice "Buenas tardes tenga usted", el plato de pastas no dirá nada, como es de imaginar, además, como alguien te vea diciendo eso a un plato de pastas lo llevas crudo.

Entonces llega el día siguiente y casi como que te has olvidado de ese plato de pastas. Pero.. de repente oyes algo, es en la nevera, ¡¡por los dioses, el plato de pastas!! ¡¡De estupendo mega plus!! Entonces aquí entra en juego el alimento de hierro y vitamina A, ¡las espinacas!

Las cocemos bien cocidas, con su ajo y su aceitito. Una vez cocidas como se cuece toda verdura, ponemos a calentar el platazo de pastas en la sartén del otro día. Que esté limpia, claro, no vamos a ser tan vagos. Cuando ya esté recalentado y en su punto, se agregan las espinacas. Se remueve todo bien, ¡¡y no veas qué pasada de plato!! Esto sí que te lo comes, porque como no es mucha cantidad, entra de lo lindo. ¿Hay problemas? Pues a la reventa, te sacas unos durillos o la moneda que sea menester, y punto.

A disfrutanlo, pon dión.

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11. PLATO PLATOSO COMPLETOSO.

Es una novedad absoluta, pues hasta el momento dábamos una receta y listo, pero hoy es necesario que sea toda una comida; hay que quedar satisfechitos.

Utensilios, que hace mucho que no utilizo esa palabra, pobrecita ella, abandonada en el baúl de las palabras.

La tabla de nuestros amores. Un cuchillo que se afile solo mientras canta en la ducha; siempre en la ducha, es un cuchillo enamorado de Hitchcoth, o como se escriba ese buen nombre. Un buen aparato de música para ponernos las pilas, o para ponérselas a él. Y un plato, sí, uno nada más.

Ingredientes para el primer plato:

Pescado blanco: 170 gr.
Huevo: Uno.
Pan rallado: Pues un poco.

Ingredientes para el segundo plato:

Lechuga: Una pequeñaja.
Aguacate: Uno normal.
Zanahoria: Una anormal.
Aceite de Oliva Puro Virgen del primer Prensado: Un chorrín.

Preparación de todo junto a toda leche:

Aquí es importante que en el aparato de música suene a toda pastilla o bien un tema de Koyaanisqatsi, o bien una de las Danzas de Glass; es brutal hacerlo todo a toda velocidad; controlando eh, no os vayáis a creer que se hace a lo loco. Se hace con una Locura Divina. "Danza danza danza danza danza danza danza danza danza", y así hasta que alguien, -si vives acompañado-, entre en la cocina y te diga a voz en grito: "¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿Tu es que te has vuelto loco??????!!!!!!" Pero tú a lo tuyo, que necesitas concentración: "Danza danza danza danza danza danza danza danza danza", y si puedes mover un poco la cabeza mejor, sí, de un lado para otro, así: "Danza danza danza danza danza danza danza danza danza".

Bueno, pues el pescado no tiene mucho secreto, ¿verdad? El pescado viene del mar, generalmente con una anguila bajo el brazo; a veces es un poco vaga, otras veces es un tanto tiquismiquis, pero eso con un buen psiquiatra se le quita. Se coge el pescado, se le corta en pedacillos, se embadurna en el huevo que previamente hemos batido con energía y al ritmo de la danza: "Danza danza danza danza danza danza danza danza danza" pero con mucha energía ¡¡¡clas clas clas clas clas clas clas!!!

Luego de la embadunación se le puede enterrar; no, en el jardín no que luego se llena de gatos. En el pan rallado. Y luego de enrallarse bien, a la freidora o a la sartén normal y corriente, pero debe de tener aceite; es que el no experimentado en esto de lo culinario lo mismo es capaz de poner los trozos de pescado con el pan rallado y todo y a ver qué pasa; tranquilo que no empieza a interpretar una obra de teatro.

La ensalada:

Pues muy fácil, tú tranquilo; ¿Sigues con la música? A ver que yo la oiga: "Danza danza danza danza danza danza danza danza danza" Bien, así me gusta.

La lechuguita se corta en pedazos pequeños, el aguacate lo mismo, pero no todo el aguacate, que es demasiado fuerte como para comerse uno entero. Y la zanahoria se ralla; sí, hay mucha ralladura en esta comida; no te ralles tú, porque entre la danza y el cortar las cosas... Hay que tener mucho ojo; ponte las gafas o un monóculo.

Todas las verduras se mezclan bien y luego se echa la sal y el aceite. ¡Ya está!

Pero tú sigue con la música: "Danza danza danza danza danza danza danza danza danza"

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(Serie: Espárragos trigueros, pero no confundir con los trigales y ni si
quiera con los tigres, mucho menos con la tristeza. Cap. 1, de Uno, que se
escribe.)

12. TORTILLA ESPARRAGUERA

La tortilla esparraguera es más conocida como Tortilla de Espárragos y ya
está, pero recetas de tortillas de espárragos debe haber como trescientas
mil; la nuestra, es diferente, sus espárragos están más vivos.

Elementos indispensables para preparar la Tortilla Esparraguera:

La olla a presión atómica como siempre. Unos cuchillos bien afilados por si
las moscas; matamoscas, por si vienen en tropel al olor de los cuchillos. Un
socavón en el suelo para enterrar los desperdicios de los productos que
utilicemos; todo hay que preverlo, no siempre estamos en casa haciendo la
comida, puede coincidir todo en un día de campo. Paciencia también, y lo de
todos los días: Amor. Y por si a caso, una sartén.

Ingredientes: (Siempre, no lo olvidemos, para una persona, sí, 1.)

Huevos: 2, pero con forma de huevo, si tienen otra forma es que no son huevos.
Espárragos trigueros: Una docena, o 12; en gramos no lo sé porque no los he
pesado.
Agua: 400 cc. sin más.
Sal: A gusto, no nos demos disgustos.
Leche: Un chorrín de los chorrines de toda la vida.
Ajos: Cuatro dientes; no valen más bromas, que los dientes son de ajo y no
de leche.
Aceite: A elegir entre oliva o girasó, o sea, girasol; no, todavía aceite
de giraluna no se ha inventado, lo siento. Dos cucharadas.

Preparación:

El orden de los factores SÍ altera el producto de esta receta, no es lo
mismo poner la sartén al fuego mientras preparamos toda la movida de los
ingredientes que no ponerla; si la ponemos, la sartén, puede quemarse el
aceite, y si no la ponemos, pues no, eh?, ¿queda claro? Bien.

Lo primero que hacemos es preparar los espárragos trigueros. Es conveniente
puntualizar que son trigueros, esos que son verdes que te quiero verdes. Los
blancos ni son espárragos ni son nada, son un híbrido más raro que una rana
cantando rap. La preparación de los espárragos, trigueros, se hace de la
siguiente manera: Se coge uno a uno y se le quita la parte trasera del
espárrago, como tres dedos, en otros son más de tres dedos, depende de la
calidad de los mismos, de los espárragos, no de los dedos. Una vez cortados
se lavan bien.

Luego pelamos los ajos y los rebanamos como se rebanan los productos que se
cortan así con un cuchillo: chuí, chuí, chuí, chuí. En la olla a presión
atómica ya tenemos los 400 cc. calentándose; echamos los ajos rebanados,
luego los espárragos bien lavados y peinados; es conveniente asear bien a
todos los productos, ¿qué nos cuesta hacer las cosas bien? Cerramos la olla
y cuando bufe de lo lindo, cinco minutos de cocción a fuego lentoooooo.

Ahora la tortilla, o lo que será una ídem. Los dos huevos los batimos bien,
echamos la leche, sí, el chorrín de leche, batimos más, echamos un poco de
perejil, vale, sí, no lo he puesto en los ingredientes, pero no lo voy a
poner yo todo, algo tendrás que poner tú de tu parte.

Los espárragos ya están, ¿no los oyes?, pues sácalos que se van a asfixiar
de estar ahí metidos tanto rato. Los sacamos, y con la ayuda de un tenedor
cogiéndolos por la parte de abajo, con las tijeras vamos cortándolos a
pedacines y los echamos en el bote o plato donde estén los huevos batidos.
Uno, otro, otro y así hasta los doce. Podremos observar fácilmente que no
hay por qué recortar todo el espárrago, la parte trasera sigue siendo dura y
no es plan de meterla en la tortilla, es un asco luego estar comiendo esta
delicia y andar ahí haciendo cochinadas. ¿Ya están? Bien. Mientras hemos
estado haciendo esta operación, ya sí hemos podido preparar la sartén con el
aceite; ¿Que no se te había ocurrido? Pues ahora a esperar hasta que el
aceite esté bien caliente.

Ya está caliente, entonces vertemos la mezcla de los huevos batidos con los
espárragos bien cortados. ¡Qué glorioso ese fffsssss!! que hace el contacto
con el aceite! Esperamos un poco, movemos, tal, cual, y al ratillo le damos
la vuelta. Otro momento y... ¡Taránnnn!! La tortilla esparraguera está
lista para ser degustada.

Que la gustéis bien y que aproveche.

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13. ARROZ ESPARRAGOSO.

Ninguna sinonimia ni anemia con un oso, que quede claroso.

-Elementos indispensables hasta decir ¡dientes!, para hacer el Arroz
Esparragoso:

Lees lo que necesitabas para hacer Tortilla esparraguera y listo, algo que
yo me ahorro y algo que tú te ahorras; yo ahorro, tú ahorras, él ahorra,
nosotros ahorramos, y ea!, aprendemos un verbo olvidado por los actemos. A
parte, añadimos una olla convencional, porque la atómica para estos casos es
un poco arriesgado, nadie sabe qué consecuencias pueden ocurrir o trasladar
en el espacio y en la villa.

-Ingredientes: (Esta vez para dos personas y media)

Arroz: Un vaso de 250 cc., en peso imagino que será otro número, pero no lo
he pesado.
Agua: 500 cc. más 150cc.= ¡¡650 cc.!!
Espárragos trigueros: 16, 8 y 8, ¿entiendes?
Ajo: Lo convencional.
Cebolla: En dados y que no sean ludópatas, media cebolla.
Zanahoria: Una, y que sea naranja, no de otro color.
Sal: Pues eso, como siempre pero tirando a más.
Salchichas: Dos, o en su defecto 2.
Aceite: Un chorriruelo de ná.

-Preparación:

Lo primero de todo poner el chorriruelo de aceite en la olla convencional,
momentos después los ajos troceaditos y los dados no ludópatas de cebolla.
Mientras se hacen preparamos lo demás, que es cortar la parte baja de los
espárragos, lavarlos bien, incluidos los dientes, aunque difícil lo veo
puesto que los espárragos que se sepa carecen de esa fea parte. Trocear las
salchichas en trozos, evidentemente, no vamos a trocear las salchichas en
renglones, eso es para otros asuntos y para cuando las salchichas empiecen a
ir a la escuela. La zanahoria también la partimos en rodajas tipo "rodajas
de zanahoria".

Una vez que están dorados tantos los ajos como las cebollas endadadas, o en
dados, podemos echar el vaso de arroz. Lo revolvemos todo muy bien, que todo
el arroz quede impregnado de ese aceite con el ajo y la cebolla, ¡qué
embadurne! Y a continuación los 650 cc. de agua, que para el que no tenga
medidor son dos vasos de agua hasta arriba y un poco más, no hace falta
romper un vaso para conseguir ese poco más de agua, nos podríamos hacer daño
y encima causar daños irreparables en el esófago de alguien, nada, olvida
esa idea.

Se revuelve bien todo de nuevo y echamos entonces la sal, y luego después
todo lo preparado anteriormente: la zanahoria, las salchichas y los
espárragos. Los espárragos lo último, y que todo quede cubierto de agua, lo
que quiere decir que vosotros mismos os habéis de dar cuenta si los 650 cc.
de agua son suficientes o hay que echar una poca más; en todo no puedo
estar, porque además no sé qué tipo de olla vas a utilizar. Puedes hacer una
foto a la olla y me la mandas en archivo tipo ".olla", y que sonría, sino no
queda simpático.

Una vez todos los elementos en la olla, se cierra y se pone a fuego rápido
de más de cien KM/h. hasta que resople como una locomotora. Cuando ese
momento llegue y no otro, bajamos la intensidad de la velocidad del fuego a
25 KM/h., y contamos 10 minutos. Con diez minutos conseguimos un arroz
pastoso y alucinante que es una delicia. Lo mismo con ocho minutos cuarenta
y siete segundos y siete décimas consigues un arroz de ese que se separa y
todo, pero entonces ya entramos conn problemas de independencia y eso no es
bueno. El arroz, junto, y pastoso.

Es un plato exquisito y portentoso, y no necesitas más platos, este es más
que suficiente. Espero que te guste.

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14. BRÓCOLI MUTANTE A TORTILLA.

Extraño nombre, ¿verdad?, pero es que todavía no se le puede poner nombre
hasta que no se establezca la ley de la casuística con ruedas tres por tres,
paciencia.

-Elementos que de no ser por ellos no podríamos hacer un brócoli mutante a
tortilla:

Una sartén del tipo "mira qué pequeña soy, pero qué buenos resultados doy",
un encendedor eléctrico acoplado a la tostadora que a la vez tenga un
televisor, una radio y una maquinilla de afeitar bigotes de hamster. Un
tenedor tridente de tres puntas, y una amasijo de dudas por si los casos.

-Ingredientes:

Brócoli: 400 gr., podemos poner 401 si es nuestro antojo.
Huevos: Tres, pero que la yema la tengan por dentro, y las yemas nuestras
no se hagan daño.
Ajos: Tres dientes tres.
Aceite de oliva: Lo de siempre.
Agua: Ponme un vaso, no, para el plato, ah, sí, un litro.

-Preparación:

Lo primero que todo poner el agua a hervir con su sal y su agua, no nos
olvidemos nunca del agua, que luego la cazuela se pone hecha unos zorros y
nos araña. Cuando el agua ya esté en pleno blop y blop, o sea, hirviendo, se
vierten o echan los 400 gr. de brócoli, y a partir de ese momento contamos
unos ocho minutos, y si nos ponemos muy qué o muy tal, que sean 8 minutos,
treinta segundos y cuarenta centésimas de segundo; si eres matemático puedes
hacer la potencia de todo eso y te lo tomas con un refresco.

Los ajos los pelamos y jugamos al parchís un rato, pues no les gusta estar
en el agua desde el primer momento. Luego de ese momento de distendimiento,
los echamos junto con el brócoli. Pasan los ocho minutos y todos los demás
segundos y quitamos el agua con un chisme de esos que sirven para escurrir
este tipo de cosas; lo que popularmente se denomina "escurrir el bulto", no
es otra cosa que hacer esa operación de colar los productos hervidos... sí,
te escucho en estéreo, gracias.

Bien. En la sartén entonces ponemos el chorrín de aceite, e inmediatamente
después el brócoli todo tierno y blandito, o todo blandito y tierno; cuando
está tierno de verdad hasta te lanza besitos, es de un cariñoso... Entonces
entran en acción los huevos. Echamos los tres juntitos de la mano, paseando
por el jardíííín, y esperamos a que se haga una pasta de esas que para qué
te quieres comprar una pasta si la tienes a punto de crear.

No dejamos mucho tiempo al fuego con todo eso, entre otras cosas porque se
pega que da pena. Lo removemos todo bien y al instante tenemos lo que podría
ser una tortilla si tuviera dos huevos más, pero como es una mutación, lo
dejamos así. Está que te pasas por las brasas y cunde cantidad.

¡Disfrútenlo y me dicen qué tal! ¿Bien? ¿Y la familia? Me alegro.

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15. CALABACINES A LA MEZCLA ALBOROTADA.

Para cuando todo esto esté en una carta de restaurante como debe de ser,
será muy gracioso ver al camarero apuntando a toda velocidad garrapateando
en su libreta de apuntes, je je je.

-Elementos cuya disposición es en horizontal y no muy lejos de nosotros
para preparar este delicioso guiso de Calabacines a la mezcla alborotada:

La olla supersónica, una cocina en condiciones y que no esté en obras.
Utensilios prácticos como una aceleradora de partículas, un rayo láser y una
foto de clinton para tirarle los desperdicios, y una cuchara en forma de
tenedor.

-Ingredientes:

Calabacines: Tres de tamaño considerable.
Zanahorias: Dos pero menos considerables que los calabacines.
Patatas: Una, o sea, 1 patata mientras sonreímos.
Agua: Litro y medio.
Ajos: Estoy a punto de dejar de poner "ajos", pues en todas las recetas
salen, ¡los de siempre, leñe!
Cebolla: En daditos octogonales, media de la misma.
Medio litro de besamel: La preparación de este producto se puede ver en
anteriores recetas, no tengo tiempo de repeticiones, ¿vale? Gracias, sí, en
la página, o en la nuestra o en la nuestra.
El aceite y la sal, ¿vale? Bueno.

-Preparación:

Muy sencillo, todo, muy sencillo, que no cunda el pánico; la escalera de
incendios despejada, por favor, nunca se sabe lo que puede pasar, gracias.
Primero se pone a calentar el litro y medio de agua con su sal
correspondiente y los ajos bien partidos, bien con cuchillo o bien de la
risa después que les contemos un chiste de los buenos, buenos; es importante
siempre la comunicación con los productos que cocinamos; todo tiene vida, no
lo olvides; tampoco exagerar, si hay otros seres a parte del producto en
cuestión, por favor, mirar bien, no sea que estemos ante un insecto o bicho.

Bien. Los calabacines se lavan como siempre se han lavado, con agua y
jabón. No tengamos problemas porque al ser esta hortaliza o producto de la
huerta muy compacta y poco transpirable, -lo que la hace fuerte y
aguerrida-, no le afecta el jabón a los ojos; podemos ponerle un gorro para
que no se moje el pelo, pero como el calabacín es calvo, pues sin problema.
Una vez terminada la operación de aseo, pasamos al rebanado, o sea, al
despiece o corte y confección. Todos bien cortados se van directamente al agua.

Preparamos las zanahorias de la misma manera que los calabacines, solo que
con más ahínco en el lavado, que las zanahorias son más salvajes. La cebolla
también se puede echar ya; en realidad se echa todo a la vez, con cierto
orden, tampoco vamos a poner las campanas al viento, todo a la vez no puede
ser, una cosita hoy y otra cosita también en el mismo hoy pero al rato. La
patata se pela. Sé que hay platos donde las patatas se cuecen con piel, pero
no es el caso. La patata no es tan pudorosa como la pera, no le importa
estar toda ella desnudita, no nos alborotemos nosotros, el alboroto es el
plato mismo que estamos preparando.

Lo tapamos bien y cuando se ponga a hacer el característico fssssss que
hacen todas las ollas, bajamos el fuego y lo dejamos cocer durante 5
minutos. Mientras preparamos la bechamel, que en modo breve es poner, de
medio litro de leche, 425 cc. a cocer, y el resto para la mezcla de la
harina de maíz. Una vez que hierve la leche, se vierte la mezcla de la
harina y se agrega sal y ajo en polvo; un poco de colorante alimentario por
aquello de que parezca algo más que una vulgar papilla.

Eso se hace con los ojos cerrados, si no puedes cerrar los ojos que te
pongan una venda, puede ser buen número para el circo.

Una vez cocido lo de la olla supersónica se abre, se cuela bien el líquido
elemento y a lo sólido, esto es, a los calabacines, las zanahorias y demás
se le echa un chorro de aceite puro de oliva del primer prensado; la segunda
edición no vale, ya no es puro. Luego se echa por encima la bechamel o
besamel, -según queramos un beso o un becho-, ¡y listo! Un pedazo de plato
que ni el Arguiñano, oiga ;-)

Disfruten, festejen y no se acuesten muy tarde que no dejan dormir al vecino.

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16. UNA CENA PERO BUENA BUENA.

Lo que significa que es una idea para preparar una cena al completo con su
fuerte y todo y no quedar hambre después.

-Elementos primordiales para la preparación de Una Cena pero buena, buena.

Un buen calzado para poder moverse de un lado para el otro dentro de la
cocina, pero lo que es la habitación, no encima de los fogones ni por dentro
del horno, no cabemos. Distinto material cuchillil, o lo que es lo mismo,
buenos cuchillos y demás herramientas del bricolaje de la cocina de hoy en
día, de venta en su kiosko de al lado de la esquina. Sartenes, ollas, y
hasta un horno microondas.

-Ingredientes:

Pan: Una rebanada grande y la mitad de otra.
Aguacate: Uno, pero que esté seco, no vale con agua, y el cate solo tampoco
porque duele.
Macarrones: 60 gr. de nada.
Champiñones: Bueno, unos pocos, no los he contado, pongamos que 8 y medio.
Queso rallado: Lo que es una pizca de tres dedos.
Leche: Una mingurriez.
Sal, aceite de oliva y ajo, los tres en conjunto y como siempre; si nos
salen trío de cuerdas, mejor, así nos entretienen.

-Preparación:

Muy bien. Como vemos se trata de una cena que se compone de tres platos,
pero nada de suculencias, menudencias en todo caso pero de una exquisitez
que ni el más pobre de los presidentes de Europa.

Vayamos primero con lo del pan y el aguacate. Se trata de preparar una
rebanada impresionante y media más, untada con aguacate. Hasta aquí parece
que no hubiera ningún misterio. Es normal, nos falta la música, podemos
poner la banda sonora de Psicosis. El pan lo ponemos a tostar en el
microondas; ya sé que se puede poner en una tostadora o en una sartén bien
limpia, pero resulta que yo utilizo el gril del micro, ¿vale? Bueno. Pues
eso, que ponemos a tostar el pan como sea y al precio que sea. El aguacate
lo pelamos, le quitamos el huesón que tiene en el medio, pues no podemos
llamarla "pepita", tampoco sabemos cómo se llama, lo mismo es Fernanda o
Paco. Pero de todos modos debemos de quitarlo. El aguacate a todo esto debe
de estar bien maduro, nada de verdeces que eso entonces es más indigesto que
comerse una bicicleta con manillar incluido.

Una vez bien pelado y extraído el huesón, lo machacamos bien con un
tenedor. Luego espolvoreamos ajo que esté en polvo, de otro modo no podía
ser porque los ajos no nacen espolvoreados, por lo tanto debe de ser un ajo
deshidratado y con ganas de beber mucha agua. Luego la sal, y entonces lo
revolvemos bien en un seguimiento del machacage.

Ea, ya tenemos esa delicadeza preparada. Cuando el pan tostada ya esté
listo, esto es, con beca y un buen portafolios, frío, vaya, untamos la
extraordinaria mezcla de aguacate, sal y ajo en polvo.

Los macarrones, pues eso, como se hacen los macarrones, como se hacen los
champiñones, y luego ya en la mezcla, ahí sí, prestar atención: Por un lado
se cuela el agua de los macarrones y por otro lado colamos el agua de los
champiñones. Si ambas cosas las podéis hacer al mismo tiempo avisadme, será
digno de ver cómo os han crecido dos brazos más. Una vez que están colados
los dos productos, lo vertemos todo en una sartén bien asartenada y con el
mango bien agarrado o cogido. Se echa el poco de leche, otro poco de ajo en
polvo, algo de caldo que tengamos de la comida pues habremos hecho algo que
de caldo, y finalmente el queso rallado. Todo esto va como van esas cosas
que se dice: "Sota, Caballo y Rey", ¿y el As? En la manga, ¿dónde si no?

Bien, pues ya está listo ese delicioso plato que irá después de comernos
con ansiedad incluida la tostada y media de aguacate.

Y como postre media papaya. La papaya se prepara de una manera muy
práctica, como es la de pelarla primero y luego abrirla por la mitad. Que yo
sepa no tienen horario, así que en cualquier momento es bueno. Una vez
pelada y abierta por la mitad, se le quitan esa barbaridad de pipos o
pepotes que tiene en su interior, casi más semillas que fruta, ¡qué
exageración! ¡Qué protagonismo! Una clase de humildad no le vendría mal a la
papaya, hablaré con sus padres. Pue eso, que una vez pasada toda esa
operación, partimos esa mitad en medio finas lonchas de manera transversal,
y luego de esa transversalidad ecuánime y pizpireta, las partimos otra vez
por la mitad. Es como lo de la Pantera Rosa, sí, a eso recuerda, plegando y
plegando las cosas hasta que se las mete en el bolsillo; no, la papaya no se
mete en el bolsillo, ¡vaya chapatoste!

La presentación de la papaya es importante, pues al ser una fruta de tan
bellos colores, necesita de un plato azul marino para su puesta en escena, y
formando círculos lonchita por lonchita, claro.

Y hasta aquí esta "Una Cena buena, pero buena.. que diga "Una cena pero
buena, buena". Que os siente bien y hasta el próximo día.

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17. FLAN DE ALMENDRAS AFRESADAS

Lo que significa en idioma normal y corriente que es de almendras y de fresas, pero ya iremos deshaciendo el enredo de cómo se hace y cómo se come, ÑAM!

-Elementos indescriptibles con los que debemos de contar a la hora de preparar un Flan de almendras afresadas:

Una superficie plana en la que poder colocar cosas como un cuenco de cristal, no es necesario que sea tibetano. Un cubre manteles de corcho medidas regulares de las de antaño. Un sobre de liquidación de meses atrasados que no esté manchado de aceite, y un grifo muy a la mano.

Ingredientes:

Crema de leche de almendras con fructosa: Cinco cucharaditas bien colmadas o hartas, de las del tipo café cafetoso, cuj cuj. Azúcar morena: Cuatro cucharaditas también hasta la coronilla de igual tipo que la de café cafetoso pero dándole una pastilla pá que no tosa. Harina de Maíz: 40 gramos, aunque es preferible que sean 43, porque la masa así lo pide; (entonces di 43 gramos sin más rodeos) No, porque yo digo lo que sé y lo que luego averiguo, solariego. Agua: Medio litro o en su caso 500 cc. Mermelada de Fresas: Dos cucharaditas de las de aquellas. Pero eso sí, que sea mermelada de fresas con fresas, no de esas que dicen que son de fresa pero lo único que pasa es que saben a fresas, pero una fresa no se ve ni en dibujitos.

Preparación:

Bueno, pues imagino que no se os habrá olvidado cómo hacer un flan en general; ¿se os olvidó? pues consultáis la página, voy algo rápido y no me puedo entretener. (Tranquilos porque seguro que lo explica de nuevo).

Pues eso, la preparación de este flan no dista mucho de el convencional hecho con leche de vaca o de dromedario, lo único que ocurre es que la leche aquí es de almendras. Ya lo sé, las almendras no pastan en ningún campo ni se las ordeña por la mañana; por la tarde ya no lo sé, no lo he observado. El caso es que en los herbolarios la suelen tener, y de dos clases, una es con azúcar y la otra con fructosa. La que nosotros utilizaremos será la de fructosa. Bien. Del medio litro de agua como en el caso de el flan de leche, se retira un chirrisquitirrín, donde verteremos los 43 gramos de harina de maíz. El resto del agua lo ponemos a calentar a fuego lento; echamos las cinco cucharaditas de leche de almendras y removemos. (¿Qué os dije?, lo explicó)

Esperamos.

Una vez la espera se ha sucedido seguimos el removimiento; subimos el fuego un tanto, removemos a más velocidad, 35 r.p.m. está bien, sí, te escucho... Cuando rompa a hervir de esa manera que ya sabéis en la que casi colisionan las partículas beta con las ceta, vertemos la mezcla del chirrisquitirrín de agua con la harina de manera que se homogeneice hasta que se convierta en una masa dddddddeeeeeennnnnnsssssaaaaa. No paramos de remover pero ni un segundo, que el peligro de pegaje o de pegosidad es inherente al producto de sus resultados fallidos.

Escogemos el cacharro de cristal adecuado, ponemos en el fondo las tres cucharaditas de mermelada de fresas, y a continuación echamos la masa dddddddeeeeeeeennnnnnssssssaaaaa muy despacio, para que así la mermelada se haga a la presencia de la masa que hará que todo se solidifique en forma flanosa profesional. Dejamos en paz al cacharro unas pocas de horas y luego lo introducimos o metemos en la nevera para que esté fresquito a la hora de tomarlo. Ea, ya está.

Es un postre exquisito, -mira que me da asco la palabreja-, y sienta la mar de bien, pues nos beneficiamos de las buenas propiedades de la almendra; digestiva, suavizadora del tracto digestivo y muy rica en proteínas, minerales y de todo lo bueno que os podáis imaginar. Hala, pá que sepáis un poco más.

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18. DELICIA DE AGUACATE AJOSO.

O dicho de otro modo, -lo que pasa que es más largo y más difícil de recordar-: Rebanadas de pan tostado con aguacate y ajo. ¿Os habéis fijado? Son el doble de palabras, y eso en una carta de restaurante no está bien visto.

-Elementos indispensables para preparar Delicia de Aguacate Ajoso:

Buenos cuchillos como para todas las recetas pero más aún. Una tabla de madera que sea de madera. Un alma incansable propia de los Incansables. Sesenta segundos de cada minuto, y una alfombra para no electrocutarnos cuando salimos de la ducha.

-Ingredientes:

Pan tostado: Dos rebanaditas. Aguacate: Uno y que sea aguacate, no valen ni cacahuetes ni alcahuetes, se parecen pero tan solo en el blanco de los ojos, que además no tienen. Ajo: Cuatro dientes sin broma. Aceite de oliva: Un chorrín. Sal: Unos granulillos; inútil es contarlos, yo no sé cuantos son.

-Preparación:

Podemos optar por dos tipos de pan tostado: Lo podemos tostar nosotros, o podemos utilizar de esas rebanadas chicas que ya están tostadas y se venden en los supermercados. Es mejor la segunda opción, porque el valiente que se atreva a meterse pá dentro un par de tostadas de esas grandotas de ajo, je, que me lo diga.

Bueno, pues entonces imaginemos que hemos optado por la opción dos, esto es, la de las tostaditas de supermercado. Pillamos a las dos tostadas, si lo hacemos in fraganti o en fragancia es más divertido, ellas se asustan y entonces el ajo ya no será problema para ellas. Una vez las tenemos como amigas, aunque sea a la fuerza, las dejamos en paz un rato; sabemos que dos tostadas ya están esperándonos.

El aguacate debe de estar maduro, nada de aguacates primerizos ni con granos, nada de eso. Esto es muy importante, nunca comamos aguacates verdes, son muy fuertes para el estómago, y luego ay ay ay!, y nos ponemos malitos. Lo pelamos, y una vez pelado lo partimos por la mitad con cuidado puesto que tiene un pedazo de hueso descomunal en el centro. Lo abrimos por la mitad y se lo extirpamos. Generación tras generación ha sido así, él ya está acostumbrado, no os preocupéis. Una vez cumplida esa acción, con un tenedor de acero de verdad, no de esos tenedores que hacen ahora de papel de envolver bocadillos, lo machacamos bien machacado; que quede como una pasta homogénea, pastosa, claro, porque si va a ser una pasta homogénea que no es pastosa, ni es pasta ni es ná.

En el plato donde hagamos eso, echamos la sal, un buen puñaíto, pues el aguacate como en sí mismo no sabe a nada, pues tanto da. Para que el aguacate nos dure el mayor tiempo posible, -pues todo no lo vamos a utilizar-, existe una técnica impresionante que es la de "tápalo bien con papel de aluminio que verás que es verdad", técnica esta utilizada ya por los aguacateros del reino de aguacatil antes de la llegada de los protohombres al este del Sudán. La técnica consiste en poner un trozo de pedazo de papel de aluminio que cubra bien todo el plato, pero, -y aquí reside el secreto-, que el papel de aluminio se pegue a la pasta de aguacate. El aguacate es poco serio ante el oxígeno, y al rato se oxida; es curioso, ¿verdad? El oxígeno lo oxida, claro, son palabras hermanas. El papel de aluminio, al estar en contacto con el aguacate apastosado, hace que las moléculas del estambre izquierdo psicoloidal, se mantenga en un ph centralizado y con ejes de paradixolopía. Hacerlo y ya veréis. Pero de verdad, no vale con solo taparlo, es lo mismo, en cuanto que haya una pequeña cámara de aire, hala, se oxidó.

Los cuatro ajos se pelan; imagino que sabréis pelar ajos, porque ellos solos no se pelan, todavía no han aprendido. Bien, una vez pelados, se parten un poco para que la batidora los bata bien; una batidora bate, una no batidora, no bate, ley imprescindible para la cocina de hoy. Podríamos utilizar la técnica ancestral del macerador y todo eso, pero la verdad, no hay tiempo, hay prisa más bien. ADVERTENCIA : Ni se os ocurra utilizar un chisme que se supone que está hecho para los menesteres de machacar ajos; al menos los que hacen ahora parecen de cualquier material menos hierro o acero, y acero inoxidable, menos todavía, qué cosa más cutre. Nada, queda desestimado el utilizar ese artefacto, es dañino para la salú.

Bien, pues una vez troceados los ajos, lo batimos y es en este momento que echamos el chorrín de aceite, para que la pasta, en este caso de ajo, lo parezca más. Si con cuatro ajos la cosa no funciona porque las aspas de la batidora no destruyen bien los pobres cuatro ajos, echamos ocho, el resto se guarda bien tapado y así tenemos para otro día.

Bien, pues ya está todo bien conformado. El aguacate listo, el ajo también, así pues llamamos a filas a las rebanadas: ¡¡Rebanaditas, vení pa cá!! Las cogemos amistosamente y sin que se den cuenta primero las untamos con el ajo, y después con el aguacate y queda de verdad que ni os cuento, de foto; y para el paladar algo exquisito, porque si bien el ajo es verdad que pica y pica fuerte, el aguacate le da una suavidad riquísima.

Probadlo o probarlo y ya me diréis.

Un abrazo verde y hasta otra.

Fue una producción de "Con los dedos en la masa y Con los dedos en la mesa A.S. "

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19. DELICIA DE NARANJANO MMMMM!!!!

(Lo que nos hará reír mucho cuando el camarero en un Restaurante de Absurdia tenga que decirlo en alta voz ó voz alta; y una cosa, "Naranjano" no es un error, es así, ¿vale? Ah, bueno.)

-Elementos requeridos e insustituibles para preparar Delicia de Naranjano:

Un porta cuchillos de madera con cuchillos doblados que te los regalan en un supermercado; una tabla de madera que ya la hemos sacado a la palestra muchas veces, un suelo de loza para que cuando caiga el cuchillo haga clink! Una tonelada de paciencia, y un cuarto de soberbia. Y Música, evidentemente, a poder ser el Cuarteto Orquestado del Cuarteto Número Catorce de Beethoven. Y una licuadora, claro.

-Ingredientes:

Naranjas: Lo menos un kilo y medio, o para que nos entendamos mejor, 1 kilo, ó un kg. más medio de otro, de otro kilo, se entiende. Plátanos: Jops!, ¿Plátanos? Sí, por eso se llama "Delicia de Naranjano". Dos Plátanos, o dicho en forma de adivinanza: Amarillo por fuera, blanco por dentro, plata no es, qué es entonces sino??? ¿Un rosal??? NO, un Plátano, pero en este caso dos. Canela: Una poca. Agua: Medio vaso de 250 cc., como una moto de las pequeñas para que nos hagamos una idea. Harina de maíz: 80 gr. Fructosa: Seis, o sea, 6 cucharaditas de café.

-Manera de operar, ó, modo de hacer:

Aquí la paciencia entra en acción desde el primer momento, porque pelar un kilo y medio de naranjas tiene narices y además de esas rojas de payaso con goma. Así pues, nos liamos a pelar un kilo y medio de naranjas; naranjas a todo esto que sean de color naranja y que sean de fruta, a ver si nos vamos a equivocar con esas que son de adorno y que aunque sean de color naranja, NO SON NARANJAS, son naranjas de adorno. Una vez comprobado ese detalle importantísimo, y una vez que tenemos toda esa montonera de naranjas peladas y con un complejo de soldado raso después de pelar patatas, nos disponemos a la partición en pedazos adecuados para introducirlas en la licuadora. No se os olvide poner un recipiente parecido a un vaso por el surtidor de la licuadora, ¡¡qué desastre que el líquido elemento o zumo se nos pierda por toda la mesa o lugar de trabajo!!

Imaginemos que ya tenemos hecho el zumo, veremos que ha salido cosa de tres cuartos de litro de zumo, ¿estaría bien bebérselo tó entero ehhh??? ¡Pues no! Entonces nos quedamos sin la delicia. Nada, esos tres cuartos de litro se ponen a cocer en una cacerolita mona que tengamos por ahí haciendo el indio, que por cierto, es muy divertido ver a una cacerola hacer el indio. Echamos las seis cucharaditas de café de fructosa; podríamos echar tres cucharadas soperas, pero es que en el bote que tengo yo de fructosa no cabe esa cuchara sopera, además que esto no es una sopa, tampoco un café, pero el café se tiende más a sentir como algo postroso, esto es, de postre.

Vale. Dejamos cocer el zumo con la fructosa hasta que hierva; mientras removemos pues las cosas que se ponen a cocer con azúcar tienen más peligro que un niño con una plancha encendida al máximo. Vamos removiendo y deleitándonos con la Música que suena. Mientras, buscamos el molde o cacharro donde vamos a verter el contenido de lo que será la Delicia de Naranjano; una vez encontrado le podemos saludar y explicarle lo que vamos hacer con él, para que tome confianza y no se asuste. Ya conseguido ese cometido, ponemos en el fondo de ese cacharro o molde (yo recomiendo una rueda de esas que es muy divertida y que se supone que es solo para hacer bizcochos) las rodajas de los dos plátanos, de modo que quede todo bien repartidito.

El zumo ya está empezando a hervir, hay que estar al loro, o atento; en un vaso de agua casi hasta arriba pero sin llegar a tanto; medio vaso, echamos los 80 gramos de harina de maíz, lo revolvemos bien, que no quede ni un grumo; ¡¡eh!!, el agua fría, nada de tibia, ni caliente, ni peroné; FRÍA. El zumo está en plena ebullición, vertemos la mezcla del agua con la harina, removemos y removemos hasta volvernos casi psicópatas; la música suena, el extractor de la cocina está encendido, una angustia recorre nuestro cuerpo... ¡y zás!, el loco de psicosis nos aparece por el lado derecho. Tranquilo, tranquila, ha sido una alucinación.

Apagamos el fuego de la cacerolita mona y seguimos removiendo, echamos ese poco de canela, todo a la vez; vertemos con cuidado en el molde dispuesto ya con los plátanos y vemos que hace brich brich brich, y nos congratulamos por ello porque eso significa que ha salido en excelentes condiciones. Dejamos que repose un buen rato en ese cacharro. A las dos horas o así lo tapamos con papel de estatua de la libertad, o también conocido como papel de aluminio, y lo introducimos en la nevera. Mañana, esto es, al día siguiente, ¡¡vaya pedazo de alucine de postre espacial!! ¡Claro que sí, es flan de naranja y plátano!! Lo que pasa es que llamarlo "Flan de Naranja", no queda bien, es más comercial así, "Delicia de Nranajano".

Krónidas, me excedí de largura. Un saludo con los dedos y que os guste mucho ese postre cuando lo hagáis.

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20. BUÑUELOS AL VIENTO

Que en el original es "Buñuelos DE Viento", pero es que estos de nuestra propiedá son muy especiales.

¿Cómo se hacen, qué se tiene que tener como imprescindible, y cuál es su preparación? Más sencillo que la estructura de una silla plegable.

Técnicamente o profesionalmente casi que hay que prepararse una carrera en la Universidad de Estanfil, lo menos, pero eso se lo dejamos para los Catedráticos de la Repostería.

Ingredientes para unas pocas de personas:

Harina (De trigo, claro, no vamos hacer ahora cosas raras) 125gr. Agua: 200 cc. Azucar: 20 gr. Sal (No sé pá qué, pero bueno): Una pellizquita. Huevos: Tres, esto es, 3. Mantequilla: 50 gr. Aceite: Lo suficiente para que casi hierva en una sartén.

Lo que tenemos que hacer es ir echando todo en un recipiente de cristal lo suficientemente grande para que toda esa materia prima nos quepa. No vayamos a coger un vaso, con eso no tenemos ni para el agua. No, claro, es que dices recipiente de cristal y cualquiera cosa vale, pós no.

Echamos el agua, la harina, la mantequilla diluida, los huevos, el azúcar, la sal. Lo revolvemos todo bien, que no quede ningún grumo. Hoy he descubierto que las máquinas para esto son unas malas bestias, es mejor la fuerza motriz o braceal, o sea, la del brazo o motreal, porque es de imaginar que "motriz" vendrá de ahí, o quizá no, y tenga su argumentación del Arlequín, eso ya no lo sé.

Una vez todo bien revuelto se pone a fuego lento, para entre otras cosas no se nos forme un chapatoste antes de tiempo. Mientras tanto el aceite de la sartén ya tiene que estar calentándose, pero también a fuego lento, ya habrá tiempo para que le demos caña de la buena.

Una vez ya todo pastoso, lo retiramos del fuego y esperamos a que los grumos formados en la cazuela se deshagan, pero claro, no se deshacen por motu propio, nio, die esio niada de niada, hay que echarles una manita, así pues con una cucharita y esas cosas se machaca bien todo. Una vez consolidada esta operación de grave trascendencia, ponemos el fuego de la sartén a medio trapo, o sea, a medio fuego.

Con una cuchara sopera, vamos cogiendo del recipiente de cristal pequeñas masas de producto, con el fin de verterlas en la sartén y obtener de esa forma bolas de esa pasta fabricada, que por arte de magia se convierten en "Buñuelos al viento", porque decir "Bolas de o al viento" suena algo bordesco.

Es curioso que en la antigüedad de las antigüedades, los buñuelos de viento se hacían exactamente de eso, de viento, y lo hacían los llamados, "mimos agropecuarios", que modulaban el espacio y el tiempo conformándolo todo de manera colosal en una gran buñuelada de auténtico viento, o sea, de nada. Porque, amigos míos, hubo un tiempo en que la gente se alimentaba de ilusiones, ¿qué ha ocurrido ahora? Ahora necesitamos de alimentos de verdad, ya no nos conformamos con las cosas pictóricas de la imaginación...

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21. COLIFLOR AL PIMIENTO Y MÁS COSAS.

Y no ponemos "Verde" porque entonces parece el título de una de esas películas experimentále.

-Elementos fundamentalistas con los que podremos hacer posible la "Coliflor al Pimiento y más Cosas":

Nuestra querida olla a presión super atómica que aunque le salga volando la tapa por los aires, se de en el techo y se estrepitipe (¿Estrepitipe???) contra el suelo no le pasa ná. Una tabla de gimnasia que no sé que diablos tiene que ver con esto. Una cuerda floja en la que dudar sobre si esto está bien o qué. Y las herramientas propias de la cocina.

-Ingredientes:

Coliflor: Media de una que sea mediana. Pero... ¿Qué es una coliflor? ¿Se conocerá en todos los países del mundo lo que es una Coliflor? Un preambulito para la explicación: Una coliflor es como un repollo pero sin serlo; tiene hojas que se solapan unas y otras pero en número más ínfimo que el repollo, pues llega un momento determinado en el que te encuentras con una cosa rugosa y blanca que es lo que se parece a una flor, por eso lo de Coliflor; Col de que es una col, como la Col de Bruselas; y Flor por lo de la cosa esa blanca y rugosa, que es muy divertido cuando se parte porque se convierten en arbolitos blancos para los liliputienses; es un entretenimiento muy guasón mientras no te vea nadie. Ya está. Pimientos: Que sean verdes, y un medio kilo aproximadamente. Ajo: Lo siento por nuestro Amable y Respetable Gurú, pero el Ajo es fundamental en mis platos; en realidad en todos; en la cocina española el Ajo es el rey de los productos de la Huerta; el Ajo es rey porque todo de lo que está compuesto no son más que beneficios. Pero si quieres, Respetable Gurú, puedes no usar el Ajo y echar un poco de perejil. Pues eso, ajo unos cinco dientes. Cebolla: Bueno, pues también que lo siento, pero el sabor de la cebolla y sus excelentes facultades hacen que esté presente en todo plato que se precie. Media cebolla. Sal: Una poca. Sal yodada, no hace falta que sea refinada. Laurel: Un poquirriquitín. Salchichas: Tres. Mixto de papas, jamón y queso: Como para una guarnición. Aceite de Oliva: Pues eso, un chorrillo. Y agua, sí.

Modus operandi:

Bien, atentos que esto es complicaete. Primero que nada a poner agua a calentar; litro y medio con su poca de sal, el ajo y la cebolla. Mientras eso empieza a cocer, lavamos la Coliflor; no se nos olvide pensar en los arbolitos que son cuando partimos tan exuberante hortaliza. Una vez lavada la echamos en la olla.

Preparamos ahora los pimientos, pero ojo al dato: Medio kilo de pimientos verdes son como unos seis pimientos, pues cuatro los partimos en rodajas; sabéis que los pimientos tienen unas pepitas muy antipáticas dentro de sí mismo, como si fueran aliencitos; una vez que le quitas el rabo sale como una bola llena de esas pepitas aliencitas, pero dentro quedan unas pocas más, se las puede invitar a salir amablemente y si no hacen caso se las saca a la fuerza con el cuchillo que ayer nos dejó el de psicosis; las últimas pepitas con unos golpes salen ya despavoridas. Y, Y, -reitero-, los otros dos pimientos se dejan tal y como están, bueno, pero sin el rabo y sin las pepitas, claro; entra en acción la cosa rara esa del mixto de papas, jamón y queso, todo troceadito, muy pequeñito muy pequeñito, ¿para qué?, para que quepa dentro de esos dos pimientos. Lo introducimos como podamos y una vez realizada esta operación de alta precisión, se pone en la olla con mucho cuidado.

Partimos las salchichas en trozos pequeños. Echamos el laurel y removemos todo un poco con cuidado de no desmoronar ni someter al caos a los dos pimientos especiales que están rellenitos ellos; luego ya adelgazarán.

Cerramos la super olla atómica, ponemos el fuego a todo trapo, y cuando empiece eso como siempre a bufar, lo pasamos a fuego lento, y contamos por reloj, seis minutos, tras los cuales apagaremos. Cuando el vapor del interior de la olla haya salido, abrimos y servimos en platos hondos y es cuando echamos el aceite de oliva, que le da el toque mágico absoluto.

Ya está, parece complejo pero al final es muy sencillo. Disfrutarlo y que os siente bien.

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22. GLORIA DE MANDARINA TAPIOQUESCA.

Un postre que dejará hasta al más insípido con un buen sabor de boca y hasta de alma, pues asta ese lugar llega.

-Elementos específicos y forzosos para preparar una Gloria de Mandarina Tapioquesca:

Un redondel que al mismo tiempo sea un molde redondo; una usurpación de cucharas soperas que estén en rebeldía; una colosal montaña de diversiones varias que revoloteen por el ambiente cerebral; y unas buenas uñas para poder pelar las mandarinas que ya veréis qué gracia.

-Ingredientes:

Mandarinas: Un kilogramo, más o menos; en número unas dieciséis una detrás de otra y sin que se cuelen a la hora de ser preparadas, que algunas son muy cucas. Tapioca: Cien gramos. La tapioca ya ha salido en nuestro recetario, no sé de cuantas otras maneras se le conoce; tuvo que ver con la oca, pero no me acuerdo en qué momento de la historia. Fructosa: Que como sabe todo el mundo es un excelente sustituto del azúcar blanquilla esa que es blanquilla no porque la de la caña de azúcar, ni mucho menos, es por otras causas. En fin, ochenta gramos. Miel: Dos cucharaditas de café, pero no de café del producto, sino las que sirven para ese menester de juglaría. Canela: Un barrita, o lo que es lo mismo, una ramita; si se quiere, y cada vez que salga esta especie se puede hacer, uno se disfraza de reina de El Cuervo Blanco, y queda más chulo; "Benjuiiiiiii, canelaaaaa, pimientaaaaaa..." Agua: Ná más que un vasito. Huevos: UNO, así que no es "huevos", sino "huevo", UNO.

-Preparación:

Lo primero que tenemos que hacer es liarnos a pelar mandarinas como cosacos; sí, los cosacos pelaban mandarinas, así como desarrollar otra cualquier tarea, es por eso que se les cita cada dos por tres: cargar sacos como cosacos; descargar cajas como cosacos; desembalar balas como cosacos, bueno, esas frases populares que todo el mundo dice.

Una vez peladas todas las mandarinas podemos decir "Ufff!!", de lo cansados que hemos quedado. Luego de ese aspaviento, las partimos por la mitad para preparar un zumo. El resto del proceso es como el de cualquier flan de los nuestros, esto es; llevar ese zumo a ebullición en una cacerolita y... ¡AjÁ!, pero en vez de echar harina de maíz como en otros flanes, aquí tenemos que echar la tapioca, pero hay que echarla con cuidado, casi uno a uno de los granitos; bueno, no, vale, más seguido. Luego bajamos el fuego y lo dejamos cociendo durante 7 minutos; (remover de vez en cuando eh, no se os olvide) con ello también está cociendo la fructosa y la canela en rama; por cierto, no lo he dicho porque me parece algo de pero y grullo: Ocurre a veces que en la canela en rama hay algún jilguero, hacer el favor de espantarlo, que a ellos no les gusta los baños calientes. Bien.

La miel, ¿qué papel juega? Cogemos en un vaso de cristal mondo y lirondo y vertemos en él las dos cucharaditas de miel; lo calentamos en el microondas; si no tienes microondas es momento este de adquirirlo, aunque solo sea para hacer este postre. Una vez la miel ya ha llegado a deshacerse toda, la echaremos en el molde donde vayamos a echar el resultado del cocimiento del zumo de mandarinas con la tapioca; o sea, que en vez de utilizar el típico caramelo líquido, que eso ya se pasó de moda, echamos miel, que es mucho mejor.

Ya pasaron los siete minutos, no te despistes mirando la tele, por los dioses. Así que entonces apagamos el fuego y esperamos otros siete minutos o hasta diez minutos, con la tapa un poco retirada. Cuando hayan transcurrido esos minutos, echamos el huevo algo batido, que se le vea con los ojos un poco adormilados, es lo mejor para él porque no se enterará del sufrimiento. Lo vertemos, lo revolvemos un poco y entonces ya por fin echamos esa pasta en el molde.

Y ya está. Esperamos hasta el día siguiente para que todo eso cuaje bien, pues es distinto que el flan típicus, y nos ponemos moráos; además de verdad, pues no hay nada como la repostería casera; sin aditivos, sin conservantes, sin venenos más que el que tenga la mandarina, claro, que eso es incontrolable; pero es poco ;))

Amados míos, que lo disfrutéis.

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23. FLAN RÍGIDO DE UVASTEL.

Que para explicar un poco lo de "Uvastel", diremos que es la manera más fácil de abreviar uvas y moscatel, y además suena así como a comercial: "Uvastel, le ponemos las uvas en su pastel", por ejemplo.

-Instrumentos que sin ellos sería imposible llevar esta empresa del Flan Rígido de Uvastel:

Una panorámica celeste que se pueda convertir en colador; un filtro para coladores asfixiados, una cámara de vídeo digital con motor incorporado en la manivela, y un buen grifo por el cual salga agua, a poder ser, potable.

-Ingredientes:

Uvas Moscatel: Como un kilogramo; esto es, un kilo pero que no llegue a serlo; no quiero decir que me como un kilogramo. Y otra cosa, no valen otras uvas, ni las de Robin Hud ni las de cualquier otro héroe fantástico; las Uvas Moscatel eran famosas en tiempos de Guillermo, sí, Guillermo Tell; y que se sepa no existen Uvas Moscahud. Sémola de trigo: Cien gramos. Este producto se debe de conseguir en forma de gránulos; debemos de saber que la sémola de trigo es de lo que está hecha toda la pasta; no, el dinero no, la pasta de comer: espaguetti, macarronnes, lasañña, tallarinnes, y etcéttera. Así entonces la sémola de trigo es como granulitos; en otras palabras, que si no conseguís sémola de trigo se pilla por banda un paquete de espaguetti se introduce en el molinillo de café, explicándole, claro está, que perdona las molestias por hacer que muelas otra cosa que no sea café; por unos momentos ese querido artilugio nuestro se convertirá en un molinillo de sémola de trigo, ¿no es apasionante? Fructosa: Cincuenta gramos. Tener en cuenta que las uvas de Guillermo ya son muy dulces. Agua: Un poco menos de un vaso. Canela en rama: Una, pero no del tamaño de una rama, eso no cabe en ninguna cacerola. Miel: Dos cucharaditas.

-Preparación:

Limpiamos bien las uvas, las miramos bien que no tengan defectos, las que lo tengan, fuera, no valen; uvas sanas y esplendorosas. Una vez limpias se licúan con una licuadora; no nos montemos la película de hacer de lagarteranos o lagarteranas, no, son muy pocas uvas como para andar ahí dando botes.

Del licuado debe de salir medio litro de zumo de uvas, para completarlo hasta 750 cc., esto es, centímetros cúbicos, agregamos el agua. Lo introducimos todo de manera educada en el cacerolito nuestro de nuestro corazón herboso. Lo llevamos a hervir. Cuando hierba y diga "¡No, por favor, ya está bien, lo diré todo, no fue Malcom Malcomcom, fue Malcom Malclaclan!", entonces echamos los cien gramos de sémola de trigo. Bajamos el fuego a la mínima expresión, que se sienta casi despreciado. Y dejamos que esa mezcla cueza durante siete minutos. Ah, la canela en rama debe de haberse zambullido desde el principio.

Preparamos el molde donde vayamos a poner el flan rígido de uvastel; en el fondo echamos la miel como en la Gloria de Mandarina. En este rato ya pasaron los siete minutos, no nos hagamos los despistados, por lo tanto vertemos la mezcla en el molde preparado para ello o eso.

Comprobaréis que se amazacotará enseguida; amazacotará que viene a decir que se espesará y se hará un bloque cual cemento en muy pocos minutos, de ahí, sí señor, sí señora, sí niño, sí niña, viene lo de "Flan Rígido", pos claro; y sino hacer la prueba: Sabéis que un flan típicus tiembla como... ¿pues cómo iba a ser? ¡¡Como un flan!! Pero este flan único en su especie, no tiembla ante nadie ni ante nada, es un flan que está preparado hasta para la guerra.

Tomarlo como si estuvierais comiendo gloria misma; y si os sobra, al día siguiente lo podéis probar con piña alrededor de un trozo de ese flan, es algo... (¿he de decir exquisito? Es que me da repelús esa palabra. Diiiilo) algo exquisito, sí. Brumfff.

Nada más, que os guste y sobre todo que os salga bien.

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24. ARROZ EMPANILLADO.

Esta receta es muy sencilla de preparar y es muy buena para dejar a todo el mundo, si no mudo, sí afónico, pues los gritos que se pueden pegar de la euforia son estremecedores.

PRENOTA: Para los que no sepan de esta sección de "Con los Dedos en la Masa", advertirles MUY seriamente que estas recetas SON absolutamente en SERIO, lo único que se diferencian de todas las demás recetas de cocina es que con estas te puedes reír, y con las otras te puedes aburrir, por lo que rogamos presten atención porque esta RECETA es un invento único y exclusivo y sobre todo REAL. NO conduzca mientras la lee, no coma tampoco, y por favor no se lo tome a guasa. Gracias por su atención.

Y ADEMÁS (jolines que no acabo) CON LOS DEDOS EN LA MASA CUMPLE UN AÑO, UN AÑO DESDE SU EXSISTENCIA, QUIÉN LO IBA A DECIR. Pues yo, claro.

Vayamos ya sin más rodeos que nos mareamos.

-Elementos imprescindibles para preparar esta receta de "Arroz Empanillado":

Una cocina nueva que tenga todo dispuesto para ser usado y que por lo tanto y por el contrario no esté hecha un alboroto y no sepas ni donde tienes las manos, si en la espalda o en la panera. Un lugar por tanto despejado como puede ser una mesa, y unos cables que vayan por las paredes lo que querrá decir que tienes luz eléctrica instalada, por lo menos hasta el 31 de diciembre de este mismo mes, mes y año, claro.

-Ingredientes:

Arroz: 100 gramos; aunque puedes aprovechar una arrozada que hayas hecho y de esto que no lo sirves todo y guardas un poco porque es que se lo tienes que dar a tu perito, pero no es verdad, es para hacer las empanadillas de arroz. Agua: Pues la que se pone para hacer 100 gramos de arroz, esto es, el doble y media medida más, esto es 2, 500 cc.; bueno, no, entonces no me salen las cuentas; total, que le eches 500 cc. de agua y punto. Ajo: Unos dientes. Cebolla: Media cabeza. Pimiento: Un brazo... Bueno, no, que los pimientos dejaron de tener brazos; entonces un pimiento, verde, mejor, sí, rojo no que se ponen ñoños. Sal: Lo que se acostumbre. Aceite: Para el sofrito es mejor de girasol, el otro irradia una presencia de isótopos que no es buena. Obleas: Para hacer las empanadillas, claro, o sea, obleas de empanadilla. Unas doce, y si quieres pues para la nochevieja, si es que hay campanas, puedes comer doce empanadillas en vez de doce uvas.

-Proceso o modo de llevar a cabo esta tarea recetosa:

Esto es sencillo, y lo es porque no vamos a repetir como se hace el arroz, y tampoco cómo se hacen las empanadillas; el arroz está explicado ya en muchos otros platos, y las empanadillas ya salieron a escena cuando hicimos las empanadillas dulces, por lo que, je je, ya está... Que noooo, por lo menos explicaremos el proceso de empanillado:

Una vez ya se sabe el arroz que va a sobrar, cogemos de a poquitillo y lo ponemos en la oblea abierta que es la preempanadilla; porque una empanadilla no es así como se ven en las congeladas, es como la leche, que no nace en los supermercados; sale de las fábricas; no, de las vacas ya no; la leche es un producto líquido blanco, pero solo eso.

Bien, pues metemos el arrozuelo, cerramos la oblea y con un tenedor hacemos, chus chus chus, para animarnos a nosotros mismos; es casi imprescindible hacer chus con la boca, si nos ve u oye alguien no le hacemos caso, se le dice que "estoy preparando una receta de con los dedos en la masa, qué pasa??", y eso lo arregla todo.

El aceite debe de estar bien caliente, y cuando tengamos todas las empanadillas preparadas, hale, ¡al aceite patoooo!! Y ojo porque se hacen enseguida, no son como las congelás que las pobres sufren un proceso muy lento; estas hechas por nosotros, no, son muy instantáneas.

Veréis y probaréis qué cosa más buena.

Nos vamos, que con tanto taraán se ha hecho esto muy largo.

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25.CONEJO, ¡¡AL HORNO!!.

Sobre todo cuando tienes un horno nuevo y la puerta cierra bien y hace ese ¡¡BLAMBA!! característico de las puertas de las películas de cuando meten a un malo en los calabozos de una de esas pelis de la edad media; el conejo se queda acongojado. No es lo mismo que si se dijera "Conejo al horno", porque ya estás especificando muy normalmente que el conejo se va a cocinar.

-Elementos imprescindibles pero de verdad que te pasas para hacer "Conejo, ¡al horno!! :

Un horno que tenga fuego dentro, unas fuentes de cristal que tengan ellas mismas orificios para que se puedan encasquetar la una y la otra y así permanecer cerradas mientras el conejo se cocina. Y un bonito reloj de pared que siempre marque las nueve menos cuarto y la aguja que hace de minutero solo haga de minu, puesto que no logra sacar el tic, se queda siempre en el tac, y hace tac-tac, tac-tac, tac-tac.

-Ingredientes. (Para cuatro personas más menos)

Conejo: 800 gr. Es mejor que esté ya reencarnado; una vez tuve que ver cómo reencarnaban a la fuerza a uno y todavía se me ponen los pelos para dentro; ¡¡horroroso!! Es una pena que no hagan conejos virtuales. Agua: Un litro sin más ni más, aunque puedes jugar con ella si es lo que deseas. Ajo: Lo de siempre. Cebolla: Lo mismo. Pimientos de colores en tiras: Idem de lo de ídem. Sal: Jolines, pues es de imaginar. Papas: Cuatro de tamaño medio y con forma de patata, para que salgan bien en la foto. Colorante artificial alimentario: Unos polvillos. Aceite de oliva: Lo propio.

-Preparación:

Lo primero de todo asegurarnos de que tenemos horno, sino es imposible. Una vez comprobado, encenderlo a tope de fuerza e ir preparando la movida.

Se pilla por banda una de las partes de las fuentes de cristal, se coloca en la mesa de trabajo, se le dan unos cachetes de advertencia, luego se vierte el litro de agua, más tarde la sal, luego el ajo, la cebolla, el pimiento, las patatas bien peladas, eso sí eh, las papas peladas no vayamos a hacer cosas raritas. Luego el colorante artificial alimentario, que suelen ser todos de color naranja, que le da un toque así como de distinción. Y por último el conejo; si le dejas la cabeza, ¡¡atención!! NO LE MIRES A LOS OJOS, PORQUE MIENTE, tú no lo hiciste, o sea, que quede claro, tú no has matado al pobre conejo, él ya lo estaba en el mercado, en la zona del pollo, así que el conejo que no alucine, haber elegido perdiz, o caracol.

Una vez superada la prueba de la mirada del conejo, introducimos la fuente de cristal con su otra fuente que hace de tapadera, nada de meter esa fuente sin tapa; si no tienes tapa te la compras, o sino, le puedes poner papé de alumiñio, y así hasta la Ñ se divierte.

¿A como que se te ha olvidado el aceite de oliva??? je je je, pues nada, vuelves a sacar todo del horno y se lo echas, haber estado con la atención más puesta en lo que hacías.

Lo dejamos en el horno algo así como veinte minutos a toda pastilla, y luego de esos veinte minutos bajamos la temperatura del horno a la mitad y lo dejamos diez minutos más. Finalmente como no te lo vas a comer enseguida porque luego de eso deberías de ir a urgencias y no está el horno pá bollos, sobre todo porque está el conejo, lo dejas ahí descansar a fuego hiperlento hasta que llegue la hora de cenar o de comer.

Cuando ya hay que sacar todo el montaje, destapas la fuente con mucho cuidado y sirves en los platos azules preciosos tós ellos. Eso sí, asegúrate de que está bien hecho, lo mismo has elegido un super conejo y el tío todavía quiere saltar, cualquiera sabe.

Y ya está, a disfrutar de una comida mú sana y mú rica.

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26. BIZCOCHO REMOMENDRA.

Que según el libro de donde la he sacado es una simple tarta de remolacha, pero de eso nada, es algo que va mucho más allá de lo que allá se va.

-Elementos que no serán los suficientes para preparar el Bizcocho Remomendra:

Un molde de bizcochos que sea para bizcochos; una buena máquina capaz de alcanzar las cuatrocientas mil revoluciones por segundo; una afeitadora que no sabremos nunca para que será; un suleo, (esto es, suelo pero mal escrito), firme para dar saltos de alegría, y un horno, que de verdad, sea un horno, apariencias no valen.

-Ingredientes:

Remolacha: 250 gr., lo que quiere decir y es lo mismo, un cuarto de remolacha; sí, está bien, puede tener vistas a la huerta. Almendras crudas: 250 gr., y no es un error, aquí remolacha y almendra se dan de los brazos. Importante lo de CRUDAS, nada de fritas, ni saladas ni estofadas ni nada, CRUDAS. Huevos: 5, con su cáscara pero tranquilos que las tiraremos. Harina: Bien integral, bien no integral, pero que se integre: 70 gr. Fructosa: O bien azúcar morena de esa que ha tomado el sol aquí en la playa: 160 gr. Canela: Una churrasquina de ná. Según el libro una punta de cuchillo de clavo: Pos eso, una punta; yo no se la he echado, la verdá. Limones: UNO, y no él, sino su vestimenta o cáscara.

-Preparación:

Ante todo calma, porque yo me equivoqué, y como me equivoqué y salió una cosa esplendorosa, vamos a hacerlo al puro estilo de con los dedos en la masa. O sea:

Se cogen los huevos y se abren, no valen llaves ni si quiera maestras; se separa la clara de la yema o la yema de la clara; se echan las claras en un lugar donde podamos batirlas; se baten junto con los 160 gr. de fructosa; también echamos en esta primera mezcla, lo que es la ralladura de la piel del limón; es muy posible que el limón sufra un poco, pero es lo de siempre, nadie le dijo que fuera limón. Todo eso se bate bien hasta que haga espuma; no nos asustemos que ya está todo vacunado contra la rabia e incluso la envidia.

Una vez echa esa mezcla, uno mismo se cabrea y echa las cinco yemas que se han quedado separadas en un vaso de agua, pero sin agua; o sea, según la receta originaria, lo que hay que batir primero junto con la fructosa y todo eso son las yemas, ¡¡JA!! menuda sorpresa me llevé; pero nosotros lo hacemos de este modo, ya veréis cosa buena. Entonces, batimos todo, pero por ese orden, por babor, gracias.

Ahora vamos con la remolacha; una vez pesados os 250 gr., las rallamos, como al limón pero de manera completa; veremos que nuestras manos se ponen rojas y tendremos cierto recuerdo de películas de terror; NO PASA NADA, luego nos lavamos las manos.

Las almendras las pulverizamos con la hipermáquina que tengamos, porque rallar las almendras una a una da como un poco de palo o pereza.

Una vez desmenuzados esos dos elementos, se mezclan; también se echa en esa mezcla los 70 gr. de harina; veremos que se forma un buen mazacote de pasta informe que casi da miedo. Entonces nos vemos obligados a verter la mezcla esa de los huevos y la fructosa; ya se relaja un poco la cosa y la máquina va más suave. Así que entonces ya está todo mezclado, absolutamente todo, por lo que ya lo podemos echar en el molde elegido por unanimidad con nosotros mismos.

Se pone en el horno a media altura con el fuego a 5, y si el horno ya está escacharraete lo ponemos al máximo, y lo dejamos, bajo vigilancia cada 15 minutos, tres cuartos de hora, esto es, 45 minutos.

La fascinante prueba para saber si el bizcocho está resultando con éxito es introducirle un cuchillo bien fino y bien afilado; no creo que ya escuchemos ningún lamento, así que ánimo, que el pastel no se queja; si el cuchillo se introduce con facilidad y sale de la misma forma, ¡¡BRAVO!! el bizcocho ya está hecho, y aunque no haya pasado el tiempo exigido y requerido, podemos apagar el fuego; si por el contrario el cuchillo sale todo pringoso es que necesita un poco más de tiempo.

Lo dejamos enfriar y a la mañana siguiente nos podemos disponer a disfrutar del mejor bizcocho del mundo, el primer bizcocho de remolacha y almendras, el Remomendra!!!

P´arriba
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Y fin de esta segunda parte, pronto habrá más, evidentemente.


Quirón Alvar.

Pá escribirme.


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