Lo que escuchas, para que te enteres si no tienes puestos los altavoces, es el maravilloso, genuíno y colosal Canon de Pachelbel.




P r e s e n t a c i ó n :


Así que te has decidido por los Sábados Musicales, muy bien.

Lo primero que quiero que sepas es que no es una historia la que aquí se cuenta como se cuenta en los libros, para eso te coges un libro y no tienes por qué conectarte a internés, ¿o no?

Te explicaré que en éste ámbito además de la serie El Baile de los Músicos, también podrás ver algún que otro escrito que se refiera al mundo de la Música; conmemoraciones importantes, viajes virtuales por el mundo y sus músicas, y algún que otro ciclo sobre algún músico contemporáneo de la contemporaneidad.

Esta es una manera particular mía de buscar a los filarmónicos, esto es, a los Amantes de la Armonía, de la Armonía Musical, que al mismo tiempo ya va unida a la Armonía Universal de todo lo que nos rodea, por dentro, y por fuera.

Si estás interesado en algo en especial, si quieres aportar alguna historieta de los muchos músicos de los de verdad que se me van a olvidar, no dudes en escribirme. (Abajo está todo preparado)

Lo que primero te encontrarás, será un brevísimo ensayo sobre el Principio, no de la Música, sino el Principio de Todo a través de la Música y por la Música.

¡Adelante!

Quirón Alvar


Í n d i c e

En el Principio fue el Sonido

Sábados Musicales

Primer Capítulo

Capítulos Segundo Tercer y Cuarto.

Segundo Capítulo

Cuarto Capítulo


Capítulos Quinto, Sexto y Séptimo.

Quinto Capítulo

Sexto Capítulo

Séptimo Capítulo


Capítulos Octavo, Noveno y Décimo

Octavo Capítulo

Noveno Capítulo

Décimo Capítulo


Capítulos Undécimo, Duedécimo y Décimotercero

Décimo Primer Capítulo

Décimo Segundo Capítulo

Décimo Tercer Capítulo


Capítulo Décimocuarto, Décimoquinto, Décimosexto y Décomoséptimo.

Décimo Cuarto Capítulo

Décimo Quinto Capítulo

Décimo Sexto Capítulo

Décimo Séptimo Capítulo




Y ya estos te llevarán a "Un Viaje por la Europa Antigua", y trabajos sobre Philip Glass.

O t r o s T r a b a j o s

Un Viaje por la Europa Antigua

Itaipú

Koyaanisqatsi

Powatqatsi




EN EL PRINCIPIO FUE EL SONIDO
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Navegantes de la Kronos, muy buenos días:

Escribir desde el Futuro y para el Futuro, es un Placer enorme. Es sentirse Dueño y Señor de la Vida. Todo acontece y transcurre según lo que uno desea y quiere. No hay imprevistos, no debe haberlos.

Intentar averiguar cual fue el Principio de la Vida, no es estar atado al Pasado, como a alguien le podría parecer. Es un intento de desenmascarar al Misterio, para ser un aliado de Él e introducirse en La Gran Vida.

Si ese desenmascaramiento, ese Investigar, esa Búsqueda se hace desde lo Autodidacta, los resultados son mil veces más satisfactorios que hechos desde la "cárcel de las palabras". - los libros -.

Los Autodidactas han descubierto más verdades que todos los "titulados" en cualquiera de las ciencias, que todos los estudiosos oficiales, juntos. En montones de Grandes Enciclopedias, podréis ver a infinidad de gentes que en teoría han descubierto algo, - casi siempre refritangas de otros -, cosas que ya están más vistas que el TBO. Y en algunas de esas gentes que vienen en esos ilustrados libros, se encuentran los Autodidactas, que por cierto no están bien vistos, pues no han tenido que hacer los papeleos que han hecho los otros, pero si se lo han currado de lo lindo y más que los "titulados".

Digo todo esto, porque no me queda otro remedio que contaros cuál fue el Principio de Todo.

En el Principio, fue el Sonido. No ya sólo por el estruendo que montaría el Gran Esplotío, no, porque eso de verdad que no ocurrió, eso es una broma tonta de los que quieren que nos pongamos la gorrita pá trás y comamos chicle las veinticuatro horas del día. De verdad os lo digo, nos tenemos que quitar de la cabeza esa idea absurda, aunque mejor diría que tonta, pues el Absurdo tal y como lo pienso, es algo Sublime y Necesario para los Inmortales, Vital para el Conocimiento Verdadero.

Todas la Estructuras del posible Universo han sido Sonido y lo son ahora. Todo cuanto nos rodea es Sonido, y para ello apelo al Dios Zedfank. Con sus Cuerdas Doradas de su Arpa Creadora han sido Sintetizadas Todas las Cosas. Cada Sonido un Mundo, cada Vibración una Dimensión Nueva, cada Nota un Tiempo Nuevo y Todo en el Gran Conjunto, La Sinfonía de la Creación y de Todo Comienzo.

Si, mis queridos Krónidas, creo en Los Dioses y eso, de manera Gloriosa, me impide creer en cualquiera de las formas que pueda tomar un "científico", me resulta sencillamente dantesco el sólo hecho de pensar en ellos. La vida de un científico vulgar y corriente me la imagino de manera tan clara, que si alguno de ellos me escuchara, se quedaría atontolináo, porque sería justa exacta y precisa. Exceptuando, claro está, al Científico verdadero que no se dedique a la Ciencia de manera profesional, o sea, que se dedique a cualquier otra cosa, y que en sus ratos de ocio y tiempo libre sea cuando se ponga a investigar en los Misterios de la Vida, viéndolos así, como MISTERIOS de la VIDA, no como experimentuchos de laboratorio de Quimicefa, y con microscopios enchufados a ordenadores engañadores.

En el Principio fue el Sonido, y la continuación de ese Sonido fue la Música, y Zedfank, Alegre, Tañe su Arpa Dorada y Hace Sonar el Órgano Imperial de los Tiempos.

¿Por qué conmueve tánto la Música? Le oí una vez preguntar a un Amigo mío, Creador de Mundos y Universos. Y en la Noche escuché la respuesta: La Música nos hace recordar el Eterno Anhelo. El Eterno Anhelo de cuando pertenecimos al Sonido del Espacio Oscuro, del Espacio de Luz. De cuando Nuestro Reino era el Espacio Infinito y las Ondas Mutantes del Sonido, eran nuestra manera de Viajar de Estrella en Estrella, de Mundo en Mundo, de Universo en Universo.

Y ya no es Anhelo. Somos Música, somos de la Música, somos hechos de Música, Vivimos con la Música metida en Nuestras Almas. Y eso es la Vida, la Música, los Colores que la Forman, el Amor con que se Hace y se Escucha, la Belleza con la que se Siente y la Armonía de Su Paso por el Tiempo y el Espacio.

¡ Ah ! ¡ Qué Glorioso es Escuchar la Música de la Vida ! Sus Fuentes, los pájaros y al fondo, una Lira hecha sonar por los Duendes de la Inspiración.

Y todo esto me alegra, pues como ya no son teorías, uno se queda como siempre está, bien, contento, con ganas de Volar hacia otras Dimensiones de Espacio, Sonido y Tiempo.

Que la Música Creadora de Zedfank, os acompañe en Vuestras Vidas, Krónidas Amados.

Besos y Abrazos de Kristal.


Sábados Musicales

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Aquí empieza una serie de ni se sabe la de capítulos, sobre las andanzas de las Músicas y de los Músicos, sobre la vida de las Melodías y sus Autores. Claro está, de una manera idealizada y fantasiosa, amena y divertida, quitándole todo el hierro que se le pueda quitar, a un asunto tan ya machacado por los culturetas y seudo- sabihondos desde hace mucho tiempo.

Intentaré ser lo más imparcial posible sobre todos los Músicos que puedan salir a escena, en esta historieta, que relato quiere ser.

Por cierto, muchos de los músicos que saldrán, no son muy conocidos, pero los tengo tan metidos en la cabeza, que me los imagino a casi todos. Además, así aprovecho para darles un poco de vida, pues aunque olvidados, han puesto su gran montaña de arena.

Como cualquier persona, tengo mis preferencias, por eso hago referencia a la imparcialidad. Uno ya es conocido por ciertas tendencias, pero eso no afecta para nada a una historia que quiere ser amable e incluso, por qué no, instructiva.


PRIMERA PARTE

( Encuentro en Heiligenstadt)

(Primer Capítulo)
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En el día de Santa Cecilia, todos los Músicos de la Historia, se dan cita en el Palacio de Heiligenstadt, con sus nuevos y elegantes atuendos.

El Maestro de ceremonias, no podía ser otro que, Sir Joseph Haydn, por su elegancia y cortesía.

Los invitados son, en esta ocasión.... Pues, todos; desde Guillón de Massó, hasta el mismísimo Vángelis, pasando desde luego, por infinidad de ellos; Monteverdi, Desprez, Dufay, Praetorius, Gombert, Schubert, Bruckner, Holst, los Pink Floid, Oldfield, Enya... En fin, todos los imaginables y más.

Los invitados, metidos ya en harina de fiesta y divertimento, conversan, ríen y van picoteando de mesa en mesa, los exquisitos manjares que hay preparados en ellas.

Un pequeño grupo de participantes en la fiesta destaca de los demás, la consecuencia, una acalorada conversación. En dicho grupo, se encontraban entre otros; Vivaldi, Stamitz, Lobo, Lully, Enya y Brahms.

El tema a discutir, era la obsesión de Brahms por seguir notando la sombra de Beethoven sobre su obra compositiva.

--- Pero criatura de Dios, - se dirije el Padre Lobo al pobre Brahms malhumorado - , qué sombra ni qué ocho cuartos, tu, donde tienes la sombra, es en el cerebro. No le eches la culpa a cosas externas.

--- Tranquilícese Padre Lobo, - hablaba ahora Vivaldi - no hay para tánto. Tiene algo de razón. Lo que te ocurre, querido " Brahmito ", es, que fuerzas en exceso tu voluntad y tu deseo porque las cosas salgan bien. Y ya ves, no ocurre así. Has de dejar tu espíritu libre, no te empeñes en seguir el camino que ya han hecho otros.

--- Estoy con ustedes. - Dijo Enya con cara de aburrimiento - Y con su permiso le diré, señor Brahms, que en los tiempos que corren, ahora, ya no hay que hacer más que apretar botoncitos para un láo y para otro. Nadie le puede hacer sombra, escepto usted mismo. Se lo digo por experiencia. "Ahora mismo sin ir más lejos, estoy pasando por una crisis morrocotuda. Ya no me quedan más sonidos, y he multiplicado mi voz, lo menos, por unas cuarenta mil veces, y la gente ya no traga más retrospectivas sobre mi pobre trayectoria musical. En pocas palabras, señor Brahms, que no me como ni un colín. Y no se queje tánto, que al menos usted, sale en los libros de historia y en las enciclopedias, y de mí, no se acuerda ni mi madre.

--- ¡Hombre! Señorita, - interpeló Stámitz con su tacita de té en la mano - para que usted haga historia, tendrán que pasar muchos años, y si ya dice que no se acuerda de usted, ni su madre, pues fíjese cómo vamos.




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