Bienvenido a esta extraña y curiosa página, donde habrá palabras sobre la Música de todo tipo, desde el punto de vista filosófico hasta espiritual, de todo.

    Espero te guste y quieras compartir tus ideas conmigo.

    Un abrazo y te espero

    Quirón.

"" Encambio, las personas cuerdas y normales tienen un Superyó muy diferente a su Yo, copiado (el superyó) por lo general de los modelos cinematográficos o literarios. Estas personas no son propiamente ególatras, porque no se toman demasiado en serio "la religión del Superyó". Pero sí existen personas que sí se toman muy en serio esa religión, y se convierten en santos, en genios, o en héroes. Son auténticos ególatras pero no son egoístas. Son pues Antiegoístas y Antilocos. Y tampoco son por lo tanto -como los locos- personas normales. ""

Manú, Edición de Noche del Sábado 12-9-98

Mis queridos todos:

He vuelto, si, no es que me haya ido ni haya faltado un solo día a la cita de la maravillosa y trepidante aventura Krónida, quiero decir que he vuelto a mí mismo y a mi mismidad, a la entrega del verdadero yo, del Superyó, y del megayó. Esta semana empieza para mí una nueva vida, con más dedicación a todos los contenidos de la Gloriosa Kronos y con una participación más a la sazón de lo que ocurre. Perdonar esta divagación, pero me era necesaria.

He tomado el fragmento de nuestro sabio Manú porque me viene al pelo sobre lo que quiero seguir contando al respecto de la Música. Podría haber cogido otro cualquier fragmento, pues todo el artículo es perfecto, vamos, que debería de haber pegado todo el texto de Manú, pero iba a quedar algo largo el escrito de ahora ;-) .

Y es que lo que está pasando ahora mismo con los músicos que se creen únicos y absolutos sobre todo el orbe musical, es eso, que se creen únicos, y su vulgar egoísmo les lleva directamente a la locura más tonta y más chabacana.

Puede ser que parezca en mis alocuciones algo bestia, pero os puedo asegurar que no me paso ni un pelo, cuento las cosas tal y como son, lo único que me queda es demostraros sonoramente el hecho de esa locura.

La música contemporánea que nos quieren hacer tragar los que están en los medios de comunicación "serios", NO es en absoluto la única música contemporánea y de nuestro siglo que existe, es más, mucha de esa música "seria contemporánea" pertenece a gente que está muerta, muerta físicamente, porque los otros lo que tienen muerto es el alma, el espíritu, o sencillamente han carecido de esas dos entidades y han vivido y algunos viven por el mero hecho de moverse.

Ayer constaté este previo pensamiento al escuchar a un director-compositor español en un programa de radio "seria". Omitiré el nombre porque tampoco es mi obligación el inmortalizarlo, entre otras cosas porque no tiene si quiera la capacidad de existir Realmente.

El compositor-director dijo algo en un momento dado que me llamó mucho la atención; "Yo no quiero agobiarme mucho, tener un exceso de trabajo; quiero hacer una vida normal, estar con mis amigos, mi familia, ir de juerga..." Me quedé horrorizado; así que esta gente quiere llevar "una vida normal"; pues entonces no haber elegido el mundo de la música.

La Música es majestad. La Música es lo Sublime visto por el Superyó desde las más infinitas alturas, un lugar al que sólo pueden acceder unos pocos, los elegidos, los amantes, aquellos que perdurarán por siempre.

Pero no unos elegidos seleccionados por "especialistas", sino unos elegidos que ellos mismos se erigen en la altura de su conocimiento, no por encima de nadie, no por debajo de nadie, no por un examen hecho por nadie.

El tipo de compositores "serios" de batuta y de frac y de todo eso de ahora, sigue con las mismas pestilentes ocurrencias de los dodecafonistas locos de mediados de este pobre siglo, no han adelantado nada, y su evolución sigue hacia atrás, llegando a las más altas cotas de la miseria, que diría alguien que yo me sé.

Pero por el contrario nos quieren hacer ver que en su locura reside algo "prístino" y esas paparruchadas. Y los que van a escuchar esas cosas salidas de los más bajos y pobres infiernos aplauden el ruido y esa miseria insultante que hace que uno, yo en este caso, se sienta idiota, imbécil y tonto. ¿Por qué? porque ve cómo cada día crece y crece la "admiración" por ese ruido, y entonces uno llega a preguntarse y a preguntar a sus más allegados amigos y compañeros de vida si es que me estoy volviendo yo loco o es lo que yo pienso, que la locura se ha quedado con los que se han hecho del "poder musical". Menos mal que uno se rodea de la cordura y de la lógica divina más plausible y le tranquilizan a uno con un par de palabras y un par de miradas.

El compositor-director español entrevistado dió más señales de locura y de egoísmo cuando el entrevistador le preguntó por su repertorio como director; cuáles eran sus compositores preferidos a la hora de dirigir, y sus autores predilectos a la hora de escuchar lo que es Música de verdad. El mentiroso del compositor-director se enorgullecía de decir que Mozart -( Mochar según él )- era el músico por antonomasia, el pasárselo bien, la diversión hecha música; él mismo. Yo me moría de la risa claro, pero luego la risa paró y me di cuenta de que era un verdadero loco, al igual que todos los que les da por hacer ruido y luego dicen que su espejo es un gran compositor.

Esa capacidad de mentir que tiene la naturaleza humana es algo terrorífico, pero que encima mientan en público me parece de lo más cruel.

Después de Mozart iba Haydn, y de repente se pasaba al principio del siglo veinte como si tal cosa; Debusy, Stravinsky, Ravel. Menos mal que el locutor estaba más o menos vivo y se extrañó de que no hubiera ningún clásico más ni ningún romántico: "Mahler, por su puesto." Yo a cada instante alucinaba más. Pero la guinda la puso cuando dijo que Schuman y Brahms no los podía dirigir, que no le llegaba, que no...

Mirad, yo no voy a decir qué es lo que se debe de interpretar y lo que no, pero lo que no es admisible es que alguien diga de Schuman que no le llega, sobre todo en el repertorio sinfónico y concertante. Si no te llega o no te gusta o no te no se cuantos Schuman, NO seas músico ni te metas en el mundo de la sonoridad, porque lo que estás haciendo entonces es una chanza sobre lo que es Música.

Y no puede ser que a alguien no le llegue una música de un gran autor, y de repente en no se sabe qué recóndito lugar de las entrañas sí le llega el ruido de los dodecafonistas. Es ahí cuando la locura se representa con toda su fuerza.

Si es muy sencillo, es como escuchar a alguien lo bonito y lo precioso que es la suciedad, el abandono, la falta de estética, de los buenos modales. Y lo bien que está todo desordenado, húmedo, áspero, y esos rostros feos, desagradables, y la gente gritando, y ese ruido de fondo de la ciudad endiablada.

No, hombre, no, hay que ser serios. Si a uno le gusta todo eso, vale, que le guste, pero que no intente convencer a nadie de que eso está bien porque sencillamente NO está bien, te guste, te parezca personalmente que esto o que lo otro.

Yo no ignoro a mis semejantes, ignoro a los vulgares, a los locos y a los que me quieren pringar con su mugre, ya sea física, sonora o anímica, me es lo mismo.

Lo malo de los "músicos" locos estos, los dodecafónicos y ruidoseros en general, es que se inventan poco a poco nuevos métodos para hacer ver que esa música no está tan mal, y así conseguir más adeptos para su organización de... ¿de qué? Bueno, da igual.

El nuevo concepto de concierto dodecafónico ya es más hortera que una película de ciencia ficción de las malas. Atención que lo explico:

El lugar sigue siendo una sala de conciertos, ya sea en forma de teatro, de auditorio, o de un gran escenario operístico. El conjunto orquestal puede ser sinfónico o de cámara, eso da igual. La novedad consiste en que detrás de los músicos se pone una pantalla de cine donde se proyecta una película de alguien "mu importante del surrealismo", y entonces los movimientos han de ser sincronizados con los sonidos de los instrumentos, y ojo que hablo de sonidos, no de música ni de melodía ni de nada, sonidos. Y en la sala, sea cual sea esta, está toda ella rodeada de altavoces, para que así el público "se sienta en un cojín sonoro". El director tiene que estar al tanto de la música y de las imágenes proyectadas, y en su oído, da igual cual, tiene puesto un pequeño auricular que está conectado con un ordenador que es el que controla las desincronicidades entre la música y las imágenes, pues hay momentos en que ocurren destiempos y todo entre imágenes y "música".

Increíble, damas y caballeros, increíble lo que se puede llegar hacer para que la gente trague con la basura.

Pero claro, llegamos a un punto que es también crucial, que es de pensar que detrás de todo esto no sólo están esas mentes enfermas que organizan un pipote descomunal para "vender" su producto, sino que están también la gente, ese público que traga con todo y todo lo aplaude sin saber si quiera qué es eso de Música, qué es eso de Arte, y creen estar asistiendo a algo importante.

Pero la locura no acaba aquí, la locura sigue con nuevos nombres y "nuevos conceptos" que los locos musicales quieren dar una importancia superior: "música electroacústica" ¿Sabéis qué es eso? Es la tomadura de pelo más grande que uno se pueda imaginar en cuanto al mundo sonoro. Se trata de modular sonidos a través del ordenador. Cualquier sonido vale, ya puede ser el arrastrar de una silla por el suelo, un cristal que se rompe, el gruñido de un perro o el estornudo de una persona, cualquiera de esos ejemplos se graba, se lleva a una máquina que lo digitaliza y se mete dentro de un programa de ordenador que luego tú puedes hacer sonar el arrastrar de la silla, el estornudo o el gruñido de mil maneras diferentes. Y a eso, lo llaman arte, y a eso, la gente va a conciertos para escucharlo en una sala clásica.

Todo ese mundillo putrefacto tiene nombres de lo más raro, y los festivales de conciertos siempre se hacen llamar nombres que uno jamás ha oído, pero que para quedar bien siempre hacen referencia a algo que sea sonoro. Como ayer, que después de la charla con un loco dodecafónico, llegaba la práctica de esa locura.

"Festival PHONOS". Imaginaros, todo tipo de ruidos y sonidos salidos de lo más caótico de la mente humana. "De dos a Lucas". A mí el absurdo también me gusta, pero en literatura y a veces en cine cuando no se pasan de imágenes desagradables, pero en sonido y sin ningún tipo de orden ni concierto, nunca mejor dicho, no, para eso ya me puedo hacer yo mis conciertos con la batería de cocina y los cubiertos que suena mucho mejor.

Lo malo de todo esto es que la gente se pone muy seria, y se sienta, y va vestida de "elegancia" y finalmente aplauden, y han aplaudido al sonido de una guitarra entrecortada con chirridos, suspiros y otra diversidad de sandeces sonoras.

En próximos artículos iremos olvidando esta fatídica faceta y nos adentraremos en La Música de verdad.



Lugares Sagrados:

Cualquier perspectiva es buena para canalizar el Universo Pentatónico y multi dimensional de la Música.

Mientras los "especialistas" se debaten entre si sí o si no, -no se sabe muy bien el qué- la Música sigue avanzando en los distintos puntos del Arte, viajando a través de los distintos puentes de Luz que hay diversificados por el espacio.

Un espacio que no es el espacial ni es el más conocido de los espacios, es el espacio anímico, ese en que se desarrollan muchos de los más geniales pensamientos, y a veces, muchas de las más gloriosas músicas que luego alguien puede recoger si es que en su interior hay un alma receptiva.

Lo que falta es eso, -y en un mundo físico como el que habitamos-, personas que cojan esa información sonora y la convierta en verdadera Música.

Esto es, siguen habiendo dentro del mundo mafioso de la música, personas que no quieren pertenecer a nada obscuro, e intentan por todos los medios surcar toda barrera de bajeza para adentrarse en el límpido mundo de la Armonía: Los que traducen la citada información anterior, y la transforman en Presencia Sonora.

Ahora bien, los soportes normales son sobre todo físicos, y algunas veces con signos de virtualidad; realidad virtual; holograma o acercamiento a.

Todo eso se traduce a cosas objetivas, pues hasta la realidad virtual, por el momento, necesita de electrodomésticos como los reproductores de casetes, discos, discos compactos digitales, televisores, lectores de vídeo. Y por el otro lado, el más salvaje y más primitivo; instrumentos de madera, de metal y de otros materiales; y los lugares donde se interpretan esos instrumentos: Teatros, salones de actos, auditorios y todo espacio donde quepa mucha gente.

Estos lugares deberían de ser sagrados como otro cualquier Templo, pues los sitios donde se hace práctica el Arte es Sagrado como el que más. Pero ya han sido profanados por el ruido y por la asistencia en masa y de manera caótica. La gente que va a esos lugares de arte va de manera gregaria, -y además de la manera más falsa, tan falsa como los que van a misa los domingos a esos otros templos-, necesitan DEMOSTRAR que les gusta la música, y los otros, necesitan DEMOSTRAR que creen en la divinidad que van a rezar; todo ha de VERSE, sino no vale.

El templo ha de estar dentro, y dentro los Dioses o el Dios que sea.

Si hay un Templo fuera es para entrar en comunión con la deidad de manera solitaria, sin gestos falsos y mentirosos principios.

El lugar de las músicas, el Templo Musical también ha de estar dentro, y allí pueden residir las músicas de los Grandes y la nuestra propia, esa que está intrínsecamente ligada a nosotros como una misma cosa.

Si hay un Templo Musical afuera, que sea como el templo donde se reza. Entremos en soledad para crear un reencuentro eterno con lo sagrado en la Música, con lo Místico que hay en Ella.

Con tu permiso, Hugo, he sacado una cosa que me sirve muy mucho para lo que quiero tratar hoy; podría haber sacado otro cualquier fragmento pues todos hacen pensar, pero este:

" Poseen un sistema de placer que disfruta poco con el descanso y mucho más con el trabajo. Si no lo hacen, si no llevan sus ideas al desarrollo, se sienten culpables. Así, muchos de ellos han dado como respuesta común "No puedo dejar de hacerlo", a las preguntas referidas a su actividad o a la cantidad de tiempo en años durante el cual han profundizado y enriquecido una sola de sus ideas. "

( Hugo Luchetti, Prólogo 1 de los Deberes del Genio )


La dedicación.

Si recordáis el otro día cuando más o menos despotriqué muy civilizadamente contra un "compositor" español que gustaba mucho de lo dodecafónico, dije en referencia a él que le gustaba mucho la diversión y el NO dedicarse todo el tiempo a la música, porque en la vida hay otras muchas cosas y hay que disfrutar de la vida y todas esas cosas ya más manidas que los escalones de la Catedral de Santiago de Compostela.

Así les va. Los músicos al igual que otro cualquier Verdadero Artista tienen el secreto de su permanencia por los siglos de los siglos dependiendo mucho de lo que hagan, cómo lo hagan y el tiempo que inviertan en su creación, pero no sólo de facto, sino de pensamiento y de realización después de ese pensamiento.

¿Por qué sé que el dodecafonismo acabará en brevísimo tiempo? Porque los mismos seguidores de ese "movimiento" no dedican el tiempo suficiente ni le dan la verdadera importancia.

Siento sacar de nuevo el ejemplo de la Consagración de la Primavera de Igor Stravinsky, pero es que ese es el ideal del Dodecafonismo o la idea de la plena musicalidad en su perfecto equilibrio de ruido-sonido-música, en vez de dejarlo como lo han dejado los ruidoseros de ahora, que sólo es ruido.

Uno de esos ruidoseros que llamo yo, que es de origen alemán y dentro de ese circulillo de dodecafonistas "pogres", Rihm, tiene en su haber más de doscientas obras, y tan sólo cuenta con cuarenta y pico castañas, años, vamos, y eso sorprende a los culturetas y a los admiradores de la pobreza sonora. ¡¡ Doscientas obras ya !! Claro, y porque seguro que le dedicaba cinco minutos a lo que hacía, que sino tendría ahora mismo quinientas mil. Y yo, y cualquiera de nosotros; tú le das a la grabaóra del ordenador, le das a las teclas del sintetizador y haces una, y luego otra, y otra y así hasta que te aburras.

Pero eso no es componer música, eso no es Crear Arte, es pasar el tiempo como si se pasara haciendo cachitos hojas y hojas de papel y deleitándose con el sonido del rasgar de las hojas:

jas jas jas jas.

Los grandes Autores han dedicado toda su vida, TODA a la composición de su arte musical. Y sólo los grandes autores siguen estando en donde están y se les sigue escuchando y estudiando.

Pero ese estudio tendría que comprometer a los músicos a más allá del mismo estudio de la música.

Beethoven, el caso más brutal de cuantos ha habido en el estudio de la música y su historia, llegó hasta el mismísimo confín del arte sonoro. No llegó hasta Egipto porque carecía de métodos y de material para llegar a esa cultura, pero llegó hasta los estudios hechos por Pitágoras y otros griegos.

Todo eso lo hizo Beethoven para componer UNA obra, tan solo una, pero que fue colosal y aún hoy casi ni se entiende, y esa es la Gran Misa Solemne; cinco años de trabajo, pero no sobre el papel, sino sobre TODO lo que comprendía hacer una Misa, una obra sacra sin la religiosidad a la que él mismo NO pertenecía. Hacer una obra sacra para el Universo mismo, que la escuche quien la escuche no se sienta excluido.

La obra es compleja de ejecutar, pero ¿para qué ejecutarla más veces? Ya hay muchas versiones, y muchas cosas técnicas dichas sobre ella. Creo que en todo caso toca escucharla y llegar hasta el fondo de su Alma, de la propia alma de la obra.

Eso, no se puede hacer sobre ninguna obra dodecafónica. Los "especialistas" nos dicen que sí, y que la enorme complejidad de una obra de esas características conlleva mucho estudio ¿de qué? de prestidigitación, de malabarismo entontecedor e insultante, pero nada más, aplicar más elogios es engrosar la locura.

La dedicación a cualquier obra que queramos desempeñar ha de ser hecha con toda la honestidad de que seamos capaces, sin engañarnos y sin creernos que es perfecta porque llevemos sobre el papel ya marchito, un montón de años, ¿y en la mente?

Hay que HACER, y en los hechos tras el Pensamiento, está el fruto, y luego, el Futuro.



" Los futurianos rastreamos las épocas del pasado que van desde la aparición del primer poema en adelante. Buscamos Inteligencia y Sensibilidad. Sólo eso. "

Manú, Edición de Noche del día 16-9-98

Futuro y Pasado de la Música:

Ah, no, no es una retrospectiva ni una prospectiva de la música ni en la historia de la misma, no, no, no. Se trata de analizar un poco la Música en general desde el fascinante punto de vista de la cita de Manú el Grande, si me lo permites ;-) .

Ya me he planteado más de una vez el hecho de los tiempos en la música; si escucho algo de hace mil años es pasado y si escucho algo de ayer mismo es algo de presente. Vale, ¿ y el futuro, dónde está ? Normalmente y no sé por qué, en el Pasado, y a veces en posmodernistas de ahora.

Es muy sencillo: Las cosas bien hechas recuerdan a algo futurístico; a mi el Futuro me hace pensar en orden, limpieza, belleza, etcétera, etcétera. Por lo tanto, y teniendo en cuenta que en muchas épocas del pasado las cosas se hacían casi a la perfección con lo contradictorio que eso pueda parecer, resulta vergonzoso que ahora, en este tecnologiquísimo mundo del presente se estén viendo y oyendo tántas cosas mal hechas, sin darle importancia y con todo el juerguismo que se pueda.

Por lo tanto esa actitud tan salvaje me hace trasponer los tiempos, o sea, que hace mil años en el mundo de la música se estaba completamente en el Futuro, y ahora se viaja de modo hipersónico hacia el pasado, o es más, hacia la inexistencia del tiempo, pues muchas veces lo que se hace en música es tan tedioso que no tiene más que la efimiridad de lo que no ha existido nunca.

Por lo tanto, ¿qué pasa? Hombre, está claro que hay cosas en este siglo que se salvarán, pero hasta las salvables se les salva o salvará por los pelos. Otras no, se salvan y se salvarán y punto, no hay nada que discutir. Pero hay que poner mucho la atención, más que nunca, para darse cuenta de dónde están los auténticos fundamentos geniales de una obra musical de hoy en día.

Si en lo que nos quieren hacer escuchar a la fuerza no hay polifonismo.

Si idem de lo mismo de la frase anterior y no hay contrapunto.

Si no hay armonía.

Si no hay un orden en lo que quieres contar sonoramente...

Muy sencillo, se acabó la Música, y pasa a ser uno más de los ruidos que invaden una vulgar ciudad atestada de todo tipo de algarabías y de atroces y desmesurados caos sonoros.

Y no pasa nada. Pero no pasa nada para la mayoría de los zombis que habitan el mundo y no les importa si el caos se establece en el Arte más Sutil o se establece en el nido del Cuco más cercano, da lo mismo.

Hay que esperar a que pase la mega crisis mundial que está pasando de toda índole y ver los resultados dentro de un tiempecito. Y eso lo digo en términos generales, porque yo al menos ya voy teniendo una visión y sobre todo una audición de lo que pasará a la Historia o no pasará.

De todas maneras en casi todos los Grandes Autores de Música se puede percibir el Futuro; el que vieron a "breves vistas", y el que yo pueda ver a grandes vistas de Águila.

Pero ahora se puede ver el Futuro en casi todos ellos con las nuevas tecnologías. Me parece fabuloso a más no poder el hecho de que haya geniales personas que se dediquen a pasar música de formato de disco compacto a formato "midi" y poder escucharlo a través de internet y poder enviarlo por ahí, como si ese fuera uno de los primordiales objetivos de los músicos creadores; decir el mensaje que fuese a través de la música.

Ahora por fin se puede hacer. Antes se hacía, pero el hacerlo se convertía en algo tan lento y tan tedioso que cuando llegaba la obra a su destino ya no se acordaban ni de quién la tal obra.

De todos modos sigo pensando en el futuro de eones, cuando en nuestras palabras o nuestra comunicación sea a través de sonoridades cristalinas y el Gran Cantor de los Dioses, Zedfank, nos sople con su Magia de Sabiduría y de Creación Musical.



La Música no tiene nombres, o al menos no debería de tenerlos; es la manera más ridícula de encasillar algo.

En estos momentos escucho Powaqqatsi, de Philip Glass, del que hay que decir que hace música minimalista, pues clásica no es, de nueva era dicen que tampoco, y contemporánea... ¿Qué si no? Es música contemporánea, o sea, de nuestro tiempo, que vive mientras nosotros vivimos si es que es así como lo sentimos, y que incluso el compositor está vivo y sigue su creación.

Bien: Ayer, -o mejor dicho, para que se pueda leer siempre-; el día 20 de Septiembre de 1998 comenzó la decimo cuarta semana del festival internacional de música contemporánea de Valencia; es una cita "muy importante para el desarrollo de la música en nuestro entorno...", y chorradas varias.

¿Sabéis qué se interpreta en ese "interesantísimo encuentro con las músicas contemporáneas"? Ruido, puro, sencillo y mundano ruido, que cualquiera de nosotros podría hacer con una sarten, una caja de cartón, unas latas grandes vacías de cualquier producto, y la cosa más inverosímil que nos podamos imaginar. Luego nos vestimos de levita, o de frac, o de lo que sea pero que parezca serio y nos ponemos a interpretar delante de alguien que haga las veces de director de orquesta, con su atril, sus hojas de partitura y toda la parafernalia.

Estoy hasta las narices de que me digan lo que es música contemporánea y lo que no, lo que es tal cosa y tal otra.

Música contemporánea como ya he dicho es la que se hace, se escucha y se crea en nuestro tiempo, y no tiene nada que ver con los conservatorios, ni con la gente que lleva tropecientos años estudiando música ni nada de nada. Música contemporánea no es sinónimo de atonalidad, ni cacofonismo, ni impresionismo absurdo.

Música contemporánea de la Nueva Era es la que se está haciendo en montones de lugares donde la gente no sabe ni que existen esas personas en esos montones de lugares. Y música contemporánea de la Nueva Era es el montón de gente que todos sabemos que hacen músicas que muy bien se podrían comparar, -sin riesgo en caer en eso de las "comparaciones son odiosas u ociosas"- a los más grandes compositores de todas las épocas del pasado de la música, que han sabido mantener el orden y la armonía, el amor por lo bello y lo grande por la dignidad del ser, como esos grandes que he citado.

¿Por qué no se les llama a esos festivales de música contemoránea a músicos como el que he nombrado antes, Philip Glass, o Nyman, o Mertens, o Kítaro, o Jarre, o Vangelis, Enya, Morricone, Goldsmith, Goldenthal, Zimmer, Mckenith, Gorecki, Pärt, Himekami, Aeloiah, Pharista, Erik Berglund, Algromer Khan, Tranquil Moods, Logos, Michael Pepe, Rick Wakeman, David Gibney, Don Harrys, John Serrie, Steven Halpern, Herb Ernst, Gomer Edwin, Gandalf, Enmanuel Comte, Pushkar, David Darling, Susan Ciani, Constance Demby, Coyote Oldman, Spheris, Mkclis, Hamm Marcey, Gerard, Perry, etcétera, etcétera, etcétera?

Vamos, digo yo que hay unos pocos aquí en esta resumida lista como para dejar de escuchar ya a gente loca que solo hace ruidos y que son apoyados por otros locos que ponen voz muy seria pero que en realidad son esquizoides que en el fondo saben que lo único que se mueve ahí es el dinero, pero de arte nada.

Espero que algún día se pueda terminar con ese monopolio de los "concertistas serios" y se abran las puertas para los que de verdad hacen Arte Musical, ahora y en el futuro, y ahora, y PARA el futuro, porque encima esas músicas "contemporáneas" se escuchan una vez y luego no las oye nadie más ni en sueños.


" Principio n° 4: Continuar el camino... Encontrar nexos, conexiones... Si lo imposible fuese tan imposible no habría tanta cantidad de posibles. "

( Hugo Luchetti, en la Edición de Tarde 23-9-98 )

Barreras musicales.

Cuando abrí la edición de tarde hice un repaso breve como suelo hacer siempre, je, como si de un vistazo se pudiera ver todo. Pero de vez en cuando ocurre que el ratón, -el chisme este que hace que se mueva una flecha por la pantalla del ordenador- se te va de los dedos y te encuentras con algo genial, y es por eso que he puesto lo de Hugo, y porque además me viene de rechupete para lo que estaba pensando ayer sobre la Música.

En los conservatorios de música de todo el planeta están convencidos sus profesores y maestros que hacer música libre con instrumentos que no sean los ortodoxos es algo imposible, y hacerla con los instrumentos ortodoxos es aún más imposible, claro. Para engañarse, se acogen a la informática y a todo lo que tenga que ver con ella; ordenadores, placas de sonidos, programas de audio, memorias de no se qué, memorias de nose cuantos, y un sin fin de parafernalias con las cuales podrán hacer todo tipo de sonidos extraños y diversos, eso si, música, no.

A eso lo llaman "electroacústica", y hasta creo que a eso lo dejan de llamar música, para que nadie se sienta ofendido y dicen que es sonorización en estado puro, pero alterado por sus "compositores". O sea, la mezcla mental que se hacen dista mucho de la lógica y de la razón, pero no me refiero a la racionalista, sino a esa razón que debe de acompañar a todo cuerdo para no caer en la demencia ni en los abismos de bajeza infinita.

Lo malo o lo demente en los conservatorios no solo está concentrado en los maestros y profesores; poco a poco se va pegando al alumnado y a los que al final de la carrera se convierten en músicos y algunos en otros enseñantes de la materia sonora. Esas criaturas de los maestros y profesorado en general musical, salen a la realidad de la vida a continuar el trabajo de los conservatorieros, que no es otra que la de dogmatizar por todas las partes por las que pasan y pueden decir algo, que ser músico sólo se puede ser si has estudiado música, única y exclusivamente si has pasado por un conservatorio y sabes utilizar todo el argot que has tenido que aprenderte durante años y años, para así poder convencer a otros o al menos intentarlo, de que si no sabes de música NO podrás hacerla, la música, NO podrás hablar ni filosofar sobre ella, y casi ni si quiera podrás pensar en ella ni sobre ella.

El cerebro del músico ortodoxo es un amurallamiento total, lleno de las barreras más infranqueables. Ahora, ponle música dodecafónica y se extasiará, él no sabrá por qué es eso, se lo han dicho. Ponle música "concreta", que nadie sabe qué cosa es eso, pero de seguro que también se extasiará.

Pero ponle algo hecho con instrumentos como los sintetizadores y se espantará como un antiguo vampiro al ver una cruz o al oler un poco de ajo; se va corriendo con las manos en las orejas gritando "¡Profanación, profanación!"

No hay que hacerles mucho caso, pero claro, su manía de imponer las condiciones de lo que es música, de lo que no lo es, de cómo se hace, cómo se estudia, cómo hay que tocarla y un sin fin de pérdidas de tiempo más, hacen que cuando ven a alguien totalmente ignoto, -completamente indocto e ignorante de la ciencia musical por la parte técnica-, haciendo música con un teclado que no llega a medir más de ochenta centímetros de ancho, por treinta de profundidad y a penas quince centímetros de altura, esto es, un sintetizador de lo más corriente, y encima hace melodías armoniosas y hasta auténticos sonidos sinfónicos, se les cae el alma a los pieses. "Veinte años de mi vida para luego encontrarme con un palurdo que con dos dedos puede hacer música de lo más posmodernista."

Pero eso no lo dice un músico ortodoxo ni en sueños, porque no quiere acercarse al mundo de la Nueva Era Musical ni a rastras. Él ha sufrido mucho y no quiere sufrir más viendo cómo otros disfrutan de la Música de verdad y él tiene que estar con las quintas superpuestas, las tónicas y las metatónicas, las...

Los Caminos de la Música son infinitos, pero no pasan jamás de los jamases, repito, JAMÁS DE LOS JAMASES, por un conservatorio ni por un profesorado. Una leve idea de lo que puede ser la ciencia musical técnica como antes la he citado, es posible, pero muy poco, sin desmedirse en perderse por laberintos que luego sólo llevan a lo arcaico.

La Música está dentro, la sensibilidad para hacerla está dentro, vive en nosotros, pero no en todos nosotros, en unos más y en otros menos y en otros nada; pero si Vive, debe salir, y si sale, ha de ser digno de los mismísimos dioses del futuro.



Bueno, malo. Mejor, peor.

En la música todo es muy subjetivo, como en la vida. La música es la vida, y la vida sin la música no sería nada, pero sin la Música, ojo.

Otra de las cosas que son esenciales para vivir y para la vida misma, es la SinKronicidad, no se podría hacer nada digno sin ese fenómeno divino.

Y es que nuevamente ha sucedido. El otro día hablaba de los músicos ortodoxos y de los que no lo eran, sobre todo en cuanto a instrumentos y también en cuanto a ideas.

Ayer me llegó el número 61 de la revista de la que ya os he hablado, Amazing Sound, y en ella en este número se hace una entrevista bastante interesante a un sintetista alemán que aun no siendo muy conocido por todo el mundo, tiene cierto prestigio entre el mundo de la música posmoderna.

Se trata de Bernd Kistenmarcher, el tipo perfecto de músico de la Nueva Era; autodidacta, nada que ver con ninguna escuela de las "afamadas" por toda Europa y en su autodidactismo resalta el hecho de aprender a tocar los teclados electrónicos a través de libros y revistas, teniendo a su padre que era más o menos músico.

Y no debe de ser malo, y esto lo digo por y para los ortodoxos, pues el tal Bernd ha conseguido todo tipo de premios y condecoraciones, pero además modestas, nada de estas cosas rimbombantes internacionales, no, premios de radios alemanas, festivales franceses, y este tipo de cosas.

Lo que quiero decir es que eso que ha hecho ese alemán es lo que se les avecina a los ruidoseros del festival internacional de música contemporánea de Valencia en España y otros festivales del mismo estilo, ay que me ahogo. Pero todo ese nombre y esa historia no es para nada, es para fardar ante cuatro listos que luego, al día siguiente de que se acabe tan "famossso" festival, nadie se va a acordar de lo que ha sonado, ni una nota, ni un mal sonido.

Saco dos fragmentos de la entrevista hecha a Bernd que considero importantes:

Primero la pregunta:

¿Cómo creas tus composiciones? ¿Lo haces de una única manera o de varias?

Y la respuesta:

"Tengo dos modos de componer mi música. A veces parto de una idea concreta en mi mente. (....) "

¿De mi mente? Es que eso lo oye un músico profesioná y no lo admite, ¿cómo de mi mente? debe ser de los libros, de las partituras, de los maestros que te han enseñaó.

Bernd sigue:

"La segunda forma es más espontánea. Toco sólo como diversión (mayormente de noche) y obtengo algunos sonidos o melodías interesantes que puedo utilizar para una pieza."

Increíble, señores y señoras, increíble; "sonidos o melodías", es algo incontestable; notas, don Bernd, notas. Es broma.

Y la segunda parte hace referencia de manera increíble a lo que yo dije en el capítulo anterior a este:

Este es el que pregunta:

Esta es la opinión de algunos músicos tradicionales: "Los músicos electrónicos tienen menos talento que nosotros y los sintetizadores nunca tendrán la dignidad de los instrumentos clásicos" ¿Que piensas acerca de esto?

Y Bernd responde:

"Mi respuesta es: Muchos músicos tradicionales tienen poco talento, y una guitarra acústica mal tocada no suena mejor sólo porque sea acústica."

No, yo no dije algo así, pero sí hacía referencia a la distancia, a la diferencia abismal que hay entre un músico "tradicional" y otro Posmoderno.

Y es una pena que nuestro amigo Jorge Munshe, el entrevistador y excepcional escritor sobre todo tipo de temas relacionados con la Música de la Nueva Era y de todas las Eras, no entrara en más apreciaciones sobre esos aspectos musicales, y esto lo digo porque el hecho de que haya músicos tradicionales que toquen la guitarra acústica, ya denota algo de Música, pero lo malo es ver cómo esos músicos que son muy serios ellos y muy competentes, cogen cualquier instrumento tradicional u ortodoxo y lo destripan, lo destruyen, matan el alma y la esencia de su sonido y lo convierten en algo impuro y demoniaco.

Poco a poco de todas formas, se irá imponiendo con la calma y el trabajo apropiados, el Nuevo Orden Musical de la Posmodernidad, seguro.

Las páginas de Amazing Sound son:

http://www.amazings.com/amazs.html

http://www.amazings.com/espanyol.html


La supervaloración.

Es muy importante en la Música supervalorarlo todo, sobre todo cuando nos encontramos ante un genio, o un dios de la Música.

Ahora se trata de popularizarlo todo, para así hacernos la ilusión de que todos somos iguales y que los grandes de la historia, al fin y al cabo no eran más que unos mediocrillos más como el populacho.

Pero, lo siento mucho, eso no es así ni en pintura abstracta.

En el caso más conocido por mi persona y siendo hoy Lunes, -día de Beethoven y su serie-, me viene muy bien seguir hablando de él. Me gusta hablar de él y sobre él, porque en primer término no considero que sea hablar de un muerto, sino de un dios que estuvo por aquí en Arrakis descubriendo un nuevo arte dentro del gran Arte de la Música, y en segundo tñermino porque me gustan los misterios y porque no sólo estuvo, sino que está.

Para la gente vulgar Beethoven no es más que un sordo que hizo música como cualquier otro, pero para los que tratamos de no ser vulgares, buscamos más allá de lo que hay o nos deja ver el genio que sea, no hundiéndonos en su pasado, triste o no triste, sino advirtiendo el Futuro que legó a las personas interesadas en ese Futuro.

Yo sé adorar a los genios de ahora, pero no debo decirlo muy alto so pena de que se me venga encima una legión de voraces inquisidores. Pero estando donde estamos, o sea, en la Gloriosa Kronos, no me cuesta nada adorar y venerar a genios como Manú, Hugo, Elia, Fernando, Pablo, Data, María, Esteban, Jorge y todos nosotros, que luchamos cada día por avanzar un poco más en la escalada de la Montaña del Saber.

¿Eso es supervaloración? Pues lo será, pero es indispensable para saborear de verdad lo que nos rodea. No es exageración, es la justa apreciación por los momentos Presentes-Futuros que divinamente nos Aprisionan.

La Música a mí me tiene Aprisionado, y pagaré mi supervaloración por Ella con el precio que sea preciso pagar, no me importa. La lucha por la Armonía a veces conlleva llevarse muchos palos, pues los acepto.

Ea, creía que no me iba a dar tiempo pero me ha dado; corto, pero apasionado


Minimalismo o qué?

Si, de nuevo el minimalismo, pues en otras ocasiones hemos tenido la oportunidad de hablar de él, nunca llegando a nada en concreto pero sí intentándolo; ¿se llega a algo alguna vez?; se sube siempre, así que sigamos.

En vez de minimalismo, se podría heber llamado aliamantesma, que no quiere decir nada pero si se quiere y uno se lo propone si.

El minimalismo, tal y como más o menos se conoce hoy, podría ser aplicado a casi todas las cosas de la vida, desde la música a la trayectoria vivencial de un simple día y otro simple día y así hasta toda la eternidad, esto es, lo que conocemos como "rutina".

Pero, muy importante es saber que al mismo tiempo que hay muchas clases de "rutinas", hay también muchas clases de minimalismos.

Yo soy enormemente rutinario, hasta el extremo de convertirme en minimalista vivencial, creo que llego hasta la mismísima enfermedad obsesiba, pero de momento lo llevo muy bien.

Así debe de ser la música, sea cual sea su tiempo, el caso es siempre hacer lo mismo, para cada vez hacerlo mejor, no igual, claro.

El minimalismo tiene diversidad, al igual que la rutina. Todos los días te puedes levantar a la misma hora, pero no todos los días deberías levantarte de manera aburrida, sabiendo lo que te viene en el día. Luego viene el desayuno, y luego el trabajo, y luego el almuerzo, y luego la sobremesa, y luego el trabajo, y luego el final de la jornada, y luego lees la Kronos, o escuchas música, o lees más la Kronos, y luego cenas, y al final te vas a descansar. Eso se puede hacer los trescientos sesesnta y cinco días al año y durante todo el tiempo que uno quiera si está enamorado de la vida. Pero esos tres... 365 días, leche, deben de ser cada uno de ellos diferentes en su contenido, cada día con una emoción, un milagro, una nueva visión de las cosas, con más entusiasmo. Cada día, un día.

Así sucede con la Música. Cada día una genialidad a descubrir, cada día suenan melodías distintas DENTRO de uno mismo, y fuera, hay reseñas, que llámeselas minimalistas o maximalistas, son las estructuras sonoras que van formando nuestro espíritu.

Hoy me decía una amiga que "hoy escuchas a un gran autor y ese es el más grande de la historia; mañana escuchas a otro gran autor y dirás que ese es el más grande todavía, y que así no puede ser, hay que ubicarse." Y "no puede ser" si uno en sus adentros ya está resabiáo de tó, pero cuando uno renace cada día, renace en inocencia, o al menos lo intenta, y además en una inocencia que intenta ser además, inteligente; todo ello mezclado con la Ingenuidad, pero también, claro está, con su mezcla proporcional de Inteligencia Sabia e Imperial. Si, si, todo eso junto, mezclado, como un Niño jugando a experimentar con la pasta dentrífica y el gel de baño, "pá ver qué pasa".

El Minimalismo es algo esencial en la vida, es la perfección hecha realidad, que aunque nunca llega a Comunión Empírica, es un reto para el Espíritu y como consecuencia de ello y como lucha que es la vida, un reto hasta para el propio organismo.

Todo es estructurable, y mientras que por ejemplo sonasen las melodías casi locas e hiper minimalistas de Glass en su Koyaanisqatsi, los pensamientos se mueven más allá de la velocidad de la luz, y el cuerpo, en un intento deseperado de dejar de serlo y convertirse en luminosidad divina, trata de agitar todas sus neuronas, todas sus capacidades físicas y... renace dentro de él otra cosa, como una especie de batalla campal donde el que quiere ganar es el que más cosas quiere hacer, y donde el que pierde es ese cuerpo viejo y antiguo, esa amorfidad de músculos y huesos y vísceras que se sienten expulsadas hacia los avernos.

La Música valerosa de los grandes del Pasado y del Presente que viajan al Futuro, luchan como fieras inteligentes por deshacerse de este muerto que quiere galopar entre los Brillantes y el Oro, entre los Diamantes y los Ópalos; este muerto que es la músicucha actual que nada sabe de arte, ni de rutina sabia, y sí de aburrimiento tonto, y de chabacanería indómita.

Los Grandes, cuando los sientes DENTRO, ya da igual lo que haya o digan fuera, eso está, fuera, y ya está.

Escucha cada día una música, y que esa música sea la más grande de ese día, hasta que llegue el día siguiente, y escuches otra música y esa, sea la más grande de todas y de todo el Universo. Y así constantemente, y así con todas las Cosas que nos Rodean, eso si, si sentimos que nos rodean y sentimos que sentimos, de lo contrario, si la muerte nos acecha, nada habrá que hacer.

Cada día es un día nuevo, ninguno ha de repetirse, pero sí la manera de hacerlos para así ir perfeccionando nuestra propia Mecánoca Vivencial INTERIOR.

La Música que ha acompañado a este escrito la habré escuchado más de cien veces, pero no lo digo como manera de exagerar, no, lo digo como número aproximado. La he escuchado más de cien veces como digo, pero como la escucho hoy no la he escuchado ningún día, y como ningún día han acompañado sus notas a las letras que salen como expulsadas por un Deseo Infinito de Buscarte, de Encontrarte, a Tí, donde quieras que estés.

Soy Minimalista Real, y Soy YO mismo, queriéndolo ser cada día, un poco más, contra vientos y mareas, contra bestias y Divinidades, y a favor o menos de contra la Gloria de la Exultación de lo Divino que hay DENTRO de nosotros mismos.

No os extrañéis, es Minimalismo.


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" En verdad, Yo desbordo de posibilidades sin límite y mi nombre es: " El Gran Negro "*. Lo que en mí está oculto yo lo hago manifiesto entre las variaciones de mis cambiantes formas... "

( Enviado por Elia ayer en la Mañana )

Música Luminar.

" Todo es Música " .

Que es lo que yo pienso, de siempre además.

Y si todo es música, todo es musicable, y si todo es musicable, todo ha de ser armonioso, y la Luz, ha de invadirlo todo, como ese Glorioso Poema del libro de la Apertura del Alma.

Aquello que rompa la ley de la Armonía será condenado a desaparecer, y la oscura noche con su velo negro se lo engullirá y el pasado lo tendrá en el olvido para que en el Futuro nadie caiga en la tentación de valorarlo ni un ápice.

La música oscura, gracias a los Dioses, está desapareciendo; alguien ha considerado por fin, a la música dodecafónica, como algo prehistórico dentro del mismísimo siglo veinte este que por fin se acaba, ¡¡ por fin !!

Lo cual quiere decir que no voy por mal camino. Y no es que necesitemos de nadie que nos confirme nuestras teorías, pero siempre está bien saber que dentro de los estamentos públicos hay gente que sabe que la muerte del arte musical abstracto está por caer de un momento a otro. Tienen la esperanza de que quede como algo histórico del siglo veinte, pero... ¿pasará a la historia la oscuridad y la necedad del siglo veinte? Yo lo dudo mucho.

Desde luego en música pasará lo que pasó entre el final del dieciocho y principios del veinte, donde se encontraban figuras del Arte Musical que hoy estamos descubriendo como verdaderos tesoros.

Pero no importa, las estrellas brillan en el firmamento muchos eones, más de los que creemos, así que la Esperanza nunca se perderá.

La Canción del Sol, la Danza de la Luz, jamás perderá el ritmo, es lo que hace que la eternidad esté presente siempre el sentido de la Música, y ese sentido nadie lo arrebatará, ni el demonio más poderoso de los infernales lugares terrestres, ni el ángel más benévolo con sus ideas de "evolución santa".

La Música Luminar no tiene nombres propios, tiene a un compendio de seres que han hecho desde el principio de los tiempos de Arrakis, que la Gloria tenga Sonido y el Alma baile a ese son.

¡ Viva la Música ! ¡ Gloria a los Dioses ! ¡ Gloria a tí, Ra !



Después de leer a Manú en la Edición de Tarde del día 6 de Octubre; El Reino Verde ( 37 ) y toda la edición, llena de curiosidades y de energía creadora:


Detalles:

De viaje en viaje nos damos cuenta, los que estamos vivos, de qué es lo que estamos haciendo aquí y hacia donde nos dirigimos y cual es la inalcanzable meta a la que hay que no llegar. Y no llegar porque llegar significa finalizar, y finalizar significa morir.

No es digno morirse, por eso los Dioses en su momento crearon los sonidos, y el Gran Cantor creó la Música, y después las cosas; cada nota, una cosa, cada cromatismo sonoro, una vida. Vida.

Así pues la Música nos hace vivir hasta cuando no creemos estar escuchando música; son los Detalles creados a través de los sonidos y de las notas los que nos dan la razón de ser, además de Ser eternamente y para siempre, que es lo más glorioso de todo.

Los que quieren matar a los Detalles se largarán algún día a las tierras de la inreencarnación; jamás volverán a pisar el sagrado suelo de Arrakis, ¿para qué?, ¿para denostarlo? No, ya no, ya ha habido mucho de eso.

Ahora se trata de seguir avanzando por el camino ascensional de los Dioses, sin dejarse engatusar por las "dulces" voces de las puñeteras sirenas que siguen erre que erre con que la muerte es lo más bonito y es lo mejor de la vida. :-)))) De la vida...

La idea de superación en el mundo de la música es algo que horroriza al más "prestigioso" de los músicos, porque esas cosas no se hacen; hay que ir de humilde, y hay que ir de pobre y de mediocre, y de... Y así todo el rato; no se debe de superar ni estar por encima de nadie que haya hecho algo grande.

Los Detalles de la vida nos desmienten eso, porque esos Detalles nos están recordando lo que fue en otro momento; entonces el bello de los brazos se nos eriza y nos da tánto repelús que avanzamos a grandes zancadas; "Toca más fuerte, con notas más doradas, con acordes más áureos, por los Dioses." Y entonces tocamos más alto y con más claridad y más luminosidad.

Así poco a poco vamos creando nuevos mundos. La Música crea Mundos, y esos mundos se van depositando allí donde luego iremos a ver qué tal va la cosa, y luego iremos a otros, y a otros, pero siempre intentando estar más arriba.

Los piedras cantan, los ríos arrullan, y en ese arrullar piden deseos, y aclaman a los más altos poderes que se siga cantando y coreando a lo más divino. Quizá fuese el primer detalle, o el segundo o el que ha de venir. Las Piedras fueron a ocupar un lugar en los lugares sagrados, y allí las voces penetraron en las rocas, y las rocas vivieron otra vida. Y el agua enriqueció a los bosques, y los bosques a los poetas, y los poetas se hicieron dioses, y crearon, y crearon.

Y seguimos, y la creación jamás será detenida pues hay miles de mundos que descubrir, y que imaginar, y que Cantar.

Una palabra, y todo un Universo de ideas; Detalles.




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